Sunday, February 24, 2019

Relativismo cultural



 Ruth Macklin, en un libro publicado en  1999,  relata una historia  bien paradójica… participe, dice, en una  reunión en Chile en donde una joven contó una historia que  conmocionó mi sensibilidad occidental. La mayoría de los chilenos son de origen europeo, pero pequeños grupos de indígenas viven esparcidos alrededor de las ciudades sureñas. Uno de esos grupos continua practicando un ritual tradicional en donde los recién nacidos son sacrificados. En reacción a esta practica el gobierno por ley la prohibió. Poco tiempo después las tierras indígenas fueron afectadas por la sequia. Según los indígenas  la sequia era el castigo de los dioses  por no practicar el sacrificio ritual. Mucha gente critico al gobierno por lo que consideraban una  imposición ilegitima de poder y autoridad sobre un grupo indefenso...   Macklin  comenta que el grupo estaba haciendo algo éticamente inaceptable  y  no había validez científica en la creencia de que el sacrificio humano podría prevenir la sequia. La reacción de la joven que conto la historia fue inmediata… “ esa es la creencia de ellos. La creencia en la ciencia moderna es tu creencia. Ambas son simplemente creencias”.

¿Podemos movernos libremente de un contexto, época, idioma o puntos de vista personales a otro, llevando nuestras creencias, costumbres  y principios morales con nosotros sin cambiarlos? ¿Podemos comprender sin ambigüedad las creencias de otros y  evaluarlas objetivamente? La creencia  mas común es que no podemos. Cuestiones  acerca de la verdad o falsedad o del bien y el mal son, de una u otra manera, relativas. La línea divisoria, en lugar de ser el individuo como fue en un tiempo, ahora es el “grupo”, “la cultura”, “la etnicidad”,“ la religión” o el “genero sexual”.  Cualquier enunciación solo puede ser juzgada a partir de su propio criterio inmanente.  El intento de apelar a algún principio universal es  dogmático, eurocéntrico e imperialista.

Este es el reconocimiento contemporáneo  de que, desde el momento en que hay diferentes sociedades y diferentes puntos de vista, no hay una sola visión que fije la verdad acerca de cualquier  problema. Si la gente tiene diferencias irreconciliables en cuestiones tan importantes como la moral, la política, la religión y la filosofía… ¿no  seria una pura arrogancia decir que una creencia es  mas verdadera que las otras? Pensar que es posible encontrar  un punto de vista, un criterio, fuera de la cultura o la historia, una visión desde ninguna parte, es  una  ilusión. La idea de que no hay una sola forma de pensar, o  una sola cultura que sea superior o mejor a todas las otras  facilita la aceptación de practicas diferentes a las nuestras. Es el énfasis en la diferencia, en lugar de la similitud. Una noción de gran importancia en las relaciones culturales y una reacción en contra de la idea iluminista de la existencia de una naturaleza o esencia humana universal.

Aquí estamos muy lejos  de la idea de que el desarrollo de la humanidad, al estilo del positivismo de Comte, sigue una trayectoria histórica determinada que va desde un estado de  superstición  a estados mas sofisticados, como los de Europa. Es el desarrollo de estas ideas lo que ha  proporcionado  el marco teorético para identificar  a las culturas no occidentales como subdesarrolladas, retrasadas, primitivas  o incivilizadas y justificar el colonialismo  y el imperialismo.

Hasta los inicios del siglo XX la antropología estuvo dominada por este  modelo evolutivo que entiende  los cambios en la cultura humana como algo predeterminado según una progresión unilineal. Las diferencias entre culturas y razas  se explicaban por la posición que ocupaban  en la escala evolutiva. El trabajo del antropólogo era, entre otras cosas, ubicar las diferentes culturas en su propio lugar. Pero, en los comienzos del siglo pasado el modelo empezó a ser criticado por un grupo de antropólogos (Franz Boas, Bronislaw Malinowski, etc.). Según ellos una cultura solo puede ser entendida, no comparándola con otras, sino solamente en sus propios términos. La noción de una escala evolutiva,  junto con  los juicios trans culturales o comparativos, caen bajo sospecha o, en casos extremos, considerados  sin sentido. Para el antropólogo Melville Herskovits el relativismo tiene resultados sociales valiosos, como la tolerancia de valores y prácticas diferentes de las propias, que promete la emancipación de la idea de que todas las otras sociedades luchan por transformarse en la copia de  Euro América. El relativismo cultural  es la posición  que lleva a la conclusión de que ninguna sociedad tiene el derecho de intentar cambiar o interferir  en otra.  Esta movida es una doctrina con atractivo político y moral, diferente a una que trata de buscar la verdad.

Donde mejor vemos esto es en los trabajos de Peter Winch que  dominaron  el campo trans cultural en las ultimas décadas del siglo XX. En parte,  ellos tuvieron la intención  de evitar la aproximación imperialista de sus predecesores, en especial la “Rama Dorada” de James Frazer.  Según Frazer  los rituales  de las sociedades pre modernas surgen a partir de una incomprensión del orden de la naturaleza. Las practicas rituales  son  los primeros intentos de una ciencia embrionaria. Las ceremonias y festivales campesinos de primavera, por ejemplo, son originalmente  ritos mágicos  para promover el crecimiento de las plantas, la fertilidad del ganado, la abundancia de la lluvia  y la luz del sol.  Pero, una vez que el desarrollo científico es aceptado los rituales se revelan como una colección de equivocaciones y falta de entendimiento en la cadena causal del mundo.

Según Wittgenstein, la posición de Frazer es reductiva, groseramente simplista y un fracaso en el reconocimiento del papel que las practicas rituales tienen al tratar de entenderlas solo en términos científicos.  Esta no es la única forma de ver las cosas. Lo que esta en juego, dice, no es el logro de un objetivo especifico como el fin de la sequía, sino la significancia que tienen para los nativos que las practican.  Y esta significancia no se puede entender en la misma forma que entendemos los procesos naturales. La cosa  es organizar nuestro conocimiento para clarificar su significado. Una vez hecho esto, podemos entender la practica ritual.

Este cambio de perspectiva, en lugar de encajar el ritual en una imagen preconcebida que pasa por explicación teórica, examina su papel dentro del  contexto y trasfondo cultural en que se da. Winch va un paso mas allá que Wittgenstein. La comprensión científica, dice, es cultural e históricamente localizada.  Universalizarla tratando de aplicarla a otras áreas de la acción humana  es un error que distorsiona las practicas rituales. Los indígenas y yo “pensamos  con modelos de pensamiento dados por la sociedad en que vivimos”. Luego, intentar entender otras sociedades aplicando la ciencia moderna no es correcto... ¿Realmente?   

Por supuesto que el conjunto de valores adquieren sentido apelando a las creencias de la comunidad  en que se dan.  Filosóficamente esto es trivial. Lo que es dudoso, sin embargo,  es empujar las cosas hasta el punto en que juicios o decisiones en general  se consideren sin sentido,  a menos que lo adquieran  solo por criterios internos  o formas culturales dadas. Este es el problema... según  Winch el pensamiento científico y las practicas rituales no son solo históricamente especies diferentes, pertenecientes a distintas áreas de la vida humana,  sino que ambas son también igualmente correctas.  La razón, dice, es que la realidad no es lo que le da sentido al lenguaje. No hay una realidad separada en contra de la cual la corrección o incorreción  del lenguaje pueda  ser evaluada por un criterio de correspondencia. El lenguaje es un reino por si mismo, un microcosmos dentro del cual  el usuario del lenguaje se ubica  y desde donde  hereda las normas  de la verdad,  la falsedad, y significado y los propósitos encarnados  en el lenguaje de la comunidad. Las practica rituales forman un esquema coherente  dentro del cual el significado de las palabras esta fijado y epistemológicamente legitimadas.

Luego... ¿podemos decir que  todo esto lleva a la conclusión de que las creencias basadas en la ciencia moderna no son mas verdaderas que las basadas en mitos y supersticiones?  ¿Qué  no hay sistema  mejor o superior a otro? Uno podría alegar que es ilegitimo sostener que la ciencia es superior a las practicas rituales. Pero… ¿no es igualmente  ilegitimo sostener que ambos sistemas son igualmente validos? Si  decimos  que existen  varios sistemas éticos no estamos diciendo que todos ellos son igualmente validos. Si así fuera estaríamos diciendo que juzgamos de acuerdo a como juzgamos. Lo que no tiene sentido.

Si partimos de la suposición de que el relativismo es racionalmente justificable, entonces tenemos que suponer  un  marco  no relativo  desde el cual podamos establecer juicios acerca de su justificabilidad.  Es decir,  para ser racionalmente justificable tiene que  haber una base no relativa, posibilidad  que el relativismo niega.  Dicho de otra manera… si el relativismo moderno es verdadero, no es racionalmente justificable, porque si es verdadero no puede haber una base neutral desde la cual se pueda evaluar la  justificación racional de cualquier demanda, incluyendo las del mismo relativismo.  Luego… si es verdadero, es falso… ¿por qué? porque su defensa racional requiere de un fundamento no relativo, lo que el relativismo niega.

La característica definitoria  del relativismo cultural contemporáneo es su confianza en estándares que son parte de un marco cultural que no puede ser transcendido. La existencia de un marco de referencia, sea social, epistemológico o lingüístico, dentro de los cuales  actividades o entidades puedan ser juzgadas racional, moral o estéticamente constituye un  limite fuera del cual  la evaluación no puede extenderse  sin chocar con los estándares de esquemas conceptuales diferentes.  Lo que cuenta como verdad y conocimiento depende del punto de vista que adoptemos y no de lo que pueda trascender  ese punto de vista  o esquema conceptual.  Podemos juzgar racionalmente  dentro de el, pero no podemos significativamente cuestionar el marco conceptual  o los criterios que emplea,  porque estos constituyen  las condiciones que hacen posible  juzgar.  Y tampoco podemos evaluar juicios pertenecientes a otros  esquemas conceptuales… “ esa es la creencia de ellos. La creencia en la ciencia moderna es tu creencia. Ambas son simplemente creencias”.   Es decir, estamos atrapados  dentro de marcos referenciales  y no hay manera de  escapar o transcenderlos para compararlos y evaluarlos neutralmente. No hay marco independiente que permita criticar marcos alternativos.  Si esto es así no nos queda mas que ver nuestra verdad cultural como absoluta.

La paradoja es esta. No podemos proclamar el  relativismo cultural sin elevarnos por encima de el  y no podemos elevarnos por encima de el  sin renunciar a el. Si no podemos transcender nuestro marco referencial tampoco podemos defender la validez de nuestro punto de vista,  porque al negar la trascendencia del marco  negamos  la noción misma de validez  ¿No es el caso de que el  relativismo cultural  se refuta a si mismo?


Nieves y Miro Fuenzalida.

Sunday, February 17, 2019

Retazo


Un rebaño
De
Insomnios
Pasto
Toda
La noche
En
Mi almohada azul.
Me comieron
El dormir.

Nieves.

Sunday, February 10, 2019

La politica de la identidad



En los últimos años del siglo pasado  los partidos nacionalistas, religiosos y sus lideres populistas, que son las dos caras de la actual política de la identidad, empezaron a desplazar  a la política de clases. El impulso democrático y progresista que empezó en los 60s  ha entrado en un periodo de recesión global. Figuras autoritarias y carismáticas  que concentran el poder en desmedro de las instituciones que lo limitan pareciera ser la orden del día... Erdogan en Turquía, Viktor Orban en Hungría, Laroslaw Kaczynski en Polonia, Rodrigo Duterte en Filipinas, Bolzonero en Brasil, entre otros, parecieran ser los ejemplos típicos de la política actual.

La política del siglo XX, en su mayor parte, fue organizada a lo largo del espectro derecha-izquierda. La política progresista se centro alrededor de los trabajadores, sus sindicatos y los partidos socialistas que buscaban mejores protecciones sociales, redistribución económica y transformaciones estructurales. La política de derecha, en contraste, estaba interesada en mantener el statu quo, reducir el tamaño del gobierno y promover el sector privado. En las postrimerías  del siglo XX este espectro empieza a dar paso a la política de la identidad... la izquierda puso el énfasis en la promoción de los derechos de una variedad  de grupos marginalizados y la derecha en la protección de la identidad nacional conectada con la raza, la etnicidad o la religión.

La larga tradición que se remonta a Karl Marx ve la lucha de clases como reflejo de conflictos económicos, esencialmente la lucha por la distribución de la riqueza nacional que, en lo que va del siglo XXI, se ha agudizado debido al aumento dramático de la desigualdad. La globalización ha dejado atrás a un inmenso numero de la población mundial mientras el 1% recibe todos lo beneficios. El orden liberal, al no satisfacer las necesidades de la mayoría,  ha empezado a tambalear.

La teoría económica moderna esta basada en la presunción de que los seres humanos son seres racionales que quieren maximizar su bienestar material y la política es el instrumento de esta maximización que sobrepasa cualquier otro interés. Este modelo económico  ciertamente explica un gran numero de conductas,  pero no todas.  Los seres humanos también están motivados por otras cosas que muy bien podrían ayudar a  explicar mejor lo que pasa en el presente.  Según Francis Fukuyama esta es la política del resentimiento. En una gran cantidad de casos  el líder político moviliza a sus seguidores en torno a la percepción de que la dignidad del grupo ha sido ofendida. Este resentimiento engendra demandas por el reconocimiento publico de la dignidad del grupo que agita emociones mucho mas profundas que las reivindicaciones económicas. Un grupo, sea homosexuales, mujeres, minorías étnicas, religiosas  o una  nación, sea Rusia, China, Estados Unidos o Inglaterra creen que a su identidad no se le ha dado suficiente reconocimiento por el resto del mundo o por otros miembros de la misma sociedad.   

 Hegel decía que la lucha por el reconocimiento y la dignidad del individuo es el ultimo conductor de la historia humana y la política de la identidad frecuentemente ha jugado este papel en la lucha de los marginados por la sociedad.

Por la mayor parte de  los últimos diez mil años la vasta mayoría de los seres humanos vivieron en comunidades agrarias en donde los roles sociales eran limitados y fijos, una jerarquía basada en la edad o el sexo, ocupaciones limitadas y una religión y creencia compartida por todos. En tales sociedades no existía el pluralismo, la diversidad o el derecho de elección. Esto empieza a cambiar con el inicio del modernismo  y la revolución industrial.  La capacidad humana de elección moral independientemente del ambiente material, según Kant, obliga a que los seres humanos tengan que ser  tratados, no como medios para un fin, sino como fin en si mismos.  La demanda por el reconocimiento y la dignidad que se inicio  en la revolución francesa continua hasta nuestros días. Cada individuo y cada grupo que todavía experimenta falta de respeto  lucha por establecer su propia dignidad. El problema es que esta hucha,  al engendrar su propio dinamismo, divide la sociedad en  grupos victimizados cada vez mas y mas pequeños. 

 Las democracias liberales modernas  institucionalizaron los principios de libertad e igualdad en sus constituciones que nunca han logrado implementar estos ideales en la vida real. Los derechos son violados y la ley nunca se aplica igualmente al rico y poderoso como al pobre y débil y la libertad e igualdad siempre entran en conflicto... con frecuencia mayor libertad resulta en el aumento de la desigualdad, en tanto que los esfuerzos para disminuirla limitan la libertad.

La generación izquierdista de los 60’s, tanto en Europa como en América, cambia la atención de la lucha de clases a los derechos de los grupos marginalizados... inmigrantes, indígenas, homosexuales, minorías étnicas, población penal, mujeres, etc.   La identidad, que antes era propiedad del individuo, ahora pasa a ser la propiedad de grupos y el multiculturalismo es en nombre que se le da a las sociedades compuestas por una diversidad de grupos con diferentes experiencias. Originalmente el termino se uso para designar  a  grupos culturales que, con el pasar del tiempo,  empezaron  a fragmentarse al experimentar diferentes formas de discriminación  que no pueden entenderse solamente a través de la raza o el genero.  La agenda de la izquierda, según Fukuyama, gira entonces hacia la cultura. La revolución marxista, el anhelo de destruir el orden político que explota a la clase trabajadora, se tira por la borda y es reemplazada por la lucha en contra de la hegemonía de la cultura Occidental cuyos valores suprimen a las minorías y fuente del colonialismo,  patriarcalismo y la destrucción del ambiente natural. 

La adopción de la política de la identidad ha tenido, en cierta medida, efectos positivos para algunos grupos discriminados  que carecían de  derechos sociales. En este sentido  ha sido una respuesta natural y necesaria a la injusticia que  ellos padecen. Se vuelve  un problema, sin embargo, cuando se transforma en un sustituto de la lucha en contra de la desigualdad y explotación económica que el capitalismo engendra. Si el poder corporativo apoya la política de la identidad  es simplemente porque no pone en peligro el sistema.  Los grupos marginalizados, después de todo, continúan igual que antes.  Lo inquietante en el panorama contemporáneo es que la política de la identidad se ha movido de la izquierda a la extrema derecha.  La izquierda tiende a legitimar ciertas identidades y denigrar otras... eurocentrismo, religiosidad cristiana, valores familiares tradicionales, cultura rural, etc. frente a lo cual la población  rural ha reaccionado masivamente, no solo en EEUU sino también en Europa, transformándose en la base de los movimientos populistas de extrema derecha.  El lado mas pernicioso de estos movimientos  es el relacionado con el racismo que ha resurgido con venganza frente al pánico de la inmigración. Lo irónico en todo esto es que la ultra derecha ha adoptado el mismo lenguaje y armazón ideológico de la política de la identidad de la izquierda... nuestra raza, nuestro país o nuestra religión están siendo victimizadas.

La diversidad, al igual que el pharmakon de Platón, tiene su lado obscuro. Puede llevar, como lo vemos en Siria, Pakistán o Afganistán, al conflicto y la violencia en lugar de la creatividad y flexibilidad. La diversidad étnica, si recordamos, destruyo el imperio Austro-Húngaro y la región, fragmentada en pequeñas identidades nacionales, cayo en un estado de violencia e intolerancia dogmática. Es este etno-nacionalismo el que le dio mala fama a la identidad Nacional que perseguía y agredía  a la gente que no era parte del grupo como trágicamente ocurrió en la Alemania nazi. Hoy pareciera que estamos en vías de repetir la misma historia.

El problema no es con la identidad nacional en si, sino con la forma  étnica y religiosamente estrecha que luego adopto.  La identidad nacional puede construirse alrededor de valores democráticos y experiencias comunes que proveen el marco dentro del cual diversas comunidades pueden  prosperar.   

Los mayores problemas que se le plantea hoy día a la identidad nacional son la inmigración y la globalización. No es sorpresa que el numero espectacular de inmigrantes y refugiados que llegan a las fronteras de los países mas o menos estables   haya  producido una fuerte reacción  desde el momento  que el número de inmigrantes y el correspondiente cambio cultural  que se produce es, en algunos casos, sin precedentes históricos.  Para los globalistas, por otro lado, el concepto de identidad nacional y soberanía estatal  están fuera de moda y necesitan ser reemplazados por instituciones y soberanías estatales mas amplias. La razón, según argumentan,  es bien simple... los problemas que hoy enfrentamos son mundiales, como el cambio climático por ejemplo, y necesitan ser abordados globalmente y las identidades nacionales son obstáculos potenciales  que necesitan ser  reemplazadas gradualmente por nuevas leyes, reglas y organizaciones  para logra una efectiva cooperación internacional. 

La política de la identidad, según Fukuyama, se ha transformado en el lente a través del cual la mayor parte de los problemas sociales son vistos. La cosa, sin embargo, es que esta agenda, debido a la fragmentación social que crea, pone en peligro la posibilidad de cualquier comunicación y acción colectiva común que lleve a una transformación estructural. Por debajo de la política de la identidad la política de clase todavía sigue vigente y sus consecuencias la padecemos todos los días. Este sistema clasista se basa en la imposición mercantil universal, en la subordinación de toda actividad a la ley del valor y centrado, principalmente, en la compra y venta del tiempo humano. La denuncia de la violencia masculina hacia la mujer, la preservación de los bosques  o la erradicación del racismo es primariamente para el capitalismo una cuestión de calculo.  Los individuos  figuran solo como poder laboral y capacidad consumidora  y su medio ambiente natural únicamente como materia prima. Es el capitalismo el que hoy tiene una capacidad totalizante que abarca todo el planeta. No el patriarcalismo, no el racismo, no la religión, a pesar de ser anteriores al capitalismo, han logrado integrar el planeta en un sistema coordinado y  totalmente interdependiente.  Es solo el capitalismo el que ha logrado integrar el trabajo femenino, el mercado étnico, los flujos migratorios y la totalidad del mundo animal y vegetal dentro de un sistema que gira en torno al eje de la ganancia.  La política de la identidad no presenta ningún peligro  a este sistema corporativo. 


Nieves y Miro Fuenzalida.

Sunday, February 3, 2019

Tiempo de cancelación


Mi piel
De
Diario Viejo
Encontro
La noticia
De
Que
Las tintas
De
Mis palabras
Escritas
Las habia
Bebido
El
Tiempo...
Cancelaron

Mi columna.

Nieves.