Estaba esta mañana al alba… tomando mi vaso de leche… con mi
tostada envuelta en mantequilla y mermelada… yami…yami…cuando siento un choque
feroz en la ventana vidriante de la cocina…y al mirar…lo vi tendido…con su
pecho rojo… con sus alas todavía tibias…con su amarilla boca donde un hilillo
de sangre se desparramaba locamente… como aquellos ríos de Septiembre del 73… con
su cuello erguido quebrado… con sus ojos grandes abiertos… Y al mirar su
muerte… me vinieron en forma desbordante palabras de miedo… Su muerte no era aséptica…
su sangre roja cubría mi puerta azul… Mire su muerte… yo era el otro… No era mi
muerte… sino la del otro…Pero mañana, pensé…también será la mía…Yo también
chocare con el vidrio de una puerta azul… Sufriré?... Sufrirá el que será el
otro ?... El dolor que siento al mirar ese cuerpo, que solo hace un fragmento
de tiempo atrás…se movía graciosa y suavemente en los patios de Ottawa… comía
gusanos que iba encontrando en el verde pasto químicamente trabajado… cantaba
sus sinfonías mozardianas… Lo sentirá el otro ?... La muerte es solo del que
muere ?... Se debe tapar-esconder-negar ?... Se prohíbe ver la carne sin
color ya?... Y que pasa con la
empaquetada de los supermercados… aquella por la cual saliva el carnívoro?... Ahora comprendo porque pintan a los muertos…
Hace pocos segundos o minutos… no se… hice un hoyo en la tierra morena… lo acosté…
le di mi beso final… lo cubrí con la tierra que ya no era morena…encima le puse
la rojez de un climatiz. De mi jardín…lo regué con mis lágrimas de animal
humano… El robin me mostró… una vez mas… este Martes… la muerte!!!
Nieves.
Un Junio de 2002
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