Thursday, November 28, 2013

La filosofia de la emancipacion



                                                    "Inmersos en la Modernidad
                                                       y sus expresiones posteriores,
                                                      como Post-Modernidad, Post-
                                                      Colonialismo, Post-Occidentalidad,
                                                      la voz de la crítica latinoamericana
                                                      surge como una dicotomía de expresión
                                                      colonial y occidental, porque en ella se
                                                      muestran como el discurso opresor pretende
                                                      ser el discurso oprimido"

                                                                                Anabella Rodríguez
                                                                                    ("El pensamiento,
                                                                                    sus círculos y la dialéctica
                                                                                    latino-americana")

En 1925 Mariategui se pregunto si realmente había pensadores hispano-americanos y, desde entonces, esta inquietud se ha venido planteando en diferentes formas. Según Mariategui todos los pensadores de nuestra América han sido educados en las escuelas europeas. El espíritu de la raza no se siente en sus trabajos. La producción intelectual del continente carece de características propias. No tiene un perfil original. El pensamiento hispano-americano es, generalmente, una rapsodia compuesta de motivos y elementos propios del pensamiento europeo. El peruano Augusto Salazar Bondy continua esta tradición critica.  La Filosofía en el sub-continente fue originalmente un pensamiento impuesto por los conquistadores europeos de acuerdo a los intereses de la corona española y la iglesia católica. Ha sido un pensamiento de la clase alta o de una elite oligarca refinada y, en gran medida, reflejo de las diferentes influencias económicas y políticas de las metrópolis.  Y el brasilero Afranio Coutiho afirma que una mentalidad colonial no es la mentalidad ideal para construir una Filosofía original.  No es posible imaginar como podría haber una mentalidad diferente sin tener independencia económica de los poderes imperialistas. Por primera en la historia, con la existencia del tercer mundo, dice Bondy, el mundo del oprimido y sub-desarrollado  se esta liberando a si mismo y, al mismo tiempo, liberando al opresor. Es por esto que, por primera vez, puede haber una Filosofía de la Liberación. En el caso concreto de la lucha de clases, grupos y naciones hay otro que es el dominador y que hay que remover de las estructuras de dominación. Hay que desmantelar la maquinaria del opresor. Y la Filosofía tiene que estar en esta lucha, porque si no lo esta se torna en un pensamiento abstracto con el cual, a pesar de que intentamos liberar a otros, como filósofos, ni siquiera nos liberamos a nosotros mismos.

Cuando a mediados de los 50 el etno- historiador Miguel León-Portilla publica "La Filosofía Nahualtl" desencadena un torrente de criticas por el inadecuado uso del termino Filosofía para designar algo que a los aztecas les había preocupado. La ausencia de un discurso filosófico en los aztecas significaba que su carencia los definía como bárbaros y sub-desarrollados. Pero también podía significar que esta diferencia no era una carencia, sino, la afirmación de que ellos tuvieron o hicieron algo diferente que los europeos no tuvieron. El problema que León-Portilla planteo es el de la diferencia colonial que atrapa a la Filosofía del otro en un callejón sin salida. O su Filosofía es tan similar a la Filosofía occidental que su falta de distinción no constituye ninguna contribución y toda diferencia desaparece. O, por el contrario, es tan diferente que sus credenciales para ser Filosofía genuina estarán siempre en duda. Demasiada similitud o demasiada diferencia. La diferencia colonial ha sido articulada desde los primeros diseños cristianos globales hasta la actual colonización global impulsada por la metafísica del mercado. La de-colonización intelectual y, en particular, la de-colonización de la Filosofía contiene el potencial de imaginar posibles futuros más allá de la alternativa ofrecida por un colonialismo global y la actual reproducción de la diferencia colonial basada en las finanzas, las migraciones y las comunicaciones masivas. La lógica de la exclusión ha borrado a la Filosofía latino-americana y  sus filósofos al silenciar su producción y creatividad en las enciclopedias, diccionarios y textos que resumen o investigan la Filosofía mundial.

La afirmación de que la Filosofía latino-americana ha sido excluida del Canon occidental implica que esta existe,  lo que nos obliga a preguntarnos… ¿Si es así, que es, entonces, lo que califica o no califica como Filosofía  latino-americana?

Una primera aproximación seria la que considera el origen nativo como la condición necesaria y suficiente. Haber nacido en latino-América es lo que hace a una idea parte de la Filosofía del continente. El problema aquí es que hay muy pocas de las ideas que forman parte de la Filosofía latino-americana que se han originado en ella y las pocas que han surgido están mezcladas con otras que han surgido en otras partes. Si este fuera el criterio nos quedaríamos con bien poco o nada. Además... ¿como delimitamos el problema del origen? ¿Una idea de un pensador latino-americano que vive en el extranjero es considerada latino-americana o no lo es? Otra forma diferente de considerar el problema es postular como posición necesaria que la Filosofía latino-Americana este compuesta por ideas originales. La dificultad con que aquí nos topamos es similar al problema del origen de las ideas.  El número de ideas filosóficas originales en América Latina es extremadamente pequeño y, en realidad, seria absurdo de definir esta Filosofía de tal manera. No hay otra Filosofía étnica a la que se le imponga este requisito. El pensamiento siempre es producto de un sinnúmero de ideas provenientes de muy diferentes fuentes. Una forma de resolver estos callejones sin salida ha sido la de colocar como condición necesaria y suficiente el que las ideas que componen la Filosofía latino-americana sean productos de la cultura latino-americana... pero ¿como establecemos una clara distinción entre cultura latino-Americana y otras culturas? ... ¿O como encontramos las ideas filosóficas que tienen una conexión directa y demostrable con la cultura latino-americana? La primera pregunta es difícil de resolver ya que nadie ha podido establecer algo que pueda ser homogéneamente identificado como cultura latino-americana. Y la segunda pregunta plantea un problema serio porque la Filosofía aspira a verdades que trasciendan lo que es culturalmente específico. Los problemas a los cuales se dirige afectan a los seres humanos en general y no exclusivamente a miembros de ciertas culturas.

El problema con estas aproximaciones es que ellas incluyen un elemento esencialista, de que las ideas que constituyen la Filosofía  latino-americana suponen satisfacer una o varias condiciones suficientes  y necesarias, lo que reduciría el numero de ideas a considerar a una cantidad ridículamente insignificante. El requerimiento esencialista indica que el concepto de Filosofía latino-americana no es bien entendido. Las proposiciones más recientes (Filosofía de la Liberación, Pos-Colonialismo) proclaman que  lo que es peculiar a la Filosofía latino-americana es la experiencia de la colonialidad o marginalidad.  Pero América-Latina no es la única parte del mundo que ha sufrido la experiencia del colonialismo, lo que hace difícil transformarla en la característica de la Filosofía latino-americana como tal y que la separa de toda otra tradición filosófica. Incluso, si aceptamos esta noción solo nos ayudaría a separarla de la Filosofía europea, pero no de la Filosofía de otras partes que han sufrido la explotación colonial. Igualmente, tópicos particulares tampoco pueden aducirse como condiciones suficientes y necesarias. Los textos mas comunes considerados parte de la Filosofía latino-americana muestran una extraordinaria variedad de temas filosóficos discutidos  también fuera del continente y vise-versa. Es cierto que ha habido cierta predilección, en algunos momentos o periodos, por ciertos problemas particulares, pero ello no es suficiente para establecer la identidad de la Filosofía latino-americana. La falta de unidad y perspectiva limita el intento de establecer una cierta orientación cultural como necesaria y suficiente. Y por ultimo...  ¿es posible considerar la herencia genética o racial como factor distintivo, como algunos han propuesto? Pensar en ello seria demasiado absurdo para considerarla. La composición de nuestros países se caracteriza por una multiplicidad y variedad extraordinaria lo que hace imposible postular la raza como característica  identificatoria del pensamiento filosófico.

Al parecer, cuando hablamos de Filosofía latinoamericana nos encontramos con una categoría que no tiene límites estrictos  y lo que incluye no tiene parámetros definitivos ¿Significa esto que la noción de Filosofía latinoamericana es incoherente? Lo seria solo si aceptamos el punto de vista de conceptos esenciales, de condiciones suficientes y necesarias. El considerar que exista o no una Filosofía latino-americana depende de los criterios  que se usen y la ideología juega un papel importante como, también, el nacionalismo, las estructuras de poder y los intereses económicos. Pero, aparte de todo ello, hay una realidad  que siempre existe...los textos con sus relaciones múltiples y complejas con el contexto. Estos son entidades históricas inmersas en una variedad de relaciones que hacen posible clasificarlas de diferentes formas. El concepto de Filosofía latino-americana debe reflejar esta realidad y permitir flexibilidad en su identidad. Las condiciones que originan esta identidad son ellas mismas históricas y sujetas a cambio y dependen, en parte, de la perspectiva que se use para establecerlas. Cuando hablamos de Filosofía latino-americana siempre lo hacemos desde una cierta perspectiva y es importante estar consciente de ella para evitar controversias inútiles.

¿Hay alguna diferencia entre Filosofía europea y Filosofía euro-céntrica? ¿Puede un filosofo que se mueve dentro de la tradición occidental ser, al mismo tiempo, un critico del Euro centrismo, de la presunción  de que el pensamiento y los valores europeos (cualquiera sea la forma en que los definamos) contienen la esencia del pensamiento civilizado y racional? Que las naciones europeas han ocupado una posición de poder con el que han dominado el pensamiento y los proyectos culturales a través del mundo es un hecho histórico. Esta concentración de poder ha violado, en la persecución de agendas políticas, los derechos de otros o han desechado las experiencias y contribuciones de los menos poderosos, lo que niega su pretensión de universalidad. El que la Filosofía occidental sea euro-céntrica es un argumento que difícilmente puede desecharse. Se podría decir que hay una diferencia entre leer textos de una cultura dominante y promover la dominación de esa cultura sobre otra. No porque alguien, por ejemplo, se especialice en Foucault o Deleuze lo hace cómplice de la hegemonía occidental euro-céntrica. Incluso, se puede argumentar en favor de la búsqueda del conocimiento por si mismo y la importancia de comprometerse con ciertos textos, a pesar de su problemática cultural o política, ya que al perseguir un interés cognitivo desprendemos un pedazo de conocimiento de la historia intelectual de los pueblos del mundo. Y sin embargo, a pesar de que estas distinciones son validas, por si mismas no son suficientes para garantizar que su practica este libre de los efectos euro-céntricos… ¿como podemos estar seguros que la enseñanza de Nietzsche o Derrida no nos hace, en realidad, cómplices de una dominación ideológica foránea? Una mejor línea de aproximación es la de comprometerse con una lectura critica de la historia, y de los textos en general, con el objeto de ganar cierta libertad de las múltiples opresiones. Esta perspectiva requiere de un proyecto ético suficientemente amplio que incluya los ideales de la igualdad de sexos, oportunidades económicas para los explotados y la conservación de los sistemas ecológicos.

Las categorías del pensamiento occidental, incluyendo el Post-Modernismo, han surgido de Europa y no del sub-continente latino-americano. La chilena Nelly Richard (" La problemática de la transferencia teorético cultural de América Latina", The South Atlantic Quarterly, 1993) plantea la pregunta…  ¿como podemos hacer uso de una conceptualizacion teorética internacional, sabiendo que forman parte de un sistema central normativo estándar, sin caer en la gramática de su autoridad? Y responde…si nos apropiamos del lenguaje post-modernista y reclamamos el espacio reservado para las re-significaciones de las operaciones locales podemos usarlo para nuestra ventaja a través de estrategias discursivas contra-miméticas. A la normatividad hegemónica no se responde con una normatividad periférica, sino que desviando la lectura dominante hacia descripciones que se ubiquen mas allá de su control. Es  en esta forma como  los productos culturales latino-americanos (Post-Modernistas, por ejemplo) pueden mantener su relacion con el “origen” en la forma de un continuo cuestionamiento. La pretensión no es la de representar la universalidad u originalidad, ni tampoco ser el sitio desde donde estos pueden ser descubiertos. Es solo que al actuar la mascarada de lo original continuamente subvertimos sus signos y símbolos de poder.

Nieves y Miro Fuenzalida.
Ottawa.  Diciembre 2005

Monday, November 25, 2013

Exorcizar el Cuerpo.



 En su mayor parte, la "historia" del pensamiento es un intento de exorcizar el cuerpo de su fetidez putrefacta y sus indicios de impermanencia... ocultar la carne para deshacernos de nuestros cuerpos desecantes. Así, en nuestra imaginación idealista, escapar a la proximidad de esta morada de dolor y permanecer confortablemente adormecidos en la profundidad de la civilización, solo para recibir el karma del pensamiento incorpóreo, sin olor ni gusto… ¿Pero que tal si saturamos el pensamiento con una cierta corpo-realidad?... ¿Si le permitimos a nuestra mente darle rienda suelta a la carne sudorosa y al mal aliento?... ¿Si hacemos al pensamiento funcionar en lo real, hacerle producir nuevos y extraños olores a través de copulaciones monstruosas en una orgía bacanal de lujuria?... Podríamos crear y darle vida a nuevos híbridos y mutantes, cuyos actos nos desplazarían de la historia, mientras nos deslizamos a través del semen del tiempo?

Ariel.
2001

Wednesday, November 20, 2013

Tiempo



 Se me perdió el tiempo...
lo busqué entre la  alba y el atardecer...
entre las estrellas de la noche... en tus ojos pequeños
y míos... entremedio de la lucha... debajo de la cama...
en las cajas del closet... entre el rocío y la nieve... entre las
piedras verdiazules de mi camino... lo encontré... saltando
entre segundos y minutos... encerrado en un reloj.
                                                               
                                                                          Nieves.

Sunday, November 17, 2013

El Nihilista.




¿Marxismo? Si, pero sin revolución ¿Sauna? Sin mucho  sudor, por favor ¿Tocino? Siempre que sea sin grasa.  La moderación es lo  que ha venido reemplazando  todo aquello que es grande, bello o peligroso… ¿Cierto? Si no,  miremos la tecnología del “gene silencioso” que nos promete la cebolla sin lágrimas.  O el centrismo  que ofrece una política sin lucha de clases.  

¿Y que hay de malo en esto? Todos queremos evitar los extremos, sobre todo el peligro… ¿o no? Por supuesto. Desgraciadamente el problema es  que por mucho que queramos evitarlos, el conflicto, el  dolor  y el  peligro están aquí para quedarse  y la inhabilidad de reconocer este hecho  nos lleva  a la negación del mundo. Originariamente el  nihilismo fue el intento de escapar del caos y el sin sentido de este mundo inventando otra realidad trascendente,  otro mundo celestial  en donde el sufrimiento, la guerra y el despropósito  dejan de existir. Los  mejores productores de mundos ilusorios fueron las  religiones monoteístas.  Si rascamos la superficie del  Judaísmo, el Islamismo o el Cristianismo encontramos al nihilismo yaciendo en su interior.  Hoy el nihilismo  ha adquirido vida propia y el fin de las creencias religiosas no significa  el fin del nihilismo.

El  mundo contemporáneo que  empieza con  el Modernismo inaugura  la división  religiosa entre nihilismo radical y nihilismo pasivo,  entre  la logica de la  negación de este mundo que, llevada a su  extremo, llama por  su aniquilación  y el  contentamiento con este mundo que renuncia a su aspecto maligno y  a la pasión y los valores que  contiene. Es decir, entre valores que no pueden encontrar un mundo y un mundo sin valores. Entre el deseo de nada y la aniquilación de la voluntad.  Entre el suicidio terrorista y el llamado a la moderación.

La destrucción como  última experiencia, la nada que reemplaza la realidad,  la inmersión en el vacío es la respuesta del que nada quiere con la pasividad y los tranquilizantes que el  gobierno y el mercado ofrecen. Es la respuesta radical del fracasado. Las noticias de la TV están llenas de historias  increíbles. El empleado que es despedido y vuelve por ultima vez al lugar de trabajo armado con una pistola con la que   mata al jefe y a todos los que se cruzan en su camino para  caer en pocos minutos  bajo el fuego policial. El adolescente que entra a su liceo con metralleta  disparando a diestra y siniestra para morir bajo una lluvia de balas. O el padre divorciado que mata a sus hijos y luego se dispara así mismo… ¿Qué es lo que ha ocurrido aquí?  ¿Por que en todos estos casos hay el deseo de herirse a si mismo?   La envidia, el egoísmo y el miedo llevan al asesinato del negro, del judío, del gitano, del hereje  o  del homosexual para mantener la homogeneidad del grupo. El sacrificio del chivo expiatorio es un acto de afirmación y purificación social. La decepción y el resentimiento, en cambio, son la situación opuesta en donde el deseo  destruye la sociedad en lugar de construirla. Aquí no se salva nadie, todos son amenazados igualmente con la destrucción. El resentido no acepta que se le haga responsable por su fracaso y ve como única salida  la  radicalización del resentimiento en actos destructivos. La fusión de la destrucción  y la auto destrucción  es el único punto donde el fracasado logra sentir el sentimiento de poder sobre los otros y sobre si mismo.

La finalidad destructiva  del nihilismo radical  en la sociedad de consumo se entrelaza con el nihilismo pasivo. Y, aunque   parezca curioso, esto  no es de   extrañar. Cuando la politica del consenso clausura el antagonismo social el resentimiento  se transforma en  politica destructiva   y la impotencia politica  en pasividad soporífica.  La sociedad de consumo ve  el conflicto entre estas  dos  formas de nihilismo como el antagonismo fundamental de la  época.  

Pero… ¿Que tal si este es un antagonismo falso y  el verdadero  antagonismo se encuentran en otra parte?   ¿No  seria mejor considerar el nihilismo  como una logica paradójica que simultáneamente destruye y constituye lo social?

El Ultimo Hombre, dice Nietzsche, prefiere la ausencia de la voluntad a la voluntad de la nada. Una vida reaccionaria que elige la felicidad a  la acción,  la pasividad narcótica a la búsqueda de un fin.  Una criatura  apatética, sin pasión ni compromisos, sin sueños ni ideales. Su única aspiración es  ganarse la vida, sentirse satisfecho y evitar cualquier sacrificio. La felicidad es consumir y la política es conformismo pasivo.  ¿No es este el modelo ideal de la sociedad occidental?  Un  conformista compulsivo  sujeto a la manipulación infinita del mercado, disociado de los otros, sin mayor consideración por sus semejantes cuya única  auto-valoración depende de cuantos deseos pueda satisfacer. Con el Ultimo Hombre  el nihilismo pasivo se  convierte en la banalización del nihilismo y la devaluación de los valores  termina en  un mundo sin valores. Con la economía del dinero la diferencia entre los valores tiende a desaparecer. Cuando el dinero reduce  la cualidad a cantidad las diferencias valoricas se borran y el valor de la distinción entre cosas y cosas pierde sentido. Con el dinero electrónico, el dinero, para peor, se vuelve una entidad espectral, un marco abstracto mucho más violento y poderoso que  no puede ser localizado, a pesar de que  domina completamente la vida social. Confrontados con esta realidad la gente ya no siente que tienen control sobre el desarrollo social y lo ven como algo que les pasa igual que la lluvia y los terremotos. La  política, en estas circunstancias, queda reducida  a la competencia entre grupos reconocidos que compiten y negocian intereses particulares y estilos de vida  sin desafiar o cambiar las relaciones hegemónicas,  carente de  proyectos fuera de su propia perpetuación. Un juego político sin la posibilidad de cambiar el juego porque su fin es mantener a distancia la irrupción revolucionario.  Y, en el caso que esto fallara, siempre  esta ahí  “The American Army”.
        
  Al otro lado del nihilismo pasivo  nos encontramos con  el fundamentalismo ultra antagónico, violento y terrorista que nada quiere con el mundo banal del capitalismo tardío en donde  los valores supremos no tienen lugar. A  este mundo imperfecto e inadecuado el nihilista radical le niega autoridad política y su objetivo  es  derrumbarlo completamente.  El fanático iconoclasta  se ve como el instrumento de una autoridad absoluta que busca destruir la Ciudad  para crear la Ciudad de Dios, para hacer que la sociedad se ajuste a sus valores. Y  para lograrlo  esta dispuesto a sacrificar su vida  por la verdad que ama. Para el nihilista radical el mundo como es no debiera ser y el mundo que debiera ser no es.  No esta interesado, como el anarquista o el revolucionario, en las contradicciones internas del sistema. El se separa del sistema que odia  y su blanco es el tejido mismo de lo social. Una estrategia desesperada en contra de la indiferencia social. Lo que caracteriza al ataque de New York como nihilista es la transformación de uno mismo y de los otros en instrumentos,  la absoluta indiferencia hacia las victimas y el silencio de los autores y planificadores del ataque. A diferencia de la política afirmativa y liberadora que reclama responsabilidad, la violencia nihilista permanece anónima y carente de proyecto, fuera de su propia perpetuación.

La diferencia entre terror y  guerra en contra del terror es la muerte. Al sacrificar  la propia vida, lo más valioso que uno tiene, el terrorista desafía el pasivismo nihilista de la sociedad de consumo  en la que  el sacrificio por una causa social es inimaginable. El nuevo terrorismo, en su pasión por purificar el mundo, termina  en destrucción total. La violencia que desencadena y las muertes que causa sobrepasa cualquier limitación y consideración puramente humana al  ejercerse en nombre de Dios o de un texto sagrado que se elevan por encima de la vida… “Cree en Dios y todo esta permitido”. El terror fundamentalista moraliza la política y conceptualiza  las diferencias como un antagonismo absoluto entre el Bien y el Mal que lleva a la auto destrucción total.

Con  la política de seguridad  después el 9/11 el terror y la guerra en contra del terror se transforman en un factor social que, curiosamente, en lugar de destruir el “business as usual”, lo sostiene.  El Terrorismo ya no es una calamidad excepcional, sino que se ha transformado en una técnica de gobierno que impone conductas y  modelos de normalidad que redefinen las relaciones de poder  y cancelan los principios democráticos  fundamentales. Los derechos individuales quedan sujetos a la voluntad del los aparatos de seguridad. El terror interno elimina la dialéctica de la excepción y la norma. Ahora el estado de excepción es la norma y la democracia, una ilusión hipócrita.

El antagonismo fundamental, entonces, no es entre nihilismo radical y nihilismo pasivo, entre la política sin creencia y la creencia sin política, sino entre nihilismo y  anti nihilismo, entre el trabajo muerto y el trabajo vivo, como decía Marx.

 ¿Y que significa ser  anti nihilista? Nietzsche decía que se necesita un martillo para destruir los ídolos nihilistas y construir nuevos valores. Lo que, en un curioso sentido, significa que   el anti nihilismo es un perfecto nihilismo que se vuelve en contra de si mismo y se destruye para crear nuevos valores inmanentes.  La idea es la de que los valores se producen y lo que hoy necesitamos es transvaluar los valores existentes para crear nuevos basados en la fuerza de la vida.  La destrucción activa  que es necesaria para convertir la voluntad de la nada en afirmación  vital no significa la eliminación  de simismo o de los  otros. Si la destrucción es necesaria lo es para crear algo diferente. El riesgo, por supuesto, es que la  destrucción puede resultar en una aniquilación nihilista  o en el retorno de los valores trascendentes. El problema permanente del anti nihilismo es el de distinguir cuidadosamente entre destrucción creativa y su doble, la  destrucción negativa. Entre la metafísica de un mundo de esencias eternas  y el materialismo de este mundo. Desde la perspectiva este mundo, es decir  de la inmanencia, dice Deleuze, no hay nada mas allá porque la inmanencia es inmanente solo para si misma  y no deja lugar para “dimensiones suplementarias”.

 Nuestros valores son la forma en que nuestra  vida se expresa a si misma. Sin  vida, obviamente, nada seria posible y un valor inmanente es un valor enraizado en la vida. La cuestión, por tanto, no es  valor y no valor, sino el valor de los valores, su  relacion positiva o negativa con la vida, es decir, si el pensamiento y la acción se orientan hacia  la destrucción o renovación del mundo. http://poesiateoriaycriticacultural.blogspot.ca/

Nieves y Miro Fuenzalida.
Ottawa, Agosto 2013

     

Wednesday, November 13, 2013

En medio de imágenes.


Me sitúo en medio de imágenes... prolíficas, danzantes, pulsantes, girantes y desbordantes. En cada onza de sus existencias ellas se derriten y estrechan... una sinuosa y serpentina extensión a través del tiempo y el espacio causando un permanente flujo de vibraciones y acciones que se entremezclan en una serie perpetua de variaciones mutantes. Mi cuerpo, cansado y confuso por el espectáculo que me rodea intenta retraerse de la escena… Los ojos se cierran solo para encontrar otro reino de intensidad sepultado bajo las cavernas de una mente perdida. Incomparable!  Agobiante! Desvastantemente asombroso. No hay islas de respiro. La corriente de ecos de un pasado distante se desvía a la izquierda de mi hacia un punto anterior a que la materia fuera disociada de su existencia y apariencia… a un punto en el tiempo anterior a la gran grieta entre idealismo y realismo. Un gran drama fulgura delante de mi. Descartes persigue la materia en la extensión de un espacio mas allá de nuestro alcance y Berkeley, en un intento de traerla cerca de nosotros, termina encerrándola en los escombros de la mente… haciéndola una con la idea. Algo ha quedado traslucido… Yo ya no soy uno… sino varios. Nos ubicamos en el espacio de una mente que es ciega a las disputas de los filósofos. Desde este ventajoso punto conjeturamos que estas imágenes giratorias que saltan a nuestro alrededor tienen una existencia que reside entre algún lugar que tradicionalmente llamamos cosa y representación. Ellas no alcanzan a ser cosa y exceden la representación. Ellas son equivalentes a materia porque la materia no es mas que un agregado de imágenes... pero un agregado que es arrojado dentro del turbulento flujo del tiempo. En este mismo instante el universo pulsa y nosotros damos vuelta dentro de un torbellino transformándonos solo en una imagen mas dentro del trastorno total del tiempo. Imágenes entre imágenes, conteniendo en su misma existencia invitaciones a actuar, reaccionar o simplemente no hacer nada de acuerdo a como el momento se da. Hemos entrado al plano de la inmanencia. De ahora en adelante solo podemos mirar al movimiento y nosotros mismos somos movimiento... nada mas que un enjambre de movimientos.

                                                                                    Ariel.
                                                                                   2001

Saturday, November 2, 2013

Cuadro de museo.



Iba recorriendo mi museo mental... cuando en una pared de él
... me encontré con un cuadro surrealista pintado con los
pinceles de mi infancia-adolescencia... una caleta de pescadores
en el Pacífico... donde sus botes eran galeones llenos de piratas
con ojos escondidos detrás de parches negros en los ojos izquierdos
... patas de madera y loros en los hombros de colores exóticos... con
delgados catalejos para vislumbrar horizontes de posibles enemigos
... sus grandes cuevas misteriosas me atraían fuertemente... tal vez ahí
escondían baúles cafés de cobre llenos de tesoros con piedras de vidrios
mágicos y con sombreros de plumas anaranjadas... las piedras y el roquerio
duro eran los escudos que protegían a sus barcos de ataques de peces dinosauricos
enormes y de gaviotas tristemente grises... Toda esta actividad piratil la miraba
con mi mente de niña detrás de un vidrio que me daba una roca encantada... En mi
adolescencia la volví a descubrir... los piratas ya eran príncipes azules que vivían en
en los botes... que eran inmensos castillos construidos con piedras y pedazos de mar... y las cuevas ya no eran misteriosas... servían como baños públicos.


Nieves.
 Agosto del 2007.