Wednesday, May 11, 2016

Una locura genial.


Virginia Wolf en una ocasión dijo que “como experiencia, la locura es terrorífica y,  te puedo asegurar, no es para ser olfateada; en su lava encuentro la mayoría de las cosas  sobre las cuales escribo. Se disparan de mí, totalmente formadas, no en meras gotas, como en la sanidad.” Van Gogh, según se cuenta, fue hospitalizado en tres ocasiones por lo que hoy conocemos como manía. Durante su estadía en el asilo de Saint Remy vio torbellinos de estrellas giratorias flotando por encima de los cipreses que crecían cerca de su ventana, visión que lo llevo a la producción de sus pinturas mas sensitivas. La “furia de la pintura”le hacia olvidar la comida y el sueño por días. Pero también, sus vuelos maniacos escalaban en furias paranoicas que desencadenaban ataques violentos en contra de sus amigos y de si mismo, seguidos por profundas depresiones.
Durante el transcurso de una de estas se dispara a si mismo dejando un mensaje en el que preguntaba… ¿cual es el sentido?

Nietzsche, Artaud, Van Gogh, Roussel, Goethe, Althusser… ¿que significa enfermedad mental en todos ellos? Por un lado,  dice Deleuze, una ruptura, un alumbramiento súbito, una brecha en la muralla y, por otro, una dimensión diferente que podríamos llamar derrumbamiento. En breve,  una salida y un colapso. “Es cuestión de romper la muralla”, dice Van Gogh. Algo así como una intrusión, la llegada de algo que no puede ser expresado. Algo tan formidable de lo que solo se puede hablar con dificultad… algo que se aproxima y hasta coincide con un colapso terminando con el esquizofrénico autístico que deja de moverse y puede permanecer inmóvil por años y años. En los casos de Nietzsche,  y tantos otros que hemos venido conociendo a través de la historia,  es posible percibir la  coexistencia de dos  elementos, dice Deleuze… la apertura de una brecha a través de la muralla del significante, del ambito  del sistema simbólico,  que les permite hablarnos desde el otro lado, con la voz de nuestro futuro. Y también, junto con ello, el segundo elemento que permanece siempre presente  en este proceso… el riesgo del colapso y el derrumbe total.

No debiéramos tratar ligeramente esta “apertura”, esta fuga ya que implica un peligro fundamental. Estos dos aspectos están conectados y no tiene sentido negar que Artaud, por ejemplo, no sufrió de esquizofrenia. Su “visión”brillante, su paso a través de la muralla no fue sin riesgo. El precio exacto fue un derrumbe que es  definido clínicamente. Estos dos aspectos no son idénticos. Fuga y colapso son dos momentos diferentes. Solo que el peligro los une…

 “Ah! queridos amigos, dejemos que la locura se deleite en nuestra visión, a pesar de todo. Si, dejémosla!” Van Gogh.


Nieves y Miro  Fuenzalida.

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