Sunday, September 25, 2022

¿Y que es sexo?

  

No el divertido, sino el que tradicionalmente divide a los humanos en femeninos y masculinos, en mujeres y hombres, división que ha existido por siempre y no hay razón para pensar de otra manera ... ¿cierto? Bueno... no realmente porque aunque parezca extraño la cosa no es tan simple... ¿hay, en realidad, buenas razones para creer que naturalmente no hay nada mas fuera de esta división binaria? ¿No será que esta idea biológica es una pura fantasía, como algunos críticos dirían? ¿o, por el contrario, como un buen materialista afirmaría, la división binaria es un estado natural enraizado en un hecho biológico?

 

A comienzos de 1949 Simone de Beauvoir escribió que “uno no nace mujer, sino que uno se convierte en mujer”. La idea implícita es que ser mujer no es lo mismo que nacer biológicamente mujer. La sociedad trata de manera diferente a hombres y mujeres. A medida que la niña se convierte en mujer esta cada vez mas expuesta a imágenes y estereotipos sobre como debería comportarse, pensar y sentir. En breve, como ser femenina. Y la representación cultural de la feminidad principalmente esta formada por hombres y, en gran medida, en interés de los hombres. Se espera que una mujer sea lo que el hombre quiera o necesite... amables, domesticadas, desinteresadas y responsables. Pero, también, excitantes, sexualmente disponibles, infantiles y, contradictoriamente,  irresponsables. En buenas cuentas, la mujer es “el Otro” en relación con la figura central del universo humano, que es el hombre.

 

Desde los 60’s la llamada segunda ola feminista, siguiendo a Beauvoir, se enfoco en los conceptos de feminidad y masculinidad entendidos como un conjunto de diferentes expectativas, estereotipos y normas que enfrentan tanto los hombres como las mujeres. A estos dos términos le dieron el nombre de especial de “genero”, algo puramente social, sin fundamento biológico. Este es el  momento en que la distinción conceptual entre “sexo y genero” nace. Sexo se refiere a las diferencias biológicas entre masculino y femenino... la diferencia visible en los genitales y la función procreadora, por ejemplo. El genero, en cambio, es una cuestión cultural, una clasificación social  que define lo masculino y lo femenino.

 

En las décadas siguientes ciertas corrientes feministas adoptaron una posición mucho mas radical. Interpretando a Beauvoir, para ellas ser mujer es, en si misma,  algo esencialmente social y no biológico. No se trata de ser esencialmente  mujer, sino que, por el contrario, ser mujer es el resultado de una proyección, de la internalización de expectativas sociales restringidas, de estereotipos y normas de feminidad. Mujeres y niñas son, por definición, el conjunto de personas que tienen un rol social femenino proyectado sobre ellas.  

 

La clara y obvia  intención era, por supuesto, alejarse del espectro del “determinismo biológico” que condena a la mujer a la vida domestica y maternal  en lugar del trabajo profesional o intelectual. Según una feminista francesa admitir que existe una división natural entre mujeres y hombres es naturalizar los fenómenos sociales que expresan opresión y hacen imposibles el cambio social.

 

Judith Butler, siguiendo las filosofías pos estructuralistas y des construccionistas, afirma que todo lo humano puede significativamente pensarse como socialmente construido. Con lo que finalmente nos quedamos, dice Butler, es que el genero es una “actuación”... ser mujer o ser femenina no es un estado materialmente estable, sino una especie de actuación social repetible.

 

Desde los comienzos de este siglo en los círculos progresistas se afirma la creencia de que no es el sexo biológico , ni siquiera el “papel social” lo que hace a la mujer o al hombre, sino la “identidad de genero” es lo que verdaderamente nos convierten en mujer u hombre. Esto es bien distinto de lo que Beauvoir decía. Aquí la identidad femenina o masculina no es el resultado de una proyección, sino el de poseer una identidad  interior. Si una niña se siente interiormente como niño, entonces ese es su sexo. Y viceversa. En el 2020 el numero de “identidad de genero” ha explotado, para decir lo menos. Una bien popular es la de “ser no-binario”, no exclusivamente mujer ni exclusivamente hombre, una que cambia entre estas dos o rechaza a ambas. La lista cada vez mayor de personas trans puede ser incomprensible para muchos, pero todos ellos tienen algo en común... la “identidad de genero” no corresponde con el sexo asignado al nacer.

 

Algo inquietante en este desarrollo es que cualquier critica a la teoría de la “identidad de genero” o al “trans activismo” es considerada transfobica y reaccionaria.

 

Pero esta es la cosa... una practica estándar en filosofía como en la teoría critica es la de someter a una teoría y sus postulados a una critica mordaz.... ¿explica bien la evidencia?¿hay teorías rivales que puedan explicar mejor las evidencias? ¿ayuda la teoría a explicar y predecir lo que le importa a la gente? ¿encaja bien con otras teorías?

 

Según la profesora inglesa y escritora gay Kathleen Stock gran parte de lo que hay en las teorías de genero es intelectualmente confuso y concretamente dañino. No solo dicen que la identidad de genero existe y es fundamental, sino que, también dicen que el sexo biológico es irrelevante.

 

¿Lo es? Bueno, no realmente... aunque parezca obvio, ciertamente  los humanos estamos divididos en hembras y machos y esta división binaria es un estado natural arraigado en hechos biológicos estables, nos guste o no. El primer criterio en la división de los sexos es el recuento de los gametos. De acuerdo al filosofo Alex Byrne los gametos definen a los machos y hembras en los humanos, los animales y  las plantas. Los gametos son células reproductoras y de acuerdo con estas los machos en vías de desarrollo producen mas gametos pequeños y movibles con el fin de reproducción sexual. Las hembras en vías de desarrollo, en cambio, producen gametos mas grandes y estáticos y en menor cantidad con el mismo propósito. Interferencias pueden ocurrir en este desarrollo, pero eso no significa que no hayan hembras y machos. Si todo va de acuerdo al plan, entonces ser mujer u hombre es la capacidad que un organismo dado tiene, o hubiera tenido, según las circunstancias. El segundo   criterio es el de los cromosomas. Hombre es un humano con un cromosoma Y. Mujer es un humano con cromosoma XX sin cromosoma Y. Esta es la distribución estándar. En algunos casos algunas mujeres tienen X, XXX o XXXXX. Lo que define al sexo, sin embargo, es la presencia o ausencia del cromosoma Y.  

 

Tanto en la cuenta de gametos como en la de cromosomas hay casos ocasionales de trastornos en el desarrollo sexual  que no pueden caracterizarse fácilmente como macho o hembra, como en el caso del desorden ovotesticular, por ejemplo, donde encontramos simultáneamente tejido ovárico y testicular.

 

Ambas clasificaciones podrían denominarse esencialistas porque cada una prioriza una característica particular como esencial y suficiente para ser miembro de un sexo dado. Por supuesto, la línea de esta narrativa biológica no es completamente limpia, pero aun así, para la mayoría de los humanos, esta es una respuesta clara para saber si alguien es hombre o mujer. Ciertamente hay humanos con cromosoma

XX y ovarios que cuentan como hembras, pero tienen una morfología altamente virilizada, incluyendo un clítoris con aspecto fálico, condición llamada hiperplasia suprarrenal congénita y otras diferencias sexuales que entran en la categoría denominada  intersex. Dada esta situación... ¿hay buenas razones, entonces, para creer que hay naturalmente solo dos sexos?  

 

Según la cuenta de cromosomas y gametos un macho hermafrodita todavía es hombre porque esta en vías de producir pequeños gametos y tiene un cromosoma Y. Igualmente una hembra seudohermafrodita es mujer porque está en vías de producir grandes gametos y carece de cromosoma Y. Algunas diferencias sexuales  como las que se encuentran en 46,XX/46,XY, por ejemplo, son difíciles de clasificar, tanto en el gameto como en la cuenta de cromosomas, pero no es claro por que estas dificultades deberían llevarnos a pensar que el sexo no es binario. La dificultad sobre los casos limites es absolutamente estándar en las categorías biológicas. Muchos, o incluso todos nuestros conceptos están “sub determinados” cuando se trata de casos periféricos  que no pueden resolverse automáticamente de una forma u otra. De acuerdo con esto, entonces,  sexo binario, propiamente entendido, requiere solo que la vasta mayoría de la gente caiga en una categoría u otra.

 

Luego, otra vez... ¿hay buenas evidencias para pensar que el sexo biológico es solo una construcción social, como sostiene Judith Butler? Según Kathleen Stock, aquí no se trata solo de creer que los términos mujer y hombre tienen una pesada carga de significado social y cultural, como decía S. De Beauvoir. No... lo que aquí se esta diciendo es que las categorías hombre y mujer no son nada mas que contenidos sociales arbitrarios, lo que es mucho mas radical y subversivo. No hay dos sexos biológicos, naturalmente pre-dados, ni hechos predeterminados por la selección natural. En el hecho esta afirmando que no hay nada “debajo” o “antes” del lenguaje que asegure una referencia lingüística  a algo fuera de el... ¿realmente? Entonces... ¿tampoco hay reproducción sexual, elementos químicos pre-dados o especies biológicas? ¿no cambio climático, no moléculas, átomos ni quarks? ¿no virus ni bacterias? ¿que el creacionismo no es mejor ni peor que el darwinismo? ¿que la tierra empezó a girar alrededor del sol solamente después de Copérnico?  

 

Para las feministas radicales de los 80’s los dos sexos no son mas que una división  social artificial creada para “oprimir” o “dominar”. Pero... ¿como esta opresión empezó? ¿no será porque un grupo fue mas capaz, en promedio, de dominar el segundo grupo debido a la genética y las tendencias asociadas a la fuerza física relativamente superior? En todo caso esto no significa que la mujer no pueda escapar al espectro del determinismo biológico. El modelo binario puede ser exacto y el determinismo biológico completamente falso.

 

La diferencia entre natural y artificial, en realidad, es bien interesante y algunos filósofos han cuestionado esta distinción. La feminista Donna Haraway argumenta, por ejemplo, que no hay una clara distinción entre hombre y mujer. La administración de estrógeno y testosterona pueden modificar la apariencia sexual y la cirugía estética puede convertir una vagina en un pene o viceversa... ¿no es esto un problema para el modelo sexual binario? No, según Kathleen Stock. Ninguna de las características citadas como esenciales para la pertenencia de un sexo u otro, sean los gametos o cromosomas pueden producirse artificialmente mediante tratamiento hormonal o cirugía. Estas son endógenas. El sexo, si seguimos la evidencia, no es asignado, sino detectado. La división entre hombre y mujer es natural y mas del 99 por ciento caen en una u otra categoría, incluyendo las personas con diferencias de desarrollo sexual. Una mujer gay, por ejemplo, es una mujer  que se siente atraída sexualmente hacia otra mujer y viceversa.

 

 ¿Por que los sexos tendrían que importarnos? Simple... sin ellos nuestra especie desaparecería.

 

Nieves y Miro Fuenzalida


Sunday, September 18, 2022

Pedazos de terciopelo azul

 

Tejemos,

Dedos

Y

Cuencas

De

Las manos,

Con

Misteriosos

Palillos

De

Amor

Y

Pedazos

De

Terciopelos azules

Para

Dar

Una caricia.

 

Nieves.

 

Sunday, September 11, 2022

El partido

 

Por todas partes pareciera que los partidos políticos están en declinación y, en el peor de los casos, en total desprestigio... ¿seria posible tener cambios revolucionarios sin ellos?

 

 Desde sus inicios  los anarquistas y  comunistas se han orientados en dos direcciones distintas. A nivel normativo, tanto en el anarquismo como en el comunismo, encontramos el deseo por un igualitarismo radical. “Anarquía”, según el anarquismo, no significa “sin ley”, sino sin soberanos, amos, reyes, dioses, partidos, etc., y, de hecho, los colectivos anarquistas desarrollan una serie de normas para regular las interacciones entre sus miembros y como cada uno de ellos se relaciona con el mundo. Es una orientación política que rechaza todas las formas Edipales, paternalistas o de soberanía encarnada en una figura y, por el contrario, abraza una política horizontal y fraternal en lugar de una vertical y autoritaria. La idea es que los colectivos son suficientemente aptos para gobernarse a si mismos y no necesitan una vanguardia como el partido para dirigirlos.

 

Y, sin embargo, a nivel practico es bien difícil lograr algo importante sin alguna forma de organización y liderazgo. Sin ello, pareciera que siempre repetimos lo mismo y nunca llegamos a ninguna parte. En este sentido da la impresión que el partido es un mal necesario. Pero, resulta que el problema pareciera ser que este compromiso político requiere traicionar la idea igualitaria. La multiplicidad o el igualitarismo actual es reemplazado por una multiplicidad o igualitarismo por venir,  que, de hecho siempre se posterga y nunca llega. Podríamos pensar en gobiernos que se dicen ser revolucionarias sin cambiar nunca la jerarquía o instituciones y partidos socialistas que nunca abordan los problemas que dicen abordar, como el neoliberalismo, por ejemplo. Es aquí, según los críticos, donde ya no tenemos ningún colectivo, porque el colectivo se ha bifurcado en el Partido.

 

La historia de los partidos esta bien lejos de ser estelar. No es extraño que cuando un sistema, y los partidos son una instancia de sistema, alcanzan un cierto punto de autoorganización y se vuelven autopoiéticos, funcionan, no para abordar los problemas que dicen abordar, sino para reproducirse a si mismos y a su propia organización. Si miramos el pasado podemos ver que varios partidos de izquierda abandonan sin cesar los objetivos políticos por los que se formaron, a pesar de su retorica revolucionaria, centrándose en su lugar en su propia continuidad y reproducción, como en el mantenimiento de su propia jerarquía interna. 

 

Según Deleuze y Guattari hay que mirar no solo la doctrina declarada, la orientación política, la plataforma y los objetivos del partido, sino también los micro-deseos que habitan en sus participantes. Es posible que en cierto nivel el partido sea igualitario, pero que en otro sea totalitario, en el sentido que alienta la obediencia, la adhesión a la ortodoxia y al líder, por encima de la multiplicidad. Hay, a pesar de todo, un triste deseo de obedecer, excluir, dominar y controlar que siempre acecha en todas las organizaciones, incluso las mas anarquistas y comunistas.

 

Todo esto parece bien razonable... ¿cierto? Si, pero, compañero... sin partido ¿con que nos quedamos? Al parecer, según se dice... con la multitud. O, peor aun, que de la política electoral eventualmente surgirán cambios que transformaran las estructuras de explotación económica... ¿es posible realmente imaginar que cambios políticos pueden surgir sin una lucha política partidaria?

 

En las ultimas décadas  cientos y miles de personas han salido a las calles, avenidas y plazas del mundo para expresar su rotundo rechazo al conjunto de políticas instaladas por la clase capitalista. Estas protestas han marcado una nueva militancia y determinación en nombre de los opositores a la austeridad, la precariedad, la desregulación, la violencia y la política neoliberal de los recortes. Pero, una vez que la protesta termina la multitud se va a sus casas. A veces  protesta sin hacer demandas y otras hace demandas imposibles. Según sus voceros la alternativa al partido es el “movimiento” mismo. Las manifestaciones y disturbios de las ultimas décadas han mostrado claramente el poder colectivo, destructivo, creativo, impredecible, contagioso y temporal de la multitud, especialmente su capacidad numérica para inscribir una brecha en el sistema... ¿no es Sri Lanka el ultimo ejemplo? Deuda, empobrecimiento, vigilancia, corrupción y despojo bajo el capitalismo neoliberal es lo que incita a la rebelión.

 

La cosa, sin embargo, es que todas estas manifestaciones y rebeliones mundiales han puesto de manifiesto la limitación de la multitud. El reciente rechazo plebiscitario de una nueva y revolucionaria Constitución en Chile, es el último ejemplo. El entusiasmo político, la alegría del sacrificio personal, la emoción de la lucha inspira a la multitud, pero no perdura una vez que se dispersa. La multitud carece de la capacidad de resistencia, implementación y ejecución. La multitud no tiene política. Es la oportunidad para una política.   

 

El rechazo al partido por algunos sectores de la izquierda moviliza las convicciones anti autoritarias y las reemplaza por el horizontalismo, como una alternativa al jerarquismo. Y, sin embargo, en las ultimas décadas nos hemos encontrado con su limite al no lograr resistir o reemplazar el poder estatal del capitalismo. Lejos de resolver el problema de la organización política de la izquierda, el horizontalismo pasa a ser el nombre de un problema. Como nota la politóloga Jodi Dean, la capacidad política siempre implica delegación, transferencia y división del trabajo. Es en este sentido que la multitud permite construir una teoría del partido como síntesis del movimiento. No la vanguardia ni el instrumento del movimiento, sino una forma de asociación política organizada que mantiene abierto el espacio desde el cual la multitud pueda verse a si misma. No representa el movimiento, sino que transfiere su intensidad igualitaria de lo particular a lo universal. El partido responde así al sujeto, según Dean, reconociéndolo en la multitud y con ello convierte a la multitud en algo mas de lo que es. Le da una historia, mantiene su momento igualitario y la transforma en un sujeto político colectivo. Sin la perspectiva del partido, las resistencias múltiples se desdibujan en el menú de estilos de vida y en las diferentes oportunidades de diversión y satisfacción que ofrece el capitalismo. Sin el partido, no hay cuerpo capaz de recordar, aprender y responder. Con lo que terminamos es con individuos dispersos, absortos en el capitalismo comunicativo, perdidos en la variedad de opiniones, sugerencias, estrategias, manipulación mediática y criticas.

 

Lo curioso con las criticas anti partidista es que promueven las convicciones antiautoritarias, lo que no esta mal, pero, paradójicamente, con lo que terminamos es con la intensificación del autoritarismo del capitalismo global, no tanto del Estado, sino del poder descentralizado, disperso y extendido a través de contratos privados, cooperación interbancaria e institucional y la extensa red de tratados, acuerdos y disposiciones que permiten el flujo de capital y comercio mundial. Lo inquietante es que durante bastante tiempo la política de izquierda en el occidente ha venido reflejando la política neoliberal, instando la descentralización, la flexibilidad, la innovación e incluso la privatización. No es de extrañar que la multitud, con toda razón, ha hecho a un lado a esta izquierda.   

   

Durante los últimos treinta años los partidos proletarios se han marginalizado de las aspiraciones y logros que en un tiempo logro y han sido calificados de organizaciones obsoletas. Las muchedumbres, los motines, las ocupaciones y revoluciones de las primeras décadas del siglo XXI han demostrado, sin embargo, que el rechazo del partido no es tan claro si consideramos la reconfiguración de varias coaliciones políticas en Latinoamérica como la Unión Patriótica en Colombia y la coalición Frente Unido y partido comunista en Chile y, en Europa, la Izquierda Unida en España y el Frente Izquierdista en Francia, al igual que en otras partes del mundo, que ponen al partido nuevamente en la agenda. Los participantes de los movimientos populares reconocen cada vez mas las limitaciones de una política activista concebida solamente en términos de identidad, marchas, ocupaciones  o manifestaciones masivas y, para avanzar, han empezado a plantear nuevamente el valor de la organización partidaria. Mantener viva la lucha requiere  de cuadros profesionales y de la dedicación de los pocos que se dedican a la causa. Este es el requisito inevitable y lo que separa a los pocos de los muchos. Que esta brecha sea inevitable no significa que ella sea permanente o siempre justificada. Siempre hay mejores o peores partidos y lideres. Algunos mas fieles al impulso igualitario de la multitud que otros. El punto crucial es que la acusación de centralismo y autoritarismo dirigida a los partidos revolucionarios, debido a la inevitabilidad de la brecha entre muchos y pocos, es algo inherente a la política como tal. Si queremos participar políticamente, no podemos evitar los efectos de los números. 

 

Un partido es la “organización y concentración de la sociabilidad en favor de una determinada política”. Para un partido proletario esta es una política de y para la clase obrera, los productores y los oprimidos. Obtener el control del Estado sigue siendo una meta importante porque el Estado continua siendo el instrumento  de dominio de la clase capitalista  que presenta una barrera para el cambio político al imponer un orden en interés del capital como clase, haciendo todo lo posible para prevenir, redirigir y aplastar la oposición y debilitar las conquistas sociales de la clase trabajadora. La fantasía neoliberal de la inexistencia del antagonismo, de la división o de la lucha de clases no puede ocultar el hecho de la extrema desigualad, violencia y explotación que perpetua en base al uso de la fuerza militar, policial y legal. El Capital usa cada recurso estatal, no estatal e interestatal para avanzar su posición. La democracia burguesa, como forma política del orden capitalista, asegura este orden a través de principios y procesos diseñados para individualizar, dispersar y desplazar los antagonismos de clase. Solo los partidos revolucionarios extienden la lucha política mas allá de los limites electorales. En el capitalismo comunicativo los actos individuales de resistencia, subversión, producción cultural y expresión de opinión, por valientes que sean, son absorbidos rápidamente en las redes globales de medios personales.

 

Cambios fundamentales solo se producirán a través de la lucha política llevada a cabo a nivel global. Si se ha empezado a hablar del partido otra vez es porque una izquierda que evite organizarse para transformarse en un poder permanece impotente. Al parecer... un mal del que difícilmente podemos prescindir. 

 

El desafío, entonces,  es convertir al partido revolucionario en un partido que la muchedumbre merece, un partido que permanezca fiel a la esperanza y la voluntad  igualitaria de la multitud.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, September 4, 2022

Sabanas blancas

 

Me cance

De

soñar palabras

Y

Me dormi

En

Las sabanas blancas

De

Un diccionario.

 

Nieves