Qué preferimos...
¿la verdad o el poder? Quien tiene poder controla el mundo y su mejor aliado
son las noticias falsas. Si hay alguna duda solo miremos la historia. Pos
verdad contiene la creencia de que antes hubo verdad... pero ¿alguien puede
decir cuando fue este antes? ¿ durante la guerra fría? ¿después de la
revolución francesa? ¿ o, durante el medio evo? La pos verdad no es algo nuevo.
En realidad, ha sido nuestro estado
permanente. Desde tiempos inmemoriales lo que ha pasado por verdad no ha sido
mas que fabula, leyenda y mito. Los
antropólogos, historiadores y
constructivistas sociales desde hace bastante tiempo han venido insinuando que la
ficción es la que ha permitido extender nuestras relaciones mas allá de la
familia, la tribu y la nación.
El historiador judío
Harari sostiene que al ser humano le gusta contar historias porque ellas
explican mejor como el universo funciona. Cuando preguntamos, por ejemplo, por
el sentido de la vida queremos una historia que explique lo que la realidad es
y cual es mi papel en el espectáculo cósmico. Por mas de dos mil años la Biblia
ha sido en el occidente la voz de la verdad, el Libro sagrado que contiene el
ultimo fundamento del mundo y de nuestros valores e instituciones sociales.
Hasta el siglo XIX el mito de Adán y Eva en el Paraíso fue la versión oficial
de nuestro origen y hasta hoy día los fundamentalistas cristianos insisten en que
cada palabra del Libro es literalmente verdadera. Sin ningún rasgo de evidencia el Nuevo
Testamento nos hace creer que el hijo del Creador del Universo nació de una
virgen aproximadamente 2000 años atrás... ¿qué evidencia tenemos de que esto
ocurrió en Galilea y que el es realmente el hijo de Dios? Ninguna y, sin
embargo, el mito cristiano ha dado origen a una variedad de instituciones y guerras globales que hasta hoy nos siguen agobiando con su
peso. La historia musulmana cuenta que al comienzo Ala creo el universo y
estableció sus leyes que fueron reveladas al hombre en el Corán.
Desgraciadamente los malvados se revelan en contra de Ala y depende de los
musulmanes virtuosos mantener la ley, difundirla y asegurar su obediencia. Llevado
al limite del fanatismo la mantención de la ley ha causado inmenso dolor y
muerte en el pasado y en el presente. En
la épica hindú Bhagavadgita el gran guerrero príncipe Arjuna duda en pelear y matar a sus enemigos en
donde también se encuentran sus amigos y parientes. El Dios Krishna le explica
que dentro del gran ciclo cósmico cada ser posee un “dharma” único, el sendero
que se debe seguir, el deber que se debe cumplir. Si cumples tu “dharma”, no
importa cuan difícil sea, encontraras la paz mental y la liberación de toda
duda. Si te niegas a seguir tu sendero o tratas de adoptar el de otro
perturbaras el balance cósmico y nunca encontraras la paz y la felicidad. No
importa cual sea tu “dharma”. El sirviente que sigue fielmente el sendero del
sirviente es superior al del príncipe que se desvía del sendero del príncipe. Arjuna,
habiendo entendido el sentido de la vida, sigue su “dharma” de guerrero y mata
a sus amigos y parientes, guía a su ejercito a la victoria y llega a ser uno de los héroes mas queridos
del mundo hindú. Este es el mensaje... quédate en tu lugar y no disturbes el orden eterno de la sociedad y del cosmos... ¿quién se
beneficia? El mito nacionalista se nutre
de historias llenas de heroísmo, de desastres que nos enfurecen y de
injusticias cometidas en contra de la nación. Benditos sean los mártires que defienden la
libertad y engrandecen las fronteras del país. El culto a la nación es
extremadamente atractivo porque hace creer a la gente que pertenecen a la cosa
mas importante del mundo. El horror de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo,
nos da un indicio de las terribles consecuencias que las fabulas nacionalistas
pueden tener. Hoy día EU se autoproclama
como la Nación Excepcional. El Dios del Antiguo Testamento vuelve a renacer en
el fundamentalismo cristiano estado unidense en la forma de un nuevo contrato
político que reafirma el mito escatológico del dominio americano y del fin del
tiempo con la segunda venida de Cristo. La retorica del excepcionalismo siempre
ha estado en el centro de la conciencia política de esta Nación... “american
Dream, the founding covenant, the redemptive empire, the beacon on the hill” .
Una ideología política que no se expresa
en términos estrictamente religiosos, sino que se funde con el vocabulario
político que habla de la lucha por la democracia y la libertad en contra del
totalitarismo y la dictadura. El resultado es la guerra permanente y la expansión
y el dominio imperial que deja una secuela de destrucción y muerte.
Inmensos imperios
y sistemas sociales se han creado a través de la historia en base a puras ficciones... ¿por qué, a pesar de la ausencia
de toda evidencia, adherimos a ellas con
toda nuestra fe? Como nota Harari desde el comienzo de la historia chamanes y
sacerdotes han empleado el rito como un acto mágico que transforma lo abstracto
en concreto y la ficción en realidad. En la ceremonia de la Misa el sacerdote
toma un pedazo de pan y un vaso de vino y proclama que el pan es la carne de Cristo y el vino su
sangre y que al comerla y beberla el
creyente logra la comunión con Cristo... ¿qué podría ser mas real que saborear a Cristo? La interpretación del sacrificio de un caballo, según El Brihadaranyaka Upanishad, es el recuento de toda la historia
del cosmos... la cabeza es el amanecer, los ojos son el sol, su fuerza vital es
el aire y el cuerpo es el año. Sus miembros son las estaciones, sus huesos las
estrellas y su carne, las nubes. Casi cualquier cosa puede transformarse en un
rito, incluso los gestos mas cotidianos... prender velas, tocar campanas,
contar el rosario, arrodillarse, postrarse, juntar las manos, saludar a la
Bandera o cantar el himno nacional con la mano derecha en el corazón adquieren,
de pronto, profundos significados religiosos o políticos. Los políticos,
sabiendo la eficacia del rito, lo han cultivado en la elaboración de
intrincados protocolos que no tienen nada que envidiarles a las ceremonias
religiosas. Para los militares, hasta el día de hoy, la disciplina y el ritual
han sido inseparables y pasan horas y horas marchando en perfecta formación,
saludando a los superiores y limpiando las botas cuando no están matando a
otros. De todo los ritos el sacrificio, dice Harari, es el mas potente porque
el sacrificio es lo mas real. No se le puede ignorar ni dudar. Si realmente
quieres que la gente crea en alguna ficción motívalos para realizar un sacrificio en su
nombre. Es suficiente que se sufra por una historia para convencernos que la
historia es real. Es por eso que dioses,
naciones y revoluciones necesitan mártires para sostenerse. Si la voluntad para
auto sacrificarse es escasa el sacerdote puede sacrificar en el altar de
los dioses al herético, quemar a las brujas o sacrificar a un animal y el líder
de la nación, sacrificar a las minorías
étnicas.
Esta es la
cosa... si se quiere conocer la ultima verdad de la vida los ritos son un
obstáculo. Pero, si se quiere estabilidad social y harmonía los ritos son sus
mejores aliados.
La modernidad, dice
Harari, a pesar de todo su culto a la razón, no rechazo las historias del
pasado, sino que las coloco en el mercado de las ideas para que cada uno pueda elegir o combinar unas con otras de
acuerdo a las propias
inclinaciones. El problema es que todas estas historias siguen siendo falsas. No
hay un diseño divino, no hay dharma ni pueblo elegido. Es la mano del hombre la
que escribió la Biblia, el Corán, el Veda y las glorias de la nación. El liberalismo es lo mas cercano a lo que
hemos llegado para liberarnos de toda esta mitología... el sentido de la vida no viene desde fuera,
sino que soy yo el que le da sentido a través de mis elecciones y sentimientos.
Cualquier cosa que limite la libertad para sentir, pensar, desear o inventar,
limita el sentido del universo. Quienes creen en esta historia, que en el fondo
es solo otra historia, creen en el poder para crear y en el poder del libre
albedrio... ¿pero, somos realmente libres para elegir, no solo a nivel social,
sino también, ontológico? No controlamos
el mundo fuera de nosotros y no decidimos cuando va a llover o cuando parar un
terremoto. No gobernamos nuestro cerebro. No podemos decirles a las neuronas
cuando disparar ni tampoco podemos decidir que deseos tener. Estos no son manifestaciones del libre
albedrio, sino productos de procesos
bioquímicos influidos por factores culturales que están mas allá de nuestro
control. Controlamos, o por lo menos
intentemos controlar el mundo de acuerdo a nuestros deseos... pero, cuidado con
lo que deseamos. El Buda hace mas de 2
500 años atrás fue mas allá que el liberalismo... la vida carece de sentido y no necesitamos crear uno... ¿qué
hacer, entonces? Nada. Sin embargo, sus
seguidores, habiendo aceptado que la vida no tiene sentido, encuentran sentido
explicando esta verdad a otros, argumentando con los que no creen, creando
monasterios, donando dinero, etc, etc. La historia del budismo esta llena de
paradojas. Podemos comprender que gente mate por la gloria de Dios, aunque sea
una desdicha, pero que gente que cree en la transitoriedad y vacuidad de los
fenómenos, en la importancia de no atarse a nada, luche por un país, un gobierno, un templo, el
significado de una palabra, incluso persiga y mate a otros, como en Birmania y Sri Lanka, es realmente
extraño.
Porque las
historias sostienen nuestra cultura y nuestro mundo social no somos muy buenos
en distinguir entre realidad y ficción. Por eso una dosis de escepticismo no
estaría mal. No se trata de negar toda
creencia o que el conocimiento no sea posible, sino de aplicar la razón y el
pensamiento critico para determinar su validez, algo que ya los griegos de la
antigüedad habían empezado a hacer con Sócrates
y que muchos otros han continuado hasta hoy. La advertencia del
escéptico es que nunca podemos estar seguros de que hemos obtenido la verdad,
incluso cuando creemos que lo hemos logrado.
Nieves y Miro Fuenzalida.
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