Sunday, December 25, 2016

Vestida de tiempo.


Me vestí de tiempo.
Salí a recorrer mis horas.
Quede atrapada en el segundero
que cual una media
se pegaba a mi piel de tiempo.
Me atrasé.
Pero me colgué
del minutero y
me puse en la hora
políticamente correcta.
Son las 12.
Me saque mi vestido de tiempo.
Ahora, que estoy desnuda,
comenzare a tejer el del 2017.


Nieves.

Sunday, December 18, 2016

El retorno de Dios.


"Dios ha muerto" . Nietzsche
"Nietzsche ha muerto". Dios

Este viejo  graffiti  nuevamente adquiere  actualidad.    Atrapados como estamos dentro del marco exclusivo del mercado financiero global, las pasiones comunitarias, nacionalistas y religiosas se han extendido y exacerbado de tal manera que hoy han empezado a llenar el vacio dejado por la ausencia de todo otro proyecto político universal viable.

Si tomamos cualquier escrito de los líderes intelectuales de la centuria pasada nos encontramos con que estos creyeron firmemente que la modernización económica y social llevaría progresivamente a la desaparición de la religión como un aspecto significativo y fundamental de la existencia humana. Para unos, esta era una ganancia positiva. Para otros, en cambio, algo deplorable. Pero, por sobre todo, para el Racionalismo Iluminista la idea era que el secularismo modernista, al expandir la ciencia, el racionalismo y el pragmatismo, eliminaría la superstición, la irracionalidad, los mitos y los ritos que forman el corazón de la existencia religiosa. La nueva sociedad se orientaría hacia la tolerancia, la racionalidad y el progreso. La garantía de que todo ello ocurriera se encontraba en la separación del Estado y  la religión. Una de las ideas implícitas en la noción de modernidad, que la diferencia de la pre-modernidad, es la de que en el orden social es la ciencia y no la religión la que provee las explicaciones básicas del mundo. La prueba de ello la podemos encontrar en el hecho de que la imaginación tecnológica que actualmente nos caracteriza no podría dominar la fantasía social contemporánea si la ciencia no ocupara el lugar dominante que hoy posee en el campo cognitivo. La ciencia depende de la libertad. La religión, en cambio, pone límites a la investigación científica. Donde la religión es la explicación dominante del mundo, la progresión (o regresión) infinita de la ciencia depende del Libro Sagrado. La dinámica del desarrollo científico moderno no puede mantenerse sin la garantía de la libertad como principio básico. Y es esta dinámica, que cuestiona y libera el "significado de la vida", la que hizo perder a la religión su posición dominante en la explicación del mundo transformándola en una mas de las lenguas de la imaginación histórica.

Pero, según Huntington, bien entrados en la segunda mitad del siglo pasado, empezamos a ver que estas esperanzas eran infundadas. Al mismo tiempo que la modernización económica y social se hacia global podíamos ver  también la resurrección global del fundamentalismo religioso que se  extendía a cada continente, a cada civilización y, literalmente, a cada país. Esta nueva aproximación religiosa busca la recuperación de una fundación sagrada de la organización social. Es la separación de Dios lo que ha hecho fracasar al modernismo y lo que se requiere ya no es "aggiornamiento",  sino una segunda Evangelización de Europa  o la islamizacion de la modernidad, según la versión religiosa preferida. Los movimientos fundamentalistas surgen con el objeto explicito de purificar las doctrinas e instituciones religiosas y re-configurar las conductas personales, sociales y publicas de acuerdo a normas divinas. Su impacto político tiene el potencial de acarrear una enorme significación social.

Sin lugar a dudas, la desecularizacion del mundo,  dice G.Weigel, es uno de los hechos sociales de nuestro tiempo. Su emergencia  obliga a preguntarnos... ¿que es lo que explica este fenómeno, este sobrante pre-moderno, esta insistencia orgánica que se hace presente en el universo pos-tradicional?

Paradójicamente el proceso de modernización social, económica y cultural que causo la retirada de la religión, ha causado también, al apoderarse del mundo en la segunda mitad del siglo 20, su retorno. El proceso de globalización  des-ensambla las fuentes tradicionales de identidad y los sistemas de autoridad. La gente se mueve del campo a la ciudad, de ciudad a ciudad y de país a país, separándose de sus raíces al tratar de buscar nuevos trabajos. Esta nueva situación  obliga a interactuar con un mayor numero de personas y ser expuestos a nuevas relaciones que fuerzan a buscar nuevas fuentes de identidad, nuevas formas estables de comunidad y nuevos preceptos morales que  permitan volver a llenar la vida de significado y propósito. En un mundo de transformación rápida y caótica, sin consideración por la suerte del individuo, la religión se ofrece, nuevamente, como la guía espiritual capaz de satisfacer estas necesidades.  Es la respuesta pre-fabricada que proporciona la ilusión de descubrir o crear nuevas identidades históricas al proponer una distinción básica entre creyentes y no creyentes, entre la superioridad espiritual y moral de pertenecer al grupo y la inferioridad de los que se ubican fuera de él. En un sentido más amplio, la revancha religiosa a través del mundo es una reacción en contra del secularismo, el consumismo, la diversidad y el anti-esencialismo metafísico, frente a los cuales intentan reafirmar el valor del orden, la disciplina, el trabajo y la solidaridad humana. Los grupos religiosos encuentran su oportunidad al responder a las necesidades que el estado burocrático neo liberal ha dejado de atender.

Para Samuel Hungtinton, este movimiento anti-secular y anti-universal es, a excepción de su manifestación cristiana, anti-occidental. Aceptan la  inevitabilidad de la ciencia y la tecnología y los cambios en estilos de vida que ellos acarrean, pero rechazan la idea de ser occidentalizados. Según muchos de sus líderes, la religión es el motor del desarrollo y solo un islamismo purificado podrá jugar un papel importante en la era contemporánea, similar al protestantismo ético occidental. Sus activistas provienen de la clase  media, de los grupos profesionales y los miembros del gobierno y del comercio. Tanto en el medio Oriente como en la India, el retorno fundamentalista es la manifestación mas poderosa en contra de la "occitoxificacion". Es una declaración de independencia cultural. En el orden mundial que surge después de la guerra fría, la cultura es, al mismo tiempo, una fuerza unificadora y  divisoria.

 Durante la mayor parte de la existencia humana los conflictos entre civilizaciones fueron intermitentes o no existentes.Todo esto cambia a partir del siglo XV. Primero, el Occidente constituye un sistema internacional multipolar desde el cual conquista y coloniza al resto del mundo.  Luego, en el siglo XX, durante la guerra fría, la política se hace bipolar y el mundo se divide en tres partes... el occidente, los países socialistas y el "tercer mundo", que es el escenario en donde los dos primeros desarrollan sus conflictos. Con el fin de la guerra fria, una distincion  importante para los pueblos y  naciones, junto con la ideologia, economia o politica,  es  la distincion cultural. Lo que los pueblos cogidos en la dislocacion global tratan de responder es la pregunta mas basica  que los humanos puedan encarar... ¿Quienes somos ? y la respuesta la buscan en la forma tradicional en que los seres humanos siempre la han encontrado ...haciendo referencias a las cosas que son mas significativas, tales como la ascendencia, el lenguaje, la historia, las costumbres, las instituciones y la religion. La identificacion se define a partir de grupos culturales y sabemos quienes somos solo cuando sabemos quienes no somos y, frecuentemente, cuando sabemos en contra de quienes estamos. Las conductas del Estado-Nacion, al igual que en el pasado, continuan siendo modeladas por la busqueda del poder y la riqueza.  Hoy dia tambien deberiamos agregar, a diferencia del pasado, las preferencias culturales, las semejanzas y las diferencias.   

Para Hungtinton las agrupaciones de estados mas importantes ya no son los 3 bloques de la guerra fria, sino las 7 u 8 civilizaciones mayores que hoy constituyen nuestra historia (“Sinic, Japoneses, Hindues, Islamic, Ortodoxos, Western and Latinamerican”) Para los pueblos que buscan su identidad y la re-invencion de su etnicidad los enemigos son esenciales y las enemistades mas peligrosas ocurren a lo largo de las lineas que separan una civilizacion de otra.  Actualmente  el conflicto más cercano, dice Hungtinton, es entre el radicalismo islamico y el secularismo occidental.


¿Realmente?… ¿no es esta nocion del choque de civilizaciones bastante  cuestionable? De acuerdo con Zizek, esta es una idea que tenemos que rechazar. Lo que hoy estamos viviendo no es un choque de civilizaciones. Lo que vivimos es  un choque dentro de cada civilizacion. Una pequeña dosis del vilipendiado reduccionismo economico no vendria mal aqui. En lugar de sumergirnos en el analisis infinito del fundamentalismo islamico y su intolerancia a la democracia liberal... ¿no seria mejor re-dirigir nuestra atencion al trasfondo economico del conflicto, al choque de intereses economicos y geopoliticos de sus actores? En lugar de ver la intolerancia islamica inscrita como algo inherente al islamismo como tal… ¿no seria mejor verlo como el resultado de las condiciones socio-politicas modernas? Cada caracteristica atribuida al Otro esta tambien ya presente en nosotros. El fanatismo del islamismo fundamentalista facista tambien lo encontramos en la ultra derecha occidental que se  expresa como racismo ultra-nacionalistas en las calles de las capitales de Europa, en el bombardeo de Oklahoma en Estados Unidos y en los evangelistas como Jerry Falwel y Pat Robertson ( el 11 de Septiembre fue el castigo de Dios por el hedonismo americano). No estaría demás  recordar que, incluso, el mismo presidente Bush admitio que lo mas probable fuera que los causantes de los ataques de antrax se encontraran, no en el islamismo, sino, en el fundamentalismo cristiano y populista de la ultra-derecha   americana que hoy abarca mas de 2 millones de individuos ...


El verdadero choque cultural no deberiamos  buscarlo  entre diferentes culturas  sino dentro de cada cultura, entre el facismo  fundamentalista y la democracia, entre las fuerzas neoconservadoras y los anhelos progresista de las mayorias explotadas. 

Sunday, December 11, 2016

La montura morada.



La angustia
cabalga
la montura morada
de
las horas
con
el antifaz
del
optimismo.

Nieves.

Sunday, December 4, 2016

La edad del futuro.

    
El mensaje  sutil de la época  es que el pasado es una perdida de tiempo y  lo único que importa es  llegar al futuro  tan rápido como sea  posible.  La época del tecno-futurismo con  largo alcance ha llegado.  Y es muchísimo mejor que el patético  presente.

 La posesión del conocimiento, que una vez significo la comprensión del pasado, ahora es la habilidad de  hacer predicciones. Conocer o predecir el futuro es mucho mas productivo  y rentable que estudiar el pasado. Y para ello,  en lugar de leer las hojas de te, mirar la bola de cristal o tirar el I Chi,  podemos usar  el instrumento científico apropiado, es decir… “Big Data”, la aplicación de las matemáticas a enormes cantidades de datos  para inferir probabilidades.  En el 2011 el Foro Económico Mundial anuncio que “Big Data”  debe ser considerado como una nueva  clase de activo económico, algo que uno puede poseer y gozar de sus beneficios. Es la energía que  lleva al futuro.  “Big Data” es la primera aplicación tecnológica  del siglo XXI  cuyo único  propósito  es conocer lo que viene.    Starbucks,  Walmart, Amazon, Google, Target, Adidas, etc.  ahora pueden saber quien, que, cuando, como  y donde pueden vender  exactamente sus productos. El jefe ejecutivo de la firma FICO, por ejemplo, con todo atrevimiento ahora  puede anunciar… “nosotros sabemos donde tu vas a estar mañana”. Hay múltiples maneras  de coleccionar datos… cuando clicleamos el internet, cuando compramos, cuando hablamos por teléfono, cuando vamos al banco, cuando estamos en el trabajo, etc. etc. Cada acción que emprendemos  es aprovechada para generar probabilidades acerca de que acción  vamos a tomar.  Las grandes Corporaciones  invierten billones de dólares en esquemas para convertir el mundo en datos. Lentamente  van  mejorando mas y mas la habilidad para  influir y darle forma al porvenir.   

 ¿De donde viene este  afán por el futuro?  Si consideramos  los datos antropológicos encontramos que  desde el Homo erectus hasta el comienzo de la civilización mesopotámica el humano no vivió en el flujo segmentado que caracteriza nuestro tiempo.  En aquellos tiempos no había pasado ni futuro. Solo el gran presente.  Las sociedades tradicionales lograban la  predictibilidad “transformando el tiempo cíclico en  círculos”.  La seguridad se encontraba en seguir haciendo lo que siempre se había  hecho. La noción de medir las épocas en décadas y centurias solo ocurrió  en 1890.  La revolución industrial  trajo el fin del orden tribal y con ello la seguridad  que el conocimiento de nuestro   origen y destino nos daba. 

¿No será entonces, si consideramos esto,  que la obsesión contemporánea por  adueñarse del futuro es el intento de recuperar la seguridad por otros medios? Según el  filósofo español  Innerarity  hoy operamos, no con el conocimiento del futuro, sino con la ignorancia estructural del porvenir  que se cierne sobre todo lo que la era industrial y digital ha traído,  llenándonos con ansiedad  y presentimientos de  colapso. Llegar rápidamente al futuro  con la ayuda  de los medios científicos es el intento cada vez mas elaborado de compensar por nuestra falta de certidumbre social.    El surgimiento de “Big data”  y la iniciativa  tecnológica empresarial  encuentran su raíz en este deseo inconsciente de volver  al tiempo en que  no teníamos que saber que viene después porque, simplemente, no había después…  solo el eterno presente.

El impulso al futuro,  que siempre encontramos presente en los procesos cognitivos humanos,  es bien diferente de la retorica futurística del complejo tecno industrial. La búsqueda del futuro  ha sido, primariamente, saber que es lo que  va a pasar  para evitar  cambios peligrosos y desestabilizantes. La idea es ver el peligro,  esquivar el escollo y mantener, tanto como sea posible, nuestra forma de ser.  El discurso futurista corporativo que hoy encontramos, en cambio, tiene como objetivo interrumpir, alterar e inventar   todo y cualquier cosa tan pronto como sea posible.

Donde mejor  se ve esto  es en el intento de  un influyente sector tecnológico de lograr “La Singularidad” , de vivir  lo  suficiente para ser integrado en la conciencia virtual o cerebro global conectado a la maquina digital que, al extenderse a todo el universo,  culminara con  el alumbramiento sublime, un estado libre de toda limitación temporal, física y mental. Un eterno presente.

 ¿Es del todo claro que todo este transhumanismo va en dirección  del mejor interés  del ser humano? ¿No será que todo este proceso tiene mas que ver con creencias que con  ingeniería y ciencia? Según el consenso de la comunidad científica  estamos a miles de años de una inteligencia no-biológica.  En la edad del “Big data”, dice el critico cultural Hal Niedzviecki,  en lugar de un conocimiento significativo del futuro, lo que  tenemos es la promesa  de ese conocimiento.  Creemos que el mapear todos los aspectos del mundo físico  y mental  tiene el potencial de crear un mundo virtual paralelo de maleabilidad infinita capaz de llevarnos a  un  estado de absoluta certidumbre e inteligencia sin limite, a pesar de que la evidencia  muestra que el precio  de esta  certidumbre  es la perdida de  las libertades cívicas y del derecho a no ser vigilado por las Corporaciones y el Estado.

El punto no es si realmente podemos conocer el futuro.  El punto es la historia que nos contamos acerca de el. Lo que importa mas que su conocimiento, dice Niedzviecki, es el sentimiento de control que podamos lograr sobre el porvenir. Es creer que la cuantificación, alteración y ruptura  es innovación y progreso.

Los tres últimos cambios tecnológicos mas grandes de nuestra historia, comenzando en 1890,  han sido la invención del motor a vapor,  el dominio de la electricidad  y el surgimiento  de la computación. Todo lo que hoy hacemos se construye en base a estas tecnologías. Lo que hacemos en el siglo XXI es el legado del siglo XX. Nuestra supuesta era de “ruptura”, comparada con estos tres cambios,  es mucho menos innovativa de lo que parece… la televisión en el teléfono, el telegrama en el tweetter,  el libro en la tableta digital. Lo curioso es que todas estas revoluciones masivas no han transformado en lo mas mínimo nuestra inclinación al  saqueo de los débiles,  de las otras naciones o de la naturaleza. Lo que ha cambiado es que ahora el saqueo es mucho mas  grande y mucho mas rápido,  por lo que   cada vez  van quedando menos lugares para seguir con el pillaje.   El precio de acelerar el consumo a través de la tecnología  y consecuentemente  organizar la vida alrededor de el puede, finalmente,  destruir las condiciones ecológicas que sostienen la civilización y reclamar la existencia de toda la especie. Lo que la industria llama innovación es, en realidad, la inauguración de nuevas formas de consumo.  

Todos los  cambios tecnológicos han favorecido la replicación de nuestros genes. Mas gente vive mas tiempo. Progreso, desde el punto de vista de la evolución biológica,  es la capacidad de sobrevivencia de la especie.  El animal humano, no solo ha sobrevivido, sino que se ha ubicado en la cúspide de la cadena alimenticia… por ahora.  La verdad es que con el tiempo nuestra conducta  hace  cada vez mas problemática la sobrevivencia humana a largo plazo.

En la era de la revolución informática y  la carrera al futuro todo fluye y la estabilidad   es bien difícil de encontrar.  La desigualdad económica  aumenta, la clase media desaparece,  la educación no garantiza  trabajo  y, mucho menos,  uno significativo.  Desempleo,  subdesempleo, rebaja de salarios y pobreza son la norma  ¿Por qué, a diferencia de la revolución industrial que no produjo perdida de trabajo,  la innovación  informática ha creado un ejercito de desempleados?  La  respuesta esta en la interconectividad digital que ha sido posible  gracias a mas pequeños y baratos  procesadores que permiten aumentar la producción sin la necesidad de emplear mas gente o aumentar los salarios.

La cuestión, sin embargo, es esta… si la red tecnológica es tan buena para todos  ¿por qué, entonces,  el mundo tiene que sufrir tanto con  la  expansión de la tecnología informática? Muy pronto tendremos camiones sin choferes, barcos sin tripulación,  aviones comerciales sin pilotos, laboratorios sin técnicos, hospitales sin doctores, farmacias sin farmacistas. Producción con  menor costo. Pero … ¿qué va a pasar con  estos millones de servidores? La computarización ha provocado la desaparición masiva  de trabajos… desaparición que todavía no termina. No seria arriesgado decir que por primera vez  en la historia humana los trabajos se pierden, no se crean, con la tecnología.  Digamos, seres humanos reemplazados por un futuro mas eficiente.

¿Qué se puede hacer con un sistema basado en la interrupción sistemática? La primera opción es… nada. El futuro viene y no podemos pararlo…  “ la innovación es un fuerza impersonal”,  y la única manera de sobrevivirla  es  darle la bienvenida y adaptarse, dice la elite informática.  La estabilidad es obsoleta. La ansiedad que plaga  la época no es tanto el rechazo al cambio, como el  miedo a fracasar en medio de el, de quedar atrás en la carrera del futuro. La segunda opción  es la salida del futuro, el rechazo a la  tecnotopia, el abandono de la ideología prevalente. Los que van a quedar atrás, según  los survivalistas,  son los que frenéticamente persiguen el futuro. Los survivalistas, por el contrario,  se preparan para la catástrofe por venir, para la caída del sistema… guardan comida, agua, medicamentos y municiones para tres meses, suficiente para sobrevivir los primeros días.  Al igual que muchos ecologistas, indigenistas  y libertarios, no anhelan el futuro, anhelan el pasado, el retorno a un tiempo mítico cuando todo era simple, estable, con pequeñas ciudades, granjas y tiendas de abarrotes y la gente  estaba en control de sus destinos en lugar de ser datos para el gobierno o las empresas privadas. Es el anhelo de la  renovación de una vida tribal que surge de las ruinas  del posmodernismo cibernético.

Nuestra alternativa entonces, según esto,  estaría en la redención tecnológica o en la vuelta al pasado.  ¿Cierto?... Bueno, no realmente.  La carrera al futuro esta saboteando el futuro y la vuelta a un  pasado estable y harmónico es imposible. Nunca ha existido.

 Luego…  con que nos quedamos? ¿No será hora de cancelar  la esperanza  y parar de creer que todo va a mejorar?  Los que han venido luchando por un mundo diferente, dice el escritor Paul Kingsnorth,  están perdiendo y seria mejor reconocerlo, antes que seguir mintiendo.  La economía de consumo no va a cambiar y no vamos a parar la emisión de carbón. Esta es una sociedad  global que se esta desmoronando y, a pesar de ello, es incapaz de cambiar de conducta.  La cosa, segun Kingsnorth,  no es prepararse para el apocalipsis, sino ajustar las expectativas para vivir a través de algo que ya esta ocurriendo. No el fin del mundo, sino su deterioración y declinación inevitable, a veces imperceptible,  de la que  da cuenta  la ciencia. Es el reconocimiento, dice el ecologista Robert Jensen, “de que cada sistema que regula la vida moderna no esta a la altura de la tarea. Y no hay manera de reformar esto. La revolución no viene…”


 ¿Es esto la admisión de nuestro fracaso? ¿Y de que frente al fracaso  lo único que nos queda es  tratar de mantener algún  sentido humano en un mundo que  se desploma?