Monday, September 29, 2014

Ecologia y explosion demografica.


Hoy día formamos parte de una inundación humana de más de 6 billones de seres, el equivalente a 250 billones de kilos de protoplasma que esta horadando la diversidad orgánica del planeta. Sus efectos están por todas partes. Los océanos, tradicionalmente alejados de la acción humana, están perdiendo sus peces. La foresta, que hasta hace solo  un par de décadas atrás mostraba  solo el sendero de los pies desnudos del indígena, hoy se puebla con las maquinas del progreso. Los lugares biológicamente "calientes" del planeta, tales como las forestas tropicales (Brasil, Ecuador, Africa Occidental, Madagascar, Sarawak, Irian Jaya) albergan el 50 % de la diversidad orgánica. Pero, de la noche a la mañana, la población humana usurpa su "hábitat" eliminando especie tras especie a una velocidad sin precedentes. De acuerdo con el biólogo social E.O. Wilson, un promedio de 140 especies se extinguen diariamente, mil veces mayor que la extinción meramente natural. En las próximas 3 décadas habremos eliminado el 25 % de las especies del planeta. Es la economía de las ciudades y países a miles de kilómetros de distancia la que tala los árboles, explota los minerales, pesca en los océanos, transforma los bosques en tierra arable y, con ello, consume las arenas biológicamente más vitales. Es esta insidiosa combinación de crecimiento acelerado de la especie humana y de la técnicamente poderosa economía global de consumo la que presenta el mayor peligro para todas las formas orgánicas del planeta.

Por cientos de  miles de años nos contamos, escasamente, por millones. Es solo en la época de nuestros bisabuelos cuando sorpresivamente descubrimos que éramos billones. En unas pocas generaciones la curva de crecimiento se eleva casi verticalmente. Mas de 6 billones y, de acuerdo con los demógrafos de las Naciones Unidas, la verdadera explosión humana aun esta por venir.  Doblaremos este número en los próximos cuarenta años. Es este comienzo lento y termino rápido al que los demografos y ecologistas llaman crecimiento exponencial. El  vilipendiado Thomas Maltus, hace ya 200 años atrás, sugirió que la población humana se expande exponencialmente en tanto que los recuersos terrestres,  de los cuales dependemos, permanecen fijos. Hablar de Maltus y sus seguidores ha sido, por mucho tiempo, políticamente incorrecto y consistentemente se les ha llamado alarmistas por sus prematuras predicciones de desastres. Tal vez nos sea difícil entender el crecimiento exponencial y no seria raro que, a la larga, esta incomprensión se transforme en nuestro punto ciego. El ecologista canadiense Adrián Forsyth  dice que en un corto tiempo ha sido testigo de como el flujo de colonos ha convertido las regiones biológicamente mas ricas del mundo en desiertos ecológicos. Lo que una vez existió como la foresta verde del occidente del Ecuador, por ejemplo, hoy ha sido reemplazada por el mono-cultivo del aceite de palma... miles de especies destruidas para producir margarina y papas fritas baratas.

¿Es justo culpar simplemente a esta explosión demográfica por la devastación terrestre? Desde el mismo momento en que se planteo la pregunta de cuantos seres humanos los recursos naturales pueden sostener sin provocar daños irreparables, las respuestas han despertado ardientes discusiones. Por supuesto, la sobre-población, como dice Forsyth, es parte de un conjunto de problemas relacionados no solo con el numero de seres humanos, sino también, de como estos consumen,  que tecnología usan, cuales son sus efectos ecológicos y como los sistemas económicos y sociales distribuyen sus recursos. Pero, incluso considerando todo ello, un factor predomina. No es solo el aumento de seres humanos, sino principalmente, el consumo y la actividad humana lo que importan. Si consideramos que somos solo una  de aproximadamente  10 millones de especies, el impacto que causamos es impresionante. Solo comemos el 3 % de la producción agraria mundial, pero para extraer esa cantidad, para producir alimento, fibra, maquinaria y ganancia tenemos que degradar biológicamente el 40% de la naturaleza. Desde una perspectiva ecológica, la sobre-población despliega un nivel de actividad humana que guía a la extinción de otras especies y a la perdida de la salud y productividad de los sistemas ecológicos. La razón de ello se debe a que nuestra marca distintiva como seres humanos es nuestro uso y dependencia de una amplia variedad de otras especies. Todo aquello que realza la cualidad de nuestras vidas (dieta diversificada, medicina, condimentos, fibras, etc.) deriva primariamente de otras formas orgánicas. Y sin embargo, a pesar de ello, continuamos eliminando especies que aun ni siquiera hemos descubierto, entendido o apreciado. Una de las ventajas de ver a la sobre-población en relacion al impacto que produce, mas bien que a su número, es que ayuda a delimitar la responsabilidad ambiental de las naciones. Cerca del 80% de la población mundial vive en los países en desarrollo, en tanto que los países desarrollados con su hábito de consumo voraz son, mayormente, responsables por la tremenda degradación ecológica que hoy presenciamos. Es cuestión de fijarnos solo en Norteamérica. El numero per capita de consumo de energía y su consecuente daño ambiental es equivalente a 531 etíopes. En términos de impacto la población canadiense es el equivalente a 14 billones de etíopes (Forsyth,1995). La devastación que este número causa no es solamente en Canadá... la destrucción de las selvas del mundo para dar cabida a la cría de ganado y a las plantaciones de plátanos, es un ejemplo de ello.

Uno de los argumentos que constantemente escuchamos es el de que los problemas ecológicos que hoy nos afectan no son debido tanto al crecimiento demográfico sino a la desigualdad social en la distribución de tierras y recursos. En América Latina el 1% de la población controla el 40% de la tierra arable lo que, obviamente, causa consecuencias sociales y ecológicas desastrosas. Y, sin embargo, a pesar de que una distribución agraria más igualitaria es una exigencia de justicia social imperiosa, desde una perspectiva ambiental tiene sus limitaciones ya que aliviaría solo ligeramente a la presión ecológica en lugares tales como El Salvador, Java o China, por ejemplo. En muchos de estos lugares la presión de la población sobrepasa la capacidad de la tierra para mantenerla. Así es el caso de China en donde solo existe una décima de hectárea arable por persona. La opinión predominante es la de que una re-distribución de los recursos puede mantener varias Chinas. Las razones que se han dado para aumentar la población son políticas, económicas o ideológicas. La iglesia católica, al defender su política en contra del aborto, los anticonceptivos y el control de la natalidad, afima que podemos alimentar hasta 40 billones de personas. Tal vez ...pero por cuanto tiempo ? A que precio ecológico ? Y que tipo de vida humana ? La superficie del planeta convertida en tierra arable ha venido creciendo sin interrupción por los últimos 150 años. 900 millones de hectáreas en 1850 a 1.5 billones hoy día. La creencia de que podemos sostener una mayor población simplemente extendiendo nuestras prácticas es una visión ecológica infernal. Hoy sabemos muy bien esto. Y, sin embargo, continuamos haciéndolo.

¿Tenemos suficiente dinero y voluntad para comprar un futuro más saludable? Por mucho menos que los 12 billones de dólares que los norteamericanos gastan en barras de chocolates podríamos estabilizar la población mundial entre 8 a 12 billones de personas, según la Fundación de Planificación Familiar. Y con unos pocos billones más podríamos crear y administrar la conservación de sistemas naturales. Pero, todo esto requiere el cambio de nuestros valores económicos, lo que no es fácil. Consideremos solo lo que el economista danés  Bernard Gillard dice..."es muy probable que la existencia de la sociedad industrial de consumo sea un corto intermedio histórico, hecho posible por una bonanza mineralogica... pero, esto no constituye razón para su desmantelamiento ¿Por que no continuar la carrera de producción y consumo mientras ella dure? "

 ¿Y por que no?... ¿Porque no nos gastamos los recursos de la Tierra en una sola explosión de consumo glorioso?... La respuesta  depende de los estándares que elijamos.

Nieves y Miro  Fuenzalida. 

Ottawa

Monday, September 22, 2014

La producción de la feminidad.


Cuando pequeños la disciplina escolar nos mantenia a raya. En la adultez ellas continuan  invadiendonos. Las vemos en el ejército, la industria, la escuela, el hospital, el gimnasio, la oficina, la calle. Es una forma de poder social  dirigida al proceso mismo de la actividad corporal cuyo objetivo es  la producción permanente de cuerpos dóciles.  

Las mujeres, al igual que los hombres, están sujetas a  prácticas disciplinarias,  peculiarmente femeninas, que constituyen formas solapadas de subyugación. Este particular ejercicio del poder, esta forma dominante de subyugación, no es ejercida por nadie en particular y no emana de una fuente central. Esta inscrito en nuestras relaciones y se expresa como un conjunto de acciones ejercidas por el individuo y dirigidas al individuo. Es, podríamos decir, un poder que guía la conducta y estructura sus posibles consecuencias. Se nace hombre o mujer, pero, no se nace con una identidad masculina o femenina. Estos son un artificio o un logro que surgen como productos normativos que resumen los diferentes estilos de la carne. Hoy día, en el caso del cuerpo femenino, segun S.L. Bartky,  estos esfuerzos se orientan a crear un cuerpo de cierta medida y configuración, un repertorio específico de gestos, posturas y movimientos y la producción de una superficie ornamental.

 Los estilos de la figura femenina varían a través del tiempo y de cultura a cultura y reflejan obsesiones y preocupaciones culturales que no siempre son fáciles de entender. Hoy  día, en la cultura  mercantil  occidental un cuerpo macizo, poderoso o voluminoso en una mujer es considerado de mal gusto. De acuerdo con la moda actual es preferible un cuerpo derecho, pechos pequeños, caderas angostas y una delgadez que bordee en la flacura. Una silueta que refleja a un muchacho en su adolescencia o a una muchacha en su pubertad, mas bien que a una mujer adulta. Desde el momento en que la mujer común y corriente tiene normalmente dimensiones muy diferentes se ve presionada a seguir estrictas dietas, presión que viene desde todos los ángulos, en especial, desde la industria de productos femeninos. La dieta para adelgazar es la disciplina del apetito. Este debe ser vigilado y gobernado con voluntad de hierro todo el tiempo. Pero, como la necesidad orgánica de alimento no puede ser negada el cuerpo se transforma en el propio enemigo, en un ser ajeno y en un obstáculo en el proyecto disciplinario. El ejercicio, junto a la dieta, es la otra disciplina impuesta sobre el cuerpo sujeto a la tiranía de la delgadez. Aunque aquí es un poco más difícil discernir entre desarrollos de capacidades físicas o requerimientos basados en conceptos de feminidad todavía es posible apuntar a esa clase de ejercicios diseñados solamente para mujeres. Aquellos designados, no para fortalecer el cuerpo o reducir su talla general, sino para esculpir sus diferentes partes de acuerdo con el modelo corriente y bajo la guía de expertos en belleza…   su intento es el de modificar  lo que es  genéticamente determinado.

  En el ambito específico del repertorio de gestos, posturas y movimientos hay también  diferencias de género significantes en el comportamiento corporal.  El movimiento espacial en la mujer es más restringido. Pareciera que un espacio imaginario, que no se atreve a traspasar, la rodeara y que se manifiesta evitando, en todo lo posible, el estirar y extender su cuerpo El espacio en la mujer no es un campo en el cual la intencionalidad corporal pueda realizarse libremente.  Es un marco en el cual se siente situada y al cual esta confinada. "La mujer libertina" viola esta norma. Su libertinaje se manifiesta  en su moral, como también en su manera de hablar y, literalmente, en la manera suelta y fácil con que se mueve y que, eventualmente, le impedirá la entrada a ciertos círculos sociales. En lugares públicos la mujer se sienta con sus brazos cerca del cuerpo, manos descansando en la falda, los pies dirigidos derechamente hacia adelante o vueltos hacia el interior y, sobre todo, las piernas juntas, tomando el menor espacio posible. En comparación, el hombre se expande en el espacio disponible con piernas apartes y los brazos extendidos a distancia del cuerpo y los pies apuntando hacia fuera. La misma diferencia la vemos en el caminar. El lo hace manteniendo los brazos a mayor distancia del cuerpo, balanceándolos con mayor amplitud. Ella los mantiene mas cerca con las palmas apegadas a él. Su caminar es circunspecto y si usa taco alto su cuerpo aparece, de tiempo en tiempo, como fuera de balance. Las revistas de moda frecuentemente ofrecen instrucciones precisas en la manera propia de como una mujer debe moverse. Y todos estos movimientos descritos surgen desde dentro del cuerpo como si estuvieran determinados por ella misma.

Las disciplinas corporales se interesan, igualmente,  en transformar el cuerpo de la mujer en una superficie ornamentada, especialmente en la aplicación de maquillaje y la selección de ropas. Su piel debe ser suave, sin pelos y tersa. Idealmente no debería denotar desgaste, experiencia, edad o pensamientos profundos. Los vellos deben ser removidos, no solo de la cara, pero también, en gran parte, del cuerpo. De acuerdo a los expertos en belleza el cuidado de la piel requiere, además de la atención a la salud,  evitar la expresión de emociones fuertes, ejercicios faciales y una larga y compleja variedad de preparaciones cosméticas. El discurso normalizante de la medicina moderna se alinea junto a la industria cosmética a través del cual esta adquiere credibilidad. Pintarse la cara es pintar el mismo diseño una y otra vez. Muy pequeñas variaciones son permitidas dentro de lo que es considerado maquillaje apropiado. La imaginación en esta área es vista como excentricidad y es excluida en la mayoría de los contextos sociales o profesionales.

Aquí no estamos tratando meramente con diferencias sexuales. Las prácticas disciplinarias, dice Bartky, forman parte del proceso que construye el cuerpo "ideal". Un cuerpo sobre el cual un estatus inferior ha sido inscrito... el rostro de una mujer debe ser rehecho al igual que el resto de ella. El rostro de una mujer, sin ser pintado, es deficiente. Lo trágico  es que el proyecto disciplinario de la feminidad es una trampa. Requiere tal transformación corporal que virtualmente cada mujer que se entrega a él esta destinada tarde o temprano al fracaso en una u otra forma lo que agrega una medida de vergüenza y culpabilidad en su relacion corporal. La carga es mucho mayor para las mujeres que carecen de recursos económicos debido al hecho de que la conformidad con los estándares de aceptabilidad corporal es un factor clave en la movilidad económica. En este régimen de heterosexualidad institucionalizada las mujeres se hacen así mismas "objeto y presa" para el hombre. Es para él que este cuerpo debe lucir como luce. En nuestra sociedad contemporánea, un experto panóptico masculino reside dentro de la conciencia de la mayor parte de las mujeres... constantemente están bajo su mirada y juicio. Viven sus cuerpos vistos por el Otro.

 Este tipo de disciplina  no es parte del dominio de la policía o de las cortes de justicia. El poder disciplinario que inscribe la feminidad en el cuerpo de la mujer esta en todas partes y en ninguna en particular, sin ligazón a ninguna institución determinada. Esta ausencia de una estructura formal institucionalizada y de autoridades investidas con poder para imponerlas crea la impresión de que la constitución de la feminidad es enteramente voluntaria o natural. Es cierto que la mujer se somete voluntariamente al ejercicio de estas prácticas, invirtiendo grandes sumas de dinero en ello. Pero, también es cierto que  estas disciplinas tienen un doble carácter... nadie esta obligado a ellas. Sin embargo, la producción de un cuerpo interiorizado debe ser entendida como aspectos de una disciplina mayor inscritos en estructuras de subyugación que cubren a la sociedad en general.

¿Por que no hay más mujeres dispuestas a revertir esta situación social? En la sociedad industrial moderna no hay razón para temer al castigo de la violencia masculina. Ni tampoco es suficiente decir que una falsa conciencia engendrada por una ideología patriarcal es la base de la subordinación de la mujer.  Ambas ocurren, seria ingenuo negarlas, pero no son suficientes para su comprensión. Un adecuado entendimiento de la situación de la mujer, dice Barky, requiere de una apreciación de la medida en que la subjetividad esta estructurada dentro de un ensamble de practicas de doble intención... estética en la superficie, subordinación en la base. La falta de sanciones públicas no significa ausencia de sanción. Por el contrario, una de ellas es la ausencia de patronaje masculino cuya importancia es crucial en la movilidad social.

 Las categorías  “femenina” y  “masculina” son claves en la formación de nuestra identidad. Ambos se constituyen a partir de disciplinas corporales y su critica  es parte  de la lucha política.

 Nieves y Miro  Fuenzalida.
 Ottawa


                                    

Friday, September 19, 2014

El secreto de la ardilla



Dicen
que
las ardillas,
de
colas espumantes
y
movedisas,
no tienen secretos.
Y,
sin embargo,
los guardan
ahi.

Nieves.



Friday, September 12, 2014

La lealtad incondicional al dictador.



¿Como una dictadura opera? ¿Puede un dictador  gobernar solamente por la “fuerza”? Hitler, Stalin, Pinochet o  S. Hussein  lograron mantenerse en el poder, no porque fueran físicamente más fuertes que sus oponentes. Lo hicieron  porque quienes los apoyaron fueron capaces de usar los aparatos de seguridad para   intimidar por la violencia y el terror al resto de la población.  ¿Que es lo que hace posible la lealtad incondicional del círculo íntimo del dictador y el sadismo que practican? No la habilidad del dictador de intimidarlos físicamente… ¿Cierto?

La respuesta estándar es la del “miedo a la libertad”. El surgimiento de los gobiernos dictatoriales  es la reacción en contra de la ansiedad producida por el exceso de libertad de las llamadas “democracias liberales”. En la misma línea freudo-marxista corre la tesis que postula que la base libidinal del sistema dictatorial  es la llamada “personalidad autoritaria”, el individuo que encuentra satisfacción en obedecer compulsivamente a la autoridad reprimiendo la energía libidinal por temor a la inseguridad y responsabilidad personal... ¿Realmente?

La cuestión clave aquí es la del paso de la tradición autoritaria al dictador o líder totalitario. En ella  no hay solo una diferencia cuantitativa, sino algo muy diferente. Aparentemente el Dictador  impone rígidas restricciones obligándonos a una vida de renuncia y sacrificio en honor de algún objetivo histórico ultimo que encarna el valor y el sentido final de la Historia. Para Pinochet, por ejemplo, la destrucción del Gobierno y sus Instituciones, el asesinato y la tortura que sostuvo su poder se justificaban porque su misión histórica era la de rescatar a la Patria del caos y  los excesos del comunismo internacional. La orden que es posible leer entre líneas, sin embargo,  es exactamente lo opuesto. Es el llamado sin restricción ni ataduras a la transgresión, la autorización privilegiada a colocarse más allá de la Ley Primordial. Lejos de definir ciertos estándares para ser obedecidos incondicionalmente, el amo político se transforma en la agencia que  suspende el castigo moral a su círculo inmediato. Durante el reinado de Pinochet  la tortura se transforma y refina a niveles sadisticos ilimitados. Ya no es un medio. Es el fin mismo. La tortura infinita es el Objeto.  Nada hay fuera de ella. La orden del Sistema, que es posible leer entre líneas es... “Ahora tu puedes hacer lo que quieras”  En las democracias liberales la orden viene de los aparatos represivos… el Pentagono, la CIA, el M5, la policia…

Café sin cafeina, papas fritas sin grasa,  cigarros sin nicotina es la invitación del mercado a comer y consumir tanto como uno quiera sin riesgo para la salud. Este mismo mecanismo opera durante el terror político.  La obediencia total al amo, la encarnación suprema del obscuro súper-ego, es lo que  le  permite  al circulo intimo transgredir y violar toda prohibición moral común, porque estas son solo excusas para mantener en control al ciudadano medio. Todo lo obsceno y sucio que es posible soñar esta permitido... violar, torturar y matar al enemigo sin castigo ni remordimiento. Es la suspensión de la ley  primordial, la compulsión idiota a disfrutar, el ciclo infinito del deseo que ahora  el Poder hace posible.

Nieves y Miro Fuenzalida
Ottawa