Leonardo da Vinci, en algún momento, se sintió impulsado a exclamar que “entre todas las grandes cosas que se encuentran entre nosotros, la existencia de la Nada es la mas grande.”
Bueno... tal vez. Pero, si es la mas grande... ¿por qué no prevaleció sobre el Ser?
Uno podría decir, de partida, porque la idea de la Nada Absoluta es tan contradictoria como la idea de un circulo cuadrado. Algo que el viejo y misterioso Parménides ya había notado... de la tautología “El ser es y el no ser no es” se puede derivar que el ser no puede surgir del no ser, porque el no ser no es. Luego, el ser es infinito. Si fuera finito tendría que estar limitado por algo que es no ser. Pero, el no ser no es. Por tanto, el ser no tiene principio ni fin. En otras palabras, la ausencia total de todo lo que existe es imposible. Y el Buda concuerda. El universo no tuvo principio. La nada nunca podría dar paso al ser, porque se define en oposición a lo que existe. Mil millones de causas no podrían hacer que un universo surgiera de lo que no existe.
Simplemente no hay alternativa al ser. Podemos imaginar, por ejemplo, la aniquilación universal, la ausencia de todo lo que hay, pero inevitablemente, por mucho que tratemos, siempre queda al final el yo interior o la consciencia que imagina. Obviamente la idea es auto contradictoria porque la mera posibilidad implica la existencia de un observador que imagine ese escenario. Y, si recurrimos a un argumento que proceda a lo largo de líneas mas objetivas, lo que queda, además de la consciencia, es el entorno abstracto que las cosas habitaban. La configuración puede estar vacía, pero no es nada. Un contenedor sin contenido, sigue siendo un contenedor. Digamos, el espacio en si mismo.
Este ultimo argumento, sin embargo, es un tanto discutible porque no es tan claro lo que el espacio es. Según Newton el espacio es de hecho una cosa real, con su propia geometría intrínseca, que continuaría existiendo, incluso si todos sus contenidos desaparecieran. Para Leibniz, en cambio, el espacio no es una cosa en si misma, sino una red de relaciones entre cosas. El espacio no podría existir sin ellas. Ultimamente la teoría de la relatividad, en la que el espacio-tiempo afecta el comportamiento de la materia, ha inclinado un poco la balanza a favor de Newton.
Anular la realidad en nuestra mente es una cosa puramente imaginativo. Otra, en cambio, es intentarlo en el laboratorio, a pesar de la ortodoxia aristotélica que proclama que “la naturaleza aborrece el vacío”. Torricelli, el discípulo de Galileo, tuvo la idea de verter mercurio en un tubo de ensayo y, con el dedo sobre el extremo abierto puso el tubo verticalmente boca abajo creando un pequeño vacío sin aire encima de la columna de mercurio. Con ello, por primera vez, se logro producir un poquito de nada. O, a lo menos, así pareció. Hoy sabemos que el tipo de espacio sin aire que el creo esta lejos de estar completamente vacío. El vacío mas perfecto todavía contiene algo. En física, la noción de “algo” se cuantifica mediante energía. Un espacio esta vacío cuando carece de energía. Supongamos que tratamos de eliminar toda la energía de una región del espacio hasta llegar a lo que se denomina “estado de vacío”. En cierto punto en este proceso de drenaje de energía, algo contrario a la intuición ocurre. Espontáneamente surge una entidad que los físicos llaman “campo de Higgs”, que, por mucho que tratemos, no se puede eliminar. Y este campo es “algo” que contiene menos energía que una “nada” y va acompañado de un aluvión de “partículas virtuales” que parpadean incesantemente dentro y fuera de la existencia. El espacio en estado de vacío absoluto finalmente resulta estar bien ocupado. No es fácil pasar de Algo a Nada. Siempre queda algún resto del Ser. Por muy infinitesimal que sea.
¿Realmente, entonces, la nada es imposible? En verdad, esa seria la forma de realidad mas simple. Según filósofos y científicos, las teorías mas simples tienen mas probabilidades de ser ciertas. Pero esto no tiene nada que ver con el mundo objetivo. Basta mirar la química. La teoría basada en un solo elemento, el agua, según Tales de Mileto es mucho mas simple que la de Mendeleyev basada en toda una tabla de elementos y, sin embargo, es esta la que coincide con la realidad.
Todo esto de que la nada no existe suena bastante bien. Pero... ¿no vemos todo tipo de seres y objetos dejar de existir constantemente?¿donde se van?
Cierto. Todo tipo de seres aparecen y desaparecen constantemente. Cuando nos movemos de los entes al universo, sin embargo, la cosa es diferente. Nunca hemos observado su inexistencia. Las cosas pueden desaparecer, por supuesto, pero la cantidad de energía permanece constante, a pesar de todos los cambios que puedan ocurrir en el universo.
Aquí la objeción obvia que rápidamente alguien podría plantear es el hecho de que si hemos observado la inexistencia del universo. Basta recordar la teoría del “Big Bang” que dice que el universo surgió hace solo 14 mil millones de años... ¿dónde estaba antes de la singularidad? ¿Podríamos decir que antes de ella no había nada?
La lección del modelo del BigBang, respondería un físico, es que antes del estado inicial no hubo tiempo. El propio modelo dice que la singularidad inicial marca un limite temporal. Si el modelo es verdadero, entonces ahí comienza el tiempo. No hubo un antes. Aquí uno podría decir, con cierto grado de escepticismo, que esta noción del tiempo relativo, en contraposición a uno absoluto es, en verdad, controversial y, al igual que la del espacio, no definitiva.
Según los escenarios cosmológicos actuales, basados en las observaciones astronómicas, el universo esta destinado a desaparecer abruptamente en un “Big Crunch” dentro de algunos eones, o desaparecer gradualmente en una nada obscura y fría. Su existencia, según esto, pareciera ser insegura y contingente. Un mundo con un solido fundamento ontológico no se comportaría así. Un mundo eterno tendría necesariamente un aura de autosuficiencia.
Al parecer no hay teoría científica que pueda salvar el abismo entre la nada absoluta y la realidad del universo. Lo mejor, entonces, seria deshacerse de la nada. Así como una partícula y su anti partícula pueden surgir espontáneamente del vacío, también puede surgir la semilla de un universo entero.
¿Qué pasaría si nuestro mundo, contrariamente a este pensamiento cosmológico actual, efectivamente resultara ser eterno?
Algunos cosmólogos, entre ellos Hermann Bondi y Fred Hoyle propusieron, a finales de 1940, un modelo teórico llamado “Universo en Estado Estacionario”, que es expansivo y eterno al mismo tiempo. En este modelo el espacio vacío que dejan las galaxias en constante retroceso se llena continuamente con nuevas partículas de materia que surgen espontáneamente gracias a un “campo de creación”. A pesar de la expansión, se mantiene una densidad de materia constante.
Otro modelo cósmico eterno es el “Universo Oscilante” propuesto por el matemático ruso Alexander Friedmann en la década de 1920. El universo que se origino hace unos 14 mil millones de años con el Big Bang surgió del colapso de un universo anterior. Y, como ese universo anterior, el nuestro eventualmente dejara de expandirse y colapsara sobre si mismo. Cuando eso suceda un nuevo universo surgirá de la implosión. Y así sucesivamente hasta el infinito.
En ambos modelos el problema del origen cósmico desaparece. Hoy día, los cosmólogos ya no toman en serio el modelo de “Estado Estacionario” debido a la detección, en 1965, de la radiación de fondo sobrante del Big Bang que proporciona evidencia decisiva de que el universo tuvo un comienzo. Al modelo oscilante le ha ido mejor, pero esta plagado de lagunas teóricas al no poder explicar exactamente que tipo de fuerza repulsiva podría superar la atracción de la gravedad en el ultimo momento del colapso y hacer que el universo “rebote” en lugar de desaparecer definitivamente en un “Big Crunch”.
Si ambas teorías son problemáticas, una mas que la otra, todavía queda otra posibilidad... ¿qué pasaría, por ejemplo, si el universo no es todo lo que hay, sino que es parte de un conjunto mayor? La historia de la ciencia muestra que la realidad siempre resulta ser mas abarcadora de lo que se imaginaba. Apenas hace un poco mas de cien años se pensaba que el universo estaba formado únicamente por la Vía Láctea situada en un espacio finito. Desde entonces hemos descubierto que la Vía Láctea es simplemente una entre mil millones de galaxias similares. Y eso sólo en el universo observable. Hoy día, una mejor explicación del Big Bang es la “nueva cosmología inflacionaria” que predice que las explosiones que generan el universo, como el Big Bang, son un hecho bastante rutinario. Este universo, en lugar de ser toda la realidad, es solo una infinitesimal parte de un “Multiverso” en constante reproducción. Aunque cada uno de los universos en este Multiverso tiene un comienzo definido en el tiempo, todo el conjunto auto replicante puede ser infinitamente antiguo.
Así, la eternidad, que parecía haberse perdido con el Big Bang, se recupera. En todos estos modelos, no existe un “momento de creación” inexplicable. Aquí no hay ningún papel para una “primera causa”.
Ninguna de estas teoría cosmológicas han pasado la prueba experimental y mientras no lo hagan permanecerán en el ámbito mítico. Y, por ultimo, aunque finalmente probáramos que el mundo es eterno, que es lo mas probable, todavía nos quedaríamos con el misterio de la existencia del mundo.
Nieves y Miro Fuenzalida.
No comments:
Post a Comment