Monday, July 8, 2013

Una palabra cuelga.




                                          
Una palabra cuelga de la esquina de la mesa, debilmente agarrandose y uniendose a la materialidad. Es solo una cuestion de tiempo el que ellas severen su abrazo... el significado es demasiado pesado y opresivo. La pieza se esta quemando. Oscilaciones temporales irrumpen a traves de las murallas. Todos los remanentes de recuerdos recientes son barridos en los huecos del tiempo perdido. Cada  onda es solo otra disolucion de asociaciones... otro trastorno del orden local que existia un instante atras. Ola tras ola revientan en las costas de la existencia... su ritmo diferencial pone todo en movimiento. El cosmos es una danza turbulenta... un delirio extático que se contriñe y expande. Vibraciones coalesciendo en sonidos. Organismos unicelulares se agrupan en organos. Una manada de lobos aulla en la noche. Clanes tribales rinden honor a los dioses. Todo se evapora en un instante. Somos capturados solo para capturar nuevamente ¿Pero que es lo que nos sostiene cuando el lenguaje pierde su dominio? ¿Cuando divergimos de la palabra? ¿Cuando el sonido se hace confusion? ¿Como uno responde cuando lo desconocido golpea la puerta y nos arrasa? Si este momento es posible lo es solo debido a un trastorno. Un corte infinitesimal en el flujo... un cortacircuito... un rayo sacudiendo la cadena significante arrojandonos a traves de un mar de conceptos y objetos fragmentados. Nos asimos a la admiracion temerosa de cada juntura. Un número infinito de posiciones a asumir... perspectivas entre perpectivas. Podemos ir a cualquier parte. Es demasiado! Cuando nuestras trayectorias intersectan el lenguaje nos quedamos sin habla. Con la boca abierta cayendonos la saliva de estupor. Glaseados y aturdidos. Todo esta alli. Todos los secretos, preguntas y fantasias se mezclan en la resaca. El gesto que levanta la mascara es la mascara misma. El sentimiento mas sobresaliente que permanece despues del desastre es aquel de estar ubicado en la cuspide de todo entendimiento... de tal modo que parece futil y absurdo incluso hablar... incluso intentar dar una explicacion. Y es, sin embargo, este asombro, esta misma semilla inexpresable lo que nos da impetu para hablar... que pone el lenguaje en movimiento en tanto lo seduce en una vana fantasia.

                                                                    Ariel.

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