Sunday, February 23, 2020

Anarquismo y Estado


Cuando se habla de anarquismo inmediatamente pensamos en la crítica del Estado. Si los marxistas en un tiempo querían tomar  el Estado y establecer la dictadura del proletariado hasta el momento en que se extinguiera, los anarquistas querían abolirlo. Ser gobernado, decía Proudhon, es ser observado, inspeccionado, regulado, adoctrinado, clasificado, evaluado, censurado y controlado  por individuos que no tienen el derecho ni la virtud para hacerlo. Y, por su parte, Bakunin acostumbraba a repetir que  los revolucionarios marxistas nunca han sido ni serán enemigos del Estado  porque su  objetivo es derribarlo solo  para crear  otro sobre sus ruinas. Al centro del pensamiento marxista se ubica el problema de la  opresión que surge de la explotación, de la extracción de la plusvalía. Si este es el problema, dicen, no hay razón para desmantelarlo porque puede usarse como poderosa fuente de poder para transformar las relaciones de producción. Una vez desaparecida la explotación el Estado ya no será necesario.  Los anarquistas, en cambio, encuentran que el problema no radica primariamente en la explotación, sino en el poder mismo. Cualquier institución que ejerza poder debe ser resistida y el Estado, que concentra el máximo poder, debe ser, por sobre todo, resistido. El reemplazo del Estado burgués por el Estado proletario no elimina el problema del poder. Es el mismo poder  bajo nueva administración.

¿Es el ver la opresión como resultado de la acción del  Estado o  como resultado de la acción de la economía lo que, realmente, diferencia el anarquismo del marxismo?  Según el teórico Todd May esta no es una comprensión correcta de la diferencia  entre uno y otro. Seria mejor decir que la dominación proviene del poder que opera perniciosamente. Es cierto que esto ocurre cuando el burgués controla los medios de subsistencia del obrero o cuando los medios de información ocultan los intereses de las elites económicas que proveen su financiamiento. Pero, también la dominación ocurre en múltiples otras  formas de las que no siempre estamos concientes como las prácticas disciplinarias, sicológicas, siquiátricas o sexuales, por ejemplo, que nos transforman en sujetos sociales que reproducen el sistema  que beneficia particularmente a las elites económicas y políticas sin que estas necesiten comprometerse directamente en la dominación.  La dominación sexual, que ha venido desarrollándose en el curso de muchos siglos, no es la historia de cómo unos individuos  dominan a otros, sino de cómo la categoría sexual se ha transformado en una forma de dominación. El anarquismo puede ser mejor comprendido como una critica de la dominación mas que como una critica del Estado. A diferencia del marxismo, dice May,  no se concentra en un tipo particular de opresión, como  la explotación que surge en el modo capitalista de producción, sino que su preocupación se dirige a las diferentes formas de dominación que ocurren en el ambito social. El Estado con su concentración de poder burocrático y militar puede ser una de ellas. Pero no es la única fuente de dominación y en ciertas condiciones puede ser la fuente de menor opresión. Para Bakunin el Estado es un instigador del poder, pero por si mismo no es la fuente de toda dominación. La posición política del anarquismo es la crítica y erradicación, hasta donde sea posible, de toda forma de dominación.

Entendido de esta manera el anarquismo se nos presenta como una posición puramente negativa que de alguna manera no ofrece ninguna solución particular en contra de la dominación. No dibuja un mapa de cómo podríamos lograr un mejor arreglo social que trataríamos de imponer  en otros. Este intento, según el anarquismo, solo resultaría en la repetición de una nueva forma de dominación que completaría el círculo… ¿Deberíamos, por tanto, conformarnos con una visión puramente negativa de lo político o enmarcarlo positivamente evitando repetir los errores del pasado inmediato asociados con el socialismo?

Lo que mayormente pasa hoy día por política se centra en elecciones, burocracia,  procedimientos en la  rotación de las relaciones de poder  para controlar el Estado y la economía y las justificaciones ideológicas para mantener elementos particulares del sistema o el sistema como tal. La mayor parte de la sociedad no participa, a excepción de las votaciones, en su creación o mantenimiento. Y en los Estados autoritarios o dictatoriales ni siquiera esto se da. La  práctica política solo compromete a unos pocos por lo que no es de extrañar la despolitización creciente que observamos  hoy día.  ¿Cuál es el problema con este orden social?... Su profunda desigualdad. El presuponer que ciertos individuos saben cual es el bien publico y que es lo mejor para los otros, porque los otros no son capaces de lograrlo por si mismos sin su intervención. Es la negación a reconocer la capacidad del pueblo para controlar sus propios asuntos. 

¿Cuál seria una acción política diferente y antagónica a este orden capaz de socavarlo?

El filosofo francés Ranciere, no extraño a las ideas anarquistas, sostiene que la afirmación de la igualdad destruye la clasificación del orden vigente que presume la autoridad sobre otros basada en la división de clases, el control económico,  la raza, el sexo o el estatus social. El objetivo de la política de la igualdad  no es unificar, sino desclasificar, dividir el orden social para introducir la disensión dentro de el. Los que son considerados menos que iguales, los que no son parte  del sistema, eventualmente  se separan de el debido a la tensión creada por la desigualdad introduciendo la división dentro del orden. Son los que basan su participación en la presuposición mutua de igualdad lo que le da el carácter auténticamente  político a su acción. Si la crítica de la dominación es un lado del anarquismo, la presuposición de la igualdad es  su lado positivo que le permite ver el concepto de dominación como algo  plástico, aplicable a una variedad de situaciones.  Su defensa y afirmación, dice Ranciere, no presupone una esencia profunda ni el retorno a la visión  romántica del ser humano como inherentemente bueno. Su alcance es mucho mas modesto y solo se refiere al hecho basado en observaciones empíricas que la gente posee suficiente inteligencia para dirigir sus vidas y emprender acciones políticas a nombre propio. Según Ranciere sin esta  presuposición básica no seria posible  imaginar una política progresista ni la critica de las jerarquías y dominaciones.

Las democracias capitalistas, que se definen a si mismas como sociedades igualitarias y libres, se ven confrontadas con profundas contradicciones en el seno mismo de su clase dirigente que la luz de la acción política pone de manifiesto. Su narrativa gira en torno a la creencia  de que  la  igualdad  es parte de la estructura social mientras que en la práctica esa misma estructura social sostiene la jerarquía y dominación que niega la igualdad. El compromiso a la igualdad de la sociedad capitalista, como la tradición marxista mostró, no es más que un compromiso formal, un compromiso legal que sirve para velar las reales relaciones de desigualdad que en el existen. Hasta el día de hoy el antagonismo crucial, el punto de referencia de todos los otros es el antagonismo entre excluidos e incluidos.  Es una división que atraviesa todas las otras.

Para Ranciere la acción política debe tomar esta contradicción seriamente y traerla a la luz del día. No la contradicción entre nuestras acciones y supuestos principios transcendentales que, por el mero hecho de ser seres humanos o seres racionales o hijos de Dios, deberíamos seguir, sino la contradicción en uno mismo, la contradicción que consiste en el fracaso en mantener la consistencia. No hay inconsistencia si uno apoya la desigualdad. Pero si la hay si uno la rechaza y luego la practica. Y esta es la contradicción de la democracia capitalista. Cuando esta proclama la libertad e igualdad la acción política del momento es tomar esta declaración literalmente y afirmar la libertad e igualdad   para pluralizar, expandir y participar  en los lugares en que se adoptan las decisiones económicas, para  multiplicar y democratizar  los espacios de representación y radicalizar y reconfigurar  los ya existentes con el interés de desarrollar efectivamente  los mecanismos de participación.

 No hay un sujeto político que primero existe y luego decide actuar. Es la acción política la que  crea lo que antes no existía. Un sujeto político colectivo surge o se crea a si mismo como un actor social en el momento en que su acción rechaza la clasificación y el lugar que el sistema le asigna. El proletariado es el nombre de un grupo que surge cuando asume el nombre de proletariado junto con la unidad interna y la igualdad que el nombre implica. Antes de esa acción solo había trabajadores. No basta que haya ricos y pobres para que su contradicción transforme el sistema. Es la acción política la que causa que el pobre exista como un sujeto activo. Cuando se confronta a un adversario, cuando los que no son parte del sistema actúan políticamente en contra de los que son parte se crean obligaciones y deberes, conexiones internas solidarias cuya presuposición es la igualdad. Hoy día uno de los fenómenos más impresionantes en las megas ciudades del mundo son las poblaciones marginales que, por constituir  la parte que no es parte, tienen el potencial de transformarse en el próximo sujeto político. Libres de amarras sustanciales, sin inversiones en el sistema y fuera del control policial estatal las poblaciones marginales constituyen  espacios que, a pesar de estar dentro del territorio  nacional,  se ubican fuera de la ley. Es esta masa, privada de todo y situada en los márgenes de los centros industriales la que puede transformarse en el núcleo de la fuerza política futura, en agentes de cambio, capaces  de romper la inercia política.

Si consideramos que cualquier transformación histórica llevada a cabo por una  voluntad colectiva  requiere de una acción política capaz de articular la multiplicidad de posiciones en juego, de una dirección que en ultima instancia suspenda la discusión y tome una decisión… ¿como la fusión de experiencias en contra del sistema va a operar en una relacion igualitaria, horizontal, carente de partidos, sin correr el peligro de la fragmentación? Es aquí, justamente en el momento en que necesitamos  referirnos a las formas concretas y especificas de la articulación política, cuando el anarquismo no puede decirnos  nada.


Nieves y Miro  Fuenzalida

Sunday, February 16, 2020

2 kilos de esperanza


Nade
Entremedio
De
Olores
Multiculturales
En
El supermercado
Ya
Que
Quería
Comprar
2 kilos
De
Esperanzas.
Ya
No
Habían.
Se
Agotaron.

Nieves.

Sunday, February 9, 2020

Psicopolitica


Desde el siglo pasado el occidente, digamos Europa y Norteamérica, se autodenomina mundo libre a pesar de que esta libertad de la que hablan es bien elusiva... ¿cuándo realmente hemos sido libres? Solo en esos momentos de interludio cuando pasamos de una forma de vida a otra, de un sistema social  a otro hasta el momento en que este también resulta ser otra forma de coerción. La liberación tristemente da paso a la subyugación y hasta el momento, este ha sido nuestro destino. Hoy día  el capitalismo industrial  se ha transformado en capitalismo  inmaterial, la dictadura del Capital ha reemplazado la dictadura del Proletariado y la política se ha convertido en la sirvienta del Capital.

Lo irónico es que los que viven en las economías desarrolladas no se ven a si mismos como sujetos subyugados, sino como proyectos, seres siempre remodelándose y recreándose, libres de limitaciones y restricciones externas. El problema sin embargo es que esta nueva forma de libertad trae otra vez compulsiones y obligaciones que ahora no vienen de afuera, sino del propio sujeto. Según el teórico cultural coreano-alemán Byung-Chul Han la explosión de la depresión y el agotamiento en las sociedades contemporáneas son un síntoma de la crisis de la libertad. Sin lugar a dudas, dice, el neoliberalismo representa un sistema de explotación altamente inteligente y extremadamente eficaz. Todo lo que pertenece a las practicas y las formas expresivas de la libertad, tales como la emoción, el juego y la comunicación pasan ahora a ser objetos de explotación. Explotar a la gente en contra de su voluntad es ineficiente. Explotar la libertad, en cambio, incrementa el retorno.  

En sus inicios el internet se celebro como el medio que traía libertad y comunicación ilimitada. La euforia, después de todo, fue prematura. En lugar de libertad y  comunicación sin limites tenemos control y vigilancia total. Justo en el momento en que creíamos habernos liberado del panóptico disciplinario caemos en un nuevo y mas eficiente panóptico... ahora la auto exposición es voluntaria. Sin ningún problema ponemos toda posible información acerca de nosotros en el internet, sin tener la mas mínima idea de quien la va a usar y para que. La edad de la psicopolítica digital pone en peligro la poca libertad que queda porque el Big Data es un instrumento psicopolítico altamente eficiente en el conocimiento de la dinámica de la comunicación social. Un conocimiento que facilita el dominio, el control y la intervención en la psique a nivel pre-reflexivo.

El poder puede manifestarse en forma directa e inmediata como negación de la libertad, como la imposición de la voluntad del opresor en contra de la voluntad del oprimido, incluyendo la violencia si es necesario como en las dictaduras de Pinochet y Stalin o la monarquía de Arabia Saudita o, por el contrario, puede manifestarse, como un poder que no excluye, prohíbe o censura. Este es, por ejemplo, el poder del régimen neoliberal que escapa a toda visibilidad al adoptar una forma altamente permisiva que hace que el sujeto subyugado ni siquiera tenga consciencia de su subyugación. La dominación permanece completamente oculta y consecuentemente el sujeto cree que es libre. El poder disciplinario con sus ordenes y prohibiciones es un poder normativo que elimina desviaciones y anomalías  que con el tiempo se  vuelve en un poder ineficiente. Una mejor tecnología es la que se asegura  que la gente se subordine por si misma a las relaciones de poder. En lugar de imponer silencio invita constantemente a confiar, compartir y participar. A comunicar nuestras  opiniones, necesidades, deseos y preferencias, a contar interminablemente todo acerca de nuestras vidas. Un poder que adopta formas mas sutiles al convencer a los individuos que ellos actúan por si mismos sin percatarse que lo que hoy llaman libertad es la interiorización de las relaciones de poder. La libertad de elección se reemplaza por la libre selección entre los diferentes  artículos que se ofrecen. Es la libre elección del Me Gusta o No Me Gusta. Dentro de este contexto la auto optimización y la sumisión, la libertad y la explotación  son una y la misma cosa que sirve perfectamente bien para promover el funcionamiento optimo del sistema.

Según Byung-Chul Han, al igual que otros críticos teóricos, la biopolitica de la que hablaba Foucault  es un análisis inadecuado para caracterizar el régimen neoliberal. La estadística poblacional que usa la biopolitica es insuficiente para dibujar un psicograma de la población al no tener acceso al ámbito psíquico. La demografía no es lo mismo que la psicografia. La estadística y el Big Data son dos realidades completamente separadas. El Big Data provee los medios para establecer  un psicograma colectivo y, eventualmente, del mismo inconsciente con sus deseos, necesidades y esperanzas ocultas listo para ser explotado. Un medio de control mucho mas eficaz que el panóptico de la sociedad industrial. Cada clic que hacemos y cada palabra que tipiamos crea una completa descripción de nuestras vidas gravada permanentemente en el internet. Incluso los objetos han empezado a vigilarnos y transmitir información acerca de nosotros. Con la expansión del Web 2.0, el internet de las personas, y ahora el Web 3.0, el internet de las cosas, el control digital de la sociedad se completa. Queramos o no estamos atrapados en la memoria digital que nada olvida.

El datismo, la nueva fe del mundo contemporáneo, es la habilidad de reunir y almacenar una inmensa cantidad de datos. La suposición implícita es que todo puede ser medido y todo debe ser medido. La fe es que el Big Data  permitirá hacer cosas extraordinarias, como predecir el futuro y comprender el presente y el pasado, libre de toda ideología y arbitrariedad subjetiva. En este contexto la intuición no representa una forma mas alta de conocimiento y la teoría, sea la ligústica, la sociología, la taxonomía, la ontología o la psicología es solo otra forma de ideología de la que fácilmente podemos prescindir. Con suficientes datos, los números hablan por si mismos. Lo curioso es que el mismo intento de contraponerse a la ideología es también una forma de ideología. El datismo depende del sistema de operación, es decir, de elecciones que se dan  solo dentro de ese sistema. La inteligencia en la que se basa no le permite ejercer la libertad de elección. Solo puede seleccionar  aquello que el sistema le ofrece. Es un sistema cerrado. Por tanto la inteligencia digital, el datismo, no tiene acceso a lo Otro, a lo que pueda existir fuera del sistema.

En el mundo occidental se dice que  la democracia adquiere su expresión a través del proceso electoral en donde el ciudadano libremente elige a sus gobernantes... ¿Realmente?... si miramos las cosas mas de cerca, nos encontramos con que el Big Data le permite ahora a los candidatos obtener una visión de 360 grados de los votantes. Inmensas cantidades de datos provenientes de diferentes fuentes se reúnen  y conectan  unos con otros para producir un perfil exacto de los que van a las urnas. A través de esta micro-focalización mensajes personalizados son creados para influir en los votantes. Algoritmos inteligentes hacen posible predecir la conducta del electorado y calibrar los mensajes al elector a través de los medios de publicidad corporativos, nada diferente de los comerciales personalizados que vemos en el mercado. El votar y comprar, el ciudadano y el consumidor ahora se asemejan cada vez mas uno a otro. Esta micro-focalización es ahora la practica estándar de la psicopolítica, a diferencia del censo que es la practica de la biopolitica de la sociedad industrial incapaz de intervenir en la psique. Con el Big Data, en cambio, es posible poder leer deseos que ni siquiera nosotros sabemos que tenemos. Bajo ciertas circunstancias, por ejemplo,  desarrollamos inclinaciones e impulsos que se encuentran mas cerca del Id freudiano que del yo o la conciencia.  Cuando el Big Data tenga acceso a este ámbito inconsciente será posible construir una psicopolítica que alcanzara las capas mas profundas del inconsciente junto con los patrones colectivos de conducta que escapan al individuo. En ese momento la psicopolítica digital estará en condiciones de tomar control de la conducta de masas a un nivel que eludiría su detección.

Por ahora, nota Byung-Chul Han, el Big Data es una gigantesca empresa comercial que convierte los datos personales en dinero y la gente en mercancía. Es la fusión del estado de vigilancia con el mercado. Acxiom, por ejemplo, es una compañía comercial que opera con los datos personales de aproximadamente 300 millones de ciudadanos estado unidenses, prácticamente la totalidad de la población del país y, lo mas interesante, es que la compañía sabe mas acerca de los americanos que el mismo FBI.  La mercancía se ordena en tres grupos... los consumidores con bajo ingreso son designados  como  perdedores. Los con un alto valor económico son estrellas y el grupo entre 36 a 45 años de edad son los dinámicos. Esta es la nueva clase digital. Los perdedores son la clase baja a la que se le niega el crédito y se le deja fuera del sistema. El viejo panóptico servía para disciplinar. El panóptico digital elimina del juego a los que no tienen valor económico.

Frente a la comunicación compulsiva y la vigilancia total de este nuevo panóptico ... ¿qué nos queda?... Tal vez el silencio frente a la colección voluntaria de datos.  Ya en 1995 Deleuze hablaba de una política del silencio... No es problema, decía, hacer que la gente se exprese, pero si es encontrar esos momentos de solitud y silencio en donde eventualmente uno podría encontrar algo que decir. Las fuerzas represivas no le impiden a la gente expresarse a si mismas, sino que, por el contrario, las fuerzan a expresarse. Que alivio no decir nada, el derecho a no decir ninguna cosa, porque solo entonces hay alguna posibilidad de encontrar algo que valga la pena decir.


Nieves y Miro Fuenzalida.

Sunday, February 2, 2020

La casa de las palabras


Construyo
Casas
De
Palabras
Con
El lápiz
Y
El cuaderno
Que
Me presto
El tiempo.
Pinto
Sus murallas
Azules
Y
sus ventanas
abiertas
de
libertad.

Nieves