Monday, October 21, 2013

La Conspiración.




Desde el lado mas alejado de la razón, a estirones y empujones entramos en el distrito de la paranoia, encerrándonos en nosotros mismos en un intento desesperado por suprimir las fuerzas de un Afuera que amenaza con desintegrarnos…un colapso fragmentario. Llegamos a las costas de la Teoría de la Conspiración. Conspiración como la forma desesperada de mantener la unidad espectral de nuestra “realidad”. Suspendamos nuestros viajes nomadicos y miremos al paisaje delirante, contorsionándose a través del tejido social… una reflexión obscena proyectando una sombra quimérica en nuestras mentes. La Teoría de la Conspiración es un síntoma de la razón… una necesidad obsesionada que intenta cerrar la trizadura o limpiar la mancha del sin sentido. Es a la vez la expresión de nuestra horrorosa perdida de fe en la autoridad y la intoxicación de nuestra máxima certidumbre… la creencia de que alguien en algún lugar esta finalmente encargado de garantizar la total objetividad voyeristica de la existencia. En el torbellino de nuestras confusiones individuales podemos asegurarnos de que alguien en algún lugar sabe que mierda esta pasando, ya sea Dios, la CIA acechando desde las sombras o el Opus Dei.

La paranoia popular de estos memes virales se despliega a si misma a través de una inflexión teológica positiva o negativa: la calida y confusa fe del “New Age”, la ultima benevolencia del Universo, caracterizada por la noción de moda “pronoia” (el cosmos esta conspirando para ayudarte) y su lado oscuro… la intuición cartesiana delirante de que un genio diabólico o un demiurgo esta directamente manipulando el mundo a través de fuerzas ocultas. Sociedades secretas, agendas ocultas, agencias gubernamentales colaborando con extraterrestres, entidades desencarnadas despachadas desde el  Control Coincidente, grupos apocalípticos paramilitares de ultraderecha, angélicos “buscadores de la verdad”, cultos alucinados flirteando con los poderes oscuros, existiendo todos ellos, lado a lado, en una mezcla criminal y secreta controlada desde Arriba y el mas Allá.

Debido a esta extraña alianza, la Teoría de la Conspiración se sitúa en la juntura en donde la sed por el Misterium Tremendum se cruza y enreda con las tendencias compulsivas anales  que buscan orden absoluto. Lo supernatural, lo paranormal, lo extraterrestre… El misterio despierta de la somnolencia de la razón, como la venganza del retorno de lo reprimido. Al final de la centuria que nos dio el Psicoanálisis, el Principio de la Incertidumbre, el Teorema de la Incompletitud,  la Bomba Atómica, el desciframiento del Código Genético y el Post-Modernismo,  podemos presenciar también el surgimiento de la creencia “a la New Age” en un gran diseño en donde todo tiene su lugar propio dentro de la gran cadena de seres.  En un gesto instantáneo esta red cósmica de interconexiones aparentemente restablece el significado oculto de un mundo que ha presenciado el escándalo del ahorro  y los prestamos, la guerra en contra de las drogas, las actividades la CIA, la heroína en Afganistán y Asia del Sur, la invasión televisada a Grenada, Panamá e Irak, el respaldo de EEUU en el golpe militar de Chile, la operación MK-Ultra y los comienzos de la guerra en contra del terrorismo.

Tal vez es la única respuesta “sana” a las exigencias de la razón lógica. Desde Watergate al 9/11, “realidad” es la realidad de los encubrimientos, golpes secretos, estafas, ataques sorpresivos, artimañas mercantiles y torpes operaciones.  Después de Vietnam, el renacimiento de las Teorías de la Conspiración en el asesinato de J.F.K.  han actuado como la fantasía y el extraño atractivo de lo que América pudo haber sido… La ruta no tomada y, sin embargo, posible. La creencia en la Teoría de la Conspiración mantiene vivo el sueño de que otro mundo es aun posible (los psico-analíticos franceses dirían que la Teoría de la Conspiración actúa como el Otro del Otro). Es aquí donde la Fantasía sutura lo Real… o mejor aun, la trizadura en el huevo cósmico.  A través de mayores y mayores contorsiones, la razón teje una red de conexiones y relaciones lógicas descifradas a partir de “signos” que han sido “cubiertos” por un Otro inconocible.  Cualquier signo puede referirse a cualquier otro signo, cualquier relación puede ser hecha, no importa cuan intrincada e improbable, simplemente descubriendo nuevos secretos y a veces frustrando los planes del Otro… una casa hermenéutica de espejos es construida que coloca todos los hechos autorizados en duda. Un fantasma más en un mar de fantasmas. La búsqueda paranoica de causas escondidas, el miedo de ser secuestrado, el deseo de atisbar detrás de la cortina, son representaciones del vértigo de la razón. El interminable despliegue de lenguaje y los extremos que alcanzamos para mantener nuestra coherencia, atestiguar el virtual vacío de significado… la división fundamental que da origen al juego de palabras como un exceso paranoico.

¿Son estas pruebas nada más que la reacción refleja del desencanto paranoico de los numerologistas newtonianos? el gesto radical que uno puede rescatar de la Teoría de la Conspiración es la noción revolucionaria de que grupos o individuos poseen el poder para modificar las “fuerzas” mismas que los producen. Si algo podemos extraer de ella es esto: uno debe actuar para producir cambios. No somos meras piezas barridas por el tiempo y nuestras acciones no siempre tiran los hilos.  Pero, cuidado!...  no confíes en nadie. Los teléfonos están interceptados. Un “microchip” ha sido implantado en tu cabeza. El gobierno esta encubriendo una vasta red de mentiras… nos dicen las voces en nuestra cabeza. El acto de mirar por sobre el hombro esta inscrito en nuestra carne… un reflejo condicionado estructurado por las perversidades de la razón y los oscuros excesos del Modernismo. Nuestros cerebros han sido lavados, mesmerizados, cogidos en un encantamiento. Confortémonos a nosotros mismos con la letanía de nuestra mantra del fin del Milenio: “la VERDAD esta ahí afuera”… “la verdad ESTA ahí afuera”… “la verdad esta ahí AFUERA”. A veces podemos despertar en una somnolencia mas profunda. Si esto pasara, permitamos a Kierkegaar, el gran caballero de la  fé susurrarnos en nuestro oído…. “no observes nada, excepto los movimientos”.

Ariel Fuenzalida.
Ottawa, Noviembre, 2002.



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