Friday, March 29, 2013

Prohibido matar al Joker.

 La maldad del Joker, el enemigo mortal de Batman, excede las fantasías de cualquier sádico. Sus crímenes son tan crueles e innumerables que  solo recordarlos produce horror. Y cada vez que sale del Asilum comete nuevas atrocidades que  causan inmenso sufrimiento. El es uno de esos tipos humanos del cual la mayoría estaría de acuerdo en  que su muerte evitaría dolor y  salvaría incontables vidas. Por supuesto Batman siempre aprehende al Joker.  Pero, cuando lo aprehende… no lo mata. ¿Por qué no lo hace  y así  termina de una vez por todas con este ciclo de destrucción y sufrimiento, especialmente sabiendo que volverá a escaparse para cometer nuevos crímenes? Excepto por unas pocas ocasiones  Batman ha rehusado sistemáticamente matar al Joker porque si  lo hiciera, dice, el no se distinguiría moralmente de los criminales que  ha jurado combatir.

Que es mas importante…  ¿cuidar de la moral personal o hacer algo que va a beneficiar a un montón de gente? ¿Hacer el bien o evitar el mal? O, lo que es lo mismo… ¿Es ético matar para evitar futuras matanzas?

Como observa  Mark White en un reciente ensayo, Batman plantea una serie de dilemas éticos. Matar al Joker para evitar futuras muertes es un argumento bastante evidente que a primera vista pareciera no presentar  mayores complicaciones. Según el utilitarianismo el objetivo ético  de nuestras acciones es el de maximizar  la felicidad o el bienestar total. Salvar la vida de muchos a costa de solo una, por trágico que esto sea, resulta en un incremento neto del bienestar y la seguridad social. ¿No es este el argumento que Obama usa para llevar a cabo asesinatos preventivos, incluyendo el asesinato de  sus propios ciudadanos? Ciertamente  y para la inmensa mayoría de los norteamericanos esta es una decisión moralmente aceptable, especialmente en una época en que un gran numero  puede ser muerto solo por unos pocos. Podemos decir que creemos en ciertos deberes, derechos o principios  absolutos, en ciertos imperativos categóricos, pero solo y cuando estos no interfieran con la felicidad, el bienestar, la conveniencia o seguridad  del mayor número posible de personas, ahora y a largo plazo. La tortura, por ejemplo, puede justificarse si con ella, según el ex vicepresidente Cheney durante la administración de Bush, podemos impedir otro ataque terrorista. La felicidad de muchos justifica el sufrimiento de uno.  Pero, no para Batman. El no quiere ningún trato con el  utilitarianismo. La felicidad es importante, ciertamente, pero hay ciertas cosas que no se pueden hacer para conseguirla. El no matara, incluso para salvar otras vidas y tampoco va a arriesgar a inocentes para capturar a los villanos. En la historia “El hombre que rió” del 2005  Batman sostiene al Joker sobre las reservas de agua potable de la ciudad de Gotham pensando para si mismo... Estas aguas tienen suficiente veneno para matar a miles de personas. Seria tan fácil  ahogarlo en ellas. Ya  han muerto tantos  por su culpa… Pero no, no debo”.

¿Por que negarse a matar  a uno y con ello permitir la muerte de tantos? ¿Porque es su deber? ¿Porque es su sentido de justicia? La respuesta de Batman es siempre la misma… Porque el seria tan malo como los delincuentes que  combate. Si lo hiciera cruzaría una línea de la cual nunca retornaría.  La logica utilitaria, si se aplica consistentemente, fácilmente puede llevar a la violación de la dignidad y los derechos más elementales del individuo. 

En el  fondo Batman es kantiano.  La moral de un acto se basa en las características intrínsecas del acto mismo independientemente de las consecuencias que puedan derivarse de el. El fin no justifica los medios y los medios deben justificarse por sus propios meritos. El hecho de que el asesinato de uno puede prevenir la  muerte de muchos es irrelevante. El único factor relevante es que matar es erróneo. Lo correcto no es una cuestión de cálculo y beneficio, sino algo que tiene que ver con la forma apropiada en que los humanos se tratan unos a otros.

Hace algún tiempo atrás Philippa Foot diseño un experimento mental que plantea un dilema moral clásico. Imaginemos, dice, que viene el tren y vemos a  cinco personas  en la línea  que no tienen tiempo para escapar. La única manera de evitar la muerte de estas cinco personas es desviar el tren a la otra línea. Pero, en medio de  ella,  también hay  una persona que tampoco tiene tiempo para escapar. Ahora imaginemos que nosotros estamos al lado de la palanca de cambio de línea y que debemos elegir entre hacer nada, que lleva a la muerte de cinco personas o desviar el tren a la otra línea que lleva a la muerte de una sola persona.

La pregunta es esta… ¿Estamos moralmente obligados a desviar el tren a la segunda línea o no? Si fuéramos utilitarialistas estaríamos llamados a desviarlo para salvar más vidas. Si fuéramos kantianos, en cambio, tendríamos problemas con esta elección. Según el utilitarismo todos tenemos la obligación de maximizar el bienestar social, sin excusas. Para el kantiano, en cambio, “no matar”, una vez que se transforma en imperativo categórico, significa  literalmente “no matar”, incluso si hay razones que indican que seria una buena idea. Es la diferencia entre lo que es bueno y lo que es  correcto.  Tirar la palanca para desviar el tren y matar a uno en lugar de cinco puede ser un mejor resultado, pero no un resultado correcto, especialmente cuando no hay diferencias morales en toda esta gente.

Entonces… ¿no da lo mismo  si  todas ellas no son  moralmente equivalentes? Judith Thomson introduce algunas modificaciones en el experimento que agregan un grado más de complejidad ¿Qué pasa si las cinco personas están borrachas y se quedaron dormidas en la línea y la otra es un trabajador ferroviario cumpliendo solo con su deber? El tiene derecho a estar ahí ¿cierto? en tanto que los otros no. ¿Podría uno decir que los cinco están ahí por propia elección y  que la responsabilidad por  lo que pase cae completamente sobre ellos por lo que no es justo salvarlos a expensas del otro que esta ahí  únicamente porque es su responsabilidad? Y si es así ¿que queda de nuestro utilitarianismo?

Mark White  presenta una tercera  variación en el tema ¿Qué pasa si la otra persona es el Joker? Imaginemos que después de haber atado a las  cinco personas en la línea  el Joker se ubica en la otra para ver que es lo que Batman hará.  Si seguimos la misma logica anterior tendría que favorecer la decisión de matar al Joker. Después de todo… ¿Porque sus victimas tendrían que sacrificar sus vidas para salvarlo si sabemos que su pasión es matar  inocentes? Si seguimos la logica de Batman el Joker no debiera  ser asesinado para salvar a los cinco. En estas circunstancias uno podría preguntarse ¿Pero…no tiene Batman alguna responsabilidad aquí?  Como alguien en una de sus historias le dice “si tu no matas al Joker la muerte de estas y todas sus futuras victimas recaerá en tus manos”.  A lo que Batman responde “No, las muertes que el Joker  causa son su responsabilidad. Yo soy solo responsable por las muertes que yo causo”. Cierto. Batman tiene razón.

¿Realmente? Supongamos que la victima del Joker es Robin y no los cinco  desconocidos del experimento anterior… ¿Cuál seria la decisión correcta? Para un kantiano como Batman el valor moral de una acción consiste no en las consecuencias que puedan derivarse de ellas, sino en la intención con que el acto se lleva a cabo. El valor reside en el acto mismo y no en otra cosa como nuestros intereses, deseos o preferencias. Un acto que se ubica más allá  del principio del placer. Solo las acciones que surgen exclusivamente del  deber y solo por deber tienen valor moral.  Actuar moralmente no es elegir los mejores medios para lograr un  fin determinado, sino elegir el fin por si mismo. Y cada ser humano es un fin en si mismo porque cada uno tiene un valor intrínseco  absoluto. Es esto lo que en términos de deber moral le impide tratar a un ser humano como medio. No porque este sujeto a una  ley moral escrita en piedra, sino porque solo el es el autor de su propia ley moral,  solo el  define “No matar” como  su  imperativo categórico.

Todo esto suena bastante bien. Solo que dejar a un asesino realizar una acción criminal por una cuestión de principios no es cosa fácil. Especialmente cuando confrontamos situaciones extremas… ¿No es en esas situaciones cuando vemos al bien  empezar a perder su contorno? ¿Cuándo la realidad  sobrepasa los  absolutos? Si uno de tus hijos estuviera  en esta situación en lugar de Robin y tú en lugar de Batman… ¿Qué harías?

Afortunadamente no somos ni Batman ni Obama y este es solo un experimento mental. Un escenario imaginario que nos permite escapar a nuestros dogmatismos  y especular  acerca de lo que moralmente deberíamos o no deberíamos hacer. Y, al parecer, cuando lo hacemos las elecciones  no son siempre tan claras.

Nieves y Miro  Fuenzalida.
Ottawa, Octubre 2011

Monday, March 25, 2013

La Biblia y la Palabra.

La Biblia se imprimió por primera vez en 1488. Hasta esa fecha había existido por más de dos mil años solo en manuscritos expuestos  a constantes borraduras, adiciones y traducciones. Es posible distinguir alrededor de 40 autores entre ellos reyes, pescadores, sacerdotes, pastores y burócratas cuyos escritos abarcan un periodo de aproximadamente 1500 años. De  toda esta diversidad el sacerdote reclama  la  unidad  increíble del texto y el estatus de fundamento del canon occidental. 

 ¿Que es lo que hace a la Biblia el libro de los libros? ¿Qué es lo que indica el origen divino de su Palabra? ¿Qué es lo que lo diferencia de cualquier otro texto?

Cuando escribimos nuestro nombre en una hoja de papel, pregunta una de esas enseñanzas dedicada a los feligreses… ¿Quién lo escribe… nosotros o el lápiz? Obviamente, como  sabemos, el lápiz no tiene el poder de escribir por si mismo. Nosotros somos la fuerza o el espíritu detrás del lápiz. En la misma forma Dios es la fuerza detrás de los profetas que escribieron la Biblia. Dios se revelo a si mismo a ellos para hablar a una audiencia mas amplia. Cuando uno toma un lápiz, el lápiz viene a ser la herramienta en la mano del escritor.  En la misma forma, el verdadero profeta es el lápiz de Dios. Es el quien habla por Dios y quien representa a Dios… “el pueblo imploro a Moisés  hablar a Dios por ellos en lugar de hablar ellos a Dios directamente por temor a morir. Dios complacido accedió al pedido” (Éxodos 20:18-21) Los autores humanos escribieron exactamente lo que Dios quiso que ellos escribieran y el resultado fue la perfecta y sagrada Palabra de Dios (Psalm 12:6; Peter1:21).

En la homilía dirigida al conclave que iba a elegir al nuevo Papa el cardenal Ratzsinger (Abril 18, 2005) afirmo que  una fe madura es la que se arraiga profundamente en la amistad con Cristo.  Es su amistad la que nos abre a todo lo que es bueno y nos da el criterio que  permite distinguir entre lo  verdadero  y lo falso. Es una relacion sin secretos y una comunión de voluntades unidas a Dios. Los amigos de Jesús  son los Apóstoles y sus descendientes, el episcopado, el conclave de cardenales y el Vaticano  son los que  entregan la doctrina de la Iglesia que es idéntica a la voluntad de Dios. Es decir, solamente las interpretaciones que la clerecía hace del nuevo testamente  son las que realmente transmiten  fidedignamente lo que el  texto dice. Y es este texto el que decide últimamente entre  la verdad y la falsedad.

En el siglo XVII Spinoza sometió a la Biblia  a la crítica de la pura razón  explicándola históricamente. Bajo esta forma radicalmente nueva el Libro Sagrado  aparece solo  como un libro antiguo  mas entre muchos otros, irrelevante como autoridad y sus intérpretes reducidos a estudiosos de textos antiguos. Su interés en hacer esto no fue solo académico, sino que su proyecto fue un apasionado compromiso social en la lucha por la libertad religiosa e intelectual. Su acercamiento a la lectura de las escrituras permitió crear un método nuevo y coherente de interpretación que luego pudo enriquecerse enormemente  en un contexto secular de libertad  intelectual.  No es que otras voces en defensa de la libertad religiosa o desafíos a la coerción política basadas en las interpretaciones de  textos sagrados no se hubieran escuchado antes. Lo que nadie había argumentado tan claramente como lo hizo Spinoza   fue  que la crítica de la autoridad de la Biblia es  una condición necesaria para asegurar permanentemente la libertad religiosa e intelectual. Que el reemplazo de explicaciones míticas  por explicaciones históricas  es clave en el logro de este objetivo.

El hecho de que hoy día no estemos gobernados por interpretes de la ley divina  ni intelectualmente dependientes de las revelaciones de Dios es una de las herencias de los pensadores del siglo XVII  que define la  libertad moderna.  La legitimidad política fundada en la religión  es cosa del pasado. La autoridad derivada de la ley divina tal como aparece en la Biblia para definir políticas sociales era el fundamento del poder soberano por  lo que no era raro que los que se atrevieran a cualquier análisis crítico del texto eclesiástico pagaran con creces su atrevimiento. La autoridad bíblica y el constreñimiento de la libertad estaban indisolublemente ligados. Su autoridad  era la última arma para derrotar cualquier desafío al régimen dominante.  Se fueron los tiempos en que la Biblia era la autoridad única, el texto dominante, la fuente original del saber  del canon occidental.

¿Por qué un texto escrito inicialmente en hebreo compuesto enteramente de consonantes, sin puntuación o marcas indicando vocales,  se ha mantenido  por miles de años como la piedra fundamental, como el centro  de la cultura judeo cristiana?  

La herencia de la tradición metafísica occidental, similar a otras tradiciones,  presupone que cualquier sistema de conocimiento depende de un fundamento último, de un primer  principio, de un símbolo central  desde el cual todos los significados se construyen jerárquicamente. En el Nuevo Testamento Dios es la Palabra, no cualquiera palabra, sino la Súper Palabra. Según el evangelio de San Juan… “En el comienzo fue la Palabra. Y la Palabra estaba con Dios. Y la Palabra era Dios”. Y así, a través de miles de  años, todo fue visto como el efecto de esta causa que deviene en significado transcendental, en uno que se ubica  más allá de la naturaleza, del universo, del todo.  La Palabra-Dios es  el origen y es la que  detiene, centra y limita el libre juego del universo, la que establece las leyes que aseguran que las naranjas no se conviertan espontáneamente en choclos o las palomas en gatos. La que separa el bien del mal. La que pone orden. Como creador de la ley la Palabra-Dios permanece más allá de la ley, más allá de la estructura del mundo. Es el centro que centra todo lo que hay, el que garantiza su significado y el que le da sentido a la existencia.

 Un gran número de símbolos, aparte de Dios, han ocupado el lugar de “significante trascendental”… la Idea, el Espíritu Mundial, la Sustancia, la Materia, la Naturaleza, la Conciencia Cósmica, el Vacío, etc. Son trascendentales porque desde el momento en que cada uno de estos conceptos pretende fundar todo el sistema de pensamiento y lenguaje no pueden estar  dentro del sistema, implicados en el lenguaje que intentan ordenar y centrar. Son fundamento, pero no parte de lo fundado.

¿Por qué necesitamos  significantes transcendentales?  Por que la relacion entre 
 un significante (sonido, imagen, grafico) y un significado  no es fijo, sino arbitrario. No hay una razón inherente de porque las marcas m-e-s-a, por ejemplo, evocan en nuestra mente el mueble llamado mesa. Muy bien podemos  evocarlo también con la palabra inglesa “table” o la francesa “tableau”. El significado en el lenguaje  es una cuestión de diferencia. Un  signo es lo que es porque  es diferente de otros signos. Si miramos el lenguaje como  sistema  vemos que en el hay solo diferencias  y el significado, en lugar de ser algo  inmanente al signo,  es funcional,  resultado de su diferencia con otros signos. El significado, digamos, es el producto de un cierto sistema de significaciones compartido y no  de una experiencia privada o un diseño divino.  Y, para complicar mas las cosas, tampoco hay una distinción fija entre significante y significado ¿Por qué? Por que  si  queremos conocer el significado de un significante tenemos que  buscarlo en el diccionario. Pero lo que allí encontramos son más significantes cuyos significados podemos buscar en el mismo diccionario que nos llevara a otros significantes y así sucesivamente. El proceso no es solo infinito, sino también circular. El significante constantemente se transforma en significado que a su vez se transforma en significante y vise versa y nunca llegamos a un significado ultimo que no sea el mismo un significante.

¿A dónde nos lleva todo esto? A  reconocer que el significado esta esparcido o desparramado a lo largo de toda la cadena de significantes. No es fácil fijarlo porque nunca esta completamente presente en un solo signo. El significante hoja, por ejemplo, tiene un sentido cuando hablamos de árboles y otro cuando hablamos de libros. Al  aparecer en diferentes contextos muestra diferentes sentidos  lo que hace bien difícil saber cual es su significado original.  Creer que uno  puede decir o escribir lo que es definitivamente, es una ilusión. Aunque, hay que reconocer, una ilusión  necesaria ¿Por qué?  Porque, a pesar de no hay concepto que no este enredado en un juego de significación sin fin, este juego necesita ser estabilizado en algún punto. Un discurso en el que los significados no puedan ser fijados es un discurso sicótico.

Y este es el papel que el “significante transcendental” ha jugado. Como tal  debe, de alguna manera, ser anterior, haber existido antes del pensamiento y del lenguaje. Su significado debe ser diferente a todo otro significado, es decir, no debe ser producto del juego de diferencias. Debe figurar, en otras palabras, como el significado de los significados, como el eje de todo el sistema de pensamiento, el signo alrededor del cual todos los otros giran. Lo que en el fondo hacemos es  elevar un significado  a una posición privilegiada. Así, Dios es…  el Origen, la Ultima Causa,  el Creador.

¿No es esta una curiosa forma de pensar?  Para que este significado sea posible otros signos tienen que haber existido. Es bien difícil  pensar en un  origen sin querer ir mas allá de el. No es que tengamos que renunciar a la búsqueda de tales causas o principios y, aunque quisiéramos, no es tan fácil ya que están profundamente enraizados en nuestra historia. Pero, si los  examinamos cuidadosamente  podemos descubrir que siempre pueden ser desconstruidos. Se puede mostrar que, lejos de ser absolutos, son producto de  un sistema de significados particulares  y no algo que provenga desde fuera del sistema.

En el momento en que el fundamentalismo religioso islámico y cristiano lucha por establecer políticas gubernamentales basadas en   libros sagrados el  descontruccionismo  puede servir  como una práctica política, como  un intento de desmantelar  la logica de formas  particulares de pensamiento que sostienen
 sistemas completos de estructuras políticas e instituciones sociales.   La intención  es tratar de ver  sus nociones, no como absolutas, sino   como  efectos  de una historia más amplia y profunda del lenguaje, del inconsciente, de las  instituciones  y las prácticas sociales.

Nieves y Miro Fuenzalida
Ottawa, Octubre 2012.












Friday, March 1, 2013

Confesionario"


Me confieso culpable ...De repente, extrañamente, me encontré en una cabina parecida al confesionario de mi infancia ...Pero este era algo distinto ...tenías que pagar ...decía que por 50 centavos podía expresar mis sentimientos de culpabilidad debajo de una ventana cuadriculada ...pero no puedo encontrar las monedas que se piden en estos confesionarios ...ups, otra vez ...cabinas  que funcionan como las de los teléfonos ...en este bolsillo de mi chaqueta burdeo de Otoño frío, tenía dos monedas de 25 que ahora no hallo ...ahh ...pero sí tengo un hoyo en el lado izquierdo ...por ahi se tienen que haber caído las pobres y ajadas monedas ...¿por cuantas manos habrán pasado ? ...No ...no me puedo ir ahora por la senda que recorren las monedas ...tengo que irme por donde ya caen las hojas como miles de saltimbanquis  silenciosos hacia la tierra donde tejen un chal naranja para protegerla de los fríos árticos ...Pero primero ...a ventilar mis sentimientos ...Quedaré más liviana ...porque ellos al parecer pesan !!!

Nieves
14 de Octubre de 2008.



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