Saturday, August 29, 2015

Derrumbe

Borracha
de
versos
de
Abril,
la vieja
maquina
de
escribir
se derrumbo
en
el teclado
entre
la "A"
y
la "Z"
cansada de escribir.

Nieves

Tuesday, August 25, 2015

¿Quién tira los hilos?

                         
El doctor le pregunta al paciente...
 Me gustaría que me dijeras que es lo que te molesta…
No puedo porque tú eres un agente del FBI…
 ¿Que te hace pensar eso? 
Todos los agentes del FBI llevan una placa en sus billeteras…                                                                                                                                                                                                             
 Mira, te mostrare la mía.  ¿Ves? aquí no hay placa…
Hm… debo haber estado equivocado entonces
 Ah!
 Debo suponer, de ahora en adelante, que no todos los  agentes 
del FBI portan placas en sus billeteras.

El paranoico sabe que su delirio es verdadero con una certidumbre que pocas personas pueden experimentar. Cualquiera que no pueda conectar estos eventos auto evidentes en la forma en que el lo hace debe ser insano.    

Cuando el paciente empezó a escuchar voces concluyo que ellas provenían de parlantes microscópicos implantados en sus tapaduras dentales. Si los parlantes fueron implantados, entonces, también lo fueron los micrófonos que le permitían al dentista vigilar sus conversaciones. Esto significaba que el dentista era parte de una conspiración relacionada con la mafia, cuyo intento era lavarle el cerebro para unirlo a la organización como doble agente.

Este es uno de los ejemplos más comunes de delirio paranoico. Lo típico en ellos son las interminables variaciones en el tema de las inter-conexiones mortales y de las grandes conspiraciones que se ocultan detrás de los eventos más mundanos. De propósitos malignos en un mundo en donde nada ocurre por accidente. El paranoico se zambulle en un abismo que es percibido como amenazante. Su ambiente esta poblado de agentes omnipresentes y figuras siniestras, vagamente identificadas como "ellos" o "comunistas" o  la "CIA" enviadas para reportar e informar. Convencido de que la naturaleza humana consiste en disimular, sospecha de todo, incluyendo sus amigos más cercanos y los miembros de su propia familia que adulteran su comida con venenos y drogas que alteran la mente. Este es un mundo en donde no hay confianza, amistad ni amor. Y la confirmación siempre esta allí, porque cada vez que él habla y expone su terrible descubrimiento de la conspiración en progreso, los que lo escuchan retroceden con una negación apresurada, lo que los identifica como participantes del complot.

En Francia, Thierry Meissan, un investigador que dirige una organización llamada “La Red de Voltaire”, afirma en su libro, “The Horrifying Fraud”, que el terrorismo del 9/11 no fue organizado por Osama bin Laden y al-Qaida, sino, por una red  derechista dentro del Pentágono. La variante árabe de su teoría, ampliamente difundida en el mundo islámico, nombra a la agencia de inteligencia israelita “Mossad” como ligada directamente al ataque de N. York (Kayhan Website, Tehran, Sept. 08,2002)...  ¿No es esta la idea de que detrás del poder siempre hay otro poder mas siniestro y diabólico  controlando lo que ocurre? ¿Un poder más allá del poder, frente al cual estamos solos porque somos los únicos en el mundo entero que han logrado descubrirlo? La cultura popular es prolífica en su intento de revelarnos ese poder. ¿No es eso lo que intento el cine al dramatizar el asesinato del presidente Kennedy? ¿O el ataque viral, en el espacio cibernético, controlado  detrás de las bambalinas? La ejemplificación mas rica, probablemente, la encontramos en "X File”... por lo que no es sorprendente la tremenda popularidad que logro. El grupo Bilderberg se reúne anualmente y entre sus asistentes se encuentran la realeza de Europa, lideres nacionales, figuras políticas y directores de las más grandes compañías mundiales. El periodista James Tucken ha seguido este grupo por anos    y afirma que este es el verdadero poder  que esta detrás del telón, determinando la nueva política monetaria de Europa, la imposición de NAFTA, el precio de la gasolina.  Según Tucker, que acaba de publicar su “Bilderberg Dairy”, el no promueve una teoría de la conspiración. Lo que el denuncia es una conspiración de hechos… ¿no es esta la idea de que en todo conflicto social hay siempre alguien en control? (Dios, el Diablo o la astucia de la Razón Histórica. Y si ya no creemos en absolutos, la CIA siempre  puede cubrir esta ausencia).  

Lo que Ulrich Beck llama “The Second Enlightenment” es exactamente lo opuesto a lo que el primero pretendía y que era  el surgimiento de una sociedad  en la que las decisiones fundamentales perderían su carácter irracional al fundamentarse completamente en buenas razones, en el correcto conocimiento del estado de las cosas. Este “second  Enlightenment” nos impone el peso de hacer decisiones iniciales que pueden afectar nuestra propia sobrevivencia sin una fundamentacion cognitiva apropiada ¿No es esta radical apertura e incertidumbre  la que tratan  de encubrir todas  las  comisiones y comités  de expertos gubernamentales? Lejos de disfrutarse como liberadora esta compulsión a decidir libremente es experimentada como un juego angustioso. Soy considerado responsable por decisiones a las que fui obligado a tomar sin un conocimiento total apropiado de la situación. La libertad a decidir que disfruta el sujeto en la “sociedad del riesgo” no es  la libertad de alguien que elige libremente su destino, sino la libertad opresiva de alguien que esta constantemente obligada a hacer decisiones sin tener plena conciencia de sus consecuencias.

Hoy vivimos en una sociedad que se ubica después de la naturaleza y la tradición. En nuestra relacion con el mundo que nos rodea  ya no podemos confiar en la naturaleza como fundamento y recurso permanente de nuestra actividad (siempre existe el peligro de que nuestra actividad disturbe el ciclo reproductivo natural) o en la tradición como la forma sustantiva de las costumbres que sostienen nuestra vida.  El quiebre y la disolución de todas las formas tradicionales, lejos de dar origen a una sociedad  en la que los individuos viven sus vidas colectiva y libremente, engendra, por el contrario, su propia forma de destino anónimo en la forma de relaciones mercantiles. El mercado posee una dimensión de riesgo fundamental. Es un mecanismo impenetrable que puede en forma impredictible arruinar al trabajador y enriquecer al especulador. Nadie sabe de antemano cual será el resultado de una especulación particular. Y, sin embargo, a pesar de las consecuencias impredictibles de nuestros actos, todavía persiste la fantasía de que ellos están coordinados por la infame “mano invisible” del mercado, premisa clave de la ideología del libre mercado. La inter acción, el choque  y las intenciones conflictivas de la multiplicidad de actos individuales resulta en el bien estar de todos.

Lo que hoy ocurre en la sociedad posmoderna del riesgo es que no hay “mano invisible” o mecanismo ciego que, de alguna manera, restablezca el balance. No hay “otra escena” en la que las cosas  se mantengan apropiadamente, como tampoco la ficción de “otro lugar” en el que desde la perspectiva del Ultimo Juicio nuestros actos serán propiamente evaluados. Y ni siquiera podemos hablar de un mecanismo global que regule nuestras transacciones  ¿No es esta ausencia de las esencias la que justamente caracteriza el posmodernismo? Quienes todavía viven desde el paradigma de la tradición modernista buscan aquella otra agencia que legítimamente se pudiera elevar a la posición del sujeto que esta a cargo y que se supone saber, sea este la iglesia, la comunidad científica, el partido, la autoridad del gobierno o, por ultimo, si no creemos en ellos, al maestro secreto invisible de las teorías de la conspiración.

La característica común a todas estas historias  es la del hecho de que postulan  la existencia del "otro del otro", es decir, un sujeto escondido que tira concientemente los hilos del "sistema" (el que sostiene el orden,  la ley y la norma social que regula nuestra existencia). Este "otro del otro” es el que nos manipula a través de la aparente espontaneidad de lo accidental, el Artista escondido cuya creación o fantasía es nuestra realidad.

El advenimiento  de la posmodernidad afecta no solo a la tradición, sino que, también, a cualquier otro marco simbólico de referencia en un sentido mucho más fundamental. La confianza en la “Razon” ha sido, potencialmente, socavada. A la base del edificio teorético nos encontramos con el vacío. Y es este vacío el que, a cualquier costo, queremos cubrir. Necesitamos creer que detrás de las apariencias y el desorden hay siempre alguien que todavía tira los hilos.

Cuando los individuos carecen de una guia  cognitiva que les ayude a ubicar su lugar dentro de la totalidad social, la teoría de la conspiración les  permite darle cierto sentido al desorden social. Solo que con ello se  encubren  las actuales  y reales fuentes de poder. El despido de la dimensión “paranoica” de las teorías de la conspiración o el que no haya un Logos trascendente  o un Artista componiendo la gran pintura no significa que no exista un foco de poder que necesitamos desafiar. Hoy día, el poder sigue la estrategia de negarse a si mismo, de presentar sus aparatos  organizativos como elementos de una red caótica.


En los tiempos del capitalismo tradicional la apariencia de Orden, de una agencia central controlando la realidad social enmascaraba el caos subyacente incontrolable de los procesos sociales. Hoy día, en cambio, la apariencia de caos, la celebración del capitalismo posmoderno que descansa en la producción “autopoietica” y las decisiones descentralizadas, es la mascara ideológica del crecimiento desmesurado de los aparatos estatales y de formas de regulación, de control social y económico que define el neocolonialismo contemporáneo. Este es el poder real que esta allí  para quien quiera verlo.   

Friday, August 21, 2015

Inesencial.



Sin esencia
... como
el rojo tulipán
que se
cobija
en la Primavera
vestida de verde
... arropada
de
rocíos
que nacen
en
la noche
... voy creando
y
creándome.

Nieves

Tuesday, August 18, 2015

¿Y quien eres tu?


El mundo siempre se nos aparece como una colección masiva de opuestos. Arriba/Abajo, Norte/Sur, Apariencia/ Realidad, Verdad/Mentira, Vida/Muerte, Femenino/Masculino... el hecho es tan evidente que casi no necesita mención. Pero…  ¿no es esto bastante peculiar?  La naturaleza nada sabe de este mundo de opuestos. No hay lobos malos  y otros buenos, rosas verdaderas y otras falsas o animales hermosos y otros feos. Es cierto que los opuestos parecieran existir en ella. Pero, para la naturaleza esto no es  problema. En cambio, lo es para nosotros, ya que cada línea divisoria es una posible línea conflictual. Especialmente, las que trazamos dentro de nosotros mismos.

Cuando mejor se puede percibir esta línea conflictual es en el momento en que  alguien  pregunta... ¿y quien eres tu? Si… tu  que en este momento esta leyendo este texto. Si alguna vez te has planteado esta pregunta, la verdad es que no estas solo y las respuestas que se han dado a ella van de lo profano a lo sagrado, de lo científico a lo romántico, de lo político a lo individual. En  un ambito cotidiano, cuando alguien nos pregunta... ¿quien eres tú? lo que intentamos es describir nuestro yo como lo hemos venido experimentando y conociendo a través del tiempo. O, también, como es reconocido socialmente. Y para ello recurrimos a nuestro nombre, estado civil, profesión, gustos y preferencias. Y cuando se nos apreta un poco mas, a través de un laborioso acto de introspección, incluimos descripciones acerca de lo bueno, lo malo, lo valioso, lo científico, lo filosófico o lo religioso que consideramos fundamentales para nuestra identidad y autenticidad. El proceso básico a través del cual tratamos de lograr esto es el del establecimiento de una línea mental divisoria que define nuestros límites. Todo lo que queda dentro del borde lo identificamos como nuestro yo, en tanto que todo lo que queda fuera de esta línea es el no-yo. Las llamadas crisis de identidad, por ejemplo, ocurren cuando no podemos decidir como o donde ubicar este borde. La respuesta a la pregunta... ¿quien soy yo? esta contenida dentro de estos limites.

La primera línea divisoria que aceptamos como valida es la de la piel que envuelve nuestro organismo. Todo lo que esta dentro de ella es lo que soy. Y todo lo que se ubica fuera de este límite es algo que yo puedo tener, pero que no soy. En una primera instancia, entonces, soy mi cuerpo. Pero, no por mucho tiempo. Muy luego nos despedimos del "hermano asno", como lo llamo San Francisco. Este deja de ser lo que somos para transformarse en algo que tenemos. De ahora en adelante ya no soy mi cuerpo, sino, más bien, tengo un cuerpo. Los bordes se estrechan y en una segunda instancia nos identificamos con solo una parte del organismo, con aquella que llamamos psique, personalidad o mente. Esta separación entre cuerpo y mente no es original y solo crece y se fortifica a través de los años. Este ego al que ahora nos reducimos se identifica, en mayor o menor medida, con una auto-imagen mental, con procesos intelectuales y emocionales asociados con ella. Vivimos en nuestra cabeza desde donde comandamos el cuerpo que a veces obedece y otras no. Con lo que aquí nos encontramos es con otra línea divisoria que intenta fijar la identidad en el ego definido, principalmente, como una auto-imagen mental.

Los límites del yo y el no-yo se nos aparecen, entonces, más flexibles de lo que inicialmente hubiéramos creído. Y como índice de ello podemos llamar la atención al hecho de que, incluso, dentro de la mente misma establecemos, también, líneas de separación... ¿no es el caso, por ejemplo, de que muchas veces nos rehusamos a identificarnos con ciertos aspectos de nuestra propia psique? Esta nueva frontera implica otro encogimiento más de la auto-imagen que crea una división dentro de la propia mente. Parte de ella se transforma en territorio extranjero, extraño y amenazante. Re-diseñamos nuestra alma y negamos y tratamos de excluir de la conciencia todos aquellos aspectos nuestros que consideramos indeseables. En breve, los transformamos en sombras, raíz de nuestra angustia y ansiedad depresiva.

Este ego mental, pura "res cogitans" como decía Descartes, con el que tendemos a identificarnos, es mucho más que una mera perspectiva teorética. Al desensitizar, desvitalizar y constreñir al cuerpo, disminuyendo su fuerza y energía, lo que hace es reducirlo a un mero nivel material elevándose a asimismo a un plano inmaterial ubicado por encima de las pasiones y la existencia física, único portador de la conciencia y la si mismidad. Esta disociación le permite adquirir auto-posesión, dominio de si mismo y del ambiente. El precio a pagar por esta última reducción, sin embargo, es el miedo constante a su existencia, la defensa permanente de sus fronteras. En tanto mas estas  se estrechan, mas crece el mundo del no-yo y más amenazante se nos aparece. A diferencia de la amenaza física, la amenaza a nuestro ego despierta reacciones mucho más viciosas.

Una vez que los limites se han dibujado entre lo que soy y lo que no soy, es cuando puedo responder a la pregunta... ¿quien soy yo? Esta puede ser altamente compleja o extremadamente simple y sin mayor articulación. Pero, cualquiera que esta sea,  lo que permanece es el hecho de que los límites desde los cuales nos definimos  son flexibles y no constituyen nuestro destino. El yo que hoy somos  siempre puede ser re-delineado nuevamente incluyendo en el  más del no- yo.

¿No encontramos un proceso similar en nuestras conductas sociales? Si los contenidos de nuestros modelos sociales del Bien y del Mal, de lo que es correcto o  incorrecto  dependen también de los límites que construimos, entonces, nuestras acciones y nuestra  conciencia moral, nuestra capacidad  para expresar juicios relevantes sobre  acciones sociales conflictivas, estarán constreñidos por ellos.  Podemos actuar, por ejemplo, midiendo las consecuencias de nuestras acciones  en términos puramente físicos o hedonistas (castigo, recompensa o cambio de favores), determinándolas solo  en relacion al poder físico de los que enuncian las reglas y las etiquetas morales. Si nos abtenenemos de hacer algo que queremos no es porque seguimos algún Imperativo Categórico. Es solo por temor a las consecuencias de los que ejercen la Autoridad. En esta actitud  narcisista nuestros intereses personales solo pueden preservarse si ejercemos una máxima exclusión  y reducimos la inclusión  a lo que instrumentalmente nos pueda servir. Las  relaciones humanas son vistas  en términos puramente mercantiles. La reciprocidad es una cuestión de “tú me rascas mi espalda  y yo te rasco la tuya”.

Una diferente conciencia moral, en cambio, con otra noción de inclusión/exclusión, es la que se basa en  las expectativas de la familia, del grupo (iglesia, partido, hermandad), de la  etnicidad o la Nación (mi País, para bien o para mal). Esta  es una cuestión de lealtad que activamente mantiene, apoya y justifica la vigencia de estos órdenes, porque nuestra identidad personal depende de ello. El Bien es lo que agrada y  es aprobado por ellos. La conformidad a las imágenes estereotípicas de la mayoría es lo que consideramos  conducta natural y la aprobación social es vital para la mantención  del yo. La ley, el orden  y el respeto a estas autoridades son valuables en si mismas. Es esta conciencia  la que  permite sostener  cualquier orden social dado.

Podríamos decir que esta conducta convencional es la que predomina mayoritariamente. Para otros, en cambio, este arreglo moral es demasiado constrictivo y  prefieren construir valores y principios que sostengan su valides y aplicación independientemente de la autoridad del grupo y de la  identificación con el. Una acción justa  es definida aquí en términos de derechos  individuales generales y los estándares de conducta resultan del examen crítico y el acuerdo de toda la sociedad. La clara conciencia  del relativismo  de las opiniones y valores personales hace poner el énfasis en procedimientos legislativos para alcanzar acuerdos. Pero, aparte de estos procedimientos constitucionales y acuerdos democráticamente establecidos, lo que se considera correcto al final del día  es siempre una cuestión de valores y opiniones personales, una decisión conciente de acuerdo con principios éticos auto-elegidos caracterizados por su universalidad,  consistencia y comprensión lógica. Esta no es una cuestión de reglas morales como los diez mandamientos. Es el intento de universalizar los derechos humanos de justicia, reciprocidad e igualdad. La afirmación del particularismo es la afirmación del derecho a una existencia separada. Pero, este derecho a la diferencia  tiene que afirmarse dentro de la comunidad global, dentro de un ambito en que  diferentes grupos particulares puedan coexistir con otros grupos ¿Cómo esta coexistencia podría ser posible sin valores universales comunes, sin el sentido de pertenecer a una comunidad más amplia que el grupo particular al que se  pertenece? El reconocimiento de que la democracia necesita del universalismo no significa volver  al universalismo racionalista del siglo de las luces, sino más bien, a un  universalismo entendido como uno  de los juegos de lenguaje contingentes que se construye en algún momento y que  tratamos de hacer parte  de los valores  y de la cultura dominante. En lugar de buscar refugio en mitos religiosos o esencialismos racionalistas  se asume la actitud moral de reconocer la contingencia inevitable de las propias creencias. Es  esta contingencia la que permite nuevos  horizontes. La expansión de la cultura de los derechos humanos no es más que  el deseo de proteger al individuo y las  minorías de los posibles excesos del particularismo cultural (étnico, religioso o nacionalista) que lleva  a efectos políticos paralizantes. La expansión del etno centrismo al  centrismo global es vista aquí como la apertura de un nuevo espacio de inclusión política.





Friday, August 14, 2015

Hobby.



Si, las colecciono
en
mi cambucho
de papel
beige y perfumado
que guardo
debajo
de
mi almohada
bordada
de
azules amapolas.
No las envuelvo
en
diarios viejos.
Y en el caos
de sus junturas
salen volando
como
mariposas
de
ideas
y
conceptos
instalándose
en
cabezas
donde
fertilizan
y
contagian. 

Nieves