Sunday, February 20, 2022

El metafísico

 

La metafísica no es bienvenida en los círculos filosóficos desde hace algún  tiempo, excepto por algunos pocos que quieren traerla de vuelta.  El termino, para decir lo menos,  tiene una extraña historia. Se cuenta que Andrónico de Rodas, al ordenar en el siglo I a. de C. los escritos de Aristóteles, encuentra que  la denominación de muchos de ellos es bien problemática dentro de la obra aristotélica. Después de considerar el asunto detenidamente decide finalmente ponerlos después de los libros de física... ta meta ta physics.  Esta expresión, como vemos, no es un titulo ni menos un nombre y, sin embargo, se convirtió por dos milenios en la disciplina mas importante hasta llegar a identificarse, sin mas ni menos, con la filosofía misma. Para Andrónico de Rodas al igual que su contemporáneo Nicolás de Damasco los textos mas importantes de Aristóteles no son denominados, sino solo designados, señalados. Con lo que después nos encontramos es que a la palabra se le inyecta un vago sentido que nunca tuvo en griego... lo que esta mas allá de lo físico, mas allá de lo natural, lo misteriosamente transfisico, como en Santo Tomas y en  la tradición medieval y moderna. 

 

¿De que se ocupa, entonces, la metafísica?  La mejor forma de averiguarlo seria tratar de ver que han hecho los metafísicos y que les ha ocurrido a lo largo de la historia. Lo curioso es que el nombre metafísica es una designación tardía,  lo que obliga a un regreso temporal, a un punto de partida  anterior a Aristóteles. 

 

Según Heidegger la metafísica siempre ha sido una metafísica de la presencia... en otras palabras, un tipo especifico de ser, dice, ha sido elevado al nivel del ser mismo, al fundamento de todos los otros, ya sea el agua, el aire, los átomos, el apeiron sin limites como en los presocráticos, las formas platónicas, la sustancia primaria de Aristóteles, el Dios  de la filosofía medieval, la materia de Giordano Bruno, las sustancias cartesianas, las monadas de Leibniz, las impresiones y las ideas del empirismo, las categorías kantianas,  el espíritu después de Kant, la voluntad  de Schopenhauer, el poder en  Nietzsche, el elan vital de Bergson. Toda esta serie indica que una entidad interna del mundo ha sido transformada en su raíz.  Esta entidad privilegiada siempre se describe como algo directamente presente a la mente. En principio esto significa que  puede ser descrita por una lista conocida de características y todo lo que existe  puede ser  explicado en términos de este Ser elegido. Todo lo otro es meramente un agregado construido a partir de este fundamento. Incluso la ciencia sigue esta misma ruta, a pesar de que muchos dentro de la comunidad científica muestran cierto desdén por la metafísica que la consideran una mera especulación conceptual carente de contacto con los hechos empíricos. Muchos científicos rechazan  la diferencia  entre lo real y lo sensual  porque la consideran una distinción metafísica en sentido peyorativo. Según ellos esto no es mas que una confrontación de imágenes y lo que se necesita es un criterio que sea capaz de distinguir entre la buena imagen científica de la mala imagen  popular... ¿no es esto también metafísica? La creencia implícita aquí, como dice  el filosofo Graham Harman, líder teórico de la Ontología Orientada al Objeto, es que todo puede, en principio, estar adecuadamente presente a la mente y es solo cuestión de usar técnicas epistemológicas validas para separar las buenas imágenes de las malas. En lugar de sustancias,  formas platónicas o Dios, ahora tenemos buenas imágenes que pasan a ser las raíces del mundo.   

 

¿Cuál es el problema con este cuadro?  Muy bien puede que el universo haya surgido de una singularidad como el Big Bang o que todo lo real este compuesto de partículas atómicas o que el vacío infinito sea la ultima realidad. El asunto no es este. La critica de Heidegger se dirige a la metafísica de la presencia. En cada modelo de la entidad mas importante del mundo, de aquella que es la raíz de todo lo otro, siempre hay algo que  escapa a la presencia. La fenomenología es el punto de partida de la critica heideggeriana.  Según Husserl  no solo empezamos con lo que es presente a la conciencia, sino que también terminamos ahí, porque incluso  si ahora algo se oculta al observador humano no tendría sentido decir que ese algo existe y que, en principio, es inaccesible a la conciencia. Si algunas cosas no están presentes para alguien en este momento, todo lo que se necesita  hacer es encontrar alguna forma para dirigir  la atención hacia ellas y ellas se harán presentes. En otras palabras, el ser de las cosas es su actual o potencial ocurrencia en la esfera fenomenal.  Para  Heidegger este no es el caso...  la forma primaria de tratar con las cosas no es la presencia, sino la ausencia. En tanto nuestros esfuerzos conscientes se enfocan en un cierto  propósito ellos dependen de una infraestructura oculta de órganos corporales, oxigeno atmosférico, estructuras gramaticales, instrumentos,  ambiente natural y urbano, etc. que no son visibles mientras funcionan normalmente. Mi uso del oxigeno o del martillo o de cualquier otro objeto, por ejemplo, no agota el ser de estas entidades. Mi sorpresa surge cuando estos fallan, cuando no se comportan habitualmente lo que indica que hay un surplus en ellos que nunca logra presentarse completamente a la consciencia.  Si mi consciencia de una mariposa o un paraguas  no agota su ser, tampoco lo hace el uso de ellos. Los objetos, en verdad,  eluden a ambas formas de comprensión lo que indica que el  mundo esta lleno de objetos inescrutables, misteriosos  y peligrosos capaces de explotar en cualquier momento.

 

Esencialmente, dice Harman,  los objetos no son relacionales. Ellos, por supuesto, entran en relaciones, pero ellas nunca despliegan todo lo que ellos son.  Nuestro fracaso para captar la profundidad  de la mariposa, por ejemplo, no se debe a una característica especial de la psicología del ser humano o del animal, sino al simple hecho de que ninguna entidad es capaz de registrar completamente la profundidad del otro.  Conocimiento directo de cualquier cosa es imposible porque para ser verdaderamente  directo, el conocimiento de una cosa tendría que ser la cosa misma. En tanto el conocimiento de la rosa no deviene en una rosa, una que se enraíza en la tierra para producir nuevas rosas, entonces el conocimiento de ella obviamente no es una traducción directa porque siempre va a existir una diferencia entre la rosa y el conocimiento de ella. La rosa y la imagen de la rosa no son la misma cosa, a pesar de Berkeley. Si hemos superado la alquimia y la astrología, como afirma la ciencia, no ha sido en base a un conocimiento directo de los elementos químicos o los cuerpos celestes. Ninguna  teoría científica basada en la presencia directa  de los objetos o sus formas puede ser correcta. El amor a la ciencia no debería transformarse en el amor a la presencia directa de la realidad a la mente, algo que, de todas maneras, no es necesario a la practica científica.    

 

Dado todo esto... ¿porque Harman y otros quieren volver a la metafísica? El retorno, dice, es a un realismo que  mantenga la critica a la ontoteologia y a la creencia de que las ciencias naturales tienen el monopolio en los temas del espacio y el tiempo, la sustancia, la mente o los contornos del universo.

 

Esta es la cosa... si consideramos que algo excede su presencia, como muestra Heidegger... ¿donde se ubica este exceso? Se dice que lo que se nos aparece como un ser real es solo un  derivado de algo mas profundo y mas real  que esta por debajo de nuestras ilusiones. “Todo es Uno” es la ultima expresión de esta doctrina que apunta a una realidad pre individual. El problema  es que si todo es Uno no hay razón para pensar  que este Uno deviene en una multiplicidad de cosas, incluyendo al sujeto consciente. Este, después de todo, seria solo parte del Uno. Pero, si vemos lo pre individual como pedazos  múltiples, entonces lo que tenemos es una realidad compuesta de muchos trozos que llamamos “objetos”  con la capacidad de poseer una identidad autónoma independiente de sus relaciones y no reducible a sus componentes. En terminología tradicional, un objeto no es materia o efecto, sino una forma sustancial que es lo que es aparte de sus relaciones corrientes. Esta forma es autónoma y no puede ser reducida a componentes mas pequeños o al ensamblaje en el cual el objeto esta inmerso. Como decía Leibniz diferentes objetos deben tener diferentes cualidades porque, de lo contrario, todos serian iguales. Una filosofía del objeto es la que trata de ver a este aparte de toda percepción y relación causal.

 

Para referirse a la tensión entre un objeto real y sus cualidades reales la filosofía tradicional usa el nombre de esencia. En el pos modernismo el termino “esencia” es altamente sospechoso y la critica es dirigida  a la supuesta permanencia y  cognoscibilidad de la esencia... como si fuera posible emitir juicios acerca de las propiedades esenciales de los anarquistas,  los criminales,  los chilenos  o el feminismo. No es esto lo que  Harman tiene en mente... esencia significa simplemente que cualquier objeto tiene propiedades reales  que no se agotan en su actual apariencia en la mente  o en su impacto en otras entidades. La esencia de la que habla Harman no es necesariamente permanente o absolutamente conocible lo que hace imposible emitir juicios acerca de la esencia intemporal de cualquier individuo, entidad  o grupo.

 

La grieta que existe  entre el objeto y sus cualidades hace pensar que estamos atrapados en el mundo sensual de fluctuaciones temporales mientras que por debajo de ellas yace el mundo subterráneo de las cosas en si mismas que esconden la esencia que nunca llega a conocerse. Según la tradición Kantiana este seria el ultimo impase intelectual... ¿realmente? Podría ser, a menos que la metafísica pueda establecer alguna forma de cruzar libremente los bordes entre lo sensual y lo real, entre el fenómeno y el noumenon.

 

La física y la metafísica no se definen por una relación entre amo y esclavo. La metafísica no es la sirviente de la teología o la ciencia, de la geometría o la epistemología. En verdad, no es sirvienta ni tirana de nadie... es la búsqueda de aquello que siempre nos elude.  

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


No comments:

Post a Comment