Todos los comienzos de años ver esa Cartagena de
corcoveantes colinas de tierra y de concreto... con espumosos aromas de océano
... y... verdes algas marinas... se había convertido en una
necesidad placenteramente solidaria... recorrer todos los anocheceres la
terraza encantada de "yoes"... con barandas llenas de enamorados
tomados de las manos… lo encontré
siempre mágico... su paisaje humano me llamaba siempre la atención... sentarse
en un banco... cuando se podía, ya que siempre estaban ocupados...
por aquellos que todo el año vivían en esa soledad maravillosamente
silenciosa de las otras estaciones... y se sentaban a ver pasar la bulla-bulla
... importada de Santiago ...que venia como pirata de Verano ...con ojo parchado
...pata de palo... loro en hombro... y... saco de dormir... para asaltar la
arena que había dormido durante meses abrazada al mar y a las sirenas de
largas cabelleras... que se subían a las rocas tibias y negras...
para peinárselas con sus peines de rosados corales y mirarse en los
espejos de saladas aguas reflejados por el sol .. para amar aun mas el grito
mítico de la gaviota gris que extendía sus alas libremente... para amar aun
mas... la misteriosa piel de papel del viejo pescador Don Carlos... arrugada
por miles de aventuras bajo el sol costino y la brisa marina... mientras
lanzaba su red hacia el mar profundo para beberse la vida de otros seres que
nadaban libremente construyéndose eso que le quitaría la sed... para amar aun
mas... el pan amasado envuelto en humos y perfumes de harinas horneadas
de la Sra. Eduvigis... de largas trenzas canosas... aromas que se pegaban a mi
piel y se uslereaban con los que traía escondidos de la ciudad... caminar
por aquellas sendas vestidas de callampas mágicas que había dejado al
pasar la lluvia... y que al juntarse con el mar se convertían en
miles de cochayuyos que descansaban agotados en la arena... después de haber
jugado con las olas danzantes y gigantescas en el medio del océano... Cartagena
donde encontré las hiedras burgandies de mi niñez... donde encontré la verde
flor de la pasión con sus martillos... en las murallas de aquel convento de la
Caleta de silenciosos pescadores... de mi eterna y apasionada adolescencia...
Cartagena donde aprendías mas del hombre... donde viajabas por los laberintos
de tu alma en busca de la identidad que a veces perdías... Todo ha cambiado...
hoy los Eneros son en Ottawa!!!
Arturo había sido nombrado director del
primer Liceo que iba a ver en Cartagena...desgraciadamente...
nunca pudo serlo... su asesinato por el odio de la dictadura de Augusto
Pinochet y "otros" no lo permitió... pero sus calles están con
su presencia ausente!!!
Nieves.
2 de Febrero de undosmiltres.
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