Wednesday, March 26, 2014

En medio de imagines


 
Me sitúo en medio de imágenes... prolíficas, danzantes, pulsantes, girantes y desbordantes. En cada onza de sus existencias ellas se derriten y estrechan... una sinuosa y serpentina extensión a través del tiempo y el espacio causando un permanente flujo de vibraciones y acciones que se entremezclan en una serie perpetua de variaciones mutantes. Mi cuerpo, cansado y confuso por el espectáculo que me rodea intenta retraerse de la escena… Los ojos se cierran solo para encontrar otro reino de intensidad sepultado bajo las cavernas de una mente perdida. Incomparable!  Agobiante! Desvastantemente asombroso. No hay islas de respiro. La corriente de ecos de un pasado distante se desvía a la izquierda de mí hacia un punto anterior a que la materia fuera disociada de su existencia y apariencia… a un punto en el tiempo anterior a la gran grieta entre idealismo y realismo. Un gran drama fulgura delante de mi. Descartes persigue la materia en la extensión de un espacio más allá de nuestro alcance y Berkeley, en un intento de traerla cerca de nosotros, termina encerrándola en los escombros de la mente… haciéndola una con la idea. Algo ha quedado traslucido… Yo ya no soy uno… sino varios. Nos ubicamos en el espacio de una mente que es ciega a las disputas de los filósofos. Desde este ventajoso punto conjeturamos que estas imágenes giratorias que saltan a nuestro alrededor tienen una existencia que reside entre algún lugar que tradicionalmente llamamos cosa y representación. Ellas no alcanzan a ser cosa y exceden la representación. Ellas son equivalentes a materia porque la materia no es mas que un agregado de imágenes... pero un agregado que es arrojado dentro del turbulento flujo del tiempo. En este mismo instante el universo pulsa y nosotros damos vuelta dentro de un torbellino transformándonos solo en una imagen mas dentro del trastorno total del tiempo. Imágenes entre imágenes, conteniendo en su misma existencia invitaciones a actuar, reaccionar o simplemente no hacer nada de acuerdo a como el momento se da. Hemos entrado al plano de la inmanencia. De ahora en adelante solo podemos mirar al movimiento y nosotros mismos somos movimiento... nada más que un enjambre de movimientos.

Ariel.

                                                                                               

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