Desde
el lado mas alejado de la razón, a estirones y empujones entramos en el
distrito de la paranoia, encerrándonos en nosotros mismos en un intento
desesperado por suprimir las fuerzas de un Afuera que amenaza con desintegrarnos…un
colapso fragmentario. Llegamos a las costas de la Teoría de la Conspiración.
Conspiración como la forma desesperada de mantener la unidad espectral de
nuestra “realidad”. Suspendamos nuestros viajes nomadicos y miremos al paisaje
delirante, contorsionándose a través del tejido social… una reflexión obscena
proyectando una sombra quimérica en nuestras mentes. La Teoría de la
Conspiración es un síntoma de la razón… una necesidad obsesionada que intenta
cerrar la trizadura o limpiar la mancha del sin sentido. Es a la vez la
expresión de nuestra horrorosa perdida de fe en la autoridad y la intoxicación
de nuestra máxima certidumbre… la creencia de que alguien en algún lugar esta
finalmente encargado de garantizar la total objetividad voyeristica de la
existencia. En el torbellino de nuestras confusiones individuales podemos
asegurarnos de que alguien en algún lugar sabe que mierda esta pasando, ya sea
Dios, la CIA acechando desde las sombras o el Opus Dei.
La
paranoia popular de estos memes virales se despliega a si misma a través de una
inflexión teológica positiva o negativa: la calida y confusa fe del “New Age”, la
ultima benevolencia del Universo, caracterizada por la noción de moda “pronoia”
(el cosmos esta conspirando para ayudarte) y su lado oscuro… la intuición
cartesiana delirante de que un genio diabólico o un demiurgo esta directamente
manipulando el mundo a través de fuerzas ocultas. Sociedades secretas, agendas
ocultas, agencias gubernamentales colaborando con extraterrestres, entidades
desencarnadas despachadas desde el
Control Coincidente, grupos apocalípticos paramilitares de ultraderecha,
angélicos “buscadores de la verdad”, cultos alucinados flirteando con los
poderes oscuros, existiendo todos ellos, lado a lado, en una mezcla criminal y
secreta controlada desde Arriba y el mas Allá.
Debido
a esta extraña alianza, la Teoría de la Conspiración se sitúa en la juntura en
donde la sed por el Misterium Tremendum se cruza y enreda con las tendencias
compulsivas anales que buscan orden
absoluto. Lo supernatural, lo paranormal, lo extraterrestre… El misterio
despierta de la somnolencia de la razón, como la venganza del retorno de lo
reprimido. Al final de la centuria que nos dio el Psicoanálisis, el Principio
de la Incertidumbre, el Teorema de la Incompletitud, la Bomba Atómica, el desciframiento del Código
Genético y el Post-Modernismo, podemos
presenciar también el surgimiento de la creencia “a la New Age” en un gran
diseño en donde todo tiene su lugar propio dentro de la gran cadena de
seres. En un gesto instantáneo esta red
cósmica de interconexiones aparentemente restablece el significado oculto de un
mundo que ha presenciado el escándalo del ahorro y los prestamos, la guerra en contra de las
drogas, las actividades la CIA, la heroína en Afganistán y Asia del Sur, la
invasión televisada a Grenada, Panamá e Irak, el respaldo de EEUU en el golpe
militar de Chile, la operación MK-Ultra y los comienzos de la guerra en contra
del terrorismo.
Tal
vez es la única respuesta “sana” a las exigencias de la razón lógica. Desde
Watergate al 9/11, “realidad” es la realidad de los encubrimientos, golpes
secretos, estafas, ataques sorpresivos, artimañas mercantiles y torpes
operaciones. Después de Vietnam, el
renacimiento de las Teorías de la Conspiración en el asesinato de J.F.K. han actuado como la fantasía y el extraño
atractivo de lo que América pudo haber sido… La ruta no tomada y, sin embargo,
posible. La creencia en la Teoría de la Conspiración mantiene vivo el sueño de
que otro mundo es aun posible (los psico-analíticos franceses dirían que la
Teoría de la Conspiración actúa como el Otro del Otro). Es aquí donde la
Fantasía sutura lo Real… o mejor aun, la trizadura en el huevo cósmico. A través de mayores y mayores contorsiones,
la razón teje una red de conexiones y relaciones lógicas descifradas a partir
de “signos” que han sido “cubiertos” por un Otro inconocible. Cualquier signo puede referirse a cualquier
otro signo, cualquier relación puede ser hecha, no importa cuan intrincada e
improbable, simplemente descubriendo nuevos secretos y a veces frustrando los
planes del Otro… una casa hermenéutica de espejos es construida que coloca
todos los hechos autorizados en duda. Un fantasma más en un mar de fantasmas.
La búsqueda paranoica de causas escondidas, el miedo de ser secuestrado, el
deseo de atisbar detrás de la cortina, son representaciones del vértigo de la
razón. El interminable despliegue de lenguaje y los extremos que alcanzamos
para mantener nuestra coherencia, atestiguar el virtual vacío de significado… la
división fundamental que da origen al juego de palabras como un exceso
paranoico.
¿Son
estas pruebas nada más que la reacción refleja del desencanto paranoico de los
numerologistas newtonianos? el gesto radical que uno puede rescatar de la
Teoría de la Conspiración es la noción revolucionaria de que grupos o
individuos poseen el poder para modificar las “fuerzas” mismas que los
producen. Si algo podemos extraer de ella es esto: uno debe actuar para
producir cambios. No somos meras piezas barridas por el tiempo y nuestras
acciones no siempre tiran los hilos.
Pero, cuidado!... no confíes en
nadie. Los teléfonos están interceptados. Un “microchip” ha sido implantado en
tu cabeza. El gobierno esta encubriendo una vasta red de mentiras… nos dicen las
voces en nuestra cabeza. El acto de mirar por sobre el hombro esta inscrito en
nuestra carne… un reflejo condicionado estructurado por las perversidades de la
razón y los oscuros excesos del Modernismo. Nuestros cerebros han sido lavados,
mesmerizados, cogidos en un encantamiento. Confortémonos a nosotros mismos con
la letanía de nuestra mantra del fin del Milenio: “la VERDAD esta ahí afuera”…
“la verdad ESTA ahí afuera”… “la verdad esta ahí AFUERA”. A veces podemos
despertar en una somnolencia mas profunda. Si esto pasara, permitamos a
Kierkegaar, el gran caballero de la fé
susurrarnos en nuestro oído…. “no observes nada, excepto los movimientos”.
Ariel
Fuenzalida.
Ottawa, Noviembre, 2002.
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