Saturday, February 27, 2016

Olor del dia.


Sentir el olor del día
que se arrastra como
un fantasma gris...
o una amapola azul...
caminando  por la piel
del aire es sentirlo amarrado
a nosotros...  recorriendo los
laberintos del cuerpo... deteniéndose
en nuestra roja nariz de payaso…  penetrando
en las fosas nasales... invadiendo nuestro interior
de caracola dormida... estimulante día!!!

Nieves

Monday, February 22, 2016

La bestia en el umbral.

Hubo un tiempo en que se creía que la fuerza de la grandeza del ser humano radicaba en su origen divino. Después de todo el camino recorrido el regreso a esta creencia ya no es posible, porque en el portal de entrada a la historia, en lugar de Dios, encontramos al mono y otras bestias indicándonos que en esa dirección no hay futuro posible. El modernismo, queriendo conservar la grandeza humana, encuentra que la alternativa esta en la dirección opuesta al pasado. La respuesta optimista cree  encontrarla inscrita en la Teoría Darwiniana. “Scala Naturae” garantiza el progreso.

 Pero, este optimismo… ¿no ha sido demasiado prematuro? Esta misma Teoría, si somos consecuentes, también  nos indica que no hay motivo para pensar que el futuro de la especie humana pueda diferir sustancialmente de cualquiera otra, como tampoco no  hay razón para creer  que esta bestia no pueda ser superada, en algún momento, por  otra especie.

Si nos referimos al tipo de ser que la Teoría Darwiniana favorece, esta nos puede dar una indicación del camino en que la especie humana podría ir... Si tomamos la Teoría Evolutiva Darwiniana en serio es completamente concebible que eventualmente seamos reemplazados por alguna otra especie para quien nosotros seriamos el equivalente del mono. Los monos, una especie risible o una vergüenza dolorosa… ¿porque, en ultima instancia, no es eso lo que  el ha sido  para los humanos? Sin gran esfuerzo, con solo un ligero salto imaginativo, podríamos concebir esta futura nueva especie, heredando algunos de nuestros propios rasgos, con la capacidad y la decisión de exterminar la nuestra, así como  nosotros lo hemos venido haciendo con las otras. O también, heredando nuestro gusto por la  carne, pudieran decidir, basados en valores puramente gastronómicos, criarnos como ganado para suministrar  sus supermercados y cocinas. O, por ultimo, como lo hacemos nosotros con otros animales, usarnos en experimentos científicos para asegurar su hegemonía y supervivencia.

Por supuesto... reconocemos que todo esto es altamente improbable, especialmente considerando el hecho de que nuestra especie es neuróticamente celosa. Cualquier mutación favorable se enfrentaría con varias posibilidades, ninguna de las cuales garantizaría su propagación.

Y si consideramos  la situación solamente desde dentro de nuestra propia especie… ¿que garantía tenemos de una progresión continua? Hoy  día, perdida nuestra inocencia en los albores de nuestra infancia, sabemos muy bien que una guerra atómica global, con sus efectos posteriores, puede terminar nuestra especie. Pero no todas las especies. La hormiga y otras variedades de insectos seguramente sobrevivirían. En términos evolutivos ellas serian las mejores adaptadas, digamos, las especies "superiores". En este escenario los humanos pasaríamos a ser nada más que una de las tantas variedades biológicas extinguidas. Un rompecabezas más para los futuros Paleontólogos.

 Pero, si  gracias a la buena suerte nos escapáramos de este error humano siempre esta la posibilidad de una  "invasión"  bacteriológica total que podría barrernos del planeta.


 En fin, para no seguir con la misma historia, digamos que estos pocos ejemplos,  productos de una  imaginación afiebrada, nos dan una idea de la precariedad de nuestra posición central dentro del proceso evolutivo. Estamos concientes de que estos son solamente tiros al aire. Nuestro profundo sentimiento antropocéntrico, enlazado con nuestro narcisismo infantil, especialmente pronunciado en las ultimas tres o cuatro centurias, nos ha venido haciendo creer que nuestra posición privilegiada en el planeta es algo que esta inscrita en el orden mismo de la naturaleza, o si se prefiere, del cosmos para no pecar de humildad, por lo que no  es de extrañar la persistencia del mito de Dios. Nuestros actos, como especie, han venido reflejando consciente o inconscientemente la absurda pretensión de que toda la eternidad ha venido trabajando con el único propósito de producirnos y todo lo que existe es solo el escenario en donde desplegamos nuestro drama...o, para ser más exactos...nuestras compulsiones neuróticas. El incremento gigantesco de nuestra capacidad tecnológica junto con la fe de que esta resolverá en el futuro todas nuestras dificultades no ha hecho más que profundizar esta fantasía.  ¿Podremos, eventualmente, reemplazar este patético antropocentrismo y rediseñarnos de  otra manera?

Wednesday, February 17, 2016

Ni Evas ni Adanes


Una mañana de sol
todos escupimos
infiernos y paraísos
parados en la esquina
izquierda de la vida...
nos rodearon
ángeles y fantasmas
gordos y flacos
algunos venían
borrachos de edad media
otros de post-modernismo
cerrados y abiertos
limitados y fronterizos
pequeños y altos
enanos y gigantes
oscuros y narcisistas
cada uno trayendo
mentiras y egos
en sus espaldas
de mochilas
sin ruedas y con ruedas.
Nuevamente fuimos expulsados.
No se admitían

ni adanes ni evas.

Nieves

Friday, February 12, 2016

El universo divino


En la astrofísica no hay cabida para los dioses… Pero, si no hay… ¿Por qué  hay científicos que creen en la Divinidad?  Si miramos la literatura de difusión científica no es raro encontrar títulos como “ Dios y los Astrónomos”, “La Física de la Inmortalidad: Cosmología Moderna, Dios y la Resurrección de los Muertos”, “ La Partícula de Dios”,  “Dios y la Nueva Física”, “ La Mente de Dios”, etc. etc. Todos los autores son físicos y los libros, a pesar de ser de astrofísica, invitan al lector a darle un lugar a Dios en la conversación. Una industria bastante lucrativa si consideramos que muchos de estos autores  son  invitados a dar conferencias bien pagadas en los diversos grupos religiosos de Norte América. Y muchas fundaciones, como la “Templenton investment fund”, por ejemplo, se dedican a buscar la armonía y conciliación entre ciencia y religión y al patrocinio de talleres de trabajo y lecturas sobre el tema. Incluso, cada año  premian generosamente  a los científicos amigables con la misión.

No hay terreno común  entre la investigación científica, tal y como se ha venido practicando en los últimos dos siglos,  y la religión.  La ciencia se basa en la verificación experimental,  la religión en la fe.  Dos aproximaciones al conocimiento totalmente  irreconciliables, por mucho que se trate de negociar las partes. Desde Ptolomeo a  Newton  los investigadores del cosmos usaron todo su ingenio en el intento de deducir la naturaleza del universo  a partir de los dichos y filosofías contenidas en los escritos religiosos.  Newton  incesantemente  invoco las cronologías bíblicas para entender y predecir los eventos del mundo natural, sin ningún éxito. De haberlo tenido no estaríamos hoy día hablando de diferencias entre ciencia y religión.

Las afirmaciones y predicciones sacadas de la Biblia tuvieron un efecto retardatorio en el desarrollo de la ciencia. El ejemplo clásico es el juicio a Galileo cuya culpa fue  mostrar que el universo es fundamentalmente diferente del que describía la Iglesia.
El modelo que coloca a la Tierra como centro del Universo tenia como base las enseñanzas e interpretaciones de la Biblia. La Tierra, según el argumento, es el centro de todo movimiento porque fue creada antes que el Sol y la Luna. Todo esto cambia con la invención del telescopio que revelo una realidad  en conflicto con el Universo Divino  que sacudió las bases mismas del mundo cristiano.  Galileo, por tener el coraje de creerle al telescopio, fue condenado por hereje a un permanente arresto domiciliario. Un pelo de la cola, en todo caso, comparado con Giordano Bruno que termino en la hoguera.

Así como las predicciones y enseñanzas de la Biblia eran incorrectas, también investigadores siguiendo  la observación y experimentación  han llegado a conclusiones falsas. La diferencia es que el mismo método que puede llevar a caminos sin salida, promueve modelos, ideas y teorías que llevan a descubrimientos espectaculares. No ha habido otro ejercicio cognitivo en la historia humana tan exitoso en descifrar los misterios del Universo. El mismo escepticismo que los científicos aplican a la religión, la astrología, los fenómenos  para normales o los discos voladores, aplican a los resultados de la  investigaciones científicas. El estándar no es diferente. Si los resultados no pueden replicarse  el trabajo es rechazado. Y la historia de la ciencia esta llena de estos rechazos.

El 22%  de los físicos y astrónomos se declaran  religiosos ¿Por qué, si consideramos que las investigaciones  exitosas que ellos llevan a cabo no obtienen su información  de las creencias religiosas?  Cuando los científicos invocan  a Dios generalmente lo hacen cuando llegan al borde del conocimiento en donde el asombro nos deja mudos.  Es en este instante  cuando un astrofísico puede invocar a Dios si se le pregunta de donde vienen las leyes físicas, que había antes del big bang o si el cosmos tiene limites.  Esta es la frontera de los descubrimientos de la cosmología moderna. Lo que hay mas allá trasciende las respuestas que los datos y teorías disponibles  pueden proporcionar.  Pero, si recordamos, esta frontera no es fija. Siempre la ciencia la esta empujando un poco mas. Ahora mismo dos ideas interesantes empiezan a barajarse… la cosmología inflacionaria y la teoría de las cuerdas que pueden dar respuesta a estas incógnitas moviendo nuevamente la frontera del conocimiento… ¿No significa esto que lo desconocido  es un lugar para explorar  y no un misterio eterno controlado por la voluntad de Dios?

El Dios de los científicos religiosos es el Dios de los vacíos.  Newton es uno de los mas grandes intelectos de la historia humana. Sus leyes del movimiento y de la gravitación universal dan cuenta de los fenómenos cósmicos  que hasta ese momento los filósofos no habían podido explicar. Los planetas se atraen unos a otros y mientras mas planetas hayan mayor es la atracción y mas difícil es computar sus orbitas …  ¿cómo, con todas estas diversas atracciones y perturbaciones, las orbitas de los planetas se pueden mantener en el  sistema solar? De acuerdo con sus propias ecuaciones  Newton creía que los planetas  deberían haber caído en el sol o  escapado al espacio sideral bastante tiempo atrás ¿Cómo, entonces,  el sistema solar y el cosmos pueden mantener el orden y la durabilidad? Newton concluye en “The Principia” que Dios debe ocasionalmente intervenir para que las cosas mantengan su lugar.  Según Newton las hipótesis metafísicas o físicas no tienen cabida en la filosofía experimental. Lo que  queremos, dice,  son datos inferidos  directamente de los fenómenos físicos. Sin embargo,  en la ausencia de estos datos Newton esta dispuesto a invocar a Dios.

Cien años mas tarde Laplace en “Traite de Mecanique Celeste” demostró que el sistema solar mantiene su estabilidad por periodos mucho mas largos que los que Newton predijo. Su teoría de la perturbación le permitió analizar los efectos acumulativos de una gran cantidad de pequeñas fuerzas que  contribuyen a la estabilidad  del sistema solar. Cuando le dio su tratado a Napoleón, según se cuenta,  este le pregunto…  ¿Y que papel juega Dios  en la construcción y regulación de los cielos?  Laplace respondió… “Señor,  no tuve necesidad de esa hipótesis”.

Durante  la mayor parte de la historia humana la esfera celestial fue considerada el dominio de la Divinidad porque nadie podía explicar como funcionaba. Todo esto empieza a transformarse  a partir del siglo XVI con los trabajos y el genio de físicos como Copérnico, Kepler, Galileo, Tycho Brahe,  Newton y  mas tarde  Maxwell, Heisenberg, Einstein y muchos otros que descubrieron las leyes fundamentales del mundo físico  y proporcionaron explicaciones racionales de los fenómenos naturales. Hoy día, gracias a estos descubrimientos, el universo es objeto de los métodos e instrumentos de la ciencia que lo convierte en un lugar de conocimiento demostrable.

Para mantener su autoridad y poder,  la Iglesia respondió con  una sorprendente inversión filosófica… las leyes de la física son incontrovertibles y es la prueba de la sabiduría de Dios. El “universo de relojería” , una imagen bastante  popular en el siglo XVII, es un universo ordenado, racional y predictible debido a los mecanismos confeccionados y dirigidos por Dios y sus leyes físicas. El problema es  que a partir del siglo XIX los astrofísicos empezaron a desenmascarar el verdadero carácter del universo.  El acceso a la luz invisible que los nuevos telescopios  hace posible  empieza a revelar un cosmos en donde abunda el caos. Monstruosos rayos  gamma  estallan, estrellan explotan, hoyos negros disturban el vecindario estelar, las galaxias  chocan o se canibalizan unas a otras, orbitas planetarias o estelares inestables, etc. etc.  Nuestro propio sistema solar  esta expuesto a asteroides y cometas que chocan constantemente con los planetas. Uno de ellos casi barrio con la mayor parte de la  flora y fauna de la Tierra. El Universo, en verdad,  no funciona como un reloj  y el orden que lo sostiene  esta salpicado de destrucción, violencia y hostilidad.  No muy hospitalario, que digamos.

La versión contemporánea del universo de relojería es el “diseño inteligente” que postula  la idea de que una  entidad  poseedora de una capacidad mental inmensamente mayor que la nuestra creo el mundo físico y todas las cosas que no  podemos  explicar científicamente. El problema con esta creencia  es que si este es  un diseño inteligente… ¿donde encajamos todo lo que refleja falta de inteligencia?  Diseños estúpidos, ensayos biológicos fracasados y organismos sin salida abundan en la naturaleza… ¿Como los explicamos sin caer en contradicción con esta Súper Inteligencia?

La ciencia es una filosofía de descubrimiento.  El diseño inteligente, una filosofía estéril. Es imposible crear un programa de descubrimiento si de partida  creemos que nadie es lo suficientemente inteligente  para descifrar o responder  a una incógnita…  “No sabemos  lo que es esto y no sabemos  como funciona. Demasiado complicado para la inteligencia humana  para descodificarlo. Tiene que ser el producto de una inteligencia superior…”  Es cierto que  la ciencia no posee todas las respuestas que el mundo plantea y  lo mas probable es que haya un limite para lo que la mente humana pueda conocer… Pero,  si no podemos resolver un problema ahora no significa que nadie lo pueda resolver.  En  un tiempo la gente creía que los rayos los enviaba Zeus. Hoy día nadie cree esto. Los rayos  son parte de la tormenta y  sabemos como, cuando y donde una tormenta comienza. 


Nieves y Miro Fuenzalida.

Saturday, February 6, 2016

La sonrisa perdida.

Se me perdio,
una mañana
de
sol,
mi sonrisa.
La busque
detrás
de
las nubes.
En 
el pensamiento
deluziano.
En 
una
de 
las esquinas
de
mi universo.
La encontre
colgando
de
tu barba
sonriendome.

Nieves.

Tuesday, February 2, 2016

El espectro marxista.

                             
 El marxismo, después de la caída de la Union Soviética  se considera muerto y todo intento de revivirlo se presenta como la nostalgia de aquello que pudo haber sido y no fue. Las razones de su muerte, según las preferencias, se deben a la inherente imperfección humana, la superioridad innata de la economía de mercado por sobre la planificación estatal, la transformación inevitable de las aspiraciones revolucionarias en tiranías despóticas o la incapacidad marxista para comprender la revolución informática. La caída del estado socialista, según va la historia, representa el exorcismo final del espectro revolucionario que por tanto tiempo persiguió al capitalismo. Hemos llegado al fin de una utopia ingenua. La superioridad del capitalismo liberal para expandir los mecanismos de la tecno-ciencia moderna representa el  summun bonum del desarrollo humano y cualquiera que lo cuestione se coloca al margen del progreso.

 Y... a pesar del triunfalismo neoliberal, el marxismo continua manifestando una cierta espectralidad, un porfiado rechazo a morir y ser enterrado.

No hay un solo marxismo  y seria mejor que en lugar de hablar del marxismo habláramos de marxismos. Esta heterogeneidad, este rechazo a ser considerado como un sistema cerrado y final , dice Nick  Dyer-Witheford,  lo podemos ver en los escritos mismos de Marx en donde se afirman distintas cosas en distintos momentos, no siempre consistentes unas con otras, dando paso a arreglos diferentes, incluso, en ocasiones, antagónicos entre si. La corriente leninista fue uno de ellos y la mejor forma de entenderlo es como un marxismo altamente adaptado, o mejor aun, fatalmente sobre-adaptado a un momento particular del desarrollo capitalista que se caracterizo por la división taylorista del trabajo, la mecanización industrial y el énfasis en la organización masiva. La introducción soviética de las normas de eficiencia, disciplina laboral, industrialismo y acumulación fueron, de acuerdo a estándares capitalistas, un gran éxito. Pero, en términos comunistas, una derrota catastrófica, debido a la supresión de la auto-organización laboral y la aniquilación sangrienta de toda expresión marxista diferente. El estado soviético se trasformo en un competidor y no en una alternativa al capitalismo. Lo que vino después es historia.

La cuestión que hoy se nos plantea, dice Nick Dyer-Whitherford, es la de si es posible en un mundo capitalista pos-moderno un marxismo-pos moderno. De si el fracaso del experimento bolchevique se identifica con el fin del marxismo o, por el contrario, de si debemos mirar este fracaso como la apertura de un espacio en el que otras formas reprimidas de él puedan florecer en las nuevas condiciones de explotación informática. La critica estándar al marxismo, provenientes de los teoricos de los nuevos movimientos sociales, es la de que las nuevas formas de lucha que hoy presenciamos están específicamente ligadas al advenimiento del orden Pos-Industrial, en donde el trabajo manual juega un papel cada vez menor y el poder tecnocratico adquiere un poder improcedente  Esta nueva situación origina formas de resistencia diferentes, según dicen, y que van más allá de los análisis de clases convencionales. Una identidad reducida meramente a sus términos de clase, a su posición dentro del sistema económico de producción, genera una serie de omisiones y represiones... ceguera hacia el patriarcalismo y racismo, negación de la diversidad cultural y triunfalismo científico que genera consecuencias catastróficas tales como sexismo, destrucción ecológica y represión totalitaria. La conclusión de esta critica es que las relaciones de clases ya no ocupan un lugar privilegiado dentro del sistema, sino mas bien, son consideradas solo como una relacion mas entre una diversidad de identidades semioticamente construidas y la extracción de plusvalía simplemente se incluye como una mas dentro de otras opresiones y dominaciones tales como el sexismo, el racismo, la homofobia y el industrialismo, ninguna de las cuales posee prioridad esencial sobre las otras. Una política progresista, agregan, necesita ser re-pensada en contra del trasfondo de la variedad de luchas surgidas a partir de las diferentes y numerosas relaciones de subordinación, todas las cuales, por distintas que sean, pueden relacionarse en un proyecto común de democracia radical... la pregunta que cabe, frente a todo esto, es la de si es posible, realmente, adoptar una posición Pos-Marxista en la cual los análisis de clase y explotación, en lugar de ocupar una posición crucial,  sean desplazados eclécticamente junto a otras aproximaciones .

El capitalismo es un asunto no terminado y sus consecuencias las continuamos padeciendo.  El problema con algunas posiciones Pos-Marxistas es que confunden el blanco de sus ataques. La mayor fuente práctica de reduccionismo económico hoy día no es  el marxismo, sino el mercado mundial, fortalecido por la red computacional, las comunicaciones vía satélites y la alta tecnología bélica. Este es un sistema basado en la imposición mercantil universal, en la subordinación de toda actividad a la ley del valor y centrado, principalmente, en la compra y venta del tiempo humano. Es una narrativa monológica dominante  en donde solo el dinero tiene poder y que como sistema opera a través de un proceso de reducción masiva que percibe y procesa el mundo únicamente a través de factores económicos. En esta realidad, el sujeto humano figura solo como poder laboral y capacidad consumidora y su medio ambiente natural únicamente como materia prima.  Es este sistema el que tiene hoy una capacidad totalizante que abarca todo el planeta. Toda dominación es reduccionista. Pero, ni el patriarcalismo ni el racismo han logrado integrar el planeta en un sistema coordinado e interdependiente total. Es solo el capitalismo, con la ayuda de las nuevas tecnologías, el que ha sido capaz de integrar la disponibilidad del trabajo femenino, el mercado étnico, los flujos migratorios, los bancos de genes humanos y la totalidad del mundo animal y vegetal dentro de sus coordenadas de valor. Y al hacerlo ha subsumido toda otra forma de opresión a su propia lógica. Esta es una dominación que realmente domina. La división capitalista internacional del trabajo incorpora y, mayormente, depende de la discriminación sexual o étnica para establecer su control jerárquico. Es cierto que la lógica del patriarcalismo y el racismo es más vieja que la lógica del capital. Pero hoy se ven forzados a manifestarse dentro y a través de la estructura archi-dominante del capital. La clase, es decir la clasificación capitalista de sus recursos humanos, tiende a afirmarse así misma como un poder social definitivo y privilegiado en todo sentido del termino. Y esto, no por que la clase tenga una prioridad económica ontológica esencial sobre el sexo, la etnicidad o las relaciones ecológicas, sino debido a la subordinación social a un sistema que fuerza a aspectos básicos de la sexualidad, la raza y la naturaleza a girar alrededor del eje de la ganancia. La prevención de la violencia masculina hacia la mujer, la preservación de la foresta o la erradicación del racismo, es primariamente una cuestión de calculo. El capitalismo, en si mismo, no se opone a ello e, incluso, puede apoyarlo si no implica una perdida económica. Pero, violentamente se opone tan pronto como estas demandas exijan una diversificación sustancial de la plusvalía social. El neo-liberalismo, la expresión contemporánea del capitalismo, es la re-afirmación brutal del mercado en su ataque al estado de bienestar y la expansión sin límite del intercambio mercantil. Cada uno de los objetivos del movimiento social se ha venido haciendo imposible de lograr gracias a la insistencia corporativa de la prioridad de la austeridad estatal requerida por la competencia global y el reestablecimiento de la ganancia.

La limitación del Pos-Marxismo académico radica en su rechazo a reconocer con toda su profundidad la integración capitalista del planeta. La re-invención de un marxismo pos-modernista ciertamente necesita aprender de los nuevos movimientos sociales. Pero, al mismo tiempo, no puede darse el lujo de perder el foco en las contradicciones específicas del capitalismo, como tampoco su conexión con la tradición política e intelectual que consistentemente ha mantenido viva la critica al capitalismo. Un marxismo renovado, a la altura de los desafíos del siglo XXI, requiere desenterrar fibras no consideradas dentro de los textos de Marx y exponerlas a nuevas mutaciones para volver a re-descubrir la posibilidad de una transformación social.


Nieves y Miro Fuenzalida.