Monday, May 25, 2015

La mujer en el discurso pornográfico


"...En ese momento la dama abrió sus ojos y la primera cosa que cogió su atención fue la tremenda maquina preparada para penetrarla. Una vigorosa batalla se inicia, el resultado de la cual nunca estuvo en duda. Al momento en que ella encorva su cintura tratando de evitar el ataque, Brandon dio un poderoso empuje hacia adelante y como la cabeza de su instrumento estaba ya dentro de sus labios, la doble fuerza envió dos tercios de su inmensa columna dentro de su vulva. Ella supo entonces que él había ganado el juego y como buena mujer estallo en un tormento de lágrimas. Una vez completada la violación, Brandon se excusa, culpando su conducta en la extraordinaria belleza que ella poseía. La dama al escuchar esto, se siente halagada y lo disculpa, reconociendo que ella también había gozado de la experiencia."  ("Raped on the railway", citado por Peter Webb en “Victorian Erotica")

 De todos los discursos,  el pornográfico es el más obvio en la manipulación de los deseos y  la construcción de la conducta social del hombre y la mujer.

La interpretación estándar del machismo social ha  girado en torno a la idea de que, a nivel sexual,  ser "femenina" o ser 'masculino" depende de que se hace y a quien se le hace. En las determinaciones del código pornográfico lo que constantemente se ve es que la construcción masculina requiere dominación y habilidad agresiva para penetrar. La construcción "femenina", en cambio, requiere sumisión y  disponibilidad de sitios para la penetración. La estructura representativa pornográfica, por tanto, se centra en la objetivación sistemática de la mujer en interés de la subjetividad  del hombre.  El es un sujeto puro que no entra en un compromiso de intercambio o comunicación con la persona objetivada que, por definición, no puede tomar el papel de sujeto.

Pero, tambien  hay otra manera de verlo. Si nos centramos en los motivos claves  del aparato pornográfico,  dice el sicologo lacaniano Mark Bracher, veremos algo distinto. Sus efectos no derivan tanto de como representa  ciertas acciones, de quien hace algo a quien, sino de como representa el deseo del otro. Lo que este  discurso le ofrece al hombre no es simplemente la mujer como objeto, sino, más bien, una gama multifacética de deseos  en la que el deseo del otro, en sus varias formas, es clave y  tanto el hombre como la mujer figuran como objeto o sujeto. Mas aun, es la mujer la que invariablemente se representa como deseando ser el objeto del deseo masculino. De acuerdo con Lacan, deseo es siempre  el deseo del otro (deseo que el otro me desee) Y es esta representación del deseo del otro, de la mujer en este caso, el factor crucial en la excitación y goce sexual pornográfico de la audiencia masculina. En este sentido,  es el deseo de la mujer el objeto real del deseo heterosexual masculino.

La relevancia de la representación del deseo del otro podemos discernirla claramente en la tendencia masculina a fantasear cuando esta representacion falla. Algunas de las instancias más patéticas de esta fantasía la encontramos en algunos clichés sociales. El violador se disculpa respondiendo “ella lo andaba buscando”. A la mujer que rechaza en vano los avances sexuales del hombre, este responde… “tu sabes que en el fondo realmente lo quieres”. El “no”siempre significa “si” para el narcisista.  En la fantasía del  “hombre macho”  existe la idea de que si una lesbiana tuviera sexo con un “hombre de verdad” esta  se transformaría en una mujer “normal”. Lo triste y discriminatorio en esta representación  es que la mujer siempre se construye como deseando lo que se le hace... Toda mujer desea la penetración, la fuerza sexual, la violación, la transgresión y el miedo y  peligro que acompaña a la anarquía romántica del deseo sexual, según el aparato pornográfico, y es el único secreto acerca de la mujer que vale la pena exponer. Toda cuestión relacionada con la voluntad, el deseo o consentimiento que pudiera existir es irrelevante frente a la naturaleza biológica del orgasmo construido como “voluntad del sexo”. La representación del deseo de la mujer como deseo del hombre es una característica central en este  aparato. El escenario típico de la película pornográfica de corto metraje, por ejemplo, es el de la mujer que inicia el sexo o es persuadida fácilmente porque “es lo que ella realmente quiere”. La toma fotográfica mas preciada es la captura y confesión involuntaria de placer por parte de la mujer y donde mas notoria y obviamente se da esto es en la pornografía victoriana en donde el deseo de la mujer es expresado por ella a través del disfrute subsecuente de haber sido violada.

Las imágenes, sean pictóricas o verbales juegan un papel central en la excitación del deseo y,  últimamente, son ellas las que lo gobiernan.  En el  sujeto masculino esto es posible apreciarlo en un doble sentido. Por un lado,  revelan el deseo narcisista pasivo del sujeto masculino. Dentro del marco pornográfico este deseo, implícitamente, esta expresado y aprobado por la autoridad  de escritores, periodistas, cinematógrafos y fotógrafos. Y, por otro lado, este deseo de ser aprobado  se traduce en un deseo narcisista activo, el deseo de identificarse e incorporar aquello que es valorado por los otros y que portan su reconocimiento… ser fuerte, viril, autoritario.  Esta operación es central en el complejo pornográfico  que ofrece numerosos ejemplos con los cuales la audiencia puede identificarse y numerosos objetos para cada deseo.  Es el ofrecimiento de cuerpos femeninos y deseos masculinos lo que le permite al aparato porno ejercer una influencia  poderosa en la producción de subjetividades.

Los efectos de esta influencia  la podemos encontrar en la audiencia porno y, también, en la sociedad en general. La  intensificación del deseo y la representación que proyecta le permite al hombre experimentar su propio deseo y el deseo del otro sexo como fuerzas naturales complementarias que existen en una armonía pre-establecida que transciende la artificialidad y contingencia del orden cultural. Toda mujer, se le asegura al hombre,  en el fondo desea lo que se le hace, en la misma forma en que el hombre desea aquello que se les hace a ellas. Al garantizar la convicción masculina de que tal encaje es el orden natural de las cosas, la industria porno, en todas sus dimensiones, produce una subjetividad masculina que busca y demanda en la mujer aquel deseo que es la imagen del suyo propio. El costo social de tal ilusión es la frustración y el resentimiento en el hombre y la alienación y  sufrimiento en la mujer. Si el deseo de ella no conforma con los deseo falicos del hombre es frecuentemente abusada física, psicológica o socialmente por el hombre que demanda que el deseo de la mujer sea complementario del deseo falico masculino.

 Parafraseando a la serie televisiva "X File", cuya consigna era… “The truth is out there”… podríamos decir…“la subjetividad esta allí afuera”. Es decir, la producción, fabricación o constitución de lo que llamamos “femenino” y “masculino” es el resultado  de las  relaciones de poder inherente en toda relacion social.
 

Wednesday, May 20, 2015

Hombres... no Dioses.


                                                             El universo está aburrido
... no necesita de dioses
 griegos... ni cristianos
... ni judíos... ni musulmanes
... ni shamanes... ni sacerdotes
... ¿no será el instante de empezar
otro juego ?... ¿trabajar con el hombre
... para seguir tejiendo con los palillos
del tiempo otra fantasía creadora?
... ya es hora de seguir adelante...
... ya jugamos con nuestra infancia...
¿quién sostendrá el nuevo centro?

Saturday, May 16, 2015

A quien le importa Lenin?

                                                               
 El lugar común hoy día es afirmar que  dentro del marxismo el discurso leninista se caracteriza por la tendencia a construir horizontes políticos dentro de los cuales las prácticas autoritarias adquieren legitimación en desmedro de la diferencia y el pluralismo. La noción leninista de coalición política es un ejemplo de ello en donde el Partido debe jugar el papel de vanguardia.

Esta posición privilegiada se basa, según va la historia, en una  interpretación esencialista  que  permite convertir a la clase en la esencia de la identidad que se  construye exclusivamente a nivel económico. El trabajador se transforma en sujeto  a través de su posición dentro de las relaciones de producción. Todo otro aspecto de su identidad -nacionalidad, etnicidad, raza, genero, religión, etc.- es secundario en relacion a su “autentica” subjetividad. Estos aspectos son “accidentales” y deben permanecer fuera de la formación de los verdaderos intereses del sujeto. Para el proletario estos están representados por la caída revolucionaria del capitalismo y para el burgués, por su perpetuación. Toda desviación en esta correspondencia es considerada ilegitima y -si se ejercita la correcta guía partidaria- corregible.

Los teoricos de la Segunda Internacional se vieron confrontados con el hecho de que esta desviación parecía ser la regla más que la norma. Los trabajadores actuaban de tal manera que sus acciones contradecían sus auténticos intereses revolucionarios. Siguiendo el propio elitismo de Marx, Kautsky argumento que los trabajadores necesitaban ser guiados en la consecución de la conciencia revolucionaria por una fuerza originada fuera de la clase, una “inteligencia burguesa”, que poseía el conocimiento científico de la dialéctica histórica. Lenin fue aun más pesimista. Pensó que si los trabajadores fueran dejados a si mismos fracasarían en desarrollar la conciencia revolucionaria y caerían presas del sindicalismo burgués y de las fuerzas anti-revolucionarias.

El Partido revolucionario, por tanto,  se transforma en vanguardia cuando sus decisiones políticas provienen exclusivamente del Conocimiento Objetivo y la Teoría Científica. Solo aquellos intelectuales que correctamente entienden las leyes marxistas de la Historia constituían la encarnación de la conciencia proletaria, independientemente de su condición de clase. Es el Partido el único que tiene acceso a los verdaderos intereses del trabajador, a pesar de lo que estos puedan pensar. Lejos de entrar en un dialogo, la dirección partidaria consideraba al trabajador   carente de madurez política que era necesario desarrollar. Claramente esta noción leninista postula una separación dentro de las masas entre el sector dirigente y aquellos que son dirigidos. De acuerdo con esta línea de razonamiento cualquier consideración de perspectivas pluralistas no tiene cabida. El debate abierto es reemplazado por una doctrina única. El desarrollo de facciones no es saludable ya que solo un grupo puede estar en posesión de la verdad en cada momento dado. El desarrollo del Partido concebido como un ensamble de grupos autónomos fue considerado altamente improductivo y solamente una autoridad jerarquizada podía dirigir las tareas del momento histórico.

¿Es  esta concepción autoritaria y elitista de la lucha popular la que proporciono la base al terrorismo estalinista?  ¿Se podría decir que los peores excesos del estalinismo (la fusión del Partido y el Estado, la supresión legal del pluralismo en la sociedad civil, la prohibición de la oposición dentro del partido, etc.) son solo la extensión de los principios leninistas? ¿O, el Estalinismo, por el contrario, fue la aberración de estos principios?

 La demanda leninista de total lealtad partidaria Stalin la extendió a cada ciudadano. El ideal del Partido disciplinado se transformo en el ideal de una sociedad disciplinada y la supresión de toda disensión partidaria se extendió terroristicamente en contra de toda oposición actual o potencial. Todo régimen socialista surgido después de la  Revolución de Octubre esta marcado por este modelo… una economía dominada por el control y propiedad estatal y un sistema político en el cual el Partido monopoliza la autoridad.  

El ciclo de eventos que se abrió con la Revolución Rusa ha llegado definitivamente a su término junto con la imaginación colectiva que el movimiento de izquierda una vez fue capaz de generar.  La esperanza que  hoy  queda es la de deshacernos de aquellos  que creen saber algo acerca de las “Fuerzas Profundas” que determinan los destinos de las comunidades humanas y de la convicción común, que se inicia con Platón, de que debe haber una explicación teorética universal, un esquema conceptual trascendente a través del cual es posible saber como terminar con la injusticia, opuesta a la posibilidad de que pudieran existir otras formas experimentales, menos grandiosas,  que inventamos en lugar de descubrir.

Antes de olvidar a Lenin… ¿no valdría la pena  recordar la oposición que el hace entre libertad formal y libertad actual? La obsesión permanente de Lenin en contra de las libertades formales es algo que podríamos reafirmar en nuestro contexto contemporáneo. Cuando el enfatiza el hecho de que no hay democracia pura y de que siempre deberíamos preguntar a quien le sirve la libertad de la que hablamos, lo hace para mantener la posibilidad  de una verdadera elección. La libertad formal es la libertad de elegir dentro de las coordenadas  de las relaciones de poder existentes, en tanto que la libertad actual designa el sitio de una intervención que socava estas coordinadas.

Zizek, el filosofo lacaniano que intenta rescatar el chispazo revolucionario de Lenin, comentaba no hace mucho que la sola idea de actualizar a Lenin es recibida con sarcasmo. Con Marx no hay problema. Incluso, los mandarines de Wall Street lo aman. El poeta de la mercancía, de la dinámica capitalista, de los estudios culturales que retrata la alienación y reificacion de nuestra vida diaria. Pero Lenin…  es otra cosa ¿Quien quiere traer de vuelta al movimiento de la clase obrera, al partido revolucionario, a la dictadura del proletariado y a otras nociones fallidas del pasado? Lenin representa el fracaso de poner al marxismo en practica, el fracaso de la izquierda y el fracaso del experimento socialista que termino en una dictadura ineficiente. Hay una sola forma de tratar a Lenin según la democracia liberal… en forma objetiva, crítica y científica, firmemente enraizada en el orden de la democracia política y de los derechos humanos para evitar las experiencias de los totalitarianismos del siglo XX.

¿Cómo se puede responder a esto? Lenin hubiese dicho… con el análisis concreto de la situación concreta. La defensa del consenso significa la aceptación del actual liberalismo parlamentario que evita cualquier cuestionamiento serio de cómo este orden democrático  liberal es cómplice de fenómenos sociales que oficialmente condena y, por sobre todo, de cualquier intento serio de imaginar una sociedad cuyo orden político social pudiera ser diferente.

Democracia capitalista significa decir y escribir lo que uno quiera  a condición de que no disturbe o amenace el consenso político predominante. Todo esta permitido, incluso se alientan como tópicos críticos la posibilidad de una catástrofe ecológica, la violación de derechos humanos, el sexismo, la homofobia, el patriarcalismo, el incremento de la violencia, la diferencia entre países pobres y ricos, el impacto dramático de la digitalización en nuestras vidas. Incluso, es posible obtener financiamiento estatal o corporativo para investigaciones destinadas a disminuir injusticias étnicas, religiosas o sexistas. Solo que todo ello ocurre en contra del trasfondo de una censura, no escrita, a pensar. Desde el momento que mostramos una mínima  señal de compromiso con una posición política que desafíe el orden capitalista la respuesta es…  por malo que sea el capitalismo liberal cualquier otro orden terminara con un nuevo Gulag. Todo cuestionamiento al consenso liberal existente equivale al abandono de la objetividad científica y la caída en posiciones ideológicas pasadas de modas.

La respuesta leninista a esto seria la de que no debe haber concesiones. La libertad actual de pensar es la  libertad de cuestionar el consenso pos ideológico liberal o no hay libertad. El frances Claude LeFort recordó un punto crucial en relacion a esto… el consenso liberal de hoy es el resultado de 150 anos de la lucha de los trabajadores de la izquierda marxista y de la presión que ejercieron sobre el Estado liberal que incorporo las demandas que unos pocos años atrás  descartaba  con  horror. La prueba esta en la lista de demandas al final del manifiesto comunista. A excepción de tres o cuatro (que son claves) todas las otras son hoy día parte del consenso democrático (por lo menos hasta el momento en que el Estado de Bienestar empieza a desintegrarse) como sufragio universal, el derecho a la educación y salud, la previsión para los jubilados, la limitación del trabajo infantil, etc. En un tiempo caracterizado por cambios rápidos, de la revolución digital y del abandono de viejas formas sociales deberíamos repetir la pregunta de Pascal ¿como podemos permanecer fieles a lo viejo en las nuevas condiciones? Solo así podemos generar algo efectivamente nuevo.

Recrear el legado de Lenin en las circunstancias actuales, dice Zizek, es reinventar la política de la verdad. Lo que hoy día tenemos,  en lugar de la verdad universal, es una multitud de perspectivas, narraciones o historias que contamos acerca de nosotros y el fin de la ética es garantizar el espacio neutral en el que esta multitud de narraciones puedan coexistir pacíficamente, en el que cada uno tenga el derecho y la posibilidad  de contar su historia y en donde todas estas historias  adquieran la misma validez. ¿No es aquí donde justamente perdemos la dimensión de la verdad?  No la verdad objetiva como la noción de la realidad que se obtiene desde un punto de vista que flota por encima de la multitud de narraciones particulares, sino la verdad de lo singular universal… ¿que significa esto?

El gesto de Lenin fue el de afirmar que la verdad universal y el tomar partido no se excluyen, sino que se condicionan mutuamente. La verdad universal de una situación concreta solo puede ser articulada desde una posición partidista. La verdad es por definición unilateral. Por supuesto que esto va en contra de la actitud predominante de compromiso entre intereses en conflicto. Pero, si no especificamos el criterio de las diferentes narraciones corremos el riesgo de sostener, en honor de la política de la corrección, narraciones absurdas como considerar la ciencia solo como otra narrativa a la par con supersticiones premodernas. O formas políticas patriarcales, teocraticas o dictatoriales  a la par con formas democráticas.

 Una de las estrategias para redefinir a Lenin, dice Zizek, ha sido el de oponer el Lenin de ¿”Que hacer”? que afirma al partido como una elite profesional intelectual que guía al partido desde fuera, al Lenin de el “Estado y la Revolución” cuya tesis fundamental es la de  que el Estado no puede democratizarse completamente porque como tal, en su verdadera noción, es la dictadura de una clase por otra. Por tanto, si el Estado es un instrumento de represión  no vale la pena  mejorar sus instituciones porque son irrelevantes (orden legal, elecciones, leyes que garantizan la libertad personal, etc.) Sin embargo, el hecho  que no podemos evitar aquí, el momento de la verdad digamos, es que  es imposible separar la constelación única que posibilito la revolución de Octubre y el viraje Estalinista. La misma constelación que hizo posible la revolución guió al Estalinismo y es aquí donde radica la tragedia leninista.

La idea no es recordar a Lenin para  reactualizar nostálgicamente los tiempos revolucionarios o para ajustar los viejos programas a las nuevas condiciones. La idea es repetirlo en las condiciones mundiales presentes, repetir el gesto leninista de inventar un proyecto revolucionario como él lo hizo en las condiciones del imperialismo y el colonialismo. El gesto leninista es el de la libertad de suspender las coordinadas pos-ideológicas  en las que vivimos lo que significa, simplemente, volver a ganar el derecho a pensar la actitud de Lenin en contra del economicismo  y de la política pura.

Esto, hoy día, es clave si consideramos la doble actitud hacia la economía que hoy vemos en los círculos de izquierda. Por un lado, tenemos los políticos puros que abandonan la economía como un sitio de lucha e intervención. Y, por otro, tenemos los economistas fascinados con el funcionamiento de la economía global que excluye cualquier posibilidad de intervención política. Es aquí donde la vuelta a Lenin podría enseñar algo… Si, la economía es clave y la lucha se decidirá en este dominio. Hay que romper el hechizo del capitalismo globalizado. Pero la intervención debe ser propiamente política, no económica. La lucha es doble. El anticapitalismo, sin problematizar la forma política del capitalismo, no es suficiente no importa cuan radical sea.

El compromiso sociopolítico actual, por ejemplo, es practicar el juego del sistema, recorrer la larga marcha a través de las instituciones o participar activamente en los nuevos movimientos sociales como el feminismo, la ecología, el indigenismo, etc. El limite de estos movimientos es que no son políticos en el sentido de lo singular universal. Son   motivados solamente por una problemática específica lo que los hace carecer de la dimensión de universalidad al no  relacionarse con la totalidad social. La lección leninista aquí es que la política sin alguna forma organizacional es política sin política. La izquierda pareciera hoy día  agotarse en la lucha cultural como el ambito dominante de una política emancipatoria. La protección puramente defensiva de los logros del Estado de Bienestar, la fe en el comunismo cibernético, la idea de que los nuevos medios de información están creando directamente las condiciones de una nueva comunidad y la creencia en el consenso democrático centrista representan la capitulación de cualquier esperanza hacia un futuro diferente. Es en este contexto, dice Zizek, que Lenin debiera servir como el significante que quiebra el círculo vicioso de estas falsas opciones.

Repetir a Lenin no significa un retorno a él. Lenin ha muerto y  su particular solución fallo estrepitosamente. Repetirlo significa recrear la chispa utópica que el albergo.  Significa distinguir entre lo que Lenin realmente hizo y aquella otra dimensión en la que el fallo, en las oportunidades perdidas. Lenin se  aparece hoy como la figura de una época diferente con la que ya no nos relacionamos. No es que la idea de un partido centralizado sea una amenaza totalitaria. Es más bien al hecho de que pertenece a un tiempo que ya se fue.


En lugar de considerar que Lenin esta pasado de moda, dice Zizek, deberíamos arriesgar la conjetura opuesta… ¿que tal si esta impenetrabilidad de Lenin, el silencio de Lenin, el abandono de Lenin es el signo de que hay algo errado con nuestra época, de que una cierta dimensión esta desapareciendo de ella?

Tuesday, May 12, 2015

Primulas rojas



Cultivare

 primavera

en

tus ojos.

Plantare

narcisos amarillos

y

pequeñas

primulas rojas

en

tu mirada.

Tus pestanañas

las llenare

con

blancas margaritas.

Regare

con

gotas de rocios

trasparentes,

tal vez,

la otra

primavera.

Nieves

Thursday, May 7, 2015

Atomica, informatica y genetica.


Ortega y Gasset decia que la figura humana es la de un animal inadaptado que existe en un elemento extraño, en  un  mundo primordialmente hostil  a su condición. Dentro de el su destino esta marcado por el intento de adaptarse a las exigencias vitales que el medio le plantea. Esta es la razón que lo obliga a transformar este mundo que le es ajeno, que no coincide con él, que no es suyo, en otro en donde se cumplan sus deseos. El sueño de un mundo coincidente con nuestro  ser  es lo que  llamamos felicidad. El animal humano es el ente infeliz y por esta razón hace de su destino la felicidad. La técnica es el instrumento que transforma el mundo, que lo obliga a responder a nuestros deseos y desde  el momento que  la física es la posibilidad de una técnica infinita ella es el órgano de la felicidad. Su instauración es uno de los hechos más importantes de la historia humana. Pero, también, uno de los más peligrosos… la capacidad de crear un mundo con el poder tecnológico es inseparable de la capacidad para destruirlo. La clave de la felicidad es, al mismo tiempo, la clave de su destrucción.

Paul Virilio  dice que el accidente es lo que va a constituir la continuación de la política a través de otros medios. Ya no va a ser la guerra tradicional con ejércitos la que va a continuar lo político en la forma en que Clausewitz lo describió. Es el accidente, pero el accidente total. El gran misterio es la naturaleza de este accidente que va mano a mano con la nueva política  de contención que hoy vivimos. Estamos situados delante de un tipo de golpe de estado, pero de un golpe de estado científico-militar, que no es lo mismo que el golpe de unos pocos generales. En la visión de Virilio, lo mejor de todo es lo peor de todo. El bien difícilmente puede separarse del mal. ¿Que es lo mejor de todo? la tecnología científica ¿Que es lo peor de todo? la tecnología científica. Hoy día, frente a la emergencia de las nuevas tecnologías nos vemos rodeados de un  optimismo que en el fondo no es más que un nuevo conformismo. El optimismo, según el lugar común, es bueno y el pesimismo es malo. Cada vez que inventamos una nueva maravilla tecnológica la presentamos en su lado positivo y optimista enmascarando sus peligros. Y sin embargo, este  peligro, por mucho que queramos ignorarlo,  siempre se nos cruza en el camino.  La tecnología  nos introduce a situaciones paradójicas. No hay progreso sin progreso hacia la catástrofe. Con lo que hoy nos enfrentamos, finalmente, es con la toma de conciencia de lo que Einstein dijo al referirse a las tres bombas. La bomba atómica, la bomba de información y la bomba genética.

La bomba atómica abre la posibilidad del fin de la especie humana. La  bomba informática, nacida al mismo tiempo que la primera, permite descifrar el mapa del genoma humano. Y la tercera, a la que Einstein llama la bomba demográfica, ya no se refiere solo a la explosión de la población, sino, a la programación genética, a la modificación de la especie humana, a su pluralidad y fragmentación. Las tres bombas funcionan juntas, en una íntima relación de re-enforzamiento mutuo. Pero es la bomba informática la que esta al centro de todo, constituyendo conocimiento y decisión y que hoy esta en el proceso de revelarnos todo su poder explosivo. Los virus "Melissa" y "Te amo" nos colocaron en el camino hacia un Chernobyls informático, hacia la posibilidad de crear un accidente instantáneo a escala mundial muy diferente del de las armas tradicionales de destrucción masiva molecular o nuclear. Y  la bomba genética, que hoy esta en pleno desarrollo, tampoco escapa a esta dimensión apocalíptica. Después de la selección natural de Darwin y la selección bio-social de Galton, hoy nos enfrentamos a la posibilidad de una nueva “línea de ensamblaje” genética… la industrialización del organismo vivo y la industrialización de la especie misma. El aspecto significativo en este desarrollo es el hecho de que ya no podemos plantear la cuestión genética sin plantear al mismo tiempo su dimensión  eugenica (del griego eu, bueno y geno, raza). La biogenética contemporánea se esta moviendo hacia un eugenismo total en donde la selección artificial y la selección informática ya no pueden separarse. La multiplicación de la especie humana nunca antes fue planteada. El racismo estuvo contenido en su exceso por el hecho de que hay solo una especie humana con diferentes razas. A través de todas sus masacres, sus monstruosidades y sus horrores, el racismo permanece dentro de la unidad de la especie humana y es relativo a esta unidad. La bomba genética, en cambio, nos plantea hoy el riesgo de la explosión de esta unidad. Los científicos aun no se han atrevido a crear  una quimera, un ser mitad humano y mitad simio...pero podrían.


Si alguien cree que hemos ido demasiado lejos con estas divagaciones  pensemos solo que, incluso en el caso de que la ingeniería genética no se materialice en la forma descrita, el desarrollo bio-tecnológico (causacion genética, neuro-farmacología y prolongación de la vida humana) tendrá importantes consecuencias políticas en el siglo XXI. Las transformaciones y posibles consecuencias que originara serán altamente controversiales y desafiaran las nociones de igualdad humana y la capacidad de elección moral. Le dará a las sociedades nuevas y poderosas tecnologías para controlar la conducta de los ciudadanos.  Cambiara nuestra comprensión de la personalidad humana y de  su identidad. Transformara las jerarquías sociales existentes y afectara el progreso intelectual, material y político. Y todo ello producirá un impacto cualitativo en la naturaleza de la política global. Vivimos en un mundo que contiene fuerzas creativas y destructivas ilimitadas.