Virginia Wolf en
una ocasión dijo que “como experiencia, la locura es terrorífica y, te puedo asegurar, no es para ser olfateada;
en su lava encuentro la mayoría de las cosas
sobre las cuales escribo. Se disparan de mí, totalmente formadas, no en
meras gotas, como en la sanidad.” Van Gogh, según se cuenta, fue hospitalizado
en tres ocasiones por lo que hoy conocemos como manía. Durante su estadía en el
asilo de Saint Remy vio torbellinos de estrellas giratorias flotando por encima
de los cipreses que crecían cerca de su ventana, visión que lo llevo a la
producción de sus pinturas mas sensitivas. La “furia de la pintura”le hacia
olvidar la comida y el sueño por días. Pero también, sus vuelos maniacos
escalaban en furias paranoicas que desencadenaban ataques violentos en contra
de sus amigos y de si mismo, seguidos por profundas depresiones.
Durante el
transcurso de una de estas se dispara a si mismo dejando un mensaje en el que
preguntaba… ¿cual es el sentido?
Nietzsche, Artaud,
Van Gogh, Roussel, Goethe, Althusser… ¿que significa enfermedad mental en todos
ellos? Por un lado, dice Deleuze, una
ruptura, un alumbramiento súbito, una brecha en la muralla y, por otro, una dimensión
diferente que podríamos llamar derrumbamiento. En breve, una salida y un colapso. “Es cuestión de
romper la muralla”, dice Van Gogh. Algo así como una intrusión, la llegada de
algo que no puede ser expresado. Algo tan formidable de lo que solo se puede
hablar con dificultad… algo que se aproxima y hasta coincide con un colapso terminando
con el esquizofrénico autístico que deja de moverse y puede permanecer inmóvil
por años y años. En los casos de Nietzsche, y tantos otros que hemos venido conociendo a
través de la historia, es posible
percibir la coexistencia de dos elementos, dice Deleuze… la apertura de una
brecha a través de la muralla del significante, del ambito del sistema simbólico, que les permite hablarnos desde el otro lado,
con la voz de nuestro futuro. Y también, junto con ello, el segundo elemento que
permanece siempre presente en este
proceso… el riesgo del colapso y el derrumbe total.
No debiéramos
tratar ligeramente esta “apertura”, esta fuga ya que implica un peligro
fundamental. Estos dos aspectos están conectados y no tiene sentido negar que Artaud,
por ejemplo, no sufrió de esquizofrenia. Su “visión”brillante, su paso a través
de la muralla no fue sin riesgo. El precio exacto fue un derrumbe que es definido clínicamente. Estos dos aspectos no
son idénticos. Fuga y colapso son dos momentos diferentes. Solo que el peligro
los une…
“Ah! queridos amigos, dejemos que la locura se
deleite en nuestra visión, a pesar de todo. Si, dejémosla!” Van Gogh.
Nieves y Miro Fuenzalida.
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