Sunday, December 25, 2022

Subterraneo antiguo

 

Yo,

Subterraneo antiguo,

Lavo-plancho

Y

Perfumo

Las palabras

Que

Encuentro

En

Mi senda.

No

Las tiendo.

Se

Me pueden

Escapar.

 

Nieves


Sunday, December 18, 2022

La Pascua y Amanita muscaria

 

Hay un sin número de fuentes que coinciden en que la celebración de la Navidad no era central en los primeros siglos del cristianismo. De hecho, parece haber sido controvertida porque el solsticio de invierno estaba conectado con las saturnales romanas, un tiempo de festejos, cambio de roles y libertinaje general. Sin embargo, las dos fuentes mas citadas por los historiadores, ya sea la de Origen (185c-255),  cuya Homilía numero 8 sobre Levítico contiene una condena general de las celebraciones de cumpleaños, o la de San Gregorio Nacianceno (329c-389) que articula la importancia de la Navidad para la doctrina cristiana de la Encarnación y la necesidad de modificar el festival para  que sea mas sombrío, decoroso y centrado en lo espiritual, son un tanto  ambivalentes como prueba de la oposición de la iglesia primitiva a la festividad. En el catolicismo de la Europa medioeval y el inicio de la Reforma, en cambio, los puritanos  claramente negaron su apoyo a las practica navideñas que las veían como papista y paganas.   

 

En todo caso, desde hace un buen tiempo hemos estado conscientes del tinte pagano que rodea a la Navidad que, desde la elaboración de elementos tradicionales como el árbol de Navidad y el Viejo Pascual, ha devenido en  la invención de tarjetas navideñas y gigantescas exhibiciones de mercancías que mezclan ingeniosamente los imperativos capitalistas con la sentimentalidad propia del momento. Ya sea fortuita o estratégicamente, la ubicación de la temporada navideña en el solsticio de invierno o de verano, según sea el hemisferio, y al final del año calendario, asegura su papel como salvador económico del  mercado consumista.

 

Lo curioso es que  ni las afirmaciones de verdad sobrenatural del cristianismo, ni la verdad histórica de las raíces paganas de La Pascua  son hoy  factores motivantes. Igualmente seguimos con la rutina porque eso es lo que todos seguimos.

 

O casi todos. Los micólogos y antropólogos, a diferencia del resto de los mortales, se inclinan hacia una mezcla mas ecléctica de tradiciones religiosas.

 

 En Noviembre del 2005 la potencia mundial hegemónica del consumo, Wal-Mart, enfureció a los defensores de la Navidad cuando uno de sus representante esbozo las raíces paganas de la festividad.  En respuesta a una carta de un cliente que se quejaba de que “Felices Fiestas” había suplantado a “Feliz Navidad”, un asociado temporal, conocido solo como Kirby, respondió que “Wal-Mart es una  es una organización global  y la mayoría del mundo todavía tiene practicas diferentes a la “navidad”, que es una antigua tradición que tiene sus raíces en el chamanismo siberiano. Los colores asociados con el rojo y el blanco de “navidad” son en realidad una representación del hongo aminita mascera. Santa también se toma prestado de la Caucus, muérdago de los celtas, leños de Navidad de los godos, el tiempo de los visigodos y el árbol del culto a Baal”.

 

La respuesta  del presidente de la Liga  de los Derechos Civiles y Religiosos de Estados Unidos no se dejo esperar... “ cuando leí esta declaración pensé que había sido escrita por alguien que estaba borracho”. Frente a la amenaza de boicot por parte de la Liga, Kirby fue despedido de la corporación.

 

Lo que este incidente indica, según algunos comentaristas, es que hoy los seguidores del antiguo paganismo se esfuerzan por recordar al publico sobre los orígenes paganos de muchas  de las tradiciones que seguimos sin la menor intención de cuestionarlas. Es posible que Kirby, un personaje cuya identidad real sigue siendo un misterio,  haya usado como fuente un articulo periodístico de Janice O’Leary, del periódico Boston Globe, conectando el reno volador de Santa Claus con hongos alucinógenos. Si bien algunos estudiosos han puesto en duda esta  influencia directa entre las practicas chamanicas  siberianas y el Santa Claus moderno y comercial, la evidencia es intrigante.

 

El etnobotánica Jonathon Ott por primara vez estableció el vinculo entre Amanita muscaria  y varios motivos navideños  en 1976. El hongo, también conocido como agárico de mosca, y su conexión hipotética con la Navidad a través de estados alterados de consciencia, estaría a la base de este mito.  El articulo de O’Leary sigue cercanamente al veterano micólogo Lawrence Millman en los misterios de los hongos urbanos de Boston. El clímax del articulo es cuando Millman hace el descubrimiento supremo de la encantadora alucinógena  Amanita muscaria, encima de la cual la oruga en “Alicia en el País de las Maravillas” fuma su pipa de tabaco oriental. Es aquí cuando Millman considera  la idea de la posible conexión del hongo con Santa Claus. Tanto en su versión Siberiana como en la de la costa del oeste, la Amanita muscaria es roja con manchas blancas, los colores de la Navidad. Según Millman y  Jonathon Ott, los chamanes siberianos entraban en invierno a las yurtas, las viviendas portátiles en el Asia Central,  a través del agujero del humo para distribuir Amanita muscaria a los aldeanos. Los hongos luego se colocaban en medias sobre la chimenea para secarse. Esta historia, argumentan, tiene conexiones obvias con la entrada del propio Papa Noel a la casa  a través de las chimeneas con su bolsa de regalos. Los críticos señalan que el moderno traje rojo y blanco de Santa Claus es una adición relativamente reciente a la mitología navideña y es un artefacto que se origino en el siglo XIX. La importancia de las medias y las chimeneas esta relacionada con los actos de bondad de San Nicolás, el obispo griego del siglo IV que la mayoría de la gente cree es el Papa Noel original.

 

Según la BBC, siguiendo con la historia, los chamanes del pueblo indígena sami de Laponia consumían pequeñas cantidades de Amanita muscaria en sus rituales visionarios  y bebían orina de sus renos, que comen el icónico hongo rojo y blanco  como parte de su dieta  y metabolizan sus toxinas sin daño, excretando un fluido todavía lleno de compuestos psicoactivos, pero libre de toxinas. Uno de los efectos psicodélicos conocidos de la Amanita muscaria en los humanos es la sensación de volar, lo que podría explicar el origen del mito sobre el hombre vestido de rojo y blanco que surca los cielos en su trineo tirado por renos, repartiendo muestras de amor por el mundo.

 

El profesor de estudios clásicos de la Universidad de Boston, Carl Ruck, igualmente  llama la atención a la relación entre el aparente  vuelo mágico que realizan los chamanes durante las experiencias extáticas bajo la influencia del hongo y el vuelo anual de Santa Claus alrededor del mundo. Tanto Ruck como Ott  obtienen apoyo en la literatura que muestra que las personas y los renos se sentían atraídas por el hongo y se intoxicaban, lo que llevaba a la ilusión de volar en ambos casos. James Arthur, el autor de “Mushrooms and Mankind:The impact of Mushroom on Human Consciouness and Religion”, argumenta que el árbol de Navidad decorado y los regalos envueltos en rojo y blanco colocados debajo son símbolos de la simbiosis entre la conífera y el hogo Amanita muscaria, que crece bajo ella.  

 

Y el antropólogo John Rush, de Sierra College, cree  que la leyenda de Santa Claus evoluciono a partir de una figura chamanica histórica anterior  a las típicas historias de origen de San Nicolás y el poema “Una visita de San Nicolás” de Clement Clark Moore de 1823.

 

El micólogo  Millman apoya esta idea y agrega que el mito navideño moderno se origino en el Ártico escandinavo con los indígenas sami. Si es cierto que el uso tradicional de Amanita muscaria se pierde en la historia, el habla de la creencia de que los chamanes que usaban el hongo lo hacían para parecerse a el, lo que respalda la teoría de Papa Noel como chaman. El detalle interesante que Millman agrega es que los chamanes a menudo eran recompensados con comida por sus regalos, lo que hace eco del acto occidental moderno de dejar leche y galletas para Santa en la víspera de Navidad. 

 

La celebración de Pascuas, junto a otras antiguas costumbres paganas, cristianas y seculares  celebradas a fines de Diciembre, se encuentra entre las festividades mas antiguas que han sobrevivido a través del tiempo y en ellas no podemos ignorar la evidencia que los investigadores han venido presentando de que ellas poseen un linaje inmerso en la tradición chamanica que se origino en el circulo polar ártico.

 

Puede que nunca sepamos con certeza la verdad de esta tradición, pero no deja de ser  atractivo pensar que podría tratarse de un pequeño hongo rojo y blanco.  Después de todo las plantas alucinógenas han jugado un papel crucial en el origen de la consciencia y la historia humana.   

 

Tardamos 200 000 años en descubrir las setas, aunque nos han acompañados desde los albores de nuestra especie. Ellas nos anteceden  y nos sobrevivirán con creces una vez que hayamos desaparecido de este increíble planeta. Solo recientemente hemos empezado a comprender sus misterios y propiedades como portal hacia “el Mas Allá” y  su condición de instrumentos de la naturaleza para escuchar.       

 

Lo irónico en toda esta historia  es que si bien los hongos han sido parte de antiguas tradiciones espirituales en todo el mundo, también podrían haber inspirado la fiesta principal mas materialista de la civilización occidental.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, December 11, 2022

Volantines nocturnos


Las estrellas,

Volantines nocturnos

Luminosos,

Que

Yo

Encumbro

Desde

Mi

Insomnio. 

 

Nieves


Sunday, December 4, 2022

El Universo y la Nada

 

De todas las preguntas que se han planteado desde el inicio de la historia humana sin lugar a dudas el enigma de ¿“por que hay algo mas bien que nada”? ha sido la mas profunda, enigmática y fundamental. El misterio primordial de la existencia no se encuentra tanto en como las cosas existen, sino por que existen.

 

Una pregunta peligrosa porque el tratar de encontrar la razón de todas las cosas puede guiar fácilmente a la decepción y la insatisfacción, estados de animo no muy agradables. Y, sin embargo, a pesar de ello, desde los albores de la civilización la pregunta sigue resonando en nuestras mentes ¿Por que la molestia de existir  cuando seria mucho mas simple que nada existiera? La respuesta siempre nos elude.

 

Desde los tiempos mas tempranos se ha venido diciendo que el mundo existe porque Dios lo creo desde la nada. Por eso existe. El porque Dios exista es algo mas o menos nebuloso...  se causa a si mismo, es el fundamento de su propio ser, su existencia esta contenida en su propia esencia. En breve, El contiene dentro de El Mismo la razón de Su propia existencia. El es el Ser necesario.

 

Según Hume y Kant la noción de un ser necesario es una trampa ontológica. Hay, dice Hume, entidades cuya existencia es lógicamente imposible como un circulo cuadrado, por ejemplo. Pero no hay ninguna entidad cuya existencia este garantizada por la pura lógica. Todo lo que podemos concebir como existente, también podemos concebirlo como no existente. No hay, por tanto, ser cuya inexistencia implique una contradicción, incluido Dios.

 

¿Qué opciones tenemos para responder al misterio de la existencia cuando abandonamos la hipótesis de Dios? A lo menos tres... la científica, la filosófica y la mística.

 

La respuesta de que lo que hay siempre ha existido, o que surge de la nada sin causa, o que la pregunta no tiene sentido es solo el intento de evitar una explicación. Según el principio de la Razón Suficiente de Leibniz para cada verdad debe haber una razón por la cual es así y no de otra manera y una razón para la existencia de cada cosa. A pesar del desprecio de algunos críticos el principio ha sido fundamental en la ciencia donde ha tenido un éxito notable porque funciona. Luego, si el principio es valido, debe haber una explicación de porque el mundo existe, la encontremos o no.  

 

Lo mas que se podría decir, según el consenso contemporáneo, es que el Universo surgió del eterno abismo de la nada o que siempre ha existido. Este “mas” , sin embargo, queda corto.

 

La creencia de que la materia es eterna e infinita sufrió un grave golpe cuando las observaciones del telescopio Hubble proveyeron  la evidencia empírica de que el Universo debe haber tenido un repentino comienzo en el tiempo, confirmando así la hipótesis de Lamaitre de que todo lo que hay se origino a partir de un átomo primordial  cuya expansión comenzó con el “Big Bang”, hace 13.7 billones de años atrás, y que en un futuro distante terminara en un “Big Crunch” o en un “Big Chill”. Luego, si así son las cosas... ¿qué había antes del “Big Bang”? ¿de donde surge el átomo primordial? ¿como algo puede surgir de la nada? Todas estas cuestiones abrieron una nueva y puramente científica investigación del ultimo origen y destino del Universo. La teoría de la relatividad de Einstein, por ejemplo, concluye que el Universo tiene un comienzo en el tiempo y la mecánica cuántica introduce la duda en la idea de causa y efecto al descubrir que a nivel microscópico los eventos ocurren de manera aleatoria violando el principio clásico de la causalidad.

 

¿Sera, entonces, que el Universo surgió espontáneamente de la nada? ¿pero, como podría ser esto cuando sabemos que “nada puede surgir de la nada”? Cuando se introduce la gravedad y la mecánica cuántica, dice el astrofísico Lawrence Krauss, la nada se transforma en algo todo el tiempo. En el vacío cuántico partículas virtuales saltan azarosamente a la existencia por una fracción de tiempo para luego desaparecer inmediatamente. Según un influyente grupo de científicos, entre los cuales se contaba Stephen Hawking, la existencia puede deberse a una fluctuación casual en el vacío, un “túnel cuántico” de la nada al ser. De acuerdo a Krauss, suficientes partículas pueden emerger gratuitamente para provocar un “Big Bang” y empezar un Universo.

 

Pero esto, a todas luces, no es equivalente a decir que surgen de la nada. Este vacío cuántico es algo altamente estructurado que obedece profundas y complejas leyes físicas. No es “nada”, en sentido filosófico... ¿cierto?

 

El problema con la respuesta científica es que es circular. El universo comprende todo lo que físicamente existe. Una respuesta científica, entonces, tiene que involucrar algún tipo de causa física. Pero, cualquiera causa física es por definición parte del universo y es el universo el que necesita explicación. La ciencia puede dar cuenta como el Universo en el curso de su historia evoluciona desde un estado a otro. Pero, en cuanto al ultimo origen de la realidad, no tiene nada que decir. Si hay una causa para este evento, debe transcender el espacio y el tiempo y, por lo tanto, escapar al alcance de la ciencia.

 

Este es el caso de las leyes de la física. Si estas, por ejemplo, son Algo, entonces ellas no pueden explicar porque hay Algo en lugar de Nada, ya que son parte del Algo que debe explicarse. El proceso de tunelización cuántica, por ejemplo, se rige por las mismas leyes fundamentales que describen la evolución posterior del Universo, pero no porque hay evolución en lugar de nada.

 

Da la impresión de que la física sola es impotente para descubrir el secreto. Algunos físicos en busca de solución han empezado a recorrer el sendero abierto dejado  por Platón y el místico Pitágoras. Es en este momento cuando la ciencia se topa con la metafísica.  

 

¿Sera posible que la realidad este regida por valores o formas  abstractas? La mayoría de los matemáticos creen que los objetos que ellos estudian son perfectos, objetivos, inmutables, intemporales e independientes de la mente humana. El matemático Roger Penrose, entre otros, distingue el mundo Platónico, el mundo físico y el mundo mental y cada uno de estos mundos engendra los otros. Las Matemáticas crean la Materia, la Materia crea la Mente y la Mente crea las Matemáticas. Los tres mundos se apoyan mutuamente  flotando en el abismo de la Nada. Pero, los tres mundos no tienen el mismo estatus ontológico. Es solo el mundo de las perfectas formas el que posee necesidad lógica, siendo los otros dos la sombra del primero.

 

La creencia de que los objetos matemáticos existen necesariamente  fuera de la mente no se sostiene muy bien bajo escrutinio, a pesar de su larga historia ¿Por qué “necesidad lógica” cuando  su existencia puede ser negada sin caer en contradicción? Según el filosofo William Quine, inescapablemente la ciencia se refiere a abstracciones matemáticas y, aunque no las observamos directamente, las necesitamos para explicar lo que existe. Son posturas teóricas que ayudan a explicar nuestras observaciones, pero ellas no son responsables de la existencia del mundo físico, porque ellas son parte del tejido de ese mundo. Una posición mucho mas extrema adopta el filosofo americano, Hartry Field, al afirmar en su libro “Science without Numbers”, que las matemáticas no son indispensables para la ciencia, después de todo. Se puede explicar como el mundo funciona sin invocar abstracciones matemáticas. Es posible, dice, reformular la teoría de la gravitación de Newton sin referencia a entidades matemáticas y obtener exactamente las mismas predicciones. Si esta reformulación pudiera extenderse a la mecánica cuántica, significaría que Quine estaba equivocado.

 

Hay en todo esto un aspecto de la realidad que pareciera no tener lugar en este cuadro metafísico... nuestra propia consciencia que, a través de un acceso privilegiado, llegamos a conocer sin la mediación de la ciencia. No hay nada de cuya existencia estemos mas seguros, lo que plantea una posibilidad interesante. Quizás la realidad que conocemos indirectamente a través de la ciencia tenga la misma naturaleza interna que la parte que conocemos directamente a través de la introspección, la parte consciente. Tal vez toda la realidad, subjetiva y objetiva, estén hechas de la misma materia básica. Una hipótesis  monistica bien atractiva por su simplicidad, tan atractiva que incluso Arthur Eddington declaro que las cosas están compuestas de materia y mente. La idea de que la sustancia fundamental de la realidad sea sustancia mental es, sin embargo, altamente problemática porque tiene implicaciones bien extrañas. Si fuera así, la consciencia debería impregnar no solo los cerebros, sino también toda la naturaleza física. Cada pedazo de materia, grande o pequeña, sean galaxias y agujeros negros, neutrinos y quarks, flores y montañas poseerían consciencia. Desde tiempos  lejanos a esta creencia se le ha llamado pansiquismo y el pansiquismo desde su inicio ya contenía su propio problema, a saber, el Problema de la Combinación ¿como pequeños pedazos de materia-mente  se combinan para formar una mente mayor? ¿como las micro-mentes se unen en una macro-mente?  ¿como la vasta variedad de consciencias resultan en una sola consciencia cósmica? Como William James demostró “Las mentes privadas no se aglomeran en una mente mas alta”.

 

¿Sera que la clave esta en la teoría cuántica? Según algunos, el entrelazamiento cuántico pareciera ofrecer una solución al problema de la combinación. Cuando dos distintas partículas se entrelazan en un estado cuántico, ellas pierden su identidad individual y actúan como un sistema unificado. Cualquier cambio en uno inmediatamente es sentido por el otro, incluso si están años de luz aparte. Un fenómeno  tan extraño que Einstein  lo considero espeluznante. Ahora bien, si las entidades físicas pueden perder su identidad individual y fusionarse en un todo único, entonces, según algunos físicos, es concebible que las entidades proto-mentales puedan hacer lo mismo.

 

Ciertamente una teoría monista que fusiona la materia con la conciencia es mas simple que una teoría dualista que postula una sustancia material y una sustancia pensante. Ambas tratan de responder al problema de cómo están compuestas las cosas. Pero, otra vez, no al problema de porque hay cosas en lugar de nada.  

 

Es difícil ver como una teoría final podría explicar el “porque hay algo en lugar de Nada”.

 

¿Porque esto debería  preocuparnos cuando estamos enfrentados a problemas  existenciales mas urgentes que requieren en estos momentos toda nuestra atención? Cierto... pero, a pesar de esta urgencia el misterio de la existencia continua siendo el misterio que aguijonea las mentes curiosas.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


Sunday, November 27, 2022

La chaleca

 

Una nube 

me dio 

una

 parte 

de 

su lana rosada 

suave 

Me teji 

con 

los palillos 

de 

la luna 

una 

 chaleca 

de  

manga larga. 

Con 

ella 

cubri 

mi vida.

 

Nieves


Sunday, November 20, 2022

¿Es Google Dios 2.0?

 

 Al principio reinaba el desorden, la confusión y el caos y era imposible separar lo valioso de lo desechable, lo verdadero de lo falso. Algunos trataron de mapear las características mas útiles de este mundo para guiar a los buscadores a través de su vorágine. Pero sus servicios eran incompletos y difíciles de manejar y algunos de ellos, incluso, aceptaban sobornos para favorecer a una fuente sobre otra. Una realidad sórdida y obscura, pero, al mismo tiempo, demasiado preciosa para perder. 

 Y de pronto vino Google. Limpio, puro y simple. Democrático y neutral. Si hacia referencia a un sitio mas que a otro, era porque se consideraba mas relevante para los usuarios y figuraba por encima del resto. El motor de búsqueda mas grande separo la luz de la obscuridad y organizo el mundo de la información haciéndola  universalmente accesible y útil.  Un perfecto motor de búsqueda.

Si antes poníamos la fe en Dios ahora la ponemos en Google que no solo  reemplaza a Dios, sino que lo supera. Google se erige como prueba de que los humanos no necesitan dioses, de que somos capaces de cumplir el papel que alguna vez estuvo reservado a ellos. Según el escritor Siva Vaidhyanathan Google parece omnisciente, omnipotente y omnipresente, además de afirmar que es benevolente. No es de extrañar, entonces, que mantengamos a la empresa con un respeto y una reverencia casi increíbles. De manera abrumadora permitimos que Google determine que es importante, relevante y verdadero en la Red y en el mundo y confiamos en que Google actúa en nuestro mejor  interés.  Pero, en verdad, sus resultados de búsqueda tienen un poder desmesurado e inmerecido porque, como dice Siva Vaidhyanathan, ofrecen la ilusión de precisión, exactitud y relevancia. Las reglas del juego, sin embargo, ya están manipuladas de ciertas formas y por eso necesitamos una idea mucho mas clara de cómo se hace. Esta es una empresa relativamente nueva, rica y poderosa. Una rara combinación que aun no hemos evaluado los cambios que produce en nuestros hábitos, perspectivas, juicios, imaginación y transacciones. Ciertamente Google y la red que gobierna no son tan peligrosos como el sistema automotriz, por ejemplo. Las paginas de la Red no enferman ni atropellan a las personas. No obstante, la fe ciega en esta corporación es peligrosa porque Google es muy bueno en lo que hace y porque establece sus propias normas. Hace que nuestras vidas sean mejores, nuestros proyectos mas fáciles y nuestro mundo mas pequeño y por eso no consideramos los costos, riesgos, opciones y consecuencias que pueda traer a largo plazo.

La gran mentira es la de que el internet es acerca de nosotros.  Nos gusta pensar que nosotros somos personas que tienen opciones, gustos y características personales. Pero el internet no es acerca de nosotros. Es acerca de las empresas que dominan los flujos de datos con la intención de hacer dinero. Cada vez que escribimos algo en Google treinta y ocho centavos van a su cuenta.

Para Google nosotros, entonces, no solo somos sus clientes sino, mas que nada, su producto. Nosotros, con nuestras predilecciones, fantasías, fetiches y preferencias somos lo que Google vende a los anunciantes. Cuando usamos Google, este usa nuestras búsquedas en la Red para descubrir cosas sobre nosotros. Una rara combinación que aun no hemos evaluado los cambios que produce en nuestros hábitos, perspectivas, juicios, imaginación y transacciones.  

La corporación es muchas cosas para mucha gente, pero mas que nada es una simple y poderosa cosa.. resultados. Como dice el académico Nolen Gertz, desde sus inicios, como motor de búsqueda hasta su conversión en un imperio multinacional, multiplataforma y multiservicio, nunca ha representado nada mas que resultados. Y es aquí donde es posible ver porque nos proporciona lo que Dios no pudo. A medida que la incongruencia entre la promesa de resultados y la respuesta del sacerdote que dice que tengamos paciencia y sigamos esperando se hizo cada vez mas difícil de sufrir, perdimos la fe en Dios y, en lugar de mirar al cielo ahora empezamos a mirar nuestras pantallas. Google ofrece respuestas en lugar de preguntas, resultados en lugar de espera.

Google, en su declaración de principios,  ha hecho obsoleto los Diez Mandamientos al reemplazarlos por uno solo... “ No seas malvado”. Luego lo que Google nos entrega tiene que ser honesto y objetivo, ya que cualquier falsedad, cualquier prejuicio y cualquier “mal” iría en contra del código de Google.

¿Y que es el Mal para Google? Lo que es “malo” es lo que se interpone en el camino, no de la virtud sino del progreso, especialmente aquello que bloquea el progreso de Google. Luego, uno podría preguntar si lo que Google quiere es lo mismo que nosotros queremos o si lo que la compañía considera como malo es lo mismo que nosotros consideramos como malo. La respuesta es no. Google redefine el mal  como una cuestión de falta de servicio en general  y de falta de servicio entre los servicios de información corporativos, en particular. Y en cuanto a la virtud los actos de Google son justos por su propia naturaleza, porque Google los realiza. Lo que es “bueno” es lo que Google hace y lo que es “malo” es lo que Google evita. Su lógica no es diferente  de la de otras compañías tecnológicas. Todas ellas creen que sus principios deberían aplicarse a todos.

A juicio de Siva Vaidhyanathan Google no es malo, pero tampoco moralmente bueno o neutral. No nos hace mas inteligentes ni mas estúpidos. Es una empresa que cotiza en la bolsa de comercio con el intento de aumentar sus ingresos y nos ofrece un conjunto de herramientas  que podemos usar de manera inteligente o tonta. Pero, no es uniforme e inequívocamente bueno para nosotros. De hecho, es peligroso de muchas formas sutiles. Es peligroso, por ejemplo, debido a nuestra creciente fe acrítica  y dependencia de el y a la forma en que fractura y perturba casi todos los mercados o actividades en los que ingresa, generalmente para mejor, pero a veces para peor. 

Lo que las compañías tecnológicas están tratando de hacer, según ellas,  es un mundo mejor y mas seguro en donde no halla débiles ni fuertes, solo mas o menos limitados. El sueño de estas empresas es el sueño de los dispositivos inteligentes, las ciudades inteligentes y las personas inteligentes, un mundo en donde todo y todos estén conectados, siempre actualizados y siempre superando las limitaciones. Un sueño no impuesto por ellas, sino nuestro sueño. Ellas solo nos brindan lo que deseamos. El deseo, sin embargo, como dice Gertz, no es inmune a las influencias de las tecnologías, ya que estas median nuestra experiencia del mundo y de nosotros mismos. Nos dan lo que deseamos, pero ellas juegan un papel vital en dar forma a lo que creemos que es posible desear.

Las limitaciones de las que hablan estas tecnologías son las limitaciones que la tecnología nos revela. Nos permiten hacer, por ejemplo, cosas que nuca creímos posibles, como usar un auricular para entrar a un mundo virtual, algoritmos para predecir comportamientos, un hashtag para conectarnos con extraños, un teléfono móvil para participar en protestas desde nuestro sofá o tener una conversación con un pariente lejano a través de una cámara de video. Pero, como nunca antes pensamos que estas actividades fueran posibles, no nos sentíamos limitados por la imposibilidad de realizarlas. No sentíamos que las habilidades humanas fueran deficientes hasta el momento en que ellas fueron tecnológicamente posibles Una vez que aparecieron o solo se anunciaron como posibilidades, comenzamos a vernos de manera diferente. Las expectativas de los consumidores funcionan ahora a tal velocidad que nos sentimos frustrados con los  dispositivos y servicios de procesamiento lento y acceso a internet que ni siquiera existían hace algunos años atrás.  

Las tecnologías ciertamente protegen de lo caótico y lo inesperado, como también de lo aburrido y mundano y es justamente esta la seducción que nos lleva a aceptar el evangelio tecnológico de que la vida a través de las tecnologías es la única vida que vale la pena vivir. No necesitamos rechazar las tecnologías ni tampoco los intentos de mejorarnos a nosotros mismos. La esperanza de un mundo mas ilustrado descansa en nuestra capacidad para reconocer las suposiciones arraigadas en nuestra fe en las tecnologías digitales para poder corregirlas con la ayuda de  recursos públicos. Para eso lo que realmente  necesitamos es desarrollar una perspectiva mas critica hacia nuestra devoción a las tecnologías, hacia la fe ideológica de que mejor solo puede significar mas tecnología, la creencia de que el progreso humano solo puede lograrse a través del progreso tecnológico.

Nuestro deseo de abandonar todas las formas tradicionales de vida, nuestras relaciones tradicionales con otros y las formas tradicionales de compromiso con el mundo en la búsqueda de lo pos-humano es, como dice Gertz, nuestro mayor peligro y, también,  nuestra mayor oportunidad.

 Nieves y Miro Fuenzalida.

Sunday, November 13, 2022

Las sonrisas perdidas

 

Las palomas


 gaviotas


buscan

en


las orillas del mar

las huellas


de


las sonrisas perdidas


de


mujeres


y


de


hombres


que


la caminaron. 

 

Nieves.


Sunday, November 6, 2022

La fuerza de las cosas

  

Para el pensamiento moderno la materia ha sido, en  su mayor parte, una cosa pasiva, bruta o, peor aun, inerte en contraste con la vitalidad del reino orgánico. Esta división de lo sensible tiende a ignorar la fuerza y el poder de la materia.  Spinoza, Nietzsche, Darwin, Adorno, Bergson, Hans Driesch y Deleuze, entre otros, no quieren nada de esto... ellos prefieren  la idea de una materia vibrante.

 

¿Pensar que la materia tiene una vitalidad intrínseca es, realmente, una idea  tan extravagante? Según Jane Bennett vitalidad, en este contexto, significa la capacidad de las cosas... los comestibles, las mercancías, las tormentas, los metales, etc. ... para impedir o bloquear la voluntad o los objetivos de los humanos o actuar como quasi-agentes o fuerzas con trayectorias, inclinaciones o tendencias propias. Si consideramos esta fuerza de las cosas, dice, es muy posible que los análisis de los eventos políticos  podrían cambiar ¿Podrían, por ejemplo, los modelos de consumo cambiar si en lugar de ver desechos, basura,  desperdicio o reciclaje, vemos, en su lugar,  una pila creciente de materia viva y potencialmente peligrosa?

 

La  idea de que la materia es inerte nos impide ver, oír, olfatear, degustar o sentir  el amplio alcance de los poderes no humanos que circulan alrededor y dentro de los cuerpos humanos y que son los que pueden ayudar o destruir, enriquecer o empobrecer nuestra vida. La creencia en una  materia inanimada no ayuda al surgimiento  de una forma de producción y consumo ecológicamente sostenible.

 

La línea que va de Hegel a Marx ha sido fundamental  en el desenmascaramiento del poder humano y las hegemonías  sociales. Lo que no debiéramos olvidar, sin embargo, es que  junto a esta línea también existe la de la fuerza  material de los cuerpos naturales y los artefactos tecnológicos.  Por mucho tiempo hemos venido creyendo que  la política es una construcción exclusivamente relativa al dominio humano.  En contra de este reflejo narcisista no estaría mal considerar la contribución de otros agentes no humanos en esta empresa para contrarrestar el antropocentrismo dominante que  ha sido característico hasta ahora y abrir nuevas perspectivas en la visión del mundo.     El binario vida/materia persistentemente ha estado presente en el desarrollo de las ciencias naturales, pero últimamente la bioingeniería ha venido mostrando que esta línea entre lo orgánico y lo inorgánico es bastante problemática como ya sabía  Spinoza... “cada cosa, en tanto  su propio poder le permita, tiende a perseverar en su propio ser”. Este poder es esa curiosa habilidad que tienen las cosas inanimadas para animar, actuar y producir efectos dramáticos y sutiles... un conejo muerto, el polvo en la piedra, un vaso de plástico, una muñeca de trapo, la tapa de una botella, el papel de un viejo  cambucho... ¿no será que el enjambre mental que ellos producen en nuestro cerebro es un ejemplo de la materialidad vital que existe en ellos mas allá del puro significado cultural que cada uno de estos objetos posee? Esto recuerda nuestra mente infantil que llenaba el mundo con todo tipo de seres animados, lo que no es tan  primitivo si facilita un sendero que lleve mas allá de la división materia/vida,  que es el principio dominante de la adultez.

 

¿Pueden los cuerpos inorgánicos tener vida? ¿puede poseer vitalidad  la materia? ¿hay vida en un mineral, en un metal? 

 

Según Manuel De Landa la capacidad de auto organización de la materia inorgánica posee una amplia gama de alternativas para generar estructuras que son diferentes de las simples fases de transición. Incluso las mas humildes formas de materia y energía  tienen el potencial de la autoorganización que va mas allá del tipo relativamente simple involucrado en la creación de cristales, lo que sugiere que la materia inorgánica es mucho mas variable y creativa de lo que habíamos creído. El impresionante poder humano, por ejemplo, puede presentarse como evidencia de la vitalidad material de nuestra propia constitución.  Los minerales de nuestros huesos, los metales de nuestra sangre, la electricidad de nuestras neuronas son materiales vivos y auto organizados, mas que  medios mecánicos o pasivos bajo la dirección de algo no material como el alma o la mente.  Visto desde la perspectiva de la evolución la eficacia de los minerales es fácilmente visible... los tejidos blandos, como músculos y nervios que por 5000 millones de años fueron supremos, repentinamente  experimentaron en ese punto una  mineralización que hizo posible la emergencia de los huesos, un nuevo material, en la constitución de los seres vivos. Mineralización es el nombre de la agencia creativa de los huesos que dieron origen a nuevas formas de control de los movimientos que libero  a los animales  de las limitaciones previas poniéndolos en movimiento para conquistar los dominios del aire, el agua y la tierra. En el lento y largo tiempo de la evolución los  minerales juegan un poder activo y los seres humanos, con toda sus capacidades y auto dirección, aparecen como su producto... minerales que caminan y hablan.

 

En esta visión los humanos son materia vital. Esto no significa que no haya diferencia entre mineralización y humanidad. Toda la idea, dice Bennett, es que no es necesario describir estas diferencias como si los humanos fueran el centro ontológico o la cúspide de la jerarquía. En su lugar seria mas adecuado considerarlos como una colección particularmente rica, vibrante y compleja de materiales. Visto de esta manera la diferencia entre sujetos y objetos se minimaliza y el estatus de la materialidad compartida de las cosas se eleva.  La conciencia de que todos los cuerpos están cogidos en una vasta red de relaciones puede inspirar una mayor sensibilidad hacia la materia... dañar o destruir una sección de la red muy bien puede implicar daño hacia uno mismo.

 

Las cosas, entonces, nunca actúan solas. Su eficacia depende de su colaboración con muchos otros cuerpos y fuerzas, digamos, de una red o ensamblaje en donde la agencia, en lugar de concentrarse en los cuerpos humanos, se distribuye  a través de un campo ontológicamente heterogéneo. Los párrafos  de un escrito, como dice Bennett,  por ejemplo, surgen de la complicidad de muchos entes... memorias, textos, intenciones, bacteria intestinal, la luz del sol matinal, la taza de café, el azúcar en el cerebro, el teclado plástico de la computadora, la madera de la mesa, la calefacción que tempera la sala, la música de la radio, entre muchas otras.  

 

En las ultimas décadas la globalización  ha expandido el escenario humano como nunca antes obligando a crear nuevos conceptos en donde los modelos organicistas ya no funcionan muy bien. El  concepto de ensamblaje de Deleuze seria mas apropiado para designar el agrupamiento de diversos elementos. En el no hay una cabeza dirigente o tipo de material para determinar consistentemente la trayectoria y el impacto del grupo.  Lo propio del ensamblaje es su habilidad para que algo pase... un huracán, la caída de la bolsa de comercio, el terrorismo, la revolución, el surrealismo, un apagón de luces... que es algo distinto a la suma de las fuerzas vitales de cada cosa material considerada sola.  Junto a la fuerza vital de cada ente hay también una efectividad o agencia que es propia del agrupamiento como tal. Pero, la cosa es esta... como cada miembro del ensamblaje posee un pulso energético ligeramente fuera del ensamblaje, este nunca es un bloque solido, sino un colectivo abierto, una suma no totalizable con una vida finita.  Los miembros de un todo abierto nunca se funden en un cuerpo colectivo, sino que cada uno preserva algo de su propio ímpetu. La red eléctrica, dice Bennett, es un ejemplo típico de ensamblaje con su agrupamiento de  partes humanas... sociales, políticas, legales, lingüísticas...  y no humanas...electrones, arboles, fuego, plásticos, campos electromagnéticos...  suficientemente próximos y coordinados para producir diferentes efectos. El gran apagón del 2003, que afecto a Estados y Provincias de Estados Unidos y Canadá, muestra que siempre hay alguna fricción entre las diferentes partes  de un ensamblaje y en este caso la disonancia de las partes, humanas y no humanas, fue tan grande que la cooperación entre ellas se hizo imposible.  Lo que esto sugiere es que la agencia es algo que se distribuye a lo largo de un continuo. Aquí mas que  un agente detrás del apagón hubo un hacer y un efecto producido por un ensamblaje de humanos y no humanos, una unión de actuantes en donde la noción de culpabilidad no se ajusta muy bien. Es bien difícil precisar cual es la fuente de la agencia singular que hace que un evento particular ocurra.

 

¿Por qué ensamblaje y no estructura? Porque la noción de estructura  no reconoce lo suficiente  la fuerza de las cosas. Una estructura puede actuar solo negativamente, como una restricción en la agencia humana o pasivamente, como un trasfondo o contexto habilitante. La acción o agencia le pertenecen solo a los humanos aunque estos son constituidos socialmente, inmersos en un medio sociocultural y ecológico que define sus fines y limita sus acciones. La estructura no tiene agencia  propia, solo la efervescencia de la agencia del individuo  actuando solo o junto a otros. Las estructuras hacen una diferencia, pero ellas no son materia vibrante.  

 

¿Toda esta idea del ensamblaje significa abandonar la responsabilidad del individuo, de los funcionarios oficiales o de los lideres políticos? ¿Nadie es realmente culpable? La autonomía y la total responsabilidad moral parecieran hacer mutis por el foro cuando se enfatiza un ensamblaje de cosas, acciones  y seres humanos. Pareciera que la materia vibrante muestra al individuo como un ser incapaz de tener plena responsabilidad de sus acciones.  En un cierto sentido, dice Bennett, es cierto que una agencia  confederada atenúa la culpabilidad, pero esto no implica abandonar el proyecto de identificar las fuentes de los efectos dañinos.  Lo que hace es ampliar el radio de los lugares  en donde buscar por estas  fuentes. Los humanos y sus intenciones participan en los resultados finales, pero no son los únicos actuantes en un ensamblaje. La responsabilidad ética de un ser humano reside en su respuesta al ensamblaje en el que participa... ¿me separo de un ensamblaje cuya trayectoria puede ser dañina?

 

La furia moral y política es indispensable en un mundo en donde los lideres políticos gobiernan en el interés de la minoría económica  como lo mostro la furia francesa en contra de Macron. La furia, la rabia y el enojo no desaparecerán y, por supuesto,  no debieran desaparecer del campo social. Pero, solamente la condenación y el rechazo moral o político  no es suficiente. Necesitamos también  cultivar la habilidad para discernir las capacidades agenticas de un ensamblaje y producir, tal vez,  la guía apropiada para un mundo vital.

 

Nieves y Miro Fuenzalida