Sunday, March 31, 2024

¿Y quien es Dios?

 

¿No seria mejor que antes de demostrar o negar la existencia de Dios, debiéramos  tener una idea  de que estamos hablando? Si decimos que Dios existe lo obvio es tratar de explicar que significamos con ello antes de tratar de probar su existencia. Esto es un prerrequisito de inteligibilidad del que no podemos prescindir. De lo contrario, no estaríamos comunicando nada. La pregunta por el significado de una creencia religiosa es lógicamente anterior a la cuestión de si aceptamos esa creencia basada en la fe o si esa creencia constituye conocimiento.

 

Históricamente han habido muchos Dioses, desde las divinidades antropomórficas de los griegos  hasta el Dios omnipotente del cristianismo. Algunos son todopoderosos  y omniscientes y otros no. Algunos son objeto de reverencia mientras que otros no. Con algunos podemos comunicarnos y con otros no. Todas estas diferencias, junto con muchas otras, hacen bien difícil llegar a una descripción adecuada de Dios, una descripción común  que contenga, por ejemplo, toda la variedad  de religiones.  Mucha mas sangre se ha derramado en guerras religiosas que entre creyentes y ateos.

 

Cuando alguien habla de la Divinidad en las creencias teísticas tradicionales   generalmente es  para designar  un ser supernatural o trascendente.  Algunos teólogos, sin embargo,  adoptan una concepción naturalista. Dios no esta afuera, arriba o mas allá de la naturaleza, sino que es parte integral de la existencia natural y debe ser considerado como algo inmanente a ella. Pero, si en el panteísmo  Dios  es sinónimo del mundo natural o parte integral de el... ¿por que llamarlo Dios? Otros teólogos contemporáneos, como Tillich y Robinson, intentan también naturalizar la noción.  Dios, dicen,  es el fundamento inmaterial del ser, infinitamente trascendente de todo lo que es fundado.   Es el “ser en sí mismo”, algo a lo cual  no se le puede aplicar los conceptos de existencia o no existencia. Luego, de acuerdo con esto no podríamos decir   que Dios existe. Robinson, por su parte,  rechaza la noción de un ser súper natural que existe  fuera del mundo. Dios, por definición, es la “ultima realidad”. Uno no puede argumentar si la última realidad existe o no. Solo preguntar como la última la realidad es. No se trata de si Dios existe o no. Se trata, dice, de nuestra apertura a la  profundidad insondable del ser. Según los teólogos tradicionales  todo esto es un uso confuso y arbitrario de la noción de Dios que distorsiona la diferencia entre creyentes y no creyentes.  

 

La discusión filosófica debiera ser tan clara y precisa como sea posible y restringir el concepto de Dios a un ser sobrenatural esta en el interés de la claridad. La diferencia entre Dios y la existencia natural debe ser una diferencia  cualitativa. Si Dios existe,  tiene que existir mas allá de las leyes del marco natural. Pero, si existe fuera de las leyes naturales, entonces  es incognoscible al  ubicarse fuera de la capacidad del conocimiento humano. Sin misterio, sin algún elemente  incomprensible, un ser no podría ser sobrenatural. Hablar de un  ser sobrenatural, por tanto, es hablar de un ser que trasciende  el conocimiento humano.  La creencia en un ser incognoscible es el tema central del teísmo y  el punto mas controversial entre el teísmo y el ateísmo critico. Súper natural, según este ultimo, no nos dice nada positivo acerca Dios. Nos dice lo que no es, pero no lo que es. Según George H. Smith el que lo Súper natural sea incognoscible, el elemento epistemológico mas importante de la teología, implica que lo que  las cosas que los teólogos tratan de decir pertenecen a la clase de cosas que no se pueden decir. Afirmar la existencia de algo que por naturaleza no puede ser conocido es caer en el pantano de la contradicción.

 

La sobrevivencia del teísmo, según muchos teólogos, no esta en abandonar la noción de lo Súper natural. En el pensamiento cristiano siempre ha habido una fuerte  corriente de teólogos que defienden  la capacidad humana  para conocer a Dios a través de la razón, especialmente dentro del marco tomista. Tradicionalmente el cristianismo ha sostenido dos posiciones en relaciona a la naturaleza de Dios. Una es la vía negativa. La otra, la vía positiva.

 

La vía negativa se basa  en la premisa de que no podemos conocer que es Dios, pero si lo que no es. Es decir, podemos tener cierto conocimiento de la naturaleza de Dios si especificamos que características El no puede poseer.   Pero, el problema es que si lo describimos solo en términos negativos es imposible distinguirlo de la no existencia. Cualquier ser que sea caracterizado enteramente en términos negativos no puede ser diferenciado de lo que no es. Dios no es materia. Tampoco lo que  no existe. Dios no tiene limites. Tampoco, el no ser. Dios no es visible. Tampoco lo que no existe. Si el creyente desea distinguir su creencia en Dios de la creencia en nada debe darle alguna sustancia positiva al concepto de Dios.  Para saber lo que Dios no es uno debe tener algún conocimiento previo de lo que Dios es. Sin alguna idea positiva de su naturaleza es imposible determinar  que características no puede poseer. Si Dios no puede ser conocido en alguna forma positiva,  entonces Dios no puede ser conocido.  

 

Para escapar al dilema del agnosticismo muchos teólogos cristianos usan la teología negativa junto a la teología positiva. Aquinas, por ejemplo,  le asigna a Dios términos positivos  tales como “conocimiento”, “vida”, “voluntad”, “amor”, “justicia”,   “piedad” y “poder”. Todo esto suena bastante bien... excepto por un pequello detalle ¿ no son todas estas cualidades de importancia secundaria al referirse a la personalidad de Dios  mas que a su naturaleza metafísica?  Decir que Dios es amor o que es piadoso no es igual que decir que  es infinito o inefable. Sabiduría, amor, conocimiento o poder son cualidades positivas...  ¿cualidades de quien? ¿cuál es la naturaleza del ser que las posee? Cuando se dice que Dios es sabio o que posee conocimiento...  ¿es  este un conocimiento conceptual, que es el  conocimiento que nos es familiar? Si es así, entonces Dios es capaz de error. Cuando se dice que Dios posee poder o capacidad ¿ es este poder similar al poder que los humanos entendemos por tal? ¿es el amor de Dios igual al amor  humano? Si es así, entonces Dios es capaz de poseer emociones y pasiones al igual que nosotros.   Este es el dilema... si le asignamos a Dios características positivas que retengan su significado, lo reducimos a un nivel antropomórfico. Pero, si estos predicados no significan lo mismo cuando se aplican a Dios, entonces ellos presumen algún significado desconocido o misterioso, lo que  equivale  a decir que carecen de significado.  En otras palabras, usamos el lenguaje humano  para hablar significativamente acerca de Dios, lo que implica que Dios no puede diferir cualitativamente de la existencia finita, o el lenguaje humano no puede ser aplicado  a Dios, lo que equivale a decir que la palabra Dios carece de sentido.

 

La doctrina de la analogía ha sido uno de los mayores intentos de rescatar a Dios del dilema del antropomorfismo-agnosticismo.  Cuando aplicamos cualidades positivas a Dios, tales como sabio o bondadoso, no las usamos con el mismo significado con que  las aplicamos a una existencia finita, pero tampoco con un significado completamente diferente  y sin relación. Lo que hacemos es predicarlas analógicamente basados en en una resemblanza entre Dios y los seres finitos. Pero... ¿cómo podríamos reclamar una resemblanza entre Dios y los seres humanos, si Dios difiere, no en grado, sino cualitativamente de nosotros? Es esta diferencia la que impide argumentar que Dios posee las mismas cualidades que el humano, pero en un grado inmensamente mayor. La bondad de Dios no es la bondad del ser humano magnificada tremendamente, ni tampoco la inteligencia divina es algo así como un genio humano  elevado al cuadrado.  Aquí no estamos hablando de un Superhombre, sino de un ser de naturaleza completamente diferente en donde no cabe ninguna posibilidad de que pueda haber similitudes intrínsecas entre los atributos de Dios y el ser humano. La respuesta a este impase es que Dios posee cualidades apropiadas a su naturaleza infinita y el humano según su naturaleza finita. La cosa, sin embargo,  es que si uno va a conocer analógicamente algo de Dios, entonces uno debe conocer algo de Dios. El conocimiento analógico de la naturaleza de Dios presupone un conocimiento no analógico de su naturaleza. Si Dios es incognoscible y cualitativamente diferente de los seres finitos, no podemos tener idea que significa asignarle cualidades positivas, porque no tenemos conocimiento de su naturaleza.  Es como decir que un ser desconocido posee cualidades desconocidas en una forma incognoscible.

 

¿Cuál es la naturaleza de Dios, como ser metafísico? Según el Antiguo Testamento Dios le dice a Moisés.. “Yo soy el que soy”.  Lo que significa, de acuerdo a San Agustín, es que Dios nunca cambia. Y para Aquinas,  la identidad de la esencia de Dios es identica con su existencia. Dios es su propia esencia, su esencia es su propio ser. La esencia es la naturaleza de una sustancia, lo que hace una cosa ser lo que es. La existencia es lo que hace a una esencia real, lo que le da existencia. Podemos definir la esencia de un centauro sin implicar su existencia. Con un toro podemos especificar  no solo su esencia, sino, también, su  existencia. En cada sustancia finita, dice Aquinas, hay una distinción entre esencia y existencia. Excepto, en Dios. Dios es simple, no esta compuesto de partes y, conceptualmente, no puede divorciarse de su existencia. Su naturaleza es su  existencia como tal. En otras palabras, un “ser necesario”, auto suficiente. Esta es la esencia de Dios y el “principio fundamental  de los atributos Divinos”. A partir de este principio, los  teólogos escolásticos deducen las otras cualidades de Dios... “infinitud”, “perfección”, “inmutabilidad”.

 

¿En que medida estos atributos le dan sentido al concepto de Dios? La distinción entre esencia y existencia, dice Aquinas, es el método a través del cual percibimos y obtenemos conocimiento de la realidad. Esta distinción  es la condición del entendimiento y lo que le da sentido a la realidad. Ahora, si esto es así, según Aquinas, entonces Dios escapa a la comprensión humana, porque en El no podemos separar la esencia de la existencia. La distinción básica con la que entendemos la realidad no puede aplicarse a Dios lo que lo transforma en algo incomprensible. El mismo Aquinas lo admite... “el conocimiento de un ser auto suficiente  esta mas allá del poder natural  de nuestro intelecto”. Según el padre F.C.Copleston “no podemos tener un  claro concepto de lo que esto pueda ser, porque nosotros inevitablemente distinguimos entre esencia y existencia, entre lo que una cosa es y el hecho de que la cosa existe”. El historiador escolástico Etienne Gilson, igualmente dice que “desde que no podemos concebir de ninguna manera una esencia que sea solo  un acto de ser, no podemos de ninguna manera concebir lo que Dios es, incluso con la ayuda de tales atributos”.

 

Con lo que finalmente nos quedamos es  que la naturaleza de Dios es “enteramente desconocida” para el ser humano. Que el concepto de Dios  carece de contenido cognitivo y esta sola admisión nos devuelve directamente al agnosticismo.   Cuando el creyente dice  “Dios existe”... realmente no sabe de que es lo que existe.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


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