Sunday, April 28, 2019

El vestido de alambres de puas



Ellos,
Los que mandaban
En
Mi epoca
De
Mujer madura
Pensante
Y
Feliz,
Me
Metieron
En
Un vestido
Confeccionado
De
Alambres
De
Puas
Donde
No
Se podia
Pintar
Violetas.
Cortaron
Mi
Larga
Y
Gruesa
Trenza
Que
Tanto amabas.
Me quitaron
De
Ti
Y
De
Nuestros
Hijos pequeños
Por
Pensar

Diferente.

Nieves

Sunday, April 21, 2019

El mito de la democracia electoral



La democracia burguesa se reduce al espectáculo  electoral que se celebra cada cuatro años y que supone que es la gente, o si se prefiere, el pueblo, quien elige a los candidatos, partidos y programas... ¿cierto? No realmente... en todas las democracias los políticos  pasan por un complejo proceso de  selección que  le asegura al verdadero poder que ellos no constituyen una amenaza  a sus intereses. Los que se salen del libreto son eliminados como Salvador Allende en Chile, removidos del poder como José Manuel Zelaya en Honduras y Dilma Rousseff en Brasil  o se cambia el régimen  como intentan  en Venezuela.  Los otros, bien conscientes de esto, entran en política sin ninguna intención de cambiar fundamentalmente el sistema o desafiar a la clase dirigente. Es la ultima domesticación de los que hasta hace poco se llamaban socialistas. El sistema es sorprendentemente eficaz en conocer, absolver y luego transformar los desafíos mas radicales  que bajo el peso de la oligarquía global terminan disolviéndose.  Por supuesto algún cambio ocurre, pero siempre de acuerdo a lo que la elite económica permita. La gente puede protestar, marchar y concentrarse  todo lo que quiera, pero la oligarquía tiene bastante poder y habilidad para guiar las protestas hacia donde quiera.  Los medios de información, los partidos políticos, las fuerzas de seguridad, los gerentes de industria  y de las finanzas mas el Fondo Monetario Internacional configuran la imagen política dentro de la cual nuestras acciones ocurren. Frente a este panorama... ¿queda algún incentivo real para votar?

Según se dice... si no votas, no tienes derecho a reclamar. Y, sin embargo millones y millones de personas con derecho a voto en las democracias occidentales rehúsan votar. De acuerdo  a un estudio del Banco Mundial la participación electoral en el mundo disminuyo del 80% en 1945 al 65% en el 2015. El mensaje es simple... “hemos perdido la fe en la democracia electoral”.  Como se rumorea... “si votar hiciera alguna diferencia, ellos no nos dejarían votar”. No es solo una desilusión  acerca de los candidatos y sus programas, es una desilusión  acerca de las instituciones democráticas mismas.  Si el sistema ni siquiera tiene la voluntad de enfrentar los peligros presentes y que  son bastantes... ¿que razón tenemos para tener fe en el?  Tácitamente los que se niegan a votar han concluido que el sistema no necesita cambiar desde dentro. Necesita ser reemplazado.

El calentamiento global ha sido la prueba suprema de la democracia electoral. Si no puede abordar este peligro existencial ¿para que nos sirve?  Si la evidencia muestra que el votar no funciona, cuando votamos, la pregunta es, entonces... ¿quien se beneficia?  La respuesta la podemos encontrar  en la distribución de la renta nacional. El 1% ahora posee la mitad de la riqueza mundial (Credit Suisse Report). Votar esta bien lejos de ser un ejercicio popular en defensa del interés de la mayoría. En verdad, es la entrega de nuestro poder como miembros de la comunidad. Es la afirmación del sistema imperante. Es la falsa esperanza de que el próximo líder arreglara las cosas. Es la renuncia a decir “No”. El gobierno, o mejor aun, el orden económico, necesita la legitimación que proviene del voto del pueblo.  Decir “No” es una poderosa arma política  que como miembros de la sociedad  tenemos para deslegitimar el poder oligárquico... ¿qué pasaría con una abstención del 90%?  ¿qué legitimidad tendría un Gobierno con una participación electoral de solo el 10%?  Pero esto no ocurre.  Seguimos  participando en el rito electoral porque aun creemos que se puede encontrar contenido donde ya no existe. El problema es que ello nos desvía de la necesidad de explorar colectivamente  cómo gobernarnos y enfrentar el futuro. En la situación actual votar no es el ejercicio popular del poder político, sino la renuncia del poder que poseemos como miembros de una comunidad.   

Los sistemas despóticos pueden torturar y matar a quien quieran, invadir y derribar gobiernos y explotar a otros países sin tener que darle explicaciones a nadie. Es el ejercicio irrestricto del poder. El capitalismo global, en cambio, no puede darse este lujo. Necesita la simulación  de la democracia que el consumidor occidental desesperadamente reclama para encubrir la maquinaria criminal del imperio corporativo y la riqueza obscena de la elite internacional. El condicionamiento del ciudadano occidental a creer que vive en “el mundo libre” no le deja a la clase capitalista dirigente otra elección que mantener la ficción democrática. Sin ella ¿qué quedaría del imperio?  

Para quitarle el poder a la aristocracia feudal la burguesía le ofreció el concepto de democracia a la masa trabajadora. Desde entonces Libertad e Igualdad  ha sido la narrativa oficial del capitalismo hasta ahora. Por supuesto que la vida en el capitalismo es mas democrática que en el despotismo feudal.  No es que el capitalismo sea intrínsecamente  malo o perverso. Es, mas bien, una maquina cuya función primordial es la de eliminar cualquier valor despótico para reemplazarlo por uno solo...  el valor de cambio determinado por el mercado. Es esta maquina  la que cambio la tiranía del sacerdote y del rey por la tiranía del libre mercado que transforma todo en mercancía.  Pero, a pesar de este cambio,  el capitalismo no nos condujo a la democracia, al “gobierno del pueblo y por el pueblo”  y hoy ya ha alcanzado el limite de la libertad que  pueda ofrecer sin correr el riesgo de desequilibrar toda la estructura imperial. En el fondo la libertad que ofrece es la libertad de elegir  entre una variedad de opciones que no tienen mucho que ver con la democracia... libres para trabajar, para amar a quien queramos, comprar, endeudarnos, insultar al presidente, a los parlamentarios, incluso al Papa, algo inimaginable  en un Estado despótico. Pero, esto es lo mas lejos a lo que se puede llegar. Nunca la clase capitalista dirigente va a permitir gobernarnos a nosotros mismos de una manera significativa. Los salvajes reaccionarios que gobiernan el mundo no tienen ninguna consideración por el sufrimiento del otro.

Esta seudo libertad que encontramos dentro de este arreglo temporal ha distorsionado completamente el significado de lo que podría ser una autentica libertad  y, peor aun, ha debilitado la voluntad para actuar con propósitos orientados hacia  una verdadera igualdad humana. Si libertad  ha venido a significar la libertad del individuo para triunfar materialmente, lo que deja afuera a la mayoría de la gente, entonces tenemos que rechazar esa libertad y todo lo que viene asociado  a ella. La democracia electoral no es el fin de la historia.  No hay sistema político que haya sido eterno y este no es la excepción. El anhelo de las organizaciones populares siempre ha sido el de dejar atrás este orden de cosas para crear sociedades mas democráticas, económicamente igualitarias y sostenibles. Una utopía ciertamente, pero... ¿cómo podríamos mantener una política de la esperanza, una política de cambios y transformaciones sin utopías? El valor de una utopía radica justamente en la creación de proyectos, en la generación de nuevas esperanzas y en la formulación de fines que funcionen como factores subversivos de la realidad presente.

Hay bastante acuerdo entre la izquierda no domesticada de que no hay salida de la continua catástrofe  que ha ocasionado la hegemonía capitalista global fuera de la desobediencia masiva, la negación revolucionaria, la huelga general o la insurrección para deslegitimar la autoridad. Es dudoso, sin embargo, que esto pueda ocurrir  en el próximo futuro considerando que  casi todas las organizaciones obreras y de masas han sido debilitadas o destruidas por el neoliberalismo. El espontaneismo nunca ha funcionado muy bien en el pasado y si agregamos a esto el control mental que ejercen los medios de información, lo que viene  no es muy alentador.


Nieves y Miro Fuenzalida.

Sunday, April 14, 2019

El submarino de lagrimas



En
Los mares interiores
La mente mia
Tiene
Submarinos
Llenos
De
Lagrimas saladas
Que
Ancla
En
Puertos
De
Lagrimales
Que
No
Estan tapados
Y
Ellas
Se
Descuelgan
Por
Los surcos
De
Mis arrugas
Invernales
Como
Cascadas
De
Aguas ciegas.

Nieves

Sunday, April 7, 2019

Los cyborgs ya vienen



¿Cuales serán las implicaciones de la cultura cibernética  en la experiencia de la conciencia? ¿Cómo se van  a balancear  las ventajas y desventajas de la biotecnología ?

 El Posthumanismo es la simbiosis de tecnología y ser humano. No solo la tecnología en nuestra mano, sino la tecnología dentro de nosotros. Un nuevo avance en nuestro desarrollo si pensamos que el cuerpo es la prótesis original que aprendemos a manipular desde muy temprano  y su  extensión  o reemplazo  con otras prótesis  es solo  la continuación de un proceso que comenzó antes de que naciéramos.  La visión posthumana reconfigura el ser humano al articularlo con maquinas inteligentes  que borran la demarcación absoluta  o diferencia esencial entre la existencia del cuerpo y la simulación informática, los mecanismos cibernéticos y los organismos biológicos, la teleología robótica y los goles humanos. El sujeto posthumano deviene en una amalgama de componentes heterogéneos que  sobrepasan y luego eliminan lo que hasta ahora  conocíamos como “si mismidad natural”. Según Donna Haraway no hay objeto, espacio o cuerpo que sea sagrado en si mismo. Cualquier componente puede comunicarse con cualquier otro si los estándares y códigos apropiados pueden ser construidos para procesar las señales a un lenguaje común. El cyborgs  viene a ser  algo así como un si mismo colectivo que  puede desensamblarse y reensamblarse nuevamente.

Un autómata es una maquina que se mueve de acuerdo a condiciones pre establecidas. Un robot es una maquina que puede o no puede ser humanoide, puede ser autónomo o semi autónomo pero con  aplicaciones especificas. Un androide es, al igual que el autómata y el robot, completamente artificial,  pero que perfectamente bien puede pasar por  un ser humano. Un cyborg, en cambio, combina la maquina con partes vivas. Según Perkowitz, el cyborg consiste masivamente   de piezas mecánicas bajo  control  natural. Esencialmente, “un cerebro en una caja”. Igualmente,  un ser  biónico es un ser  humano con implantes y sustitutos. Todos estos acrecentamientos, de continuar, dice Perkowitz, le darán  al cerebro una capacidad adicional para mantener datos en un modulo exterior  que  podrían recuperarse a voluntad y continuar gravando  cualquier experiencia  que se considere valiosa. Esto le daría al cerebro un nuevo nivel de poder informático. Ahora mismo hay compañías que pueden implantar  “chips”  capaces de almacenar y dispensar drogas que modifican la agudeza mental, el humor y la conducta.

Toda esta tecnología biónica, capaz de aumentar nuestra capacidad física y mental a un grado imprecedente... ¿podría también aumentar  excesivamente la presión fisiológica  y causar daño estructural?  Un estudio conducido por Hewlett Packard indicó que el aumento en infomanía  o adicción a los aparatos digitales produce  una caída del coeficiente intelectual en más de dos veces comparado con los usuarios de marihuana… si los implantamos en el cerebro… ¿sera la caida mayor?

En este escenario tecnobionico...  ¿tiene  la conciencia  alguna relevancia? Según el  posthumanismo la distinción entre lo real y lo artificial, lo mental y lo corporal,  lo orgánico y lo mecánico, lo original y lo simulado es más bien semántica y fácilmente puede ser ignorada. Si consideramos la materia como la ultima realidad y la conciencia como un epifenómeno, entonces, si algo se descompone la ciencia siempre va a poder  arreglarlo o reemplazarlo. 

De acuerdo con el cognotivista  Pepperell, la conciencia se refiere  a todos esos atributos que usualmente asociamos con un ser  humano tales como pensamiento, emoción, memoria, inteligencia y auto conocimiento que son función  del cuerpo y no solo del cerebro. La mente   incorporada es  el paradigma dominante  en el campo de la  inteligencia artificial.  En la teoría reduccionista de Francis Crick los fenómenos  de la conciencia, sean nuestro nuestras penas  y goces, nuestros recuerdos y ambiciones o nuestro sentido de identidad personal y libre albedrío, son en realidad  no mas que la conducta de un vasto ensamblaje de moléculas y células  nerviosas. Para Dennett no hay ontología subjetiva y la experiencia de un lugar central en el cerebro donde la conciencia ocurre es una ilusión. Antonio Damasio argumenta  que la conciencia es un sentimiento y los sentimintos son generados por  patrones neurologicos  que operan en las areas apropiadas del tallo cerebral, talamo y cortesa cerebral. No hay necesidad de un observador interno porque estos procesos cerebrales se observan unos a otros. El teatro cartesia  no es mas que una ilusion. La conciencia, como la fisiologia cerebral muetra, consiste  de pensamientos concientes que, como cosa fisica son  funciones del cerebro y del universo fisico en el cual este esta inmerso. Lejos de estar determinada solo  por el cerebro, la conciencia  es una funcion del cerebro,  del cuerpo y del mundo.  En la historia occidental, desde muy temprano, la conciencia se ha visto como un epifenomeno evolutivo mayor que reclama ser el sitio de la identidad humana cuando en el fondo, dice Katherine Hayles, es solo una atraccion menor.

El posthumanismo, al afirmar  la corporizacion de la conciencia, establece el dominio total de la materia en el que la  posibilidad de la “conciencia en si misma” desaparece.   No hay diferencias esenciales o demarcaciones absolutas entre la existencia corporal y la simulacion informatica, los mecanismos cyberneticos y los organismos biologicos, la teleologia robotica y los fines humanos. El ser humano puede ser articulado en un solo continuo sin fisuras  con maquinas inteligentes. El sujeto post humano es un sujeto post conciente.

Cierto.  Excepto… por un pequeño detalle. El fisico Jean Burns, entre muchos otros,  afirma que la diferencia que aun persite entre maquina y organismo esta en esa vieja idea de la voluntad o libre albedrio, asociados con la conciencia, que los humanos tienen y que las maquinas carecen. Los efectos fisicos de la voluntad, dice,  no pueden ser explicados por las leyes fisicas actuales porque estas abarcan solo determinismo y  azar quantico a los que la volicion o conciencia  escapan.

El cognotivismo posthumanista, que ha logrado un impresionante  progreso en la comprension de las funciones cerebrales, es la vision basada en  la tercera persona,  la del observador externo… ¿Pero, que pasa con la observacion de la primera persona, de la del observador interno? ¿Se podria integrar la metodologia de la tercera persona  con la experiencia de la primera persona?

En el pensamiento occidental ser conciente es ser conciente de algo. Conciencia es siempre conciencia de un objeto, nunca de un vacío. Es lo que los filósofos llaman conciencia intencional. Los cognotivistas tienden a  equiparar conciencia con mente pensante  que es  extencion del cuerpo, la naturaleza y la cultura. Y en este paradigma la conciencia, por supuesto, es irrelevate , como dice D. Dennett.  La Inteligencia Artificial funciona perfectamente bien sin conciencia.

Arthur Deikman sugiere algo diferente. La conciencia tiene dos modos. El instrumental  o mental que, con ayuda de los sentidos, esta dirigida hacia fuera con enfasis en los objetos, los limites, las  conductas intencionales y la autosobrevivencia. Y el receptivo, dirigido naturalmente hacia dentro con el enfasis en la conciencia no intencional,  en la capacidad de trancender  el contenido  de la mente para tomar contacto  con el vacio que somos. Esta es  la conciencia pura, vacia de todo objeto, incluyendo la autoconciencia, la ensoñacion y la reflexion.

En la practica de la meditacion Advaitan la atencion, de manera espotanea y natural, se orienta  a estados cada vez mas tranquilos y  ordenados de actividad mental hasta que toda actividad es trascendida y el observador se queda sin pensamiento ni sensaciones, solo con la experiencia de la pura conciencia. No conocimiento de la conciencia, sino que ser la conciencia. Esta tendencia de la conciencia a ir hacia su propio estado fundamental  sugiere que el pensamiento y accion descansan en  nuestra capacidad  para movernos hacia un estilo de funcionamiento neurofisiologico optimo. Las experiencias subjetivas mas profundas, que son la base para el logro de nuevos pensamientos, dependen de un gran refinamiento fisiologico.  Son  estas las que sostienen  la coordinacion harmonica entre cuerpo,  mente y conciencia. Sin esta integracion, la extencion del cuerpo y la mente hacia fuera, sobre la base solamente de la actividad instrumental,  puede resultar en  una hiperexitacion  biologica capaz de bloquear el acceso a la conciencia entendida como un  vacio de concepciones.…

¿Porque todo esto podria importarnos? Giorge Agamben, refiriendose al artista, describe como este descubre que la ausencia de contenido inmediatamente se identifica con su conciencia mas intima. El artista es el hombre sin contenido, cuya identidad esta en el perpetuo surgimiento  de expresiones que nacen de la nada sin otro fundamento que  esta  incomprensible  estacion ubicada en uno de sus costados. Expresiones que crean nuevos mundos.

Jean-François Lyotard dice que el capitalismo es una maquina vanguadista que arrastra a la humanidad a la deshumanizacion para rehumanizarla a un nivel diferente.   Los tecnocratas  justifican la toma de posesión de la maquina tecnologica porque la sociedad no puede entender sus propias necesidades, especialmete frente a las nuevas innovaciones digitales. La unica resistencia  a la tecnologia inhumana es otro inhumano ubicado en la subjetividad humana. Este inhumano es el potencial para la sorpresa y las transformaciones impredictibles que van mas alla del alcance racional y la  normatividad tecnologica. Esta dimension no racional, no humana  de la subjetividad como fuente de resistencia  sugiere  un vacio de concepciones,  un testigo indecible representado por cierta  literatura y arte.

Robert Forman nota que los estados de hipoexcitacion se orientan a una descontruccion del lenguaje y las creencias, a algo asi como  una liberacion de la experiencia de la cosificacion conceptual. La habilidad de mantener la experiencia mas alla de nuestra identidad socialmente construida. Una experiencia que escapa a la codificacion  y normatividad intitucional. 

¿Podriamos decir que el riesgo de modificar tecnologicamente el cerebro no puede desviar a la mente  de este “potencial innato”? ¿ de que la hiperexitacion  biotecnica no puede  subvertir el  sustrato genetico mental? Katherine Hayles dice que cuando el cuerpo es integrado en un circuito cibernetico, la modificacion del circuito necesariamente modificara tambien la conciencia. Conectada por multiples circuitos de retroalimentacion  a los objetos que diseña la mente, tambien, es un objeto de diseño.

En la novela de ciencia ficcion “Neuroromance” de Gibson uno de los personajes  de la historia “Johnny Mnemonico” pierde completamente su sentido de identidad despues de  subir  datos directamente de la “web” a su cerebro. La inmensa cantidad de datos del cyberespacio invade  su simismidad interfiriendo con su funcionamiento fisiologico normal.

Por supuesto que la tecnologia bionica siendo la extencion natural de nuestras protesis beneficia tremendamente el complejo cuerpo/mente… Pero, si a la larga, las maquinas continuan haciendose cada vez mas humanas y los humanos mas maquinas… ¿no habria riesgo de socavar el acceso a lo que la vieja tradicion esoterica, que ha corrido en los margenes del racionalismo occidental, llama  “conciencia pura” ?

 Si la fascinacion de autotransformarnos  en organismos ciberneticos, en cyborgs radicales continua, puede que algun dia la conciencia pura no sea mas que una vaga memoria.  Y si esto ocurriera  estariamos frente a una especie bien diferente.


Nieves y Miro Fuenzalida