Wednesday, January 29, 2014

La reina y el economista.



En Noviembre del 2008, durante una sesión informativa  dada a la Reina de Inglaterra   por los académicos de la Escuela de Economía de Londres  acerca del debacle  del Mercado internacional la Reina pregunto, después de ver  los mas sofisticados  modelos matemáticos …  ¿ y porque nadie fue capaz de predecir la crisis?  Lo que  ella puso en duda  fue si la economía era realmente una ciencia como los economistas proclamaban.

Si consideramos  la historia de los dos últimos siglos podemos ver que  cuando las instituciones religiosas empezaron a perder el control ideológico  los intelectuales del Siglo de las Luces se apresuraron a adoptar los principios analíticos como base para la construcción de un orden social racional que aseguraría las mejores condiciones para la evolución social.  No tardo mucho para que  los reformistas sociales también  echaran mano de estos principios para crear  una economía política al estilo de las ciencias. Si la Edad Media estuvo dominada por proyectos teológicos para interpretar las leyes de Dios,  la  era moderna  puso  todas sus cartas  en el descubrimiento de las leyes subyacentes de la realidad económica para comprender la dinámica social. La economía se transformo así en el fundamento social  a priori  cuyo conocimiento se considero esencial para la  construcción de una sociedad mejor.  

 Este optimismo de la economía política clásica se basaba en la confianza  de la razón  para descubrir los mecanismos objetivos de la economía. Curiosamente  esta  objetividad, sin embargo,  no siempre  fue construida  de la misma manera. La economía política liberal, por ejemplo, afirmo la importancia fundamental del libre Mercado. Es solo a través de la acción de la mano invisible del mercado que el equilibrio social puede ser establecido. La economía política marxista,  por el contrario, afirmo el ambito de la producción, caracterizado por la  contradicción entre  las fuerzas de producción  y las  relaciones de producción  como la clave en la comprensión de lo social. En ambos casos el objetivo era mostrar las leyes que determinan el desenlace final de la historia, el momento en que los antagonismos sociales son resueltos, ya sea  por la mano invisible del mercado o por la imposición de la propiedad colectiva. La cuestión es que  por muy diferente que los liberales o los marxistas  construyan la objetividad económica, ellos  comparten la misma problemática. Para ambos, la economía se presenta como un modelo conceptual cuya racionalidad estructura el orden social y   posibilita la emancipación, el progreso moral y el fin de la historia.  La ambición de la economía política, desde su origen, fue la de dominar la ambigüedad y contingencia  a través de la demarcación de leyes inmutables que permitan la transparencia social mas allá de la politización y el cuestionamiento. La política, entonces, queda reducida a un mero fenómeno secundario, al servicio de la institucionalidad del poder público que debe funcionar en  favor del interés privado o del interés del Estado.

 Lo que esta visión encubre es la dimensión radical que todo proceso político contiene. Es esta dimensión radical, revolucionaria y disruptiva la que constituye todo sistema, incluyendo el marco social mismo. Es decir,  todo sistema, por  el mero hecho de ser histórico, es en última instancia arbitrario, resultado de juegos de alianzas y poder  más bien que de determinaciones ontológicas. La idea de que un sistema social pueda lograr consistencia y equilibrio sin exclusión y represión ha sido el sueño  racionalista desde Platón a Marx y  hoy continúa en  Habermas (comunicación sin distorsión) Rorty (Utopía liberal)  y Fukuyama  (Fin de la historia). Lo que este sueño ignora es que el poder y el antagonismo son constitutivos de todo ser  y, por eso,  inerradicables y es por esta razón que la premisa  que uno debiera  defender  es la que indica  que los procesos  económicos pueden usarse  para la subversión, reemplazo y reconstrucción de los poderes  dominantes,  más que para  el establecimiento de un modelo económico verdadero o último (anarco-capitalismo, economía mixta, propiedad estatal o social, etc.) El corazón de  una política radical es la crítica de la idea misma de modelo último. Es  esta lógica  la  que  posibilita la creación de nuevas condiciones históricas, de nuevos  proyectos de democratización social y económica. Proyectos basados en la voluntad e ideales humanos más que en fundamentos naturales.  

Ciertas corrientes del pensamiento marxista contemporáneo o pos-marxismo se caracterizan por su alejamiento de la logica de la necesidad  tal como se encuentra en el marxismo ortodoxo. En Marx ya era posible encontrar indicios de una logica de lo contingente que el usó  para montar la crítica en contra de las concepciones  naturalistas del capitalismo que ya se encontraban en  Smith y Locke y  que en los tiempos actuales  la vimos en  Friedman y  hoy en  la economía neo-liberal que  domina y amenaza con  todo tipo de calamidades si no se siguen sus prescripciones. Esta lógica de la contingencia  es posible reconocerla cada vez que  Marx pone el énfasis en la economía como una construcción humana más que como un orden  subyacente esperando a ser descubierto.  Al des-objetivar la economía y mostrar que su realidad es el resultado de relaciones de poder  que generan sus propios principios de construcción Marx expande la dimensión de lo político. Solo que, como verdadero hijo del Alumbramiento, rápidamente  intenta restaurar el proyecto modernista con la afirmación de una metafísica de la historia sometida a leyes esenciales que predicen una solución última. Lo político brilla  y este brillo, por intermitente que sea, es suficiente  para que no pueda ser  extinguido enteramente. La historia de la imaginación marxista se ha caracterizado por esta constante oscilación entre la búsqueda de la certidumbre y su  negación por la acción política.

 La critica  a la aproximación naturalista de la economía, como dice  el critico Glyn Daly, también  la encontramos en Weber, Simmel, Polanyi, Keynes, Agrieta, Lipietz y Boyer, entre otros. La estabilidad económica, según ellos, depende  de regulaciones sociales que trascienden la economía como tal. En mayor o menor medida, todos ellos afirman que la economía no puede ser considerada como un orden autónomo cerrado, sino que tiene que ser vista en términos contextuales y discursivos. Y es esta aproximación  la que ha  posibilitado el desarrollo de una economía política radical que niega el carácter  natural de cualquier orden económico o  identidad social, de una política que  pone al descubierto a los distintos sistemas económicos que  intentan encubrir el hecho de que no hay  fundamento o esencia ultima que determine la realidad social.

El cierre de cualquier sistema social es un efecto puramente histórico  o artificial porque  cada sistema es una construcción de poder  que descansa  en la represión de otros, de los que se perciben como anti sistema. No se trata de que los sistemas sociales no tengan fundamentos. El fundamento existe, pero solo como una frontera histórica entre fuerzas antagónicas. Todo sistema esta marcado por una violencia originaria que busca establecer una coherencia territorial y la violencia del sistema siempre intenta justificarse con la referencia a un principio externo. Destino, Divinidad, Progreso, Civilización, Democracia  o, lo que es lo mismo, por  la invocación de ciertos misteriosos agentes supra naturales o  principios históricos o naturales que encubren la naturaleza meramente política de su existencia.  La relativa estabilidad o inestabilidad de cualquier  organización social es algo que no puede ser determinada por adelantado ya que  siempre  dependerá del tipo de compromiso político  que exista dentro de las circunstancias en que se da. Lo que  si es trans-histórico es el hecho de que todo sistema puede ser, en principio, subvertido permitiendo una eterna politización.  Y es esta perspectiva la que le ofrece a la izquierda la oportunidad para desarrollar una aproximación  más democrática y progresiva en las prácticas socioeconómicas  comparadas con los  discursos económico políticos más tradicionales.

¿Y como seria  el proyecto  de  una transformación económica radical? En un mundo globalizado, en lugar de rechazarlo, la izquierda  debería trabajar con la lógica de la globalización para subvertirla y radicalizarla. Nuevas aperturas y formas de lucha en contra de los intentos de dominio global de las Corporaciones son siempre  posibles  para promover  una visión alternativa que vaya más allá de la pura maximización y concentración  de la ganancia. Una visión que busque el aumento de la libertad y la igualdad como principio socio-económico prioritario. El lenguaje libertario del neo liberalismo debe ser subvertido en dirección de la igualdad universal. La libertad que celebra el capitalismo consumista  posmodernista solo puede tener significado si la sociedad esta dispuesta a proveer  los recursos a todos sus miembros para que puedan  participar de esas libertades, si esta dispuesta a garantizar  una participación completa en la llamada sociedad de consumo. Para lograr esto se requiere, por supuesto, de una articulación diferente. Considérese solamente esto… las primeras doscientas corporaciones globales son ahora tan grandes que sus ventas combinadas sobrepasan las economías de 182 países y tienen casi el doble del poder económico de los cuatro quintos de la población mas pobre del mundo. De las cien más grandes economías del planeta, cincuenta y dos son ahora corporaciones multinacionales… 447 millonarios tienen una riqueza combinada más grande que el ingreso de la mitad de la humanidad. Las tres personas mas ricas del mundo tienen bienes que exceden  el producto domestico bruto de 48 países. (“Institute for Policy Studies, Washington, DC” and “1999 UN and Human Development Index Annual Report”, que hasta el día de hoy no ha variado sustancialmente).  ¿No es esta grotesca concentración económica la que revela al capitalismo como un sistema profundamente antidemocrático? ¿Un sistema que requiere ser reemplazado por otro?  Fácilmente podríamos usar la misma retórica neoliberal de la libertad en contra del neoliberalismo existente… la afirmación de la libertad para pluralizar, expandir y participar  en los lugares en que se adoptan las decisiones económicas, para  multiplicar y democratizar  los espacios de representación y radicalizar y reconfigurar  los ya existentes con el interés de desarrollar efectivamente  los mecanismos de participación.

 La  reconciliación ultima de las contradicciones o el sueño  de la armonía es un fin ilusorio porque el momento de la total simetría nunca llegara. Con lo que nos quedamos  eternamente es con procesos de constitución y descontitucion social en donde las fronteras de lo social siempre dependen de las  negociaciones y fluctuaciones de poder. Represión y poder no pueden ser erradicados. Para la izquierda esto significa la adopción de una actividad política bien paradójica y su renovación y creatividad dependerán de cómo mantiene la tensión entre uno y otro.

En lugar de encontrar el ultimo fundamento económico para la construcción de la sociedad  ideal y armónica que cierra la historia  nos quedamos, después de todo, con la sospecha de que esta no es posible… ni tampoco, deseable.

Nieves y Miro  Fuenzalida.
Ottawa, Enero 2014.               
       

   












Monday, January 27, 2014

De truenos y rayos.




Estando en mi cocina azul…dándoles un vaso de agua a las naranjas violetas africanas, que lo pedían ardientemente, ya que sin tomárselo les iba la vida…entro corriendo un rayo perseguido por un trueno… Grite…la Sra. Juanita apareció con ojos asustados…

- No te asustes  ¡!!

Mi voz de mil preguntas, se elevo entre el silencio que dejaban los gritos truénales…

- Yo también lo estoy ¡!!

El rayo, que también era azul, se había escondido debajo del plumero rosado… que estaba reponiéndose de sus sacudidas de la mañana en los brazos cafés del mimbre del sillón donde acostumbraba la Sra. Juanita a dejar sus huellas ancestrales… El trueno lo estaba buscando debajo de la mesa, teniéndole casi a su lado… Se me paso el susto y le pregunte cuidadosamente, entre su gritar de dios mitológico...

- ¿A quien busca?

Lo trate de UD., no porque fuera trueno, sino porque tronaba tan fuerte en el espacio reducido que a lo mejor no me alcanzaba a escuchar la “s”…Me miro tronadoraramente… y estruendosamente me contesto…

- Al rayo que se me escapo!

Le pregunte …

- ¿Es su prisionero?

Su respuesta fue rotundamente bulliciosa…

- No, solo quería conversar
-  con el. Nunca lo he alcanzado!

Le pregunto…

-         ¿ Y por que en mi cocina ?

Me contesto gentilmente…

-         En las cocinas azules
-         Hay tibiezas de lluvias!

Nieves.
Junio 8 de undosmildos.






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Wednesday, January 22, 2014

La fabula aun no contada.




La historia es vieja...o más bien deberíamos decir, antigua. El ser humano cae del cielo por la gracia de Dios y debido a su ingenuidad tiñe su imagen al comer del fruto prohibido. Pero, a pesar de ese evento, todavía tenemos algunos chispazos de esencia divina. Y si seguimos la Palabra, nuestra culpabilidad será borrada y nuestra verdadera esencia eterna alumbrara en el futuro... según la historia va. Somos lo que somos, eternamente inmodificables... determinados desde el comienzo y condenados a circular en la jaula de lo mismo, ligados a una identidad fija... para el resto de la eternidad! Que patética criatura este mono bipedal desnudo que invento el lenguaje solo para definir sus limites... su jaula.

Pero esto es solo una fábula... una fábula contada por el sacerdote y de sacerdotes no queremos nada. Preferimos volver a los nomades,a los adivinos con espíritu alado, a los aventureros y exploradores que nos cuentan fábulas de descubrimientos y filosofar con martillos. Ellos miran al futuro como un acto audaz de experimentación. Rompen con el pasado con la esperanza de crear un futuro... un futuro intemporal poblado por multitudes, manadas y tribus en movimientos, mutantes y simbióticas, que disturban la unidad de la horda. El futuro pertenece a los nómadas y su fábula aun no se ha contado.

Ariel.
Ottawa, 6/16/00.

Saturday, January 18, 2014

Porque todavia somos barbaros?



Porque todavia somos barbaros?

Al recordar a Hegel o Marx algunos de nosotros no puede evitar cierta nostalgia al reconocer que ellos representaban la culminación de una gran narrativa que desde el Siglo de las Luces mantuvo la convicción de que la mejor forma de comprender los fenómenos humanos era históricamente y que esta historia era la historia de la emancipación de la especie humana de las limitaciones naturales y las injusticias sociales. Optimisticamente pensábamos que el sufrimiento actual era solo una etapa en la línea del progreso.   El fin de la historia traería el triunfo del imperio de la justicia y la armonía en donde lo que es coincidirá con lo que debe ser.  El momento en que la irracionalidad se eliminara y el drama del progreso humano terminara. En otras palabras, la visión secular del Paraíso en la tierra.

La metáfora de la luz es bien interesante. Desde su comienzo el modernismo la uso para designar la luz de la razón entendida como el poder de la argumentación   que todos los seres humanos pueden ejercer y que constituye la fuente del progreso y la felicidad. Fue Platón el que inicialmente introdujo la analogía del sol y el bien en el pensamiento occidental y desde ese momento la luz adquirió la nobleza y connotación filosófica con que hoy la conocemos. El destino del filósofo, decía Platón,  es ascender costosamente hacia la superficie para ver la luz de la verdad y luego, como buen ciudadano, volver a la caverna de la vida diaria en donde la gente confunde las sombras por la realidad y  no quieren  que nadie les diga lo contrario. Al final del siglo XVIII el iluminismo filosófico proclama haber encontrado el conocimiento universal que, al hacerlo publico, abre el camino al progreso, al reconocimiento mutuo, a la libertad humana y al fin de la superstición. El sueño tan largamente esperado por la especie. El ser humano al servicio del ser humano… excepto por un pequeño detalle. Si finalmente hemos visto la luz ¿porque todavía somos bárbaros?

Si los números significan algo lo ocurrido en el siglo pasado es imprecedente… 6 millones de judíos exterminados por los nazis, 22 millones por el proceso de colectivización soviética, mas el numero desconocido de victimas de la persecución religiosa, del genocidio étnico y la disidencia política. La exterminación sistemática de armenios por los turcos, la aniquilación de la población urbana de Kampuchea en 1995 que alcanzo a 2 millones de personas. La destrucción atómica de Hiroshima y Nagasaki por EEUU que ni siquiera las razones de guerra podrían lograr explicar o justificar. La limpieza étnica de la ex republica de Yugoslavia, Ruanda y la persecución, tortura y desaparición de miles de victimas que vimos en todo su sadismo  en las décadas del 70  y 80 en Sudamérica y que  hoy se refinan y repiten en la guerra  en contra del terrorismo. La lista es larga y podríamos seguir. Pero este recuento, por incompleto que sea, entrega una imagen de la historia muy diferente de la que el humanismo progresista, en su versión liberal o socialista, prometió en sus inicios. Estos eventos son tan grandes y horribles que los historiadores contemporáneos ya no pueden pensarlos como fracasos temporarios en la marcha hacia el progreso.  

¿No será que Iluminismo, Modernidad y Barbarie son términos que, a pesar de ser contradictorios entre si,  podrían pensarse  mucho mejor  como una unidad? Si así es, la cuestión es esta…  ¿como, lo que comúnmente pensamos como términos opuestos, podrían encajar uno con otro?
    
El filosofo alemán Schiller, siguiendo a Rousseau y Hobbes, ya afirmaba doscientos años atrás, escandalizando a los hombres y mujeres de su época, que cultura y barbarie aparecen como una misma cosa. Según el, el ser humano puede ser visto de dos maneras… como una bestia salvaje cuando sus sentimientos dominan sus principios, o como un bárbaro, cuando sus principios destruyen sus sentimientos.  Estos dos lados podemos descubrirlos no solo en la historia antigua, sino, también, en nuestro propio tiempo… ¿Diría Schiller, por ejemplo, que hoy  la multitud representa la bestia salvaje y la elite política, o el estado, representan al bárbaro? El escándalo que Schiller provoco se debió a que la cultura siempre se ha visto como una dimensión distinta y superior a la naturaleza y afirmar que son sinónimas es un sin sentido. Es este sin sentido, sin embargo, el que marca el comienzo del viraje del concepto de barbarismo, que de antónimo de cultura, pasa a ser  sinónimo de cultura.

El ensamblaje de Iluminismo y Barbarismo nos presenta tres posibilidades.  Iluminismo no es barbarismo.  Iluminismo es igual a barbarismo.  O… Iluminismo es ambos. Para Marx y la mayoría de los filósofos del siglo XVIII y XIX Iluminismo y Barbarismo eran términos antitéticos y hasta el día de hoy es la forma más común de ver al barbarismo. Su visión más pobre y tergiversada la vemos en la política exterior de EEUU. El presidente Busch, refiriéndose al islamismo fundamentalista, retóricamente preguntaba… ¿porque nos odian?  Y respondía…“ Porque ellos odian nuestra democracia y nuestros valores. Porque nosotros somos el bien, ellos son el mal”. Según esta aproximación la historia es la historia del progreso humano y algunos progresan mas que otros ¿No es esta una visión ingenua de uno mismo y una visión simplista del otro? Ciertamente lo es para Adorno y Horkheimer para quienes el modernismo es barbarismo. Pero, es Freud el que vio que el Iluminismo tenia que iluminarse a si mismo, ejercer un acto de auto reflexión para llegar a  reconocer que  el barbarismo no es simplemente un principio externo, sino su principio antagonista interno.   Iluminismo y Barbarie son los dos lados de la modernidad que, últimamente, no pueden ser separados. No es que no haya  progreso, sino que el progreso va acompañado por su  opuesto. Una época solo es conciente de si misma cuando reconoce que el barbarismo es su lado obsceno.  Un virus listo para propagarse en cualquier instante. La tortura y el crimen que se desato en Latinoamérica en las décadas del 70 y 80 no vinieron desde fuera. La maquina de guerra y sus torturadores eran chilenos, argentinos o brasileros. El terrorismo fundamentalista contemporáneo lo encontramos no solo fuera, sino también dentro de las metrópolis del capitalismo… en el racismo ultra derechista de las calles de Europa o en el bombardeo de Oklahoma en Estados Unidos. Es esta tensión o antagonismo interno el que  en última instancia encontramos  en nuestra condición humana.

Si la crisis de la creencia de que al final de la historia  nos espera la felicidad y la racionalidad humana,  entonces,  la alternativa mas segura que nos queda es presumir  que la historia es discontinua y sin dirección. Adorno y Horkheimer, que inicialmente negaron la idea del cambio por el cambio mismo, al final renuncian a la idea  de que los cambios puedan traer modificaciones sustanciales y ven el futuro marcado por la misma rutina y sufrimiento. Habermas, sin embargo, no comparte esta resignación y considera el abandono de los ideales del Iluminismo injustificado y vuelve a reafirmar la posibilidad de crear una sociedad verdaderamente moderna. Sin una apropiada meta narrativa  de la emancipación humana, dice,  no es posible aspirar a una sociedad ideal o a un programa de acción para lograrla. Es cierto que la tensión existencial no puede ser abolida, pero puede ser canalizada en una forma mas apropiada a través de la búsqueda del consenso sin coerción, que es la condición necesaria para lograr el proyecto modernista  ¿Realmente? Lyotard responde diciendo que cualquier consenso que se logre es solo un estadio de la discusión, no su fin. La afirmación de Habermas de que el consenso, libre del poder,  es el  gol y fin de la historia es una meta narrativa no menos peligrosa que cualquier otra. Si la distorsión del poder es parte de todo contexto… ¿Cómo podría haber un consenso puro? ¿Y cuan evidente es la presunción, natural o histórica, de que el ser humano prefiere la armonía?

La conciencia de la contradictoria relacion entre cambio y continuidad siempre ha sido una parte integral en la comprensión del pasado, el presente y las esperanzas del futuro. El desafío del post modernismo es que niega la presencia simultanea del cambio y continuidad como parte de la vida humana. El dominio exclusivo de uno o del otro, dicen, es la condición necesaria para la comprensión de una historia post modernista. El filósofo griego Heraclito, más de dos mil años atrás, ya había afirmado el dominio exclusivo del cambio y la naturaleza ilusoria de la duración y continuidad.  En la misma forma la teoría progresista de la historia del modernismo también contiene la separación entre cambio y permanencia como dos aspectos del tiempo. Los cambios de un periodo histórico a otro tienen como ultimo fin la edad de la razón y la felicidad en donde el cambio dará paso a la estabilidad. La continuidad prevalecerá y las transformaciones serán reducidas a pequeños ajustes. La diferencia con el modernismo es que la versión post estructuralista del post modernismo separa el cambio y la estabilidad en forma radical. No es que hayamos fracasado en la marcha hacia el progreso, sino que la historia nunca se dirigió hacia el. Es el cambio el que debe promoverse incondicionalmente y asegurar el dominio de la pluralidad, diversidad y heterogeneidad. Frente al reduccionismo modernista de la continuidad hoy día nos encontramos con el reduccionismo del cambio que pasa a ser la clave en la explicación de la historia. En lugar de significado y orden histórico ahora nos encontramos con un mundo fluido, sin dirección y con múltiples verdades. La esperanza de la felicidad futura de las utopías tradicionales se reemplaza por la negación ascética del fin de la historia y el compromiso diario para mantener el cambio libre de obstáculos.




















Tuesday, January 14, 2014

El trencito




 Bien, niños, ahora vamos
a jugar a los cieguesitos
que van en un
trencito... Me salio
versito sin ningún
esfuercito... ja... ja

Que juego es éste?
jamás lo he escuchado
no lo conozco
ni siquiera de mi infancia
El "juego" era este...
una vez que fuimos vendados debíamos poner
nuestra
mano izquierda en el hombro del que iba
adelante
de cada uno de nosotros

El trencito, cabritos,
será guiado por mi voz
..."como estoy... Godoy"
...  los cieguitos del
trencito deben seguirla
... chu... chuu...-

Mis oidos se paralizaron al escuchar esto!
Como es posible?
La mente del hombre no funciona ya
como estaba acostumbrada a funcionar?
Que ha pasado en la tierra
mientras hemos estado aqui ?

Pasajerosssss... al tren!

Arturo es el 1er "carro"
de este cruel tren
lo sigue Rosa, Nieves, Roberto
Antes de darnos libertad tenemos que "jugar"
este "juego"
Es juego?
Bien juguemos!

 Esta estación esta llena de piedras...
así que a levantar
las "patitas”...

Las fui levantando
piedra por piedra
Ellas no existían
A donde quieren llevarnos
con este "juego”?
Que quieren conseguir con esto ?
Lo harán porque nos van a dejar libres?
Lo harán porque quieren hacerlo?
No lo sé
Mi angustia se agiganta
pero al mismo tiempo estoy mas alerta
Debo seguir cuidadosamente la voz
desagradable
altisonante

Aqui hay una acequia
tienen que saltarla
..."upa chalupa"

Lo hice

Mala suerte! ... Tienen
que agacharse... hay
alambres de púas...
si no se agachan ...
se clavaran... se los
digo yo..."cabros”...

Lo hice

Estos niños saben
"jugar al trencito"
ja… ja... Les daremos
un premio... No
es verdad "coleguitas”?
... Se lo merecen!

El premio será la libertad!!!
No me importa haber jugado al "trencito"
Te abrazaré,
amor
En mis brazos estrujare a mis príncipes
Con mis buenos Padres y hermano lloraremos
Recuperar la hermosa libertad que perdí
por un tiempo
Luego comenzará
la otra primavera
daré las gracias por tenerla
ya en mi aire la pinte con sus colores
esta primavera la quiero azul
el azul que da calma
azul que embellece el amanecer!
La libertad se demora en llegar
Por qué?
Los "grandes" jefes ya estarán hablando de
ella?
Falsa alarma
La libertad no era para nosotros.

(De: "El 39 Avo Fragmento del Clan.
Acerca de 4 Alamos - 1 Alamo= 3 Alamos".
Nieves Fuenzalida. Editorial DPapel, Santiago, Chile, 1997)

Sunday, January 12, 2014

Fantasias delirantes



 Nacemos dentro de historias trastornadas... fantasías delirantes que se derraman en las calles. Somos singularidades nomaditas... relámpagos de intensidad desatados en los cosmos, desbordados con la libertad de vagabundear y explorar. La vida nomadica es musical,  compuesta de ritmos y flujos, velocidades diferenciales, refranes y tartamudeos que se dispersan en todas direcciones, desparramandose en el paisaje, haciendose indistinguible del medio. Debido a esta condicion, nosotros los momades siempre corremos el riezgo de rodar en la redundancia y ser absorbidos dentro de un hoyo negro o de resbalar dentro de una fantasia sin salida por temor de perderse asi mismo en la jornada... de convertirse en algo irreconocible. Contacto con el exterior es crucial. El dar una mano cuando los senderos se cruzan... un pacto que siempre se basa en alianzas profanas y enlaces en contra natura. Caminamos con Pan entre nosotros. Nuestras resonancias formando bandas, hordas y emjambres. Uniendonos por un minuto, un dia, un año, una vida entera. Pero siempre en movimiento, paseando, vagando, escapando y creando. Todo a diferentes velocidades... es siempre una cuestion de velocidad. Nuestros bordes siempre borrosos y escualidos cuando entramos en el mar del quantum con su materia inestable, flujos de intensidades fugitivas y particulas totalmente insanas. Nuestras huellas emergiendo de la sopa pre-biótica...  un cuerpo sin órganos... un mito antes del tiempo. Si alguna vez te has embarcado en un viaje triptaminico es el momento cuando el cosmos se desgrana... el descosimiento de la trama de la realidad.

Ariel.
Junio / 2001.

Friday, January 10, 2014

El mono en el cubiculo



                                         
 ¿Hay alguien que realmente no haya sentido en algún momento de su vida una cierta sensación de encierro, de constreñimiento y sofocación  que le hace  soñar  con espacios ilimitados y mundos diferentes… con abrir la puerta y salir?

Mr Seaman, uno de los paciente del “Hospital St. Vincent”, nos contaba, en una ardiente   y húmeda tarde de verano, que en la década de los 70 un equipo de científicos aisló varios chimpancés, cada uno en piezas separadas, a los que se les enseño a comunicarse por medio de botones marcados con símbolos…  si querían un plátano apretaban un botón marcado con el dibujo de un plátano el que inmediatamente caía por un tubo. De esta manera ellos podían satisfacer también otras necesidades, como la obtención de agua, cambios de luz, de  temperatura e incluso afecto físico. Cuando el mono apretaba el botón adecuado, uno de los investigadores entraba a la pieza, lo abrazaba y jugaba con el por algún tiempo antes de irse nuevamente. En este experimento, el mundo entero del chimpancé quedaba reducido solo a lo que ellos podían conseguir a través de los botones, a los factores de costo y a lo que los investigadores tenían en mente. En total, había doce botones.

El propósito de esta investigación, nos contaba Mr. Seaman, era  el de averiguar si el animal era capaz de notar los cambios de símbolos en los botones y leer correctamente su nuevo ordenamiento. Así, el plátano que caía al apretar el segundo botón, ahora caía al apretar el quinto. La habilidad inmediata del mono para actuar de acuerdo con esta nueva situación fue considerada por los expertos como una nueva revelación científica, indicando que estos animales eran capaces de entender y usar abstracciones y que podían iniciar el mismo tipo de procesos mentales asociativos y simbólicos que los humanos.

Pero, como dice Mr. Seaman, también es posible extraer otras interpretaciones diferentes. El experimento, por ejemplo, nos puede indicar que el chimpancé en el laboratorio sufrió una acelerada versión de la historia humana y que, como cualquier otro animal limitado, hará lo que sea necesario para sobrevivir y tratar de obtener lo mejor de una mala situación que escapa a su control. Cuando un animal con sistema nervioso de cierta complejidad es trasladado de su mundo natural a uno artificial, en donde su habilidad para sobrevivir se hace irrelevante, empezara a depender de quien controla el nuevo ambiente y usara su inteligencia para aprender aquello que sea necesario para ajustarse al sistema. Se concentrara, e incluso se convertirá en un adicto, de aquellas pocas experiencias que les son disponibles. Sus deseos y esperanzas físicas y mentales se reducirán exclusivamente solo a aquello que puedan obtener. A diferencia del chimpancé,  agrega Mr. Seaman, nosotros, los animales humanos, no fuimos capturados y encarcelados en una pieza o jaula zoológica… pero, después de muchas generaciones, nuestra especie ha sufrido una suerte similar.

Esta alucinante analogía, probablemente producto de una de las erráticas lecturas de Mr. Seaman  esta, según creemos, lejos de ser exacta… Y, sin embargo, a pesar de su romanticismo un tanto rousseaniano y de su exageración extrema nos provee, diríamos, con una cierta perspectiva provechosa. Nosotros también experimentamos un trasplante del medio natural, complejo y tridimensional en el que evolucionamos y que nos exigía el uso regular de nuestra musculatura y de todos nuestros sentidos. En contraste, ahora inter-actuamos mayormente con productos comerciales manufacturados tales como libros, papeles, televisión y pantallas, los que están constituidos típicamente solo por dos dimensiones y no requieren mas de dos sentidos y unos pocos músculos para su uso. En realidad, funcionamos en contextos tan diferentes de nuestro medio evolutivo, como el mono en el cubiculo. Al igual que el, es la cultura humana, mas bien que la naturaleza, la que nos provee con las limitadas elecciones que típicamente se nos dan en nuestra vida diaria. Si comparamos el medio ambiente natural con el que hoy nos toca vivir encontramos que en aquel teníamos que estar constantemente alerta a cada cambio y detalle de las actividades y reacciones de los otros seres vivos y el medio cercano a nosotros y toda la inter-acción que éramos capaces de experimentar a través de nuestros cinco sentidos era vital para nuestra sobrevivencia. Solo que esos talentos invaluables en aquella situación, talentos que hacían la diferencia entre la vida o la muerte, son totalmente inservibles, e incluso contra-productivos, en nuestra vida moderna. Si hoy pudiéramos identificar 56 diferentes variedades de copos de nieve o distinguir trescientos diferentes modelos de sueños con sus significados o los diferentes tonos de amarillo de la rosa salvaje, de poco nos serviría para mejorar nuestra situación en la competencia económica. Lo que nos queda, en cambio, es auto-recrearnos para encajar en la civilización tecnológica contemporánea. Re-diseñar nuestra personalidad con aquellas cualidades que puedan transarse en el mercado… pensamiento rápido, agresividad, competitividad, manipulación, encanto personal. Son estas las que nos permitirán triunfar y obtener algún grado de satisfacción en nuestra monótona vida de trabajo y consumo.

¿Seria ir demasiado lejos al comparar los cubículos experimentales del chimpancé con las oficinas de las corporaciones o el estado moderno? Quienes diseñaron tales ambientes de trabajo sabían lo que estaban haciendo. La eliminación de estímulos sensoriales definitivamente aumenta la atención en el trabajo que necesitamos  llevar a cabo con la exclusión de todo lo otro. Con el ambito de experiencias drásticamente reducido en las oficinas conteporaneas, los estímulos que quedan –trabajo mental, manejo de papeles- estas permanecen mas tiempo y adquieren una importancia que no tendrían en un ambiente mas complejo, rico y estimulante. Si el trabajador adquiere cierto interés en lo que hace, es mayormente porque eso es lo que hay disponible para llamar su atención. Además, no olvidemos, el empleado no tiene decisión en lo que se le presenta para llamar su atención. Eso esta determinado por otros.

Nuestro mundo moderno, de cubículos comerciales y gigantescos edificios de departamentos, de alguna manera nos hacen recordar las pequeñas piezas en las que los chimpancés del experimento tuvieron que vivir, especialmente cuando nos sentimos restringidos, confinados y deprimidos. Pero, lo toleramos porque nos continúa proporcionando plátanos y, de vez en cuando, un abrazo. Evidentemente nos gusta  mantener los plátanos, la seguridad y comodidad… solo que también nos gustaría abrir la puerta y salir.

Nieves y Miro  Fuenzalida
Ottawa, Septiembre 29 de undosmildos.