Sunday, February 27, 2022

Circos azules

 

Somos,

Amor,

Carromatos viejos

De

Circos azules

Que

Se equilibran,

Como

Acrobatas,

En

Las cuerdas

Flojas

Del

Trapecio

De

La vida

Y

De

La muerte.

 

Nieves.


Sunday, February 20, 2022

El metafísico

 

La metafísica no es bienvenida en los círculos filosóficos desde hace algún  tiempo, excepto por algunos pocos que quieren traerla de vuelta.  El termino, para decir lo menos,  tiene una extraña historia. Se cuenta que Andrónico de Rodas, al ordenar en el siglo I a. de C. los escritos de Aristóteles, encuentra que  la denominación de muchos de ellos es bien problemática dentro de la obra aristotélica. Después de considerar el asunto detenidamente decide finalmente ponerlos después de los libros de física... ta meta ta physics.  Esta expresión, como vemos, no es un titulo ni menos un nombre y, sin embargo, se convirtió por dos milenios en la disciplina mas importante hasta llegar a identificarse, sin mas ni menos, con la filosofía misma. Para Andrónico de Rodas al igual que su contemporáneo Nicolás de Damasco los textos mas importantes de Aristóteles no son denominados, sino solo designados, señalados. Con lo que después nos encontramos es que a la palabra se le inyecta un vago sentido que nunca tuvo en griego... lo que esta mas allá de lo físico, mas allá de lo natural, lo misteriosamente transfisico, como en Santo Tomas y en  la tradición medieval y moderna. 

 

¿De que se ocupa, entonces, la metafísica?  La mejor forma de averiguarlo seria tratar de ver que han hecho los metafísicos y que les ha ocurrido a lo largo de la historia. Lo curioso es que el nombre metafísica es una designación tardía,  lo que obliga a un regreso temporal, a un punto de partida  anterior a Aristóteles. 

 

Según Heidegger la metafísica siempre ha sido una metafísica de la presencia... en otras palabras, un tipo especifico de ser, dice, ha sido elevado al nivel del ser mismo, al fundamento de todos los otros, ya sea el agua, el aire, los átomos, el apeiron sin limites como en los presocráticos, las formas platónicas, la sustancia primaria de Aristóteles, el Dios  de la filosofía medieval, la materia de Giordano Bruno, las sustancias cartesianas, las monadas de Leibniz, las impresiones y las ideas del empirismo, las categorías kantianas,  el espíritu después de Kant, la voluntad  de Schopenhauer, el poder en  Nietzsche, el elan vital de Bergson. Toda esta serie indica que una entidad interna del mundo ha sido transformada en su raíz.  Esta entidad privilegiada siempre se describe como algo directamente presente a la mente. En principio esto significa que  puede ser descrita por una lista conocida de características y todo lo que existe  puede ser  explicado en términos de este Ser elegido. Todo lo otro es meramente un agregado construido a partir de este fundamento. Incluso la ciencia sigue esta misma ruta, a pesar de que muchos dentro de la comunidad científica muestran cierto desdén por la metafísica que la consideran una mera especulación conceptual carente de contacto con los hechos empíricos. Muchos científicos rechazan  la diferencia  entre lo real y lo sensual  porque la consideran una distinción metafísica en sentido peyorativo. Según ellos esto no es mas que una confrontación de imágenes y lo que se necesita es un criterio que sea capaz de distinguir entre la buena imagen científica de la mala imagen  popular... ¿no es esto también metafísica? La creencia implícita aquí, como dice  el filosofo Graham Harman, líder teórico de la Ontología Orientada al Objeto, es que todo puede, en principio, estar adecuadamente presente a la mente y es solo cuestión de usar técnicas epistemológicas validas para separar las buenas imágenes de las malas. En lugar de sustancias,  formas platónicas o Dios, ahora tenemos buenas imágenes que pasan a ser las raíces del mundo.   

 

¿Cuál es el problema con este cuadro?  Muy bien puede que el universo haya surgido de una singularidad como el Big Bang o que todo lo real este compuesto de partículas atómicas o que el vacío infinito sea la ultima realidad. El asunto no es este. La critica de Heidegger se dirige a la metafísica de la presencia. En cada modelo de la entidad mas importante del mundo, de aquella que es la raíz de todo lo otro, siempre hay algo que  escapa a la presencia. La fenomenología es el punto de partida de la critica heideggeriana.  Según Husserl  no solo empezamos con lo que es presente a la conciencia, sino que también terminamos ahí, porque incluso  si ahora algo se oculta al observador humano no tendría sentido decir que ese algo existe y que, en principio, es inaccesible a la conciencia. Si algunas cosas no están presentes para alguien en este momento, todo lo que se necesita  hacer es encontrar alguna forma para dirigir  la atención hacia ellas y ellas se harán presentes. En otras palabras, el ser de las cosas es su actual o potencial ocurrencia en la esfera fenomenal.  Para  Heidegger este no es el caso...  la forma primaria de tratar con las cosas no es la presencia, sino la ausencia. En tanto nuestros esfuerzos conscientes se enfocan en un cierto  propósito ellos dependen de una infraestructura oculta de órganos corporales, oxigeno atmosférico, estructuras gramaticales, instrumentos,  ambiente natural y urbano, etc. que no son visibles mientras funcionan normalmente. Mi uso del oxigeno o del martillo o de cualquier otro objeto, por ejemplo, no agota el ser de estas entidades. Mi sorpresa surge cuando estos fallan, cuando no se comportan habitualmente lo que indica que hay un surplus en ellos que nunca logra presentarse completamente a la consciencia.  Si mi consciencia de una mariposa o un paraguas  no agota su ser, tampoco lo hace el uso de ellos. Los objetos, en verdad,  eluden a ambas formas de comprensión lo que indica que el  mundo esta lleno de objetos inescrutables, misteriosos  y peligrosos capaces de explotar en cualquier momento.

 

Esencialmente, dice Harman,  los objetos no son relacionales. Ellos, por supuesto, entran en relaciones, pero ellas nunca despliegan todo lo que ellos son.  Nuestro fracaso para captar la profundidad  de la mariposa, por ejemplo, no se debe a una característica especial de la psicología del ser humano o del animal, sino al simple hecho de que ninguna entidad es capaz de registrar completamente la profundidad del otro.  Conocimiento directo de cualquier cosa es imposible porque para ser verdaderamente  directo, el conocimiento de una cosa tendría que ser la cosa misma. En tanto el conocimiento de la rosa no deviene en una rosa, una que se enraíza en la tierra para producir nuevas rosas, entonces el conocimiento de ella obviamente no es una traducción directa porque siempre va a existir una diferencia entre la rosa y el conocimiento de ella. La rosa y la imagen de la rosa no son la misma cosa, a pesar de Berkeley. Si hemos superado la alquimia y la astrología, como afirma la ciencia, no ha sido en base a un conocimiento directo de los elementos químicos o los cuerpos celestes. Ninguna  teoría científica basada en la presencia directa  de los objetos o sus formas puede ser correcta. El amor a la ciencia no debería transformarse en el amor a la presencia directa de la realidad a la mente, algo que, de todas maneras, no es necesario a la practica científica.    

 

Dado todo esto... ¿porque Harman y otros quieren volver a la metafísica? El retorno, dice, es a un realismo que  mantenga la critica a la ontoteologia y a la creencia de que las ciencias naturales tienen el monopolio en los temas del espacio y el tiempo, la sustancia, la mente o los contornos del universo.

 

Esta es la cosa... si consideramos que algo excede su presencia, como muestra Heidegger... ¿donde se ubica este exceso? Se dice que lo que se nos aparece como un ser real es solo un  derivado de algo mas profundo y mas real  que esta por debajo de nuestras ilusiones. “Todo es Uno” es la ultima expresión de esta doctrina que apunta a una realidad pre individual. El problema  es que si todo es Uno no hay razón para pensar  que este Uno deviene en una multiplicidad de cosas, incluyendo al sujeto consciente. Este, después de todo, seria solo parte del Uno. Pero, si vemos lo pre individual como pedazos  múltiples, entonces lo que tenemos es una realidad compuesta de muchos trozos que llamamos “objetos”  con la capacidad de poseer una identidad autónoma independiente de sus relaciones y no reducible a sus componentes. En terminología tradicional, un objeto no es materia o efecto, sino una forma sustancial que es lo que es aparte de sus relaciones corrientes. Esta forma es autónoma y no puede ser reducida a componentes mas pequeños o al ensamblaje en el cual el objeto esta inmerso. Como decía Leibniz diferentes objetos deben tener diferentes cualidades porque, de lo contrario, todos serian iguales. Una filosofía del objeto es la que trata de ver a este aparte de toda percepción y relación causal.

 

Para referirse a la tensión entre un objeto real y sus cualidades reales la filosofía tradicional usa el nombre de esencia. En el pos modernismo el termino “esencia” es altamente sospechoso y la critica es dirigida  a la supuesta permanencia y  cognoscibilidad de la esencia... como si fuera posible emitir juicios acerca de las propiedades esenciales de los anarquistas,  los criminales,  los chilenos  o el feminismo. No es esto lo que  Harman tiene en mente... esencia significa simplemente que cualquier objeto tiene propiedades reales  que no se agotan en su actual apariencia en la mente  o en su impacto en otras entidades. La esencia de la que habla Harman no es necesariamente permanente o absolutamente conocible lo que hace imposible emitir juicios acerca de la esencia intemporal de cualquier individuo, entidad  o grupo.

 

La grieta que existe  entre el objeto y sus cualidades hace pensar que estamos atrapados en el mundo sensual de fluctuaciones temporales mientras que por debajo de ellas yace el mundo subterráneo de las cosas en si mismas que esconden la esencia que nunca llega a conocerse. Según la tradición Kantiana este seria el ultimo impase intelectual... ¿realmente? Podría ser, a menos que la metafísica pueda establecer alguna forma de cruzar libremente los bordes entre lo sensual y lo real, entre el fenómeno y el noumenon.

 

La física y la metafísica no se definen por una relación entre amo y esclavo. La metafísica no es la sirviente de la teología o la ciencia, de la geometría o la epistemología. En verdad, no es sirvienta ni tirana de nadie... es la búsqueda de aquello que siempre nos elude.  

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, February 13, 2022

Mojadas de madrugadas.


 

Cayeron

Gotas de rocios

Al

Rio.

Lo mojaron

De

Madrugadas.

 

Nieves.

 

 

 



Sunday, February 6, 2022

El Universo y la Nada

 

De todas las preguntas que se han planteado desde el inicio de la historia humana sin lugar a dudas el enigma de ¿“por que hay algo mas bien que nada”? ha sido la mas profunda, enigmática y fundamental. El misterio primordial de la existencia no se encuentra tanto en como las cosas existen, sino por que existen.

 

Una pregunta peligrosa porque el tratar de encontrar la razón de todas las cosas puede guiar fácilmente a la decepción y la insatisfacción, estados de animo no muy agradables. Y, sin embargo, a pesar de ello, desde los albores de la civilización la pregunta sigue resonando en nuestras mentes ¿Por que la molestia de existir  cuando seria mucho mas simple que nada existiera? La respuesta siempre nos elude.

 

Desde los tiempos mas tempranos se ha venido diciendo que el mundo existe porque Dios lo creo desde la nada. Por eso existe. El porque Dios exista es algo mas o menos nebuloso...  se causa a si mismo, es el fundamento de su propio ser, su existencia esta contenida en su propia esencia. En breve, El contiene dentro de El Mismo la razón de Su propia existencia. El es el Ser necesario.

 

Según Hume y Kant la noción de un ser necesario es una trampa ontológica. Hay, dice Hume, entidades cuya existencia es lógicamente imposible como un circulo cuadrado, por ejemplo. Pero no hay ninguna entidad cuya existencia este garantizada por la pura lógica. Todo lo que podemos concebir como existente, también podemos concebirlo como no existente. No hay, por tanto, ser cuya inexistencia implique una contradicción, incluido Dios.

 

¿Qué opciones tenemos para responder al misterio de la existencia cuando abandonamos la hipótesis de Dios? A lo menos tres... la científica, la filosófica y la mística.

 

La respuesta de que lo que hay siempre ha existido, o que surge de la nada sin causa, o que la pregunta no tiene sentido es solo el intento de evitar una explicación. Según el principio de la Razón Suficiente de Leibniz para cada verdad debe haber una razón por la cual es así y no de otra manera y una razón para la existencia de cada cosa. A pesar del desprecio de algunos críticos el principio ha sido fundamental en la ciencia donde ha tenido un éxito notable porque funciona. Luego, si el principio es valido, debe haber una explicación de porque el mundo existe, la encontremos o no.  

 

Lo mas que se podría decir, según el consenso contemporáneo, es que el Universo surgió del eterno abismo de la nada o que siempre ha existido. Este “mas” , sin embargo, queda corto.

 

La creencia de que la materia es eterna e infinita sufrió un grave golpe cuando las observaciones del telescopio Hubble proveyeron  la evidencia empírica de que el Universo debe haber tenido un repentino comienzo en el tiempo, confirmando así la hipótesis de Lamaitre de que todo lo que hay se origino a partir de un átomo primordial  cuya expansión comenzó con el “Big Bang”, hace 13.7 billones de años atrás, y que en un futuro distante terminara en un “Big Crunch” o en un “Big Chill”. Luego, si así son las cosas... ¿qué había antes del “Big Bang”? ¿de donde surge el átomo primordial? ¿como algo puede surgir de la nada? Todas estas cuestiones abrieron una nueva y puramente científica investigación del ultimo origen y destino del Universo. La teoría de la relatividad de Einstein, por ejemplo, concluye que el Universo tiene un comienzo en el tiempo y la mecánica cuántica introduce la duda en la idea de causa y efecto al descubrir que a nivel microscópico los eventos ocurren de manera aleatoria violando el principio clásico de la causalidad.

 

¿Sera, entonces, que el Universo surgió espontáneamente de la nada? ¿pero, como podría ser esto cuando sabemos que “nada puede surgir de la nada”? Cuando se introduce la gravedad y la mecánica cuántica, dice el astrofísico Lawrence Krauss, la nada se transforma en algo constantemente. En el vacío cuántico partículas virtuales saltan azarosamente a la existencia por una fracción de tiempo para luego desaparecer inmediatamente. Según un influyente grupo de científicos, entre los cuales se contaba Stephen Hawking, la existencia puede deberse a una fluctuación casual en el vacío, un “túnel cuántico” de la nada al ser. De acuerdo a Krauss, suficientes partículas pueden emerger gratuitamente para provocar un “Big Bang” y empezar un Universo.

 

Pero esto, a todas luces, no es equivalente a decir que surgen de la nada. Este vacío cuántico es algo altamente estructurado que obedece profundas y complejas leyes físicas. No es “nada”, en sentido filosófico... ¿cierto?

 

El problema con la respuesta científica es que es circular. El universo comprende todo lo que físicamente existe. Una respuesta científica, entonces, tiene que involucrar algún tipo de causa física. Pero, cualquiera causa física es por definición parte del universo y es el universo el que necesita explicación. La ciencia puede dar cuenta como el Universo en el curso de su historia evoluciona desde un estado a otro. Pero, en cuanto al ultimo origen de la realidad, no tiene nada que decir. Si hay una causa para este evento, debe transcender el espacio y el tiempo y, por lo tanto, escapar al alcance de la ciencia.

 

Este es el caso de las leyes de la física. Si estas, por ejemplo, son Algo, entonces ellas no pueden explicar porque hay Algo en lugar de Nada, ya que son parte del Algo que debe explicarse. El proceso de tunelización cuántica, por ejemplo, se rige por las mismas leyes fundamentales que describen la evolución posterior del Universo, pero no porque hay evolución en lugar de nada.

 

Da la impresión de que la física sola es impotente para descubrir el secreto. Algunos físicos en busca de solución han empezado a recorrer el sendero abierto dejado  por Platón y el místico Pitágoras. Es en este momento cuando la ciencia se topa con la metafísica.  

 

¿Sera posible que la realidad este regida por valores o formas  abstractas? La mayoría de los matemáticos creen que los objetos que ellos estudian son perfectos, objetivos, inmutables, intemporales e independientes de la mente humana. El matemático Roger Penrose, entre otros, distingue el mundo Platónico, el mundo físico y el mundo mental y cada uno de estos mundos engendra los otros. Las Matemáticas crean la Materia, la Materia crea la Mente y la Mente crea las Matemáticas. Los tres mundos se apoyan mutuamente  flotando en el abismo de la Nada. Pero, los tres mundos no tienen el mismo estatus ontológico. Es solo el mundo de las perfectas formas el que posee necesidad lógica, siendo los otros dos la sombra del primero.

 

La creencia de que los objetos matemáticos existen necesariamente  fuera de la mente no se sostiene muy bien bajo escrutinio, a pesar de su larga historia ¿Por qué “necesidad lógica” cuando  su existencia puede ser negada sin caer en contradicción? Según el filosofo William Quine, inescapablemente la ciencia se refiere a abstracciones matemáticas y, aunque no las observamos directamente, las necesitamos para explicar lo que existe. Son posturas teóricas que ayudan a explicar nuestras observaciones, pero ellas no son responsables de la existencia del mundo físico, porque ellas son parte del tejido de ese mundo. Una posición mucho mas extrema adopta el filosofo americano, Hartry Field, al afirmar en su libro “Science without Numbers”, que las matemáticas no son indispensables para la ciencia, después de todo. Se puede explicar como el mundo funciona sin invocar abstracciones matemáticas. Es posible, dice, reformular la teoría de la gravitación de Newton sin referencia a entidades matemáticas y obtener exactamente las mismas predicciones. Si esta reformulación pudiera extenderse a la mecánica cuántica, significaría que Quine estaba equivocado.

 

Hay en todo esto un aspecto de la realidad que pareciera no tener lugar en este cuadro metafísico... nuestra propia consciencia que, a través de un acceso privilegiado, llegamos a conocer sin la mediación de la ciencia. No hay nada de cuya existencia estemos mas seguros, lo que plantea una posibilidad interesante. Quizás la realidad que conocemos indirectamente a través de la ciencia tenga la misma naturaleza interna que la parte que conocemos directamente a través de la introspección, la parte consciente. Tal vez toda la realidad, subjetiva y objetiva, estén hechas de la misma materia básica. Una hipótesis  monistica bien atractiva por su simplicidad, tan atractiva que incluso Arthur Eddington declaro que las cosas están compuestas de materia y mente. La idea de que la sustancia fundamental de la realidad sea sustancia mental es, sin embargo, altamente problemática porque tiene implicaciones bien extrañas. Si fuera así, la consciencia debería impregnar no solo los cerebros, sino también toda la naturaleza física. Cada pedazo de materia, grande o pequeña, sean galaxias y agujeros negros, neutrinos y quarks, flores y montañas poseerían consciencia. Desde tiempos  lejanos a esta creencia se le ha llamado pansiquismo y el pansiquismo desde su inicio ya contenía su propio problema, a saber, el Problema de la Combinación ¿como pequeños pedazos de materia-mente  se combinan para formar una mente mayor? ¿como las micro-mentes se unen en una macro-mente?  ¿como la vasta variedad de consciencias resultan en una sola consciencia cósmica? Como William James demostró “Las mentes privadas no se aglomeran en una mente mas alta”.

 

¿Sera que la clave esta en la teoría cuántica? Según algunos, el entrelazamiento cuántico pareciera ofrecer una solución al problema de la combinación. Cuando dos distintas partículas se entrelazan en un estado cuántico, ellas pierden su identidad individual y actúan como un sistema unificado. Cualquier cambio en uno inmediatamente es sentido por el otro, incluso si están años de luz aparte. Un fenómeno  tan extraño que Einstein  lo considero espeluznante. Ahora bien, si las entidades físicas pueden perder su identidad individual y fusionarse en un todo único, entonces, según algunos físicos, es concebible que las entidades proto-mentales puedan hacer lo mismo.

 

Ciertamente una teoría monista que fusiona la materia con la conciencia es mas simple que una teoría dualista que postula una sustancia material y una sustancia pensante. Ambas tratan de responder al problema de cómo están compuestas las cosas. Pero, otra vez, no al problema de porque hay cosas en lugar de nada.  

 

Es difícil ver como una teoría final podría explicar el “porque hay algo en lugar de Nada”.

 

 ¿Porque esto debería  preocuparnos cuando estamos enfrentados a problemas  existenciales mas urgentes que requieren en estos momentos toda nuestra atención? Cierto... la pregunta vale... pero, a pesar de esta urgencia el misterio de la existencia continua siendo el misterio que aguijonea las mentes curiosas.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.