Monday, March 31, 2014

Un postmodernismo latinoamericano.



 “Un albañil cae de un techo
 muere y ya no almuerza
 ¿Innovar, luego, el tropo,
 la metáfora?” (Cesar Vallejo).   

Visto solamente a partir del contraste, tan ricamente expresado por Vallejos, entre extravagancia teorética o estética y una concreta instancia de dolor humano, el Post-Modernismo latino-americano aparece como un pobre esquema interpretativo. A la luz de las desigualdades, explotaciones  y miserias sufridas por las clases mas pobres los refinamientos Pos-Modernos son irrelevantes y, para muchos, su retórica ha sido hoy día capitalizada beneficiosamente por el “neo liberalismo” para renovar su proyecto de hegemonía cultural, económica y política.

Para el filosofo argentino Arturo Annes Roig, por ejemplo, el Pos-Modernismo es un discurso alienante porque invalida los mejores logros del pensamiento latino-americano. Proclamar que la modernidad ha sido agotada significa sacrificar un arma poderosa que ha sido usada por todas las tendencias liberadoras en América Latina en sus narrativas críticas. La modernidad, si es cierto que contiene violencia, irracionalidad y opresión colonial, también abre la función crítica del pensamiento. La Filosofía de la sospecha de Nietzsche, Marx y Freud  revela que detrás de nuestra inmediata comprensión de un texto yace escondido otro nivel de significación cuya interpretación necesita ser medida por el criticismo. Es esta idea del desenmascaramiento lo que le da significado a la Filosofía latino-americana que ha estado interesada en apuntar a los mecanismos ideológicos del "discurso opresivo". Renunciar a la Filosofía de la sospecha es renunciar a la denuncia y caer en la trampa del discurso justificante del poder hegemónico mundial. La orfandad epistemológica del Pos-Modernismo desacredita toda utopía y su nihilismo significa renunciar a la participación en favor del "laissez faire" económico.

Para Adolfo Sánchez  Vázquez el pensamiento Pos-Modernista se desprende de la noción misma de fundamento  que inevitablemente lleva al fracaso de cualquier intento que le de legitimidad a un proyecto de transformación social. Al negar el potencial emancipador del Modernismo descalifica la acción política y desplaza la atención hacia la esfera contemplativa de la estética. El anuncio de la "muerte del sujeto" y el "fin de la historia" libera al artista de la responsabilidad de la protesta dada a ellos  por la estética moderna. La reivindicación de la fragmentación y eclecticismo elimina cualquier tipo de resistencia política

El filosofo cubano Pablo Guadarrama, a su vez, expresa que no tiene sentido hablar de la entrada latinoamericana a la posmodernidad  mientras no completemos su proceso. La idea Habermesiana de la modernidad  considerada como un proyecto incompleto encuentra simpatizantes en Latinoamérica y la demanda de ser posmodernista aparece como una exigencia vacía frente a la fragilidad de los paradigmas de la igualdad, fraternidad, secularización, humanismo y racionalismo.

¿Podemos mirar el postmodernismo solamente como una trampa ideológica en la que algunos intelectuales han caído al insistir en interpretar la realidad del subcontinente usando modelos ideológicos originados en otros lugares? Santiago Castro-Gómez intenta responder a esta cuestión afirmando que lo que hoy es difícil de negar es el hecho de que la llamada posmodernidad no es un fenómeno puramente ideológico o una conspiración conceptual elaborada por intelectuales nihilistas euro-norteamericanos. Con lo que nos encontramos, más bien, es con un cambio de sensibilidad al nivel de la vida mundial y su presencia la encontramos en toda la civilización occidental, incluyendo Latino América.

El acuerdo tácito de los actores que rechazan la participación en la discusión posmodernista se basa en la creencia de que entrar en ese debate es responder al extranjerismo de elites alienadas que tratan de seguir cualquier discusión internacional que este de moda  y que todo ello es solo la expresión ideológica del capitalismo tardío en su fase de expansión global. La presuposición básica en esta argumentación es la de que la desigualdad económica entre la  sociedad pos-industrial y la sociedad latinoamericana hace imposible, o a lo menos cuestionable, la transferencia de los contenidos críticos teoricos del postmodernismo de una a otra. Para Nelly Richard, filósofa chilena, este argumento permanece atrapado en las estructuras del pensamiento iluminista, en donde los procesos culturales se conciben subordinados a desarrollos socios políticos. Pero, si usamos las estructuras  de análisis  de acuerdo a la idea de que las esferas de la cultura y la sociedad se relacionan asimétricamente en un imbalance y contradicción dialéctica nunca resuelto, entonces, los requerimientos estructurales de las sociedades del primer mundo no tendrían que ser reproducidos en Latino América para encontrar en esta inscripciones culturales posmodernistas. Estas manifestaciones culturales han surgido en el subcontinente por diferentes razones y circunstancias a las observadas en las sociedades euro-norteamericanas y, principalmente, son el resultado de una diferente forma de experimentar el modernismo. No es una cuestión de imitar o transcribir un debate sobre la crisis de la modernidad en el mundo europeo, sino, de pensar acerca de la forma  en que Latino  América ha experimentado esa modernidad  y su crisis, viviéndola en una forman distinta.La desconfianza de algunos intelectuales latinoamericanos hacia el debate posmodernista puede, en parte, explicarse doblemente por el trauma de la colonización que lleva a muchos de ellos  a mirar con reticencia a todo lo que viene de  “afuera” marcando una clara línea divisoria entre lo que es importado y lo que es nuestro, lo que es extranjero y lo que es nacional y al criticismo implícito en el discurso posmodernistas de los ideales heroicos de la generación latinoamericana que proclama la fe en la revolución y el “hombre nuevo”. Debido a esto, en lugar de aprovechar la critica posmodernista de los sistemas dominantes de la modernidad reorientando su significado desde una perspectiva  latino americana, un buen número de intelectuales considera esta crítica como una nueva ideología imperialista.

Quienes han respondido al debate posmodernista en Latino América se han centrado, principalmente, en el análisis e investigación de la ambigüedad con que el sub-continente ha vivido el modernismo. El argentino García Delgado se enfoca en la transición que Latino América ha venido experimentando, de una  “cultura holistica” basada en la pertenencia y solidaridad de clase a una cultura “neoindividualista”basada en la tendencia global hacia  la formación  de identidades restringidas, caracterizadas por el proceso hacia la esfera privada o a pequeños grupos. La identificación con elementos nacionales se empieza a disolver frente a la cultura transnacional impulsada por los medios de información masiva. La perdida de certidumbres tradicionales  es el resultado, entre otros factores, de la disolución de los antagonismos ideológicos. El enemigo común (conservadores, oligarcas, imperialistas o comunistas) fusionaba y le daba sentido a la política de masas. Con la desaparición de los bloques ideológicos claramente definidos se hace cada vez más difícil y compleja la ubicación del poder político. La integración social es  desplazada a la  ideología del mercado que le ofrece  al individuo ser protagonista de su propia vida (el culto del cuerpo y el sexo, la adquisición de productos de moda, las recetas espirituales y religiosas, etc.) La despiadada brutalidad con que las dictaduras del cono Sur  eliminaron o debilitaron las organizaciones políticas en las décadas de los 70 y  80 dieron paso a la desconfianza en la posibilidad de cambios sociales estructurales debido al alto costo social que su intento acarreo. La ausencia de alternativas políticas, el aumento de la pobreza y la corrupción de las elites políticas llevan a una cultura  de la inmediatez en donde lo mas importante es la sobre vivencia diaria que es el único horizonte significativo (Roberto Follari). La sensibilidad pesimista que se extiende a través de Latino América a finales del siglo XX no viene de afuera, como algo importado por ciertos intelectuales. Surge, más bien,  como el resultado de largos procesos históricos. Cinco siglos de retraso socioeconómico, dictaduras, autoritarismo político, desigualdad en todos los niveles de la vida cuotidiana, ausencia de proyectos políticos capaces de cambiar la situación y el fracaso de todos los partidos políticos de llevar a cabo las promesas de justicia social forman parte de la memoria colectiva  que explica la indiferencia de una gran parte de la población hacia las promesas políticas de un mundo mejor. La búsqueda de la realidad personal en el ambito privado es producto de la falta de confianza en las instituciones políticas y el escepticismo en la eficacia de toda participación en la esfera publica. Frente a las visiones utópicas y mesiánicas del futuro de la política heroica de la era revolucionaria hoy día se impone  la “política de lo posible”. Frente al optimismo ideológico de los 60 que buscaba  romper con el sistema, ahora las preferencias  parecieran inclinarse a reformarlo desde dentro restableciendo la política como un espacio de negociaciones. El sociólogo chileno José Joaquín Brunner cree que el poder de los medios de comunicación han dado forma, en Latino América, a una hiper-realidad de significados descontextualizados. En gran medida, el proceso de socialización se produce a través de criterios y guías  de conductas transnacionales que producen un distanciamiento ambiguo hacia las propias tradiciones culturales. La cultura de masa promueve la disolución de las certidumbres que garantizaban la integración social dando formas a escenas complejas en donde los factores nacionales y transnacionales coexisten. Un factor que la teoría de la dependencia nunca considero  es la sistemática socialización  llevada acabo por la escuela  y que desplaza a la familia como su agente primario. La escuela trasmite una cosmovisión basada en la tradición humanista occidental y en el modelo científico de la comprensión de los fenómenos naturales.  La cultura popular, entendida como el universo simbólico que transmite la herencia religiosa, moral y cognitiva del pueblo no puede resistir el avance del proceso educativo, la industria cultural y los medios de difusión masiva. Lo que de ella queda sobrevive como  “folclore”, pero también moldeada por las imágenes y símbolos del mercado internacional.

El desencanto y el escepticismo en Latino América no es el producto de  una supuesta deshumanización causada por el desarrollo científico y tecnológicos sino, mas bien, por el fracaso de todo proyecto de transformación asociado con la cosmovisión Iluminista. Es el desencanto con una cierta forma de entender  la política y el   ejercicio  del poder  y que lleva a la gente  a buscar nuevas formas de entender y participar políticamente en la esfera social, como es el sustituir, por ejemplo, las relaciones verticales de poder político por conglomerados transversales la posmodernidad es un “estado de la cultura”, como creen estos autores, entonces es posible decir que ella también tiene raíces en Latín América, aunque sus causas son diferentes a las que producen el mismo fenómeno  en los países del Atlántico Norte. Desde el momento que presenta una profunda actitud de desconfianza frente a los proyectos de modernización tecno-burocráticos impulsados por las elites políticas y financieras  de Latino América no representan, necesariamente, al neoliberalismo o al despliegue de la “razón instrumental”.

¿La proclamación posmodernista del fin de las utopías de emancipación total debilita, realmente,  el concepto latino americano de “justicia social”? Como dice Castro-Gómez, la dimensión utópica no esta limitada solo a las narrativas totalizantes de la modernidad. Otras formas utópicas existen que no enfatizan el consenso, la armonía, la homogeneidad, la ausencia total de injusticias y la reconciliación. Es la utopía de un mundo policentrico y pluralista, en donde caminos alternativos y diferentes que llevan a la modernidad pueden existir paralelamente. El fin de las “utopías modernistas” no es el fin de toda dimensión utópica. Solo significa la redescripción y reinterpretación de las viejas utopías de acuerdo a las necesidades de la sociedad latina americana contemporánea. Es solo el anhelo de que con el paradigma de la heterogeneidad  y diversidad corramos menos riesgo de repetir la tentación de transformar  la razón en  sinrazón.

Nieves y Miro  Fuenzalida 
Ottawa, Enero de 2006



















Friday, March 28, 2014

Descontruccion


 
Estoy hecha
de  hoy
y
pedazos
de ayer
... con
hierbas
de tiempo
de
aromas presentes
...
Me construyo
al alba
me descontruyo
al atardecer.

Nieves.
25 de Agosto 2007.

Wednesday, March 26, 2014

En medio de imagines


 
Me sitúo en medio de imágenes... prolíficas, danzantes, pulsantes, girantes y desbordantes. En cada onza de sus existencias ellas se derriten y estrechan... una sinuosa y serpentina extensión a través del tiempo y el espacio causando un permanente flujo de vibraciones y acciones que se entremezclan en una serie perpetua de variaciones mutantes. Mi cuerpo, cansado y confuso por el espectáculo que me rodea intenta retraerse de la escena… Los ojos se cierran solo para encontrar otro reino de intensidad sepultado bajo las cavernas de una mente perdida. Incomparable!  Agobiante! Desvastantemente asombroso. No hay islas de respiro. La corriente de ecos de un pasado distante se desvía a la izquierda de mí hacia un punto anterior a que la materia fuera disociada de su existencia y apariencia… a un punto en el tiempo anterior a la gran grieta entre idealismo y realismo. Un gran drama fulgura delante de mi. Descartes persigue la materia en la extensión de un espacio más allá de nuestro alcance y Berkeley, en un intento de traerla cerca de nosotros, termina encerrándola en los escombros de la mente… haciéndola una con la idea. Algo ha quedado traslucido… Yo ya no soy uno… sino varios. Nos ubicamos en el espacio de una mente que es ciega a las disputas de los filósofos. Desde este ventajoso punto conjeturamos que estas imágenes giratorias que saltan a nuestro alrededor tienen una existencia que reside entre algún lugar que tradicionalmente llamamos cosa y representación. Ellas no alcanzan a ser cosa y exceden la representación. Ellas son equivalentes a materia porque la materia no es mas que un agregado de imágenes... pero un agregado que es arrojado dentro del turbulento flujo del tiempo. En este mismo instante el universo pulsa y nosotros damos vuelta dentro de un torbellino transformándonos solo en una imagen mas dentro del trastorno total del tiempo. Imágenes entre imágenes, conteniendo en su misma existencia invitaciones a actuar, reaccionar o simplemente no hacer nada de acuerdo a como el momento se da. Hemos entrado al plano de la inmanencia. De ahora en adelante solo podemos mirar al movimiento y nosotros mismos somos movimiento... nada más que un enjambre de movimientos.

Ariel.

                                                                                               

Monday, March 24, 2014

¿Quien le teme al Apeiron?



En una novela del escritor de ciencia ficción  Robert Heinlein hay una escena bastante curiosa… “Hoag informo a Randall y su esposa que en el curso de su visita a este universo el ha descubierto una o dos imperfecciones que  intenta corregir en las próximas horas. Randall y su esposa no habían notado nada. En su viaje a Nueva York, les ordena Hoag, no deben abrir las ventanas del auto bajo ninguna circunstancia. Emprendieron el viaje sin que nada excepcional ocurriera hasta que presenciaron un accidente en el camino. Al comienzo lo ignoraron y continuaron su camino. Pero cuando vieron una patrulla policial su sentido del deber prevaleció y se detuvieron a reportar el accidente. Randall le pidió a su esposa que bajara la ventana un poco. Ella accedió. Pero, al hacerlo, un grito se les ahogo en la garganta. Al otro lado de la venta abierta no había sol, policía, ni carretera. Nada... Nada, a excepción de una neblina gris e  informe pulsando lentamente como si tuviera vida. No pudieron ver la ciudad a través de ella, no porque la neblina fuera demasiado densa, sino, porque allí solo había el vacío. Ni sonido, ni movimiento provenían de esa masa gris. La niebla empezó a fundirse con el marco de la ventana y lentamente se deslizo al interior del  auto. Randall grito… “cierra la ventana!”. Ella trato de obedecer, pero sus manos se enredaron nerviosamente. El la alcanzo a través de ella y la cerro para luego hundirse pesadamente en su asiento. La escena cuotidiana volvió a ser restaurada. A través del vidrio volvieron a ver al policía, al transito callejero y a la ciudad en el horizonte. Cynthia puso su mano en su brazo. “Maneja Teddy”. “Espera un momento”, dice el tensamente y se volvió a la ventana. Cuidadosamente empiezo a bajarla, solamente un poco, menos de un par de centímetros. Fue suficiente. El flujo gris e informe estaba allí afuera nuevamente. A través del vidrio era posible ver el transito callejero y la luz del sol.  A través de la apertura… nada”.  

¿No es  esta “niebla gris e informe” que irrumpe amenazadoramente en el borde  que separa lo interior de lo exterior  aquello que no ha podido ser reducido al orden significativo, lo que se ubica mas allá del mundo mental? Si pudiéramos mirar directamente el noumenon, la cosa en si, lo mas seguro es que nos llevaríamos el susto de nuestra vida. Según los filósofos pos Kantianos la noción misma de mundo no es simplemente la del universo o la de  todo lo que existe. Mundo es, más bien, una cierta categoría histórica, una comprensión previa de lo que este ya significa, el reconocimiento de la pre existencia, a lo menos históricamente, de una estructura que determina como el mundo se nos abre, de un aparato conceptual que ya tiene que estar ahí para decir lo que decimos y ver lo que vemos.  En otras palabras, una ventana que nos permite ver las cosas como cosas. La cuestión entonces ya no es, como dice el dicho, ver para creer, sino creer para ver.

Visto desde otro ángulo esta “niebla gris e informe” muy bien podría ser también la imagen del Apeiron de Anaximandro, el autor de uno de los fragmentos filosóficos más antiguos y enigmáticos de la historia occidental… “De donde las cosas tienen su origen, hacia allá tienen que perecer también, según la necesidad, pues tienen que pagar pena y ser juzgadas por sus injusticias, de acuerdo con el orden del tiempo”. Este origen es lo indefinido, lo indeterminado, lo infinito. Un principio sin  definición, forma ni límite del cual todas las cosas  salen y al que todas vuelven. Este es el fundamento y la ultima  realidad. Las sustancias individuales son solo burbujas  que se disuelven en el tiempo al igual que los suspiros. El filosofo francés Levinas afirma abiertamente que el mundo en si mismo, es decir en ultima instancia, es impersonal y anónimo y  no esta inherentemente compuesto de seres específicos.  Un elemento singular informe desde donde las cosas de nuestra vida emergen, “una existencia sin existentes, lo impersonal par excellence”. Y el físico David Bohm en “Wholeness and the Implicate Order” dice que la realidad tangible de nuestra vida diaria es algo así como una ilusión, semejante a la de la  imagen holográfica. Subyacente a esta realidad, según el, existe un orden mas profundo, un nivel de la realidad más vasto y primario que da nacimiento a todos los objetos y apariencias de nuestro mundo físico. En esta  visión  ultra holistica del cosmos  todas las cosas conectan  con todas las otras cosas formando una totalidad indivisible en donde en  principio cada elemento individual contiene información acerca de cada otro elemento del universo. En breve, “El mundo en un grano de arena”… El Apeiron, al parecer,  goza de buena salud después de todos estos siglos.

Si creemos que podemos reducir  la realidad a un solo nivel o estrato negamos que haya una pluralidad de cosas en si mismas, autónomas unas de otras… ¿Cierto? Si todo es uno desde el punto de vista del logos, como decían los presocráticos, entonces  la pluralidad de cosas que experimentamos es solo producto  de los sentidos humanos y la doxa. La nieve y los choclos ya no poseen un poder secreto yaciendo en sus profundidades.  Las pobres cosas, en esta visión, desnudas de todo poder se quedan finalmente sin ser. Decir que todas las cosas reflejan todas las otras  o que cada parte necesariamente contiene los  trazos del todo… ¿no es esto olvidar que un melón y un paraguas son dos cosas muy diferentes?  Si todo es reflejo de todo entonces la misma cosa  muy bien podría ser una carreta, un molino o un chimpancé. Es cierto que hay una conspiración entre las cosas. Pero, no todas las cosas están en la misma conspiración.

¿Qué ha pasado con la búsqueda filosófica de un modelo de las cosas consideradas como objetos autónomos y no solo como fenómenos humanamente accesibles o meros reflejos del todo?

La noción de holismo adquirió un carácter prominente en la cultura del siglo XX, una  idea revolucionaria llena de promesas que favorece los contextos y las relaciones  por sobre  la tendencia  del sentido común   y  de las nociones metafísicas   de  sustancia y esencia a dividir el mundo en una serie de trozos independientes. Con toda razón el paradigma del holismo domina hoy día nuestro pensamiento porque  la riqueza de sus análisis ha sido tremendamente  útil al  proveer valiosos modelos  innovativos de investigación y transformación de la conciencia política. Y, sin embargo, a pesar del descrédito y abandono de la idea de sustancia o esencia, los objetos continúan  haciendo sentir  pesadamente su presencia y rehúsan  ser reducidos a meros fenómenos. Si todo es reflejo de todo entonces la misma cosa  muy bien podría ser una carreta, una puerta o un chimpancé.

 El granero que se divisa a lo lejos en la granja experimental se nos aparece a nosotros como una atractiva imagen  para ser fotografiada, bien diferente a la imagen del empleado que se afana en reparar sus puertas, a la del par de perros que corren a su alrededor, a la de las ratas que se cuelan por sus intersticios, a la de los gusanos que se alimentan de su madera  o a la de las palomas que se paran en su techo. Aquí tenemos múltiples apariencias y el granero siempre puede sorprender a cualquiera de los seres  que lo observan o ser descrito en formas totalmente nuevas sin agotar con ello toda su historia.  El granero es mucho más de cómo se aparece a nosotros y también mucho  más de cómo se le aparece a la multiplicidad de  las diferentes criaturas con las que entra en relacion.  Ninguno encuentra el ser del  granero “en vivo y en directo”. El granero, en realidad, es más que todas sus apariencias puestas juntas porque puede poseer cualidades que ningún observador actual esta equipado para detectar. Pero, en un sentido mas profundo, el granero no  es igual a todas las posibles apariencias que pueda generar porque estas no son más que apariencias para otras entidades. El granero es, si apretamos las cosas,  algo y ese algo no tiene carácter fenomenal ni tampoco  es reflejo de un “infinito oculto e indivisible”. Después de todo el granero no es lo mismo que un granizo, una lila, un libro, una bicicleta, un gato, un café latté  o un claro de luna. Lo que se oculta en cada uno de estos casos es algo completamente diferente.  En cada uno de ellos hay una fuerza real que hace sentir su diferencia y peso en el mundo. Cada uno de ellos es un objeto, no una mera apariencia, cuyo ser siempre se nos escapa. Cada uno de ellos tiene “un no se que”. Todas las propiedades que definen el granero, por ejemplo, son relacionales lo que significa que no hay como determinar su ser fuera de estas relaciones. Pero ello no es razón para privilegiar exclusivamente la relacion. Si no hay  percepción que pueda lograr actualizar  el ser del granero es porque el granero, en sentido absoluto, es  irreemplazable.  Y es por eso que tenemos problemas en agotar su realidad.  

Lo que encontramos permanentemente es una multitud de objetos, algo así como una capa subterránea de innumerables rocas, castillos, trasatlánticos, cámaras de comercio, elefantes, sinfonías, artes marciales, revoluciones, bosques, células cerebrales, hormigas, manzanas, tormentas, virus  y circos que, como tales, además de tener  un impacto en la realidad,  exceden nuestro conocimiento y ocultan su ser.

 El problema con este recuento, sin embargo, es que si abandonamos  los fenómenos en favor de un mundo lleno de incontables objetos reales…  ¿no corremos el riesgo de volver a un realismo ingenuo pre kantiano, a  un naturalismo científico o, peor aun, a un  esencialismo clásico? El objeto que se ubica detrás de todas nuestras percepciones recuerda lo que la filosofía clásica llama sustancia. El realismo tradicional uso la sustancia solo en relacion con cierta clase de objetos de acuerdo a criterios bastante diferentes entre uno y otro  filósofo. A diferencia de este  reduccionismo clásico de lo que se trata aquí, en cambio, es de  ver toda realidad  como compuesta de  objetos que poseen la misma dignidad. Todo lo que hay en el mundo debe ser considerado en sus propios términos. Cada cosa, dice el filosofo Graham Harman, ya sea un merengue de limón, una  banda de rocks o un grano de arena permanece como una unidad sustancial  mas allá de su relacion e  impacto con otros y ninguna de ellas  puede ser considerada como una ultima realidad  de la cual todas  las otras son  construidas. No hay última materia, solo formas autónomas ejerciendo su poder en todo lo que se aproxime a ellas. Cada objeto o sustancia es una cosa real  considerada aparte de cualquiera de sus relaciones con otras cosas. Y una filosofía del objeto  es la que trata de ver  a este aparte de toda percepción y relacion causal.

¿Pero, y este es un gran pero, como esto podría ser posible cuando las filosofías pos kantianas  han demostrado ampliamente que solo tenemos acceso a  la correlación entre objeto y sujeto y nunca al objeto en si mismo? ¿Como, si el ser del objeto es independiente de la percepción y la relacion causal, los objetos pueden  inter actuar? ¿Y como los diferentes elementos que componen el objeto se relacionan entre si? Estas son algunas de las dificultades  que una ontología del objeto enfrenta  y este es el proyecto de cualquier  filosofía contemporánea que trate de ir más allá del postmodernismo.

Nieves y Miro Fuenzalida.
Ottawa, Abril 2013


Friday, March 21, 2014

La dama de Sur


La  mujer  en sus 70 descansaba tranquilamente en una cabaña de madera ...escapada  de los afganes blancos por algún tiempo ...En la mañana tomaba sol y se bañaba en un mar pacíficamente tranquilo donde las gaviotas grises dicen que sonríen ...Antes de acostarse se sentaba en un sillón de material de canasto y miraba el horizonte anaranjado que la hacían pensar en sus hijas y nietos escondidos siempre  en la distancia de sus recuerdos de amor ...Se acostó temprano después de haber comido un dorado pan amasado caliente con mantequilla cremosamente amarilla ...Un movimiento y ruido desacostumbrado la despertó de repente ...y empezó a soñar una pesadilla ...Además de moverse el suelo y el  techo de la cabaña, que creyó que eran productos de sus vértigos ...pronto sintió agua que lentamente le cubría sus pies y que iba subiendo hasta su cintura ...pensó que se ahogaría...La pesadilla estaba durando mucho ...Salió y sintió que el mar la perseguía...y empezó a subir un cerro interminable ...se caía ...se volvía a parar ...pero el mar con sus carcajadas de gigante la perseguía ...Se sostuvo de una raíz ...y comenzó, ya cansada, a desprenderse de ella lentamente ...pero quería seguir con la maravillosa vida ...no quería perder lo que ya había construido...Llegó a la cima del cerro ...y allí despertó sintiendo la realidad peor que la misma pesadilla.

Nieves

Wednesday, March 19, 2014

En los Márgenes de la Conciencia.




En los márgenes de tu conciencia residen fuerzas que amenazan  engullirse al yo. Ellas desafían toda explicación e interpretación. El organismo se cubre de su vigilia y, sin embargo, no puede existir sin su mirada. El sujeto, la sociedad y el universo son una isla. Don Juan lo llama Tonal y cuenta nada menos que por la totalidad de uno mismo... El juicio de Dios que estratifica el mundo y lo subyuga a la rigidez de la significación. Las  olas que se rompen en sus costas y distorsionan sus imágenes, en cambio, surgen de las profundidades de un mar tan inmenso que la mente es incapaz de sondear su expansión. Todo lo que podemos hacer es presenciar su enormidad con temor reverente y adornarlo con la traición de un nombre... Nagual. Es, también, todas las cosas, pero bajo  condiciones tan diferentes que ya no podemos hablar de organismos, sujetos, individualidades... La experimentación abunda y el mar ha devenido en un flujo de intensidad con continuos y conexiones afectivas que saltan a través de umbrales donde no hay sueños o fantasías para ser interpretadas, ni imágenes infantiles para ser recordadas o palabras para ser reconocidas. Hay solo colores, sonidos y velocidades que cruzan el yo que revolotea y persiste como una oscura neblina amarilla... sumergido en un mar de devenires... Al margen, el hechicero nace mientras camina sobre una luminosa fibra de tensión… “Cambiar nuestra idea del mundo es el punto critico del hechicero”.

Ariel

08/00.

Saturday, March 15, 2014

¿Dónde esta la Avant Garde?



 Las radios dedicadas a la música clásica han venido desapareciendo una tras otra y los museos de bellas artes ven sus presupuestos drásticamente disminuidos. En  épocas de  austeridad la sociedad no puede darse el lujo de mantener una actividad  que no produce ganancias y que esta dirigida solo a una ínfima minoría… ¿Cierto?

La verdad es que la marginalización de la estética ha venido siendo  el resultado de la industria del entretenimiento, la comercialización   y el rápido desarrollo de  las tecnologías de información.  En el momento en que la realidad contemporánea pasa a ser determinada por  la tecno ciencia y la variedad de tecnologías de poder en existencia  el Arte se transforma en una actividad superflua  o secundaria  y con frecuencia queda  reducido  a un instrumento en la lucha ideológica y cultural.  El asunto se agrava si pensamos que hoy predomina  la firme creencia de que la realidad esta en otra parte, como en las mercancías, las tecnologías digitales, la economía  global o  el Internet que pasan a ser la ultima realidad, la fuente desde la cual todo  fluye. Los cambios estéticos, por ejemplo, más y más  provienen ahora  del ambito digital más bien que del estético y la estética misma es anexada a la publicidad y la  cultura industrial. Con la creciente capacidad de traducir la realidad y la experiencia a  datos, códigos y programas las cuestiones estéticas ahora se presentan como cuestiones tecnológicas. A medida que los cambios culturales se intensifican el arte se  marginaliza en relacion a la sociedad tecnocientífica y la industria del entretenimiento.

El objetivo de la Avant Garde, si recordamos bien, era transformar la escena cultural y social. Pero, con el tiempo, en lugar de la revolución  que prometía,  se ha visto incorporada  en la mercantilización de masas, que era justamente lo que criticaba… ¿Qué ha pasado aquí?  Según Adorno  la  asimilación de la avant garde  por la cultura mercantil  ha sido facilitada por una cierta  tecnologizacion e instrumentalizacion  que estructura nuestra vida diaria y que, como consecuencia, elimina la separación entre experiencia sensorial, es decir estética,  y valor de uso. El Arte contemporáneo no solo es incorporado en la cultura de consumo, sino que también es inscrito  en la misma mercancía.  “El Grito” de Munch estampado en una polera, las pinturas de Picasso en tarjetas postales o las de Picabia en una taza de café.

¿Se acabo el Arte? ¿Es demasiado tarde para revivir  los conceptos de belleza y la idea de lo sublime para salvarlo? ¿O es mejor poner el Arte en la sala de espera y concentrarse en los aspectos subversivos de la cultura popular y el entretenimiento de masas? Aparte de esto… ¿Hay otras alternativas?

Lo que  los juicios acerca de la irrelevancia  y ausencia de poder y fuerza subversiva del Arte contemporáneo ignoran son  las implicaciones criticas que podemos encontrar en el repensar la relación  entre Arte y poder  en el contexto de la actual era de  tecnologizacion. Desde el momento en que las formas contemporáneas de poder son cada vez más infotecnicas en su modo de operación la fuerza del Arte podría  encontrarse en su habilidad para interrogar la tecnicidad  del poder  pos moderno y cuestionar su  alcance. En lugar de concentrarnos en la noción “trabajo artístico” como objeto o mercancía seria mejor ver  al Arte contemporáneo como fuerza de trabajo para enfatizar su dinamismo. A lo que esto apunta es a la idea de que una Avant Garde verdaderamente radical no es la que busca derrotar un poder para reemplazarlo por otro, sino que su radicalidad reside en  la noción de libertad  que contiene, en su  desafío permanente al poder  y las formas de vida orientadas hacia el poder. No se trata en última instancia  de instaurar  una vida libre del poder, ya que este esta aquí para quedarse, sino del desafío permanente del poder.

¿Y como entendemos el poder en la sociedad moderna? Si lo consideramos como una modalidad  o disposición productiva y no solo represora veremos que  el poder circula  a través de todas las cosas, eventos,  experiencias   y  relaciones determinando su ser y crecimiento, por lo que  no es extraño  que  los seres se movilicen hacia su  aumento. Incluso la libertad se piensa en términos de poder o formas de capacitación como el derecho o el poder para ser libre de la dominación, explotación y pobreza.  Lo característico del modernismo es que el poder se reproduce a si mismo como poder tecnológico cuya   fluidez organizativa   lo  intensifica permanentemente. El problema con esta racionalidad instrumental, sin embargo, es que engranados en su profundidad  se encuentran  los modelos de dominación y violencia característicos de la época,  por lo que cualquier intento de neutralización dentro de este paradigma solo recanaliza la dominación sin cambiar su principio. La producción, en lugar de ser una fuerza  emancipatoria, intensifica la servidumbre a escala global.  

El impulso liberador  y revolucionario de la primera y segunda ola de la Avant Garde no ha desaparecido y todavía lo podemos encontrar en el arte y el pensamiento critico contemporáneo.  Su potencial liberador esta unido a la tecnicidad y su radicalización aumenta  con el despliegue y poder de la tecnología electrónica. Esta Avant Garde, según el critico Andzaiarek, es el arte del futuro en el sentido especifico de que subraya
las posibilidades  de liberación y transformación del  por venir. En lo que hay que tener cuidado eso si es que no hay que pensar este futuro de la Avant Garde como la realización de  la utopía, sino como la desarticulación del poder en el presente.  En este sentido la estética en lugar de ser  pensada dentro de la  logica de la producción, consumo y ganancia o  en términos de sensibilidad, placer o expresiones subjetivas, es pensada ahora  como un evento que transforma las relaciones más allá  de los términos de poder. Según Adorno el Arte moviliza la técnica en dirección opuesta a la dominación. A medida que cambia  la relacion entre Arte y técnica, la libertad es una cuestión de volver  críticamente  la técnica  en contra de si misma, en lugar de escapar a ella.  En esta nueva relacion la Avant Garde,  en lugar de oponerse a la técnica,  desarticula la tecnicidad desde dentro.

Todas las invocaciones de libertad, democratización y prosperidad  que los medios electrónicos, el Internet y el cyberspace proclaman  hay que tomarlas con cautela, porque ellas vienen con un ejercicio de poder sin precedente. Junto a  la fluidez, multiplicidad y velocidad que  la fibra óptica  ha introducido en nuestras vidas, también  ha revelado al ser como algo manipulable y programable. En este mundo cibernético nada hay  cuyo código de información, sea genético o virtual, no pueda ser  descifrado.  La libertad que tenemos en el “cyber space” solo es posible gracias a esta nueva  habilidad de organizar y convertir la experiencia, la materia y el ser en un formato digital. Hoy día  ser es equivalente a información digitalizada. Ya no poseemos una esencia aristotélica o un alma divina, sino  una inscripción digital con la cual vamos al Banco, pagamos en los negocios, abrimos puertas o visitamos al doctor.  Lo que no es posible convertir en información  y movilizar en aras de la producción y el poder  se ve como algo deficiente, impreciso y difícil de manipular… ¿No será  esta la razon que el Arte en la generación informática aparezca  como algo irreal o ideológico?

Lo que hace al Arte moderno mantenerse todavía como arte, es decir, poseer autonomía y significancia y ser algo mas que uno de los tantas sectores culturales, es su fuerza creativa, su capacidad para  redisponer su energía en una dirección diferente  a la condición tecnopolitica de la actual industria artística.  El Arte se hace socialmente significativo cuando rompe con la función estética y política que la institucionalidad  le prescribe, cuando invierte el poder que regula la sociedad y que se  proyecta en  el trabajo artístico. El Arte, dice Adorno, inaugura una dinámica diferente, una nueva disposición de fuerzas en donde las fuerzas tecno instrumentales que operan en la sociedad se vuelven no tecnológicas. Son  las mismas fuerzas, pero su despliegue  es diferente en el Arte y su resultado es un mundo que se revela  de otra manera.

En “You Tube” se encuentra el documental de Stockhausen “Helikopter Quartet” ( Karlheinz Stockhausen "Helicopter String Quartet" - YouTube)  que, según  Andziarek, es una de las ultimas instancias en que el trabajo  artístico reformula la tecnología en una composición musical. El cuarteto Arditti usa cuatro helicópteros en donde  separadamente cada uno de los miembros del ensamble toca sus respectivas partes. Lo inusual es que no usan el ruido de las hélices como un sonido de trasfondo, ni tampoco lo incorporan como parte de  la composición musical como se ha hecho otras veces, sino que  toman  el sonido de los cuatro helicópteros tal como llega a la cabina y trabajan con el extrayendo su melodía, retrabajando la estructura musical inmersa en el ruido tecnológico. Las notas de los músicos recogen el ruido, lo remodelan y lo transforman en notas revelando la estructura musical inscrita  en la tecnología.  El complejo juego de sonidos del trabajo artística entre los helicópteros y el cuarteto abre, por decirlo así, un mas allá al reformular la relacionalidad técnica en una relacionalidad artística. Un espacio que escapa al paradigma predominante. Una línea de fuga.

Lo que la Avant Garde transforma es el poder mismo porque  el tipo de fuerzas que encontramos en ella  no contribuye a la intensificación del poder. Cuestiona las relaciones de dominio del mundo moderno, cambia su momento y abre otras formas distintas al poder.  Al establecerse a si mismo como algo único el Arte, al negarse a  consentir con las normas sociales existentes y auto calificarse como algo socialmente útil y lucrativo, critica la sociedad por el mero hecho de existir… si el cuarteto molesta es porque no sabemos donde ubicarlo.

Nieves y Miro Fuenzalida.
Ottawa, Febrero  2014