Sunday, October 9, 2022

La bomba y el submarino

 

Y los que esperaban relámpagos y truenos, quedan defraudados. Y los que esperaban señales y trompetas de arcángeles no creen que este sucediendo ahora. Mientras el sol y la luna estén arriba, mientras el abejorro visite una rosa, mientras nazcan niños rosados, nadie creerá que esta sucediendo... extracto de “Una canción en el fin del mundo”, de Czesalw Milosz, Varsovia, 1944.

 

Eso fue un año antes de la primera explosión atómica que destruyo Hiroshima y Nagasaki y que inauguro la era nuclear, la era del riesgo existencial provocado por el hombre, era en la que aun vivimos. El mundo podria haber terminado, y muchas veces estuvo a punto de serlo con eventos de extincion masiva que borraron repetidamente la mayor parte de la vida en la Tierra. Pero la causa en todos ello fue natural... erupciones volcanicas, colision con un asteroide, cambio climatico repentino y drastico. Como recuenta el autor Bryan Walsh, despues del 6 de agosto de 1945 la bomba cambio todo esto y ahora hemos llegado al momento en que nosotros mismos podriamos ser los autores de la aniquilacion de nuestra propia especie.

 

“La bomba”, recuerda el piloto Robert Lawis cuando la lanzo, “era ahora independiente del avion.Tuve, dijo, una sensacion peculiar, la sensacion de que ella tenia vida propia y que ahora no tenia nada que ver con nosotros”. La bomba detono a 500.79 metros sobre la ciudad. En cuestion de minutos, 9 de cada 10 personas dentro de un radio de medio kilometro de la Zona Cero estaban muertas, sus cuerpos quemados hasta cnvertirse en carbon negro. Unas setenta mil personas murieron como resultado de la explosion inicial, el calor y la radiacion seguidos por miles mas debido a las heridas y al cancer que la radiacion causo. El sufrimiento de los que sbrevivieron desafia toda descripcion. Como escribio el autor de “Making of the Atomic Bomb”, Richard Rhodes, a proposito del legado del Proyecto de Manhattan... “el metodo cientifico no filtra la benevolencia. El conocimiento tiene consecuencias, no siempre intencionadas, no siempre comodas, no siempre bienvenidas”.

 

La bomba pereciera desafiar toda realidad. La guerra nuclear, como todos los riesgos existenciales, es impensable para la mayoria de la gente. No para Daniel Ellsberg, el agente que filtro los Papeles del Pentagono y consultante en La Secretaria de Defensa que fue uno de los primeros en entender lo que significaria una guerra nuclear y como el mundo podria terminar, al escuchar la respuesta del Pentagono dada al presidente Kennedy. En total el Pentagono estimo que moririan 600 millones de seres humanos  en un momento en que la poblacion humana era de 3 mil millones, asumiendo que Estados Unidos escaparia cualquier represalia nuclear por parte de la Union Sovietica, lo que ciertamente era una pura fantasia. Cincuenta años mas tardes, recordando esos momentos, le dijo a Walsh, durante una entrevista... “Ningun ser humano podria jamas imaginarse haciendo tal cosa en la historia de nuestra especie y aquí estaban haciendolo, planeandolo”.

 

En la decada de los setentas los cientificos comenzaron a examinar que harian miles de explosiones nucleares, no solo en nosotros, sino en el medio ambiente del que dependemos. Los primeros informes sugieren que la guerra podria destruir gran parte de la capa de ozono atmosferico durante años, dañando los cultivos y aumentando los canceres a la piel. Y el polvo, el hollin de las explosiones y los incendios podrian dar lugar a cambios catastroficos en la temperatura y luz solar. Un estudio de los 80s, conocido como TTAPS, indica que el polvo y el humo generado por los fuegos nucleares podrian reducir los niveles de luz solar en hasta un 90% y las temperaturas globales podrian caer a un promedio del 2.7C y 7.2C. No habria escapatoria a lo que los autores llamaron “invierno nuclear” que causaria la desaparicion de la mayoria de las zonas agricolas del mundo, lo que motivo a Carl Sagan en el 83 a expresar que “una guerra nuclear pone en peligro a todos nuestros descendientes. La extincion es la ruina de la empresa humana”. En 2007 el climatologo Alan Robock expreso que temia mas una guerra nuclear que el calentamiento global porque la guerra nuclear puede ser un cambio climatico instantaneo.

 

Hasta el momento hemos tenido suerte, aunque no sabemos por cuanto tiempo mas.  Tres veces hemos estado cerca de la total aniquilacion nuclear y no por la amenaza de la guerra, sino de la forma en que simples mal entendidos y errores tecnicos podrian convertirse en una catastrofe planetaria. Lo que hoy dia conocemos como la Crisis de los Misiles Cubanos fue el primer instante en que el mundo quedo suspendido entre el ser y la nada. La decisión de lanzar un arma nuclear a bordo del submarino sovietico atrapado en el fondo del mar por las fuerzas estadounidenses y sin comunicación con Moscu, tenia que ser autorizada por tres oficiales. Los dos primeros dijeron que si. Pero Vasili Arkhipov, segundo en comando, dijo que no y convencio a su comandante a llevar el submarino a la superficie donde finalmente, con acuerdo de los dos paises, regreso a Rusia. Nuevamente el 26 de Septiembre de 1983 el sistema de alerta temprana sovietica informo del aparente lanzamiento de varios misiles balisticos intercontinentales desde los Estados Unidos a Rusia. El teniente coronel Stanislav Petrov estaba encargado de registrar el lanzamiento de los misiles e informarlo al mando militar y politico sovietico. Petrov solo tenia unos pocos minutos para autentificarlo, antes que los sovieticos lanzaran un contra ataque. Durante ese tiempo el juzgo que Estados Unidos no lanzaria un ataque con solo un puñado de misiles, por lo que informo sobre un mal funcionamiento del sistema... Y luego espero. Finalmente, despues de 23 minutos, nada paso.

 

Vasili Arkhipov y Stanislav Petrov, sin lugar a dudas, son las personas mas importante en la historia moderna, mucho mas de los que aparecen en los billetes. Sus acciones permitieron que tu y yo existamos hoy dia.

 

Pero, esto no es todo. A las 8.10 de la mañana del 2018 aparecio en Hawaii un mensaje en los telefonos celulares... “Amenaza de misil balistico ditigido a Hawaii. Busque inmediato refugio. Esto no es un ejercicio de prevencion”. Treinta y ocho minutos despues de la alerta original aparicio un mensaje de la congresal por Hawaii Tulsi Gabbard... “Esto es una falsa alarma. No hay misil entrante a Hawaii. Lo he confirmado con los funcionarios”. Una falsa alarma. Los informes iniciales sugirieron que un trabajador de la Agencisa de Manejo  de Emergencias de Hawaii habia activado accidentalmente el codigo de alerta del mundo real en lugar de una alerta de prueba de misiles, y luego, por si acaso, habia hecho clic en “si” cuando la computadora le pidio que confirmara su eleccion. El trabajador penso que la alerta era real.

No nos equivoquemos, entonces. La amenaza existencial de una guerra  nuclear sigue siendo grande, tanto como lo fue durante la Guerra Fria. Despues de años de tratados de control de armas, las ojivas nucleares en el mundo se han reducido de 70.000 en 1986 a 14.500 en la actualidad y Estados Unidos y Rusia controlan el 93% de todas ellas. Durante la Guerra Fria solo cinco naciones declararon poder nuclear. Hoy dia se han agregado India, Pakistan, Korea del Norte e Israel. Y Japon, Iran y Arabia Saudita han mostrado interes en desarrollar su propio poder nuclear. Cuanto mayor sea el numero de paises que tienen armas nucleares, mas dificil sera mantener la paz nuclear  y mas probable es que ocurran accidentes. Lejos de actuar para estabilizar el equilibrio nuclear, en los ultimos años Rusia y Estados Unidos han revertido años de rcortes de armas nucleares y ambas naciones ahora estan embarcadas en  modernizaciones y expanciones nucleares costosas y peligrosas. Lo que todo esto significa, dice Walsh, es que la postura nuclear cambiante y el abandono de los tratados de control de armas es que las barreras a la guerra nuclear estan cayendo.

En 1997 la Comision para la Eliminacion de Armas Nucleares de Canberra expreso que “La proposicion de que las armas nucleares se pueden retener a perpetuidad y nunca usar, acidentalmte o por decisión, desafia toda credibilidad”. Si hay alguna duda acerca de esto escuchemos hoy solo a Putin y Biden alardeando mutuamente en usar todo su poder nuclear en contra del otro.

En algun momento, y de esto hace bastante tiempo, la guerra se limitaba al campo de batalla. Ahora se estima que un intercambio nuclear completo entre los EE. UU. y Rusia matará a unos cinco mil millones de humanos... Incluso una guerra más pequeña entre India y Pakistán podría resultar en dos mil millones de muertos. Según el Boletín de Científicos Atómicos, el Reloj del Juicio Final es el más cercano a la medianoche desde su creación hace unos 70 años. Mientras tengamos armas nucleares apuntándose unas a otras y conflictos que pueden escalar por elección, tecnología defectuosa o error de cálculo estamos en grave peligro. Los expertos coinciden en que mientras existan estas armas, no se trata de si se utilizarán o no, sino de cuándo. El derramamiento de sangre ya no se contiene solo a las naciones involucradas en el conflicto. Ahora el mundo se ve afectado por la locura de la guerra. Lo triste es que las 200 naciones del mundo pueden ser destruidas por las acciones de dos naciones.

Una y otra vez encontramos que la mayor barrera para combatir los riesgos existenciales, incluida la guerra nuclear, es uno mental. Pareciera que la mente humana se rebela contra la magnitud de la extincion. En lugar de motivarnos para prevenir las catastrofes globales, preferimos ignorarlas.

El pensador español  Jose Ortega y Gasset escribio en el siglo pasado que el animal humano es el ente infeliz y por esta razón hace de su destino la felicidad. La técnica es el instrumento que nos transforma el mundo, que lo obliga a responder a nuestros deseos y desde el momento que la física es la posibilidad de una técnica infinita ella es el órgano de la felicidad. Su instauración es uno de los hechos más importantes de la historia humana. Pero, también, uno de los más peligrosos… la capacidad de crear un mundo con el poder tecnológico es inseparable de la capacidad para destruirlo. La clave de la felicidad es, al mismo tiempo, la clave de su destrucción.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.

Ottawa, Octubre del 2022.


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