Sunday, November 28, 2021

Los Genes al fin de su carrera.


Desde los finales de la segunda guerra mundial hasta comienzo de los 80 los científicos sociales sostuvieron la idea de que implementando cambios en el ambiente la maldad y la violencia social podrían ser disminuidas. Por más de 40 años la ortodoxia política de la izquierda favoreció “nurture” sobre “nature”. Hoy  día las naciones industriales enfrentadas a profundas crisis sociales parecieran que no están dispuestas o no poseen la capacidad de producir cambios significantes en las instituciones que definen lo social. Un creciente numero de “expertos”, especialmente provenientes del campo de la biología social, mantienen que los cambios en el sistema socio-económicos son solo paliativos, por no decir futiles. La clave para entender la mayor parte de las conductas sociales y económicas se encuentran a nivel genético. Para cambiar lo social tenemos que estar dispuestos a cambiar nuestros genes, porque si es cierto que el ambiente es un factor, los genes son el determinante ultimo, los responsables definitivos de la configuración y moldeamiento de la conducta individual y grupal. “Acostumbrábamos a pensar   que nuestro destino estaba   en las estrellas. Ahora sabemos,  en gran medida, que esta en   nuestros genes”  (J.Watson) Y no es solo nuestro destino, sino que, también...“es la secuencia que define lo  humano.”(R. Sinsheimer)

 

Jeremy Rifkin (“The Biotech Century”) dice que si los reformadores de los 40 a los 80 le dieron escasa importancia a la base genética en su intento de mejorar la condición humana, los nuevos reformadores genéticos se ubican en el extremo opuesto, transformando al gene en el nuevo “Caliz Sagrado” de la biología. Este cambio radical es, en parte, debido al intenso interés generado por el Proyecto del Genoma Humano, cuyo esfuerzo esta dedicado a descifrar la secuencia completa de nuestro genoma . Una vez en posesión del “secreto” de nuestro ser estaremos en condiciones de controlar el proceso evolutivo y definir lo que somos de acuerdo a nuestra voluntad. Nada mas, ni nada menos, es lo que nos promete este proyecto.

 

La proclamación de este nuevo “Significante Maestro” no se ha venido imponiendo sin desafíos. Como hace notar Rifkin una gran cantidad de biólogos, trabajando en el mismo campo, reconocen que el gene contiene importante información que permite el desarrollo del organismo, pero que ellos, por si mismos, no lo determinan ni  controlan. Los seres vivos son sistemas dinámicos y sensitivos al “input” de su medio y, a diferencia de las maquinas, pueden exhibir muy diferentes conductas y adaptar distintas formas bajo pequeñas variaciones de ambiente. De acuerdo con S. Newman es más apropiado pensar al  “ADN” como una lista de ingredientes más bien que como una receta para su interacción. Los genes no generan organismos. Su existencia misma ya presupone la existencia de este, en el cual esta inscrito y es el organismo mismo el que interpreta, traduce y hace uso del funcionamiento genético. La idea de los genes como agentes causales absolutos ha venido dando paso a una comprensión mas sofisticada que los ve como un componente integrante de una red mucho mas compleja que constituye tanto al organismo como a su ambiente externo.

 

La historia del gene es bien curiosa. Mientras mas sabemos mas dificil es definirlo. Las nuevas tecnologias y los nuevos datos y analisis que ellas hacen posible han permitido la identificacion del “split gene”, “repeated gene”, “overlaping gene”, “cryptic DNA”, “multiples promotors”, etc. Todas estas variaciones complican inmensamente la tarea de definir  el gene como una unidad estructural. Segun Peter Portin el viejo termino gene, esencial en las primeras etapas, ya no es util. William Gelbert, que trabaja en genetica molecular, sugiere que el gene probablemente es un concepto del pasado. A diferencia del cromosoma, los genes no son objetos fisicos, sino conceptos que han adquirido una gran cantidad de carga historica en las ultimas decadas. El concepto ha jugado un papel crucial  en la comprension de los fenomenos biologicos, pero hoy dia, dice,  hemos llegado al punto en que el uso del termino gene puede, en la practica, transformarse en un obstaculo en nuestra comprension.

 

Todo esto es bien ironico porque nunca en la historia del gene el termino habia  tenido mas atencion que hoy en las  ciencias y  la cultura popular. Cada cierto tiempo se nos informa que la causa de ciertas enfermedades es genetica. Igualmente se dice que muchas de las conductas humanas que creiamos eran voluntarias son producto de nuestros genes. Un tremendo progreso se ha logrado en la comprension de las mutaciones geneticas  que incluyen desordenes conductuales y la incidencia de  muchas enfermedades tales como la enfermedad de Huntington,  fibrosis quistica, thalassemia, etc. Estos ejemplos, sin embargo, son raros e, incluso en estos casos, no hay una clara comprension acerca de los process que ligan el gene defectuoso con  el comienzo de la enfermedad. Es posible identificar riesgos geneticos, pero la esperanza de beneficios medicos significativos todavia no se ha cristalizado. Segun Weatherall, Director del Instituto de Medicina Molecular,  la creencia de que  transferir  genes a nuevos ambientes y  esperar qu ellos hagan el trabajo, con todos los sofisticados mecanismos regulatorios   que esto implica,  se ha transformado para los geneticista  en una tarea mucho mas dificil de lo que se creia. Parte de la dificultad es la limitada comprension que se tiene de que es lo que el gene hace. Es decir, la brecha entre la deteccion genetica y los beneficios medicos se debe a la complejidad de la dinamica regulativa, que coloca al concepto  gene  en peligro.

 

¿Qué es el gene hoy dia? Para los biologos el termino  se ha transformado en diferentes cosas. Ya no es una entidad singular, sino una palabra con una gran plasticidad, definida solo por el contexto experimental especifico en el que es usada. Desde el momento en que el gene fue introducido, la confianza en su realidad fisica siempre fue aconpañada por la presunción de que la estructura, la composicion material y funcion eran propiedades de un mismo objeto, fuera este  concebido como una cadena de perlas o como un tramo de ADN. Hoy dia es esta autoidentidad la que ha sido  interrumpida. No solo las funciones no se correlacionan nitidamente con una estructura, sino que las funciones deben ser distinguidas y no confundidas con  un lugar particular y especifico en el cromosoma. En otras palabras, puede que el gene funcional  no tenga  ninguna fijeza. Su existencia es transitoria y contingente, dependiendo criticamente del dinamismo funcional del organismo completo.

 

La evidencia de las ultimas decadas obliga a pensar qu el gene es, al menos,  dos entidades diferentes.  Una entidad estructural mantenida por la maquinaria molecular de la celula  capaz de ser  transmitida de generacion a generacion.Y una entidad funcional que emerge de la interaccion dinamica de los diferentes elementos de la estructura cromosomatica.

 

Cuando  Johannsen, en 1911 introdujo el termino, creyo  que una nueva terminologia era necesaria porque los viejos terminos se habian hecho disfuncionles, ejerciendo demasiado control en nuestro pensamiento… “Es un hecho bastante conocido que el lenguaje no es solo nuestro sirviente, cuando queremos expresar o disimular nuestros pensamientos, sino que tambien puede ser nuestro amo…”

Tal vez, hoy estamos en una situacion similar. Tal vez, es el tiempo de inventar nuevas palabras.

 

Los genes han tenido una extraordinaria carrera en la centuria pasada. Ellos han inspirado tremendos avances en la comprension de los sistemas vivos. Pero, estos mismos avances, dice Evelin Fox, necesitaran la introduccion de nuevos conceptos y nuevas formas de pensar acerca de las organisaciones biologicas que inevitablemente aflojaran el control que los genes han tenido en la imaginacion  de los cientificos y en la cultura popular.

 

 Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, November 21, 2021

El perfume gratis

 

El aroma

De

Las lilas

Vuela

Entre

Las calles

Desnudas

De

Color

Y

De

Olor

Como

Suaves

Mariposas

Que

Cosquillean

Y

Pastan

En

La piel

De

Nuestra

Nariz.

 

Nieves.

Sunday, November 14, 2021

De perros, gatos y humanos

 

En el mundo de Deleuze y Guattari  a cualquiera que le guste el gato o el perro es un tonto. Cualquier animal que se precie de tal es siempre parte de una manada. Todos los demás son mascotas de la burguesía que simbolizan algún tipo divino. Haraway Donna tiene otra idea... ¿Quién y que toco cuando toco a mi perro? El tacto, dice, da forma a la responsabilidad y al cuidado. En el tocar y el mirar dos mundos toman forma, dos cuerpos entran en contacto.

 

En el pasado la gente decía que los animales de compañía eran parte de la familia. Hoy día, continuando con la tradición, esta actitud se ha fortalecido inmensamente, especialmente en términos de dinero gastado en alimentos, juguetes, servicios, entrenamientos y cuidados veterinarios. La figura global de alimentos y cuidados para mascotas en el año 2002, por ejemplo, fue de 46 billones de dólares. En el mercado de capitales esto indica que los perros y los gatos han pasado a ser mercancías fundamentales y fuente de tremendas ganancias para el capitalismo agroindustrial.

 

Los que se preocupan por la subyugación de los animales ven su domesticación como un desastre histórico que continuamente se empeora con el tiempo. Considerándose a si mismos como los únicos actores, los humanos reducen a otros seres vivos a materia prima o los convierten en herramientas útiles. La domesticación de animales, según esta narrativa,  es una especie de pecado original que separa al animal humano del resto de la naturaleza,  terminando en inmensas atrocidades como el complejo industrial de la carne y las frivolidades de los animales de compañía, accesorios de moda o generadores vivientes  de amor incondicional. En breve... esclavos afectivos. En el fondo lo que aquí ocurre es que un ser se convierte en un medio para los propósitos y beneficios de otro. Solo los animales salvajes, tan separados como sea posible de la subyugación y dominación humana, pueden ser ellos mismos. Solo ellos pueden ser alguien y no algo. En este sentido, cualquier entrenamiento humano de otra criatura salvaje es evidencia de un excesivo control humano y signo de la degradación del animal domestico. El entrenamiento, en buenas cuentas, es dominación antinatural.

 

Hay, sin embargo, otras formas de pensar la domesticación que parecen ser mas exactas y mas poderosas para abordar las brutalidades del pasado y del presente y fomentar nuevas formas de convivencia con la multiplicidad de especies que habitan este mundo. La cuestión, entonces,  seria... ¿como los perros o gatos y las personas aprenden unos de otros de tal manera que cambios ocurren en ambos?

 

El entrenamiento para la vida diaria y el deporte de mi perra Cayena, dice Haraway, trae algo inesperado, algo nuevo y libre, algo fuera de las reglas de funcionamiento y calculo, algo no regido por la lógica de la reproducción de lo mismo. Ese, creo, es uno de los significados del entrenamiento. Su capacitación requiere calculo, método, disciplina, ciencia y, sobre todo, la posibilidad de abrirse a algo no imaginado.   

 

La interdependencia de las especies es un hecho bastante conocido en las ciencias biológicas, excepto cuando se trata de humanos. El pretendido excepcionalismo humano nos impide ver este simple hecho. Cegados por las historias que alaban o condenan el control de la naturaleza presumimos que podemos remodelar a otros, de moléculas a ecosistemas, pero que nuestra propia naturaleza, no importa cuan variada culturalmente sea, es esencial o biológicamente constante. Esta visión antropomórfica o narcisismo primario, como la describe el taciturno Freud, ha sufrido tres heridas históricas. La primera es la revolución copernicana que remueve a la tierra del centro del cosmos lo que nos deja expuestos a un universo inhumano, sin centro y sin fin en el espacio y en el tiempo. Las segunda herida la infringe Darwin que coloca al Homo sapiens firmemente en el mundo de las otras criaturas, todas tratando de ganarse la vida y evolucionar sin señales direccionales que culminen en el humano como ser privilegiado. La tercera es la que provoca el mismo Freud que, al postular la existencia del inconsciente, socaba la primacía de los procesos conscientes, incluyendo la razón, que es lo que tradicionalmente le daba al humano su posición excepcional en el mundo. Hoy día habría que agregar una cuarta herida, la informática o cyborgian, que fusiona lo orgánico y tecnológico, afectando la supuesta esencia humana.

 

A esta altura de la historia, entonces, lo menos que podríamos decir es que la naturaleza humana es también parte del enredo que conforma la multiplicidad de especies y cosas existentes. Las zonas de contacto cambian a los sujetos en formas sorprendentes. Tómese, por ejemplo, el simple caso del tejido intestinal humano que no puede desarrollarse normalmente sin la colonización de la flora bacteriana. Los habitantes de este planeta son bien  oportunistas, lo que los biólogos llaman simbiogenéticos, siempre listos para unirse a socios improbables para crear algo nuevo. Las zonas de contacto o coevolución no son la excepción, sino la regla.

 

El antropólogo Eduardo Kohn explora estas zonas de contacto, en la región del Alto Amazonas de Ecuador, entre los runa de habla quechua y los diversos animales con los que ellos elaboran sus vidas y rastrea lo natural, lo cultural, lo político y lo ecológico junto con  los ensambles semióticos que se dan en grupos de especies en donde los perros son actores centrales. Según Kohn, la personalidad amazónica, en gran medida, es producto, no solo de la sujeción colonial, sino también de la interacción  chamanica con los “diferentes yoes semióticos no humanos”.

 

 Según el detallado análisis del etólogo francés Jean-Claude Berrey del entrenamiento equino los movimientos involuntarios en la conducción del caballo muestran que los músculos homólogos tanto del caballo como los del jinete se contraen y disparan simultáneamente. Tanto uno como el otro están en sintonía. Los jinetes talentosos se comportan y se mueven como caballos. Aquí los cuerpos humanos se han transformado en el cuerpo de un caballo. Quien influye y quien es influido no es claro en esta historia. Ambos, humanos y caballos, son causa y efecto de los movimientos del otro. Ambos inducen y son inducidos. Ambos afectan y son afectados. Cada uno encarna la mente del otro. La resonancia de la mente y la carne producen algo que no existía antes.

 

Y, siguiendo con esta línea, podríamos decir que la relación con los animales familiares, especialmente la que se ha venido dando en la posmodernidad, es la mas humanizada relación entre animal y humano que podamos notar desde la Edad Media. Y esto, tal vez, según algunos, se deba a que hemos perdido en gran medida la esperanza en una plena vida comunitaria o porque nuevos factores se han combinado para hacer que las relaciones cercanas entre adultos sean mas inseguras, efímeras o transitorias. Una relación mas cercana, entonces, con nuestro perro o gato, se ve ahora como algo bueno para nosotros y perfectamente normal y aceptable. Ofrece compañía para el solitario, prolonga la vida para el enfermo y terapia para el desdichado. Mientras todo lo que es “solido se disuelve en el aire” las mascotas crean vínculos a largo plazo con sus compañeros humanos y rara vez se escapan con otro. Se alegran cuando su dueño regresa a casa y su amor es incondicional. Como alguien dijo...“Mi mejor amigo es mi perro”. En buenas cuentas, digamos, un sustituto de relaciones humanas ausentes o perdidas.

 

Muchos críticos miran esta relación altamente individualizada y  personal  como una pobre sustitución patológica de las verdaderas y autenticas relaciones sociales. Y la pobre mascota, esterilizada, aislada y privada de  contacto con otros animales es criatura del estilo de vida del amo. Es a esto, probablemente, a lo que Guattari y Deleuze se refieren mas que nada  y no a la interdependencia de las especies, ámbito al que ellos mismos han aportado importantes análisis teóricos.

 

Pero... ¿es realmente solo el aislamiento y atomismo social y la necesidad de soporte emocional lo que ha fomentado el cuidado y posesión de mascotas en los últimos años?

 

Si bien es cierto que ellos están satisfaciendo roles humanos sustitutos, también pareciera ser que lo que esta en juego aquí  son nuevas actitudes hacia los animales, similares a las que operan en otros sitios de interacción entre animales y humanos. La idea de que las mascotas se antropomorfizan cada vez mas puede que no sea del todo correcta. Lo que aquí puede estar ocurriendo es que el amo, al considerar su perro o su gato regalón como un animal con características  y necesidades particulares, entra en un ejercicio de descentramiento, de intento de comprender las necesidades de los demás y darse cuenta de que las necesidades y los intereses de dos especies distintas no son mutuamente excluyentes, lo que abre el paso para explorar las posibilidades de mutualidad y dejar atrás  el dictamen bíblico antropocéntrico de que todos los animales son categóricamente diferentes y están ahí para el uso practico del humano.

  

No hay parte  del mundo en donde los animales no sean socios plenos. El animal humano y las especies no humanas son compañeras en el duro transito de la vida y su mutuo  florecimiento en la diferencia es parte esencial de la existencia, por transitoria  que sea. Una relación cruel, indiferente, ignorante, explotativa, como también juguetona, inventiva y llena de gozo. En ella no hay telos ni paz final, solo el impulso a existir.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, November 7, 2021

Los amigos

 

Caminaba Aristoteles por la calle Bandera… cuando se encontro con su amigo Picasso… que le pregunto si podia pintarlo al reves.

Nieves.