Monday, May 30, 2016

Caballos de mar



La bicicleta azul
cuelga
en
sus ruedas
palabras
que
deja
sobre
el camino
de
nubes
como
los caballos de mar
dejan
sirenas
en
las rocas
del
oceano.
Nieves

Wednesday, May 25, 2016

El fin del sexo.

                                                
La novela  “Las partículas  elementales” del ultra conservador M. Houellebecq contiene el mensaje profético de que en el año 2040 la humanidad decidira colectivamente reemplazarse a si misma con humanoides asexuados, genéticamente modificados, para evitar la trampa sexual que lleva a las pasiones y a la exagerada tendencia a la autoafirmación que culmina en  violencia destructiva.

El sueño de escapar a la condición humana, de abandonar el sub desarrollo espiritual, ha estado en nuestra conciencia desde tiempo inmemorial. Aparece en las creencias animistas y en los ritos chamanicos arcaicos. En  la tradición religiosa neolítica y en las grandes civilizaciones antiguas. Para la tradición mística el éxtasis, la ultima realidad, esta más allá del placer y del dolor. Sri Aurobindo afirma que los estados mentales concientes pueden ser solo un velo que oculta estados mentales más altos. Para el psicólogo transpersonal Ken Wilber, evolución es trascendencia y la trascendencia tiene como objetivo final la unidad de la conciencia. Hoy día, la tecnología científica ha empezado a usurpar el papel supremo que una vez tuvieron  las técnicas religiosas y  místicas en la auto trascendencia humana.

La obscura afirmación de Konrad Lorenz de que nosotros somos el “eslabón perdido” que los antropólogos tan afanosamente buscan,  seria apropiada aquí. Lo que Lorenz pareciera decir es que el ser humano es solo un pasaje finito abierto hacia el futuro  ¿No es la misma idea que encontramos en Marx, Nietzsche o Foucault?...  la humanidad todavía permanece en la pre historia. La verdadera historia humana solo comenzara con el advenimiento de la sociedad comunista. Según Nietzsche, la especie humana es solo  un puente entre el animal y el súper hombre. Para Foucault,  el hombre es un nombre escrito en la arena que las olas del mar borraran.

La idea de que  estamos entrando a una nueva etapa espiritual en la que la humanidad dejara atrás la inercia del cuerpo material, encuentra toda su expresión en la cultura cibernética. La paradoja  es que en el ciber espacio, en donde  las entidades virtuales flotan libremente de un universo a otro, el cuerpo retorna con venganza (la pornografía digital, por ejemplo, es de uso predominante en el internet). La liviandad del ser no es la experiencia de un ser descarnado, pero la experiencia de poseer otro cuerpo (etéreo, virtual, ligero) que no nos confina a la materialidad inerte y finita. Un cuerpo espectral que puede ser recreado y manipulado artificialmente. A diferencia del  proceso histórico gradual de descorporalizacion de nuestra experiencia (escritura, prensa, medios de comunicación masiva, radio, televisión) en el ciber espacio retornamos a una inmediatez corporal. Pero, a  una inmediatez extraña, virtual,  espectral, proto corporal.

Lo que se vislumbra en el horizonte de la revolución digital es la esperanza de que el ser humano adquiera la capacidad de lo que los idealistas alemanes llamaban  intuición intelectual, la eliminación de la separación entre intuición y producción, la intuición  que genera inmediatamente el objeto que percibe, capacidad que solo estaba reservada a la mente divina. A través de implantes neurológicos será posible cambiar  de la realidad común a otra realidad virtual generada digitalmente cuyas señales  alcanzaran directamente nuestro cerebro sin la necesidad de órganos sensoriales. Un típico“web site” será un ambiente virtualmente percibido sin el sostén de cables externos. Podremos ir ahí mentalmente seleccionando el sitio  para entrar en ese mundo (Ray Kurzweil, “The Age of Spiritual Machines”, 1999). A través de “nanobots” (billones de micro robots, inteligentes y auto organizados) podremos  recrear imágenes de tres dimensiones (“Utility Fog”). En ambos casos, sea  implantes neuronales o “utility fog”, logramos un tipo de omnipotencia, la capacidad de cambiar de una realidad a otra con el mero poder de nuestro pensamiento. Uno podría preguntar… ¿ será esto experimentado como “realidad”? ¿No es la realidad ontológicamente definida por un mínimo de resistencia, por lo que no es totalmente maleable a los caprichos  de nuestra imaginación?

Se dice que no todo puede ser virtualizado. Para que ello ocurra necesitamos del circuito digital (disco duro) o biogenético (cerebro) que genera  la multiplicidad de los universos virtuales. Cierto… hasta ayer. Hoy existe la posibilidad de bajar el cerebro humano completo, una vez que sea escaneado totalmente, a una maquina electrónica más eficiente que nuestros cerebros limitados. Cuando ello ocurra habremos alcanzado el momento en que podremos cambiar nuestro  estatus ontológico de “disco duro a disco blando”. El momento en que ya no tendremos que identificarnos con nuestro soporte biológico. La idea implícita aquí es que nuestra identidad es un cierto modelo neuronal.  Esto no significa  que solo haya “mente pura”. Esta siempre necesita corporalizarse en algún tipo de soporte material Pero, si la mente es un diseño o programa celular, semejante al disco blando, entonces, en principio puede ser posible cambiar un soporte material por otro. La idea no es tan extravagante ¿No es esto lo que ocurre  con nuestras células que constantemente están cambiando el material con que están hechas? El cambio de estar atado a un cuerpo a flotar libremente entre diferentes cuerpos señala el verdadero nacimiento del ser humano. Todo lo anterior  ha sido solo el confuso periodo de transición entre el reino animal y el verdadero reino de la mente.

Este es el momento, dice Zizek, en que enigmas filosóficos existenciales surgen nuevamente. Si el modelo de mi cerebro es descargado en un soporte material diferente… ¿Cuál de las dos mentes soy yo? O, dicho de otra manera… ¿en que consiste mi si mismidad si no puede residir en el soporte material que constantemente esta cambiando, ni tampoco en el modelo formal que no puede ser replicado exactamente?

Nuestra inmersión en el ciber espacio, por otro lado, pareciera repetir el problema de la monada Leibnizeana que, sin ventanas a la realidad exterior, reflejan en si mismas el universo entero… ¿no nos parecemos hoy, mas y mas, a monadas sin ventanas, solitariamente interactuando  con monitores, al encuentro de simulacros virtuales y, sin embargo,  sumergidos al mismo  tiempo en la red global,  comunicándonos sincrónicamente con todo el planeta? Leibniz cree resolver la contradicción introduciendo la noción de la “armonía pre establecida” entre las monadas, garantizada por Dios, la Monada Suprema… ¿como, hoy día, cada uno de nosotros sabe que esta en contacto con alguien real detrás del monitor y no con un simulacro espectral? Aquí se podría citar a Heidegger. Lo que cuenta como dimensión específicamente humana no es una propiedad  o diseño cerebral especifico, sino, la forma en que un ser humano esta situado en su mundo y las cosas que hay en el. El lenguaje, dice Heidegger, no es la relacion entre un objeto (mundo) y otro objeto (cosa o pensamiento) en el mundo. Lenguaje es el sitio de la apertura históricamente determinada que define el horizonte del mundo como tal. El problema es que con nuestra inmersión en la Realidad Virtual, estaremos efectivamente privados  de esta dimensión del ser en el mundo. Si este es el caso… ¿no significará  que esta perdida  nos abre a otra, nunca antes imaginada, dimensión mental?

Una vez que conozcamos completamente el genoma se abre abre el camino a la manipulación tecnológica que posibilitara la  reprogramacion de nuestros cuerpos, preferiblemente el de los otros, y nuestras características sicológicas haciendo obsoletas una serie de nociones  tradicionales… creacionismo (comparando el genoma animal y humano se hace claro que  somos parte de la evolución animal), reproducción sexual (se hace superflua con la posibilidad del “cloning”) y psicología (el genoma es la promesa del viejo sueño positivista de reducir procesos síquicos a procesos químicos objetivos) Aquí, dice Zizek,  deberíamos introducir el viejo dicho que expresa que toda enfermedad, a excepción del trauma, tiene un componente genético. Lo que debiera interesarnos en esta afirmación, más que el componente genético, es la excepción. La creencia estándar es la de que la identidad de un ser humano es el resultado de la interacción entre nuestra herencia genética  y la influencia de nuestro ambiente. Una aproximación  más sofisticada la encontramos en la noción “mente corporalizada” del biologo chileno Francisco Varela. Un ser humano no es solo el producto de sus genes y su medio ambiente. Es un agente corporal comprometido que, en lugar de relacionarse con su ambiente, mediatiza o crea su vida y su mundo (una paloma vive en un mundo diferente al  delfín y el delfín diferente al del hombre). El papel del ambiente, en esta versión, silenciosamente pierde la preeminencia como punto de referencia para ser reemplazado por la idea de la mente concebida como la emergencia de una red  de relaciones autónomas. Necesitamos movernos de la idea de un mundo independiente y extrínseco, dice Varela, a la idea de un mundo inseparable de la estructura de estos procesos  de auto modificación. El punto clave es que estos sistemas no operan a través de la representación. En lugar de representar un mundo independiente de ellas  los sistemas configuran un mundo como un dominio distinto que es inseparable de la estructura corporal del sistema cognitivo.   El trauma, en cambio, es el encuentro chocante que disturba esta configuración, la intrusión violenta de algo que no encaja en ella. Los animales experimentan rupturas traumáticas que trastrocan su ambiente. El mundo de la hormiga, por ejemplo, sufre una catástrofe cuando la intervención humana lo subvierte. La diferencia es que para los animales las rupturas traumáticas son la excepción que arruinan sus formas de vida. Para nosotros, en cambio, el encuentro traumático es una condición universal, la intrusión que pone en movimiento el proceso que nos transforma en seres humanos. El encuentro traumático no solo nos abruma con su impacto, sino que, también nos obliga a responder a sus efectos destabilizantes hilando una intrincada telaraña simbólica.

 La herencia del psicoanálisis y la tradición judeo cristiana, observa Zizek, es que la vocación específicamente humana no descansa en el desarrollo del potencial humano inherente, del despertar de fuerzas espirituales dormidas o de algún programa genético, sino, la respuesta a un encuentro traumático externo. Dicho de otra manera…no hay un lenguaje instintivo. Hay condiciones genéticas que tienen que darse para que uno sea capaz de hablar. Pero, cuando uno empieza a hablar uno entra en un universo simbólico que es la respuesta al asalto traumático… y la forma de esta respuesta, el hecho de que simbolizamos, no esta en nuestros genes. Hablamos, pero lo que  hablamos  no esta determinado por ningún diseño biológico.

Cabe la pregunta… si transferimos nuestro diseño cerebral a un disco blando… ¿transferiremos también esta dimensión?

Nieves y Miro  Fuenzalida.



Thursday, May 19, 2016

“Habitar lo social.”


 

Habito lo social.
Me pierdo entre
ideologías
y
economías.
Pero se
que me construyo
entre ellas
como
el jazmín azul
en su Primavera.

Nieves.

Wednesday, May 11, 2016

Una locura genial.


Virginia Wolf en una ocasión dijo que “como experiencia, la locura es terrorífica y,  te puedo asegurar, no es para ser olfateada; en su lava encuentro la mayoría de las cosas  sobre las cuales escribo. Se disparan de mí, totalmente formadas, no en meras gotas, como en la sanidad.” Van Gogh, según se cuenta, fue hospitalizado en tres ocasiones por lo que hoy conocemos como manía. Durante su estadía en el asilo de Saint Remy vio torbellinos de estrellas giratorias flotando por encima de los cipreses que crecían cerca de su ventana, visión que lo llevo a la producción de sus pinturas mas sensitivas. La “furia de la pintura”le hacia olvidar la comida y el sueño por días. Pero también, sus vuelos maniacos escalaban en furias paranoicas que desencadenaban ataques violentos en contra de sus amigos y de si mismo, seguidos por profundas depresiones.
Durante el transcurso de una de estas se dispara a si mismo dejando un mensaje en el que preguntaba… ¿cual es el sentido?

Nietzsche, Artaud, Van Gogh, Roussel, Goethe, Althusser… ¿que significa enfermedad mental en todos ellos? Por un lado,  dice Deleuze, una ruptura, un alumbramiento súbito, una brecha en la muralla y, por otro, una dimensión diferente que podríamos llamar derrumbamiento. En breve,  una salida y un colapso. “Es cuestión de romper la muralla”, dice Van Gogh. Algo así como una intrusión, la llegada de algo que no puede ser expresado. Algo tan formidable de lo que solo se puede hablar con dificultad… algo que se aproxima y hasta coincide con un colapso terminando con el esquizofrénico autístico que deja de moverse y puede permanecer inmóvil por años y años. En los casos de Nietzsche,  y tantos otros que hemos venido conociendo a través de la historia,  es posible percibir la  coexistencia de dos  elementos, dice Deleuze… la apertura de una brecha a través de la muralla del significante, del ambito  del sistema simbólico,  que les permite hablarnos desde el otro lado, con la voz de nuestro futuro. Y también, junto con ello, el segundo elemento que permanece siempre presente  en este proceso… el riesgo del colapso y el derrumbe total.

No debiéramos tratar ligeramente esta “apertura”, esta fuga ya que implica un peligro fundamental. Estos dos aspectos están conectados y no tiene sentido negar que Artaud, por ejemplo, no sufrió de esquizofrenia. Su “visión”brillante, su paso a través de la muralla no fue sin riesgo. El precio exacto fue un derrumbe que es  definido clínicamente. Estos dos aspectos no son idénticos. Fuga y colapso son dos momentos diferentes. Solo que el peligro los une…

 “Ah! queridos amigos, dejemos que la locura se deleite en nuestra visión, a pesar de todo. Si, dejémosla!” Van Gogh.


Nieves y Miro  Fuenzalida.

Saturday, May 7, 2016

Papalotes nahuales.


Las mariposas azules
cruzan las fronteras
y se disfrazan
de
papalotes nahuales.

Vuelan como mil volantines,
dejando el azul aroma
equilibrándose en un algodón
de nube.

Las mariposas azules
cruzan las fronteras
y se disfrazan
de
papalotes nahuales.

Bajan a la tierra
que ya esta vestida de fiesta,
poniéndose en sus orejas
perfumes de escondidas
selvas.

Las mariposas azules
cruzan las fronteras
y se disfrazan
de 
papalotes nahuales.

Nieves