Monday, August 12, 2013

El Universo en el Vacío.



 Imaginemos que no hay vida, Tierra, planetas, sol, estrellas, átomos ni partículas elementales con la posibilidad  de reorganizarse en diferentes cosas. Imaginemos que después de remover todo lo que existe en el Universo solo queda  el vacío.  En breve, imaginemos que solo existe la nada. No el ser y la nada, sino la nada pura y simplemente. Fácil decirlo ¿cierto? pero bien difícil  imaginarlo… ¿Puede existir la nada si no hay nadie para saber que no hay nada? ¿Si sacamos todo lo que hay que pasa con el espacio? ¿Existe este independientemente de las cosas? Aristóteles decía  que la naturaleza aborrece el vacío y esta fue la opinión prevalente hasta no hace mucho.

El principio de la continuidad, que occidente heredo de los griegos, establece que
     La Nada no puede llegar a ser algo.
     Algo no puede llegar a ser nada.
     Y algo no puede llegar a ser algo diferente.
 Los dos primeros axiomas establecen que la existencia es continua. El tercero prueba que lo que existe no puede cambiar. La filosofía y la ciencia permanentemente se han esforzado en tratar de  reconciliar o afirmar simultáneamente la ley de la continuidad y la ley del cambio. Las leyes de la termodinámica es un ejemplo de ello. La primera ley, que establece que la energía del Universo permanece constante, confirma la ley de la continuidad. La segunda confirma un proceso natural irreversible en  el que la energía fluye de un estado caliente a un estado frío (corrimiento al rojo, remanentes de ondas sonoras que sugieren una antigua explosión)   ¿Qué significa esto? que el universo va cuesta abajo.  La reproducción y crecimiento característicos de los fenómenos vitales seria la excepción. Pero la vida depende del calor del sol que inevitablemente obedece la segunda ley de la termodinámica. 

Si la energía fluye de un estado de máxima  concentración  a uno de dispersión significa que  la energía tuvo un origen. Pero, si tuvo un origen, digamos un comienzo, significa que la segunda ley niega la primera al implicar que la energía no solo puede ser creada, sino que tiene que ser creada. La teoría física del Big Bang es una necesidad inevitable de la segunda ley. Toda la materia del universo surgió de un punto microscópico que en  un gazillionth de segundo después de aparecer  exploto. La teoría del Big Bang nos coloca, inevitablemente, frente a tres alternativas
     El punto cósmico surge de la misma materia que lo constituye, es decir, de si mismo,                                                                                                        
     lo que niega un comienzo.
     El punto cósmico surge de la nada.
     El punto cósmico surge de un tercer orden distinto de si mismo y distinto de la nada. La segunda  alternativa dice que la nada puede llegar a ser algo. La tercera, que algo puede llegar a ser algo completamente diferente de si mismo, pero no llegar a ser nada.

El problema con la segunda alternativa es que para que la nada llegue a ser algo se requiere que la nada contenga el potencial para llegar a ser algo.  Pero, si contiene un potencial, cualquiera sea su naturaleza, no puede calificar como nada porque, como dice Sebastián Sisti, la nada es la ausencia absoluta de toda posibilidad... Si aceptamos esto ¿De donde surge, entonces,  el universo?

La tercera alternativa, como sostienen algunos cosmólogos,  permite  formular una hipótesis logica  primaria que explora la posibilidad de un tercer orden espacialmente infinito que llena lo que usualmente pensamos como vacío. Aproximadamente 15 billones de años atrás este orden, que podríamos llamar  protogenico, convirtió una parte de si mismo o todo su si mismo en el punto cósmico  del Big Bang… ¿Podríamos decir que este orden protogenico era infinito? No, realmente, porque si lo hubiese sido su conversión hubiera resultado en un universo espacialmente infinito y no en un punto cósmico en expansión. Luego, si es espacialmente finito entonces tiene límites, tiene una extensión que termina aquí, allí y allá.  Y no podríamos decir que  termina aquí, allí y allá  si no estuviera suspendido en el vacío. La curvatura del universo de Einstein, por ejemplo, es el modelo de un universo finito. Su curvatura es su límite. Más allá solo hay el vacío absoluto.

¿Es posible que  el universo, que no puede surgir de la nada,  haya surgido de un orden protogenico finito? Solo si estamos dispuestos a aceptar una serie de contradicciones. Para convertirse en un punto cósmico diminuto o en cualquier otra cosa tendría que haberse convertido a si mismo en su opuesto absoluto, en algo que no posee largo, ancho, profundidad o movimiento. Lo absolutamente opuesto a la extensión es la no extensión que es lo que entendemos por vacío o nada, la absoluta ausencia de toda posibilidad. La única posible conversión del orden protogenico hubiera sido la conversión de si mismo en nada, su desaparición que en ese caso niega la teoría. Protogenesis no pudo haberse convertido  a si mismo en el punto del Big Bang porque no pudo haber cambiado. Haber cambiado hubiera requerido haberse transformado en nada. Algo no puede transformarse en algo diferente porque el único cambio posible es llegar a ser nada. Con lo que nos quedamos, al parecer, es que  15 billones de años atrás hubo un Big Bang que ocurrió dentro de un pequeñísimo punto cósmico. Si seguimos la necesidad logica este punto no apareció súbitamente ni tampoco apareció gradualmente  de la nada o de alguna otra cosa. El universo siempre existió y siempre  existirá. Si se expande también se contrae. La alternativa a la teoría corriente del Big Bang como un evento singular o como un  universo en  estado de expansión infinita es un universo pulsante. Expansión implica movimiento desde un centro. Y la única forma en que un universo intemporal pueda  expandirse  desde un centro es porque  el centro surge de una contracción. Y la única manera de haberse contraído es porque antes se había expandido. El alejamiento de las galaxias  cercano a la velocidad de la luz implica una explosión en el pasado, pero no implica necesariamente la singularidad de esa explosión. Si el Big Bang ocurrió, tiene que haber ocurrido debido a la contracción del universo. En última instancia,  dice  Sebastián Sisti, la comprensión de la materia del universo prior a la singularidad del Big Bang no es tan diferente a la comprensión de la materia  del universo que surge de  la repetición infinita del Big Bang.

Ahora sabemos porque el universo no pudo haber tenido  un comienzo. Algo no puede surgir de la nada según el principio de la continuidad. Para tener un comienzo el universo hubiera tenido que surgir de algo diferente a la nada y diferente de si mismo, porque si surgiera de si mismo no tendría sentido hablar de comienzo. Para tener un comienzo tendría que haber surgido de otra cosa. Pero, el principio de continuidad niega que algo pueda llegar a ser otra cosa, porque para llegar a ser otra cosa el universo tendría que transformarse en su opuesto absoluto que equivale a  la nada

Einstein decía que el punto cósmico creo su propio espacio, es decir la nada, en el momento en que exploto. La nada seria algo así como una sombra vacía que se extiende con la expansión del universo. Antes del Big Bang  no había nada. No espacio vacío. El vacío tuvo que ser creado. Pero, si aceptamos la creación de un vacío infinito simultaneo con el Big Bang, la pregunta seria… ¿dentro de que fue creado? No es difícil imaginar  que el punto cósmico tuvo que emerger dentro de algún contexto para tener lugar. Por alguna razón difícil de entender  para quienes no somos especialista en la teoría de la relatividad Einstein no pudo aceptar la presencia de un vacío infinito dentro del cual el punto cósmico pudo emerger. Un vacío infinito esperando, esperando,  esperando por la aparición de la extraordinaria singularidad del Big Bang.  El problema aquí, según Sisti,  es presumir que el universo tuvo que tener un comienzo. Es cierto que  la evidencia indica la presencia  de antiguas radiaciones y que las estrellas y galaxias se están alejando unas de otras. Pero, esta evidencia es más fácil resolverla postulando una expansión y contracción repetida  del universo dentro de un vacío absoluto. Si  el universo  es finito, como todo pareciera indicarlo, entonces  tiene un límite  que permite definirlo y todo limite requiere de un marco de referencia para que tenga sentido. El punto cósmico del Big Bang  requiere un límite y el límite requiere un vacío infinito dentro del cual uno pueda decir  que el punto cósmico  termina aquí, allí y allá… de otra manera ¿Cómo podríamos  distinguir los  límites de algo, de cualquier cosa, sin un espacio vacío?

En la alegoría de la campana de la tradición del budismo Zen  el visitante le pregunta al monje… ¿cuan vieja es esta magnifica campana? Tocando con su mano el rico metal el monje le responde… alrededor de 500 anos, pero… moviendo su mano hacia el interior de la campana… este vacío es eterno. Luego, el monje golpea la campana y su sonido lleno el espacio hasta las mas lejanas montanas del valle. Sonriendo, el monje le pregunta al visitante de donde cree que proviene el sonido… ¿del metal o del vacío?  

Nieves y Miro Fuenzalida.
Ottawa, Noviembre 2011

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