Sunday, August 29, 2021

Las alpargatas de la luna

 

La luna

estravio

sus alpargatas

de

plata

en

la noche.

Sus cordones plateados

colgaban

en

una esquina

del

alba.

 

Nieves

 

 


Sunday, August 22, 2021

La voluntad de catástrofe

 

Cada día se nos dice que las cosas son peores de lo que pensamos. Pero, en verdad, no nos engañemos... las cosas son realmente peores de lo que pensamos.

 

 En el siglo pasado el filosofo Austro-Británico Ludwig Wittgenstein ya decía  que “...no es absurdo creer que la era de la ciencia y la tecnología es el principio del fin de la humanidad, que la idea del progreso es un engaño, junto con la idea de que la verdad finalmente será conocida”.  Y, en 1992, la Unión de Científicos Preocupados, que agrupaba a 1 575 científicos del mundo, emitió una advertencia a la humanidad... “la actual trayectoria de desarrollo promete una vasta miseria humana y un planeta irremediablemente mutilado”. Según ellos, en un mundo de recursos finitos la especie tiene que elegir entre guerra y sobrevivencia, pero no puede elegir ambas. 25 años mas tarde la advertencia fue emitida nuevamente y 15 364 científicos se unieron en la segunda advertencia a la humanidad, notando que el estado del mundo es peor de lo que se pensaba en 1992. Aunque no respuesta fue dada al aviso de 1992, la decisión fue hecha. Los dirigentes del mundo decidieron por la guerra. Y recientemente, el 9 de agosto del 2021, el informe del Panel Internacional del Cambio Climático de la ONU emitió una clara advertencia diciendo que el mundo esta peligrosamente cerca de un calentamiento descontrolado y los humanos son inequívocamente los culpables.

 

La política global de los últimos 500 años prueba lo opuesto de lo que ordinariamente llamamos sentido común.

 

La Geopolítica Euro-Americana, llevada a cabo a través de la guerra global, es una forma de vida que, como dice el teórico político Víctor Grove, persigue una ecología salvaje, radicalmente opuesta a la sobrevivencia de la especie humana. Costas, continentes, ríos, campos gravitacionales, atmosfera y poblaciones y cuerpos individuales son elementos que han venido siendo alterados  desde el mismo inicio de la geopolítico. La homogenización, el cambio climático y el calentamiento global han sido y son parte integral de este tejido geopolítico. La amenaza planetaria que hoy encaramos proviene, no del Sur, sino del circuito Euro-Americano de expansión, explotación, extractivismo y colonización, mediado por la guerra y el crimen organizado. No podemos escapar al hecho de que la ecología es histórica y la historia es geopolítica.

 

El termino “Antropoceno” indica la Era en que el poder político puede alterar el registro geológico del planeta. Pero, en verdad, para ser justos, este es un poder político no compartido por toda la humanidad. El cambio climático, la perdida de especies y la globalización del capitalismo extractivista son parte del ordenamiento global, lo que Grove  llama “Euroceno”, indicando con este termino que la actividad es geológicamente significante, pero no es universalmente parte de la “actividad humana”. No todos los humanos son responsables en la misma medida por la deterioración ecológica y quiebre del planeta. Las consecuencias ciertamente son globales, pero la crisis que confrontamos no es global en su origen.  El proyecto de Europeización, ahora guiado por el poder imperial de Estados Unidos, ha sido y continua siendo central en la comprensión de cómo el planeta ha llegado a este punto. Antropoceno significa la habilidad humana para efectuar cambios en el planeta, que, entre otros,  incluye la habilidad de calentar y enfriar la Tierra, como el proyecto de Europeización lo ha hecho a niveles de notable intensidad.

 

 El Eurocentrismo, mas que una  cosmovisión, ha sido efectivamente un proyecto de quinientos años de violenta transformación terrestre e ingeniería atmosférica. A comienzos de 1610, por ejemplo, una mini edad de hielo se apodero del planeta. La explicación de este hecho, aunque debatible, es que, según el historiador David Stannard, aproximadamente 100 000 millones de personas fueron asesinadas por la invasión europea de la América del Norte y Sur que trajo, junto con la bendición de Dios, la sífilis, la influenza y otras infecciones que resultaron en una vasta reforestación del continente que inicio, según algunos geólogos especulan, la mini edad de hielo. 

 

Eurocene designa, no a la especie humana en general, sino a una vanguardia entre los habitantes de Europa que desarrollaron una visión mecanicista de la materia, una relación de oposición con la naturaleza y una serie sucesiva de sistemas económicos sostenidos por la expansión geográfica. 

 

El avance  imperial de Europa y la subsecuente colonización dio paso a “la apertura  de un vasto espacio operacional” que marco el comienzo de la homogenización del planeta, en desmedro de la diversidad, y el saqueo de los recursos y riquezas naturales de Africa, Asia y el “Nuevo Mundo”.  Quienes sufren el peso de este proyecto euroamericano de explotación racionalizada somos nosotros, un nosotros que  abarca a peces, animales, aves, insectos, forestas, Mayas, Cristianos, Musulmanes, Ateos, Indígenas, Chamanes, Morenos y muchos, muchos otros. Cualquiera sea la opinión que tengamos de el es indisputable  que el capitalismo transnacional contemporáneo, basado en  el permanente crecimiento económico y el movimiento ininterrumpido de cosas y gente alrededor del planeta se logra a un precio demasiado alto para la vida terrestre.

 

Lo paradójico es que las soluciones a escala global que hoy los gobiernos promueven son intensificaciones mas que retrocesos o desvíos del proyecto global de homogeneización, en lugar de la búsqueda de otros mundos posibles. Es irónico que aquellos que advierten de los peligros del cambio climático utilicen la misma evidencia científica para llamar a los poderes políticos del mundo a tomar el control del planeta a través de soluciones técnicas o  geo ingeniería. Y para otros que ponen la esperanza en que el calentamiento global podría proveer el terreno para una solidaridad universal, no lograda por otros medios, es infortunadamente ingenua y a menudo cínicamente cooptada. La simple sugerencia de que el planeta podría ser gobernado igualitariamente, por ejemplo, ignora el hecho de que desafiar los vastos sistemas de injusticia no es bienvenido por aquellos que se benefician de la explotación. La colonización, la acumulación primitiva y el violento poder político todavía cosecha enormes recompensas para los países desarrollados. Estos poderes, como nota Grove,  están resguardos por 15 mil armas nucleares para impedir cualquier cambio y enjambres de drones para cazar a aquellos demasiado pequeños para la opción nuclear. En el fondo estamos gobernado por unos pocos Estados con la capacidad de terminar la vida del planeta. A escala internacional estos Estados son autoritarios y gobiernan a través de la violencia económica y la guerra. Que estos Estados sean internamente democráticos tiene bien pocas consecuencias para el resto del mundo. Es por esto que es imposible abordar la justicia global ambiental de manera significativa si no se parte de la comprensión de que la actual crisis medioambiental es una crisis geopolítica.

 

¿Qué hacer, entonces? Para los ecologistas marxistas, siguiendo la lógica de la contradicción, los limites naturales de los sistemas ecológicos  aceleran las contradicciones capitalistas. Los conflictos, las guerras civiles y la crisis ecológica actúan en la crisis del capitalismo como sus sepultureros. El capitalismo eventualmente se topará con su propio limite al ser incapaz de crear una economía y una política necesaria para adaptarse a la crisis venidera.

 

El problema con esta aproximación es que en relación con el cambio climático y sus efectos una vasta planificación capitalista esta en marcha para aminorar y demorar sus consecuencias. La geo ingeniería, que es parte de esta planificación, mantendrá y consolidara la hegemonía de unos pocos grandes poderes en detrimento del resto del mundo. El actual acaparamiento de vacunas en contra del Covid19, por ejemplo,  es una buena  indicación de que una parte del mundo puede vivir, e incluso prosperar, sin la gran mayoría de la gente que actualmente vive en el planeta. El sadismo y la indiferencia son, en verdad, vastos e insondables. El diluvio de desperdicios, la mortandad de animales, la erosión de las costas, los incendios forestales, la quemazón de aldeas, la diversidad menguante, la destrucción del Amazonas, las sequias y las tierras baldías en expansión, el derretimiento de los glaciales  y el arreglo geopolítico que refuerza  la distribución desigual se normalizan sumiéndonos en una patético somnolencia, en lugar de dejarnos estupefactos.

 

No sabemos como la historia va a terminar. Pero, si sabemos que desde una perspectiva geológica una catástrofe termina un mundo e inicia otro. El fin del mundo como lo conocemos, no es el fin del mundo. Es el fin de algo, pero nunca el fin. La Gran Extinción de la Era Pérmica, en que desaparece el 90% de la vida marítima y el 70% de la vida terrestre, indica que la diversidad de la vida no depende tanto de la temperatura de la Tierra como de la velocidad en la que esta cambia. Los cambios de clima extremos ocurren demasiado rápido para que la inmensa mayoría de vida pueda readaptarse. Todos somos parte de un vasto ensamblaje y el costo de los cambios pueden ser extremadamente violentos, desdeñando  a los humanos como a los no humanos por igual. En la catástrofe la destrucción y la fecundidad cohabitan. Lo trágico es que los humanos estaremos incluidos en la destrucción. Ingenuamente podemos ser todo lo optimista que se quiera, pero, a la larga, los súper volcanes, los asteroides, las formas impredecibles de vida, la perdida o adición de gases atmosféricos, los rayos cósmicos, el rápido calentamiento o enfriamiento a escala planetaria no podrán ser contenidos por nuestra tecnología, por revolucionaria y avanzada que sea. 

 

Mientras tanto, nuestra catástrofe es la catástrofe de la gran homogenización. Esta es, como nota Grove, el resultado, no de cambios en el eje terrestre, asteroides, montañas eruptantes o colisiones teutónicas, sino del sadismo y la fatiga. Vivimos en la sombra de una repetición aniquiladora. La pregunta es si la repetición del petróleo, del consumismo, de la cruel acumulación primitiva en los territorios pos coloniales, del extractivismo y de la explotación racial y ecológica continuaran hasta alcanzar  su velocidad terminal  o si hay aun posibilidades nacientes para buscar algo diferente escondido  en las tradiciones menores, en practicas incipientes, en formas anacrónicas de vida futura y, al mismo tiempo, profundamente viejas.   

 

Todo lo que tiene un comienzo tiene un fin... ¿será esta civilización  reemplazada por otra, o será el fin de toda civilización? ¿podemos todavía creer que el poder de la critica ideológica ha llegado a tal punto que finalmente esta haciendo una diferencia? La cosa es esta... si la vida de billones de humanos esta en juego debido al fracaso de la política contemporánea, incluso para tomar en serio el colapso actual... ¿ porque, entonces,  podríamos esperar que este mismo orden político podría sacarnos del atolladero?  Y, mas aun... ¿qué es lo que en la actual catástrofe ecológica cuenta como “estar realmente haciendo algo”?

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, August 15, 2021

Los barcos de la nada

 

Los sueños

de

hoy

navegan

en

los barcos

de

la nada.

Las metafisicas

del

ahora

no permiten

Soñar.

 

Nieves.


Sunday, August 8, 2021

La fuerza de las cosas


Para el pensamiento moderno la materia ha sido, en  su mayor parte, una cosa pasiva, bruta o, peor aun, inerte en contraste con la vitalidad del reino orgánico. Esta división de lo sensible tiende a ignorar la fuerza y el poder de la materia.  Spinoza, Nietzsche, Darwin, Adorno, Bergson, Hans Driesch y Deleuze, entre otros, no quieren nada de esto... ellos prefieren  la idea de una materia vibrante.

 

¿El pensar que la materia tiene una vitalidad intrínseca es, realmente, una idea  tan extravagante? Según Jane Bennett vitalidad, en este contexto, significa la capacidad de las cosas, ya sean, por ejemplo, los comestibles, las mercancías, las tormentas o los metales,  para impedir o bloquear la voluntad o los objetivos de los humanos o actuar como quasi-agentes o fuerzas con trayectorias, inclinaciones y tendencias propias. Si consideramos esta fuerza de las cosas, dice, es muy posible que los análisis de los eventos políticos  podrían cambiar ¿Podrían, por ejemplo, los modelos de consumo cambiar si en lugar de ver desechos, basura,  desperdicio o reciclaje, vemos, en su lugar,  una pila creciente de materia viva y potencialmente peligrosa?

 

La  idea de que la materia es inerte nos impide ver, oír, olfatear, degustar o sentir  el amplio alcance de los poderes no humanos que circulan alrededor y dentro de los cuerpos humanos y que son los que pueden ayudar o destruir, enriquecer o empobrecer nuestra vida. La creencia en una  materia inanimada no ayuda al surgimiento  de una forma de producción y consumo ecológicamente sostenible.

 

La línea que va de Hegel a Marx ha sido fundamental  en el desenmascaramiento del poder humano y las hegemonías  sociales. Lo que no debiéramos olvidar, sin embargo, es que  junto a esta línea también existe la de la fuerza  material de los cuerpos naturales y los artefactos tecnológicos. Por mucho tiempo hemos venido creyendo que  la política es una construcción exclusivamente relativa al dominio humano. En contra de este reflejo narcisista no estaría mal considerar la contribución de otros agentes no humanos en esta empresa para contrarrestar el antropocentrismo dominante que  ha sido característico hasta ahora y abrir nuevas perspectivas en la visión del mundo.       

 

El binario vida/materia persistentemente ha estado presente en el desarrollo de las ciencias naturales, pero últimamente la bioingeniería ha venido mostrando que esta línea entre lo orgánico y lo inorgánico es bastante problemática como ya sabía  Spinoza... “cada cosa, en tanto  su propio poder le permita, tiende a perseverar en su propio ser”. Este poder es esa curiosa habilidad que tienen las cosas inanimadas para animar, actuar y producir efectos dramáticos y sutiles... un conejo muerto, el polvo en la piedra, un vaso de plástico, una muñeca de trapo, la tapa de una botella, el papel de un viejo  cambucho... ¿no será que el enjambre mental que ellos producen en nuestro cerebro es un ejemplo de la materialidad vital que existe en ellos mas allá del puro significado cultural que cada uno de estos objetos posee? Esto recuerda nuestra mente infantil que llenaba el mundo con todo tipo de seres animados, lo que no es tan  primitivo si facilita un sendero que lleve mas allá de la división materia/vida, que es el principio dominante de la adultez.

 

¿Pueden los cuerpos inorgánicos tener vida? ¿puede poseer vitalidad  la materia? ¿hay vida en un mineral, en un metal? 

 

Según Manuel De Landa la capacidad de auto organización de la materia inorgánica posee una amplia gama de alternativas para generar estructuras que son diferentes de las simples fases de transición. Incluso las mas humildes formas de materia y energía  tienen el potencial de la autoorganización que va mas allá del tipo relativamente simple involucrado en la creación de cristales, lo que sugiere que la materia inorgánica es mucho mas variable y creativa de lo que habíamos creído. El impresionante poder humano, por ejemplo, puede presentarse como evidencia de la vitalidad material de nuestra propia constitución.  Los minerales de nuestros huesos, los metales de nuestra sangre, la electricidad de nuestras neuronas son materiales vivos y auto organizados, mas que  medios mecánicos o pasivos bajo la dirección de algo no material como el alma o la mente.  Visto desde la perspectiva de la evolución la eficacia de los minerales es fácilmente visible... los tejidos blandos, como músculos y nervios que por 5000 millones de años fueron supremos, repentinamente  experimentaron en ese punto una  mineralización que hizo posible la emergencia de los huesos, un nuevo material, en la constitución de los seres vivos. Mineralización es el nombre de la agencia creativa de los huesos que dieron origen a nuevas formas de control de los movimientos que libero  a los animales  de las limitaciones previas poniéndolos en movimiento para conquistar los dominios del aire, el agua y la tierra. En el lento y largo tiempo de la evolución los  minerales juegan un poder activo y los seres humanos, con todas sus capacidades y auto dirección, aparecen como su producto... minerales que caminan y hablan.

 

En esta visión los humanos son materia vital. Esto no significa que no haya diferencia entre mineralización y humanidad. Toda la idea, dice Bennett, es que no es necesario describir estas diferencias como si los humanos fueran el centro ontológico o la cúspide de la jerarquía. En su lugar seria mas adecuado considerarlos como una colección particularmente rica, vibrante y compleja de materiales. Visto de esta manera la diferencia entre sujetos y objetos se minimaliza y el estatus de la materialidad compartida de las cosas se eleva.  La conciencia de que todos los cuerpos están cogidos en una vasta red de relaciones puede inspirar una mayor sensibilidad hacia la materia... dañar o destruir una sección de la red muy bien puede implicar daño hacia uno mismo.

 

Las cosas, entonces, nunca actúan solas. Su eficacia depende de su colaboración con muchos otros cuerpos y fuerzas, digamos, de una red o ensamblaje en donde la agencia, en lugar de concentrarse en los cuerpos humanos, se distribuye  a través de un campo ontológicamente heterogéneo. Los párrafos  de un escrito, como dice Bennett,  por ejemplo, surgen de la complicidad de muchos entes... memorias, textos, intenciones, bacteria intestinal, la luz del sol matinal, la taza de café, el azúcar en el cerebro, el teclado plástico de la computadora, la madera de la mesa, la calefacción que tempera la sala, la música de la radio, entre muchas otras.  

 

En las ultimas décadas la globalización  ha expandido el escenario humano como nunca antes obligando a crear nuevos conceptos en donde los modelos organicistas ya no funcionan muy bien. El  concepto de ensamblaje de Deleuze seria mas apropiado para designar el agrupamiento de diversos elementos. En el no hay una cabeza dirigente o tipo de material para determinar consistentemente la trayectoria y el impacto del grupo.  Lo propio del ensamblaje es su habilidad para que algo pase... un huracán, la caída de la bolsa de comercio, el terrorismo, la revolución, el surrealismo, un apagón de luces... que es algo distinto a la suma de las fuerzas vitales de cada cosa material considerada sola.  Junto a la fuerza vital de cada ente hay también una efectividad o agencia que es propia del agrupamiento como tal. 

 

Pero, la cosa es esta... como cada miembro del ensamblaje posee un pulso energético ligeramente fuera del ensamblaje, este nunca es un bloque solido, sino un colectivo abierto, una suma no totalizable con una vida finita.  Los miembros de un todo abierto nunca se funden en un cuerpo colectivo, sino que cada uno preserva algo de su propio ímpetu. La red eléctrica, dice Bennett, es un ejemplo típico de ensamblaje con su agrupamiento de  partes humanas... sociales, políticas, legales, lingüísticas...  y no humanas...electrones, arboles, fuego, plásticos, campos electromagnéticos...  suficientemente próximos y coordinados para producir diferentes efectos. El gran apagón del 2003, que afecto a Estados de Estados Unidos y Provincias de Canadá, muestra que siempre hay alguna fricción entre las diferentes partes  de un ensamblaje y en este caso la disonancia de las partes, humanas y no humanas, fue tan grande que la cooperación entre ellas se hizo imposible. Lo que esto sugiere es que la agencia es algo que se distribuye a lo largo de un continuo. Aquí mas que  un agente detrás del apagón hubo un hacer y un efecto producido por un ensamblaje de humanos y no humanos, una unión de actuantes en donde la noción de culpabilidad no se ajusta muy bien. Es bien difícil precisar cual es la fuente de la agencia singular que hace que un evento particular ocurra.

 

¿Por qué ensamblaje y no estructura? Porque la noción de estructura  no reconoce lo suficiente  la fuerza de las cosas. Una estructura puede actuar solo negativamente, como una restricción en la agencia humana o pasivamente, como un trasfondo o contexto habilitante. La acción o agencia le pertenecen solo a los humanos aunque estos son constituidos socialmente, inmersos en un medio sociocultural y ecológico que define sus fines y limita sus acciones. La estructura no tiene agencia  propia, solo la efervescencia de la agencia del individuo  actuando solo o junto a otros. Las estructuras hacen una diferencia, pero ellas no son materia vibrante.  

 

¿Toda esta idea del ensamblaje significa abandonar la responsabilidad del individuo, de los funcionarios oficiales o de los lideres políticos? ¿Nadie es realmente culpable? La autonomía y la total responsabilidad moral parecieran hacer mutis por el foro cuando se enfatiza un ensamblaje de cosas, acciones  y seres humanos. Pareciera que la materia vibrante muestra al individuo como un ser incapaz de tener plena responsabilidad de sus acciones.  En un cierto sentido, dice Bennett, es cierto que una agencia  confederada atenúa la culpabilidad, pero esto no implica abandonar el proyecto de identificar las fuentes de los efectos dañinos.  Lo que hace es ampliar el radio de los lugares  en donde buscar por estas  fuentes. Los humanos y sus intenciones participan en los resultados finales, pero no son los únicos actuantes en un ensamblaje. La responsabilidad ética de un ser humano reside en su respuesta al ensamblaje en el que participa... ¿me separo de un ensamblaje cuya trayectoria puede ser dañina o, por inercia, continuo en el?

 

La furia moral y política es indispensable en un mundo en donde los lideres políticos gobiernan en el interés de la minoría económica.  Pero, solamente la condenación y el rechazo moral o político  no es suficiente. Necesitamos también  cultivar la habilidad para discernir las capacidades agenticas de un ensamblaje y buscar o, tal vez,  producir la guía apropiada para un mundo vital.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, August 1, 2021

Ampolletas

 

Penetre

en

la noche

para conversar

con

la oscuridad

pero

no pude

estaban

prendidas

las estrellas.

 

Nieves.