La
adolescente sueca Greta Thunberg ofreció un osado mensaje al Congreso el martes
17 de Septiembre cuando presentó su campaña de acción urgente sobre el cambio
climático en el Capitolio de los EE. UU... "Sé que lo están
intentando", dijo a los senadores demócratas en un foro solo por
invitación, "pero no lo suficiente. Lo siento".
Es este tipo de mensaje, claro
y directo el que la ha hecho objeto de ataques miserables con el fin de
destruirla y acallarla. El 2 de septiembre, por ejemplo, Bernier, el candidato
a Primer Ministro de Canadá en las próximas elecciones de Octubre, publicó una
serie de tuits en los que dijo que Thunberg es "claramente inestable
mentalmente. No solo es autista, sino que también es obsesivo-compulsivo,
padece de trastornos alimentarios, sufre de depresión y letargo y vive en un
constante estado de miedo". Sin embargo, a pesar de estos reiterados
ataques, su fortaleza y convicción la ha hecho mas fuerte y hoy día se ha
transformado en la conciencia del movimiento ambientalista que anima a la
juventud pre adolescente, la juventud de Julián, nuestro nieto de 11 años y sus
primos, que es la que va a sufrir directamente las consecuencias de la
destrucción ecológica. La única posibilidad que queda es un cambio urgente de curso. Y este es el mensaje
de Greta.
Su historia, de acuerdo al
emotivo retrato de la escritora y activista canadiense Naomi Klein, contiene
una importante lección en la protección de nuestras posibilidades de vida
futura. Al igual que muchas niñas y niños supo acerca del cambio climático
alrededor de los 8 años a través de la lectura de libros y documentales que
muestran el colapso y derretimiento de los glaciares. Entendió que el uso de la
energía fósil y la dieta basada en la carne son los mayores contribuyentes en
la desestabilización del planeta. Muy pronto se dio cuenta de que existe un
retraso entre nuestras acciones y las reacciones del planeta, lo que implica
que mas calor continua acumulándose, no importa lo que hagamos. Basándose en
las predicciones científicas comprendió que la tierra va a cambiar
fundamentalmente en los años 2040, 2060 y 2080 si no transformamos nuestro modo
de vida. Según sus propios cálculos ella
tendrá que sufrir en su propia vida la desaparición de otras formas de vida y
la privación y el horror que le esperarían
a sus hijos si decidiera ser madre. Pero,
también aprendió de los propios científicos que lo peor de esto no contiene
necesariamente una conclusión inevitable. Si tomamos una acción radical ahora,
si reducimos la emisión en un 15% al año en los países ricos dramáticamente
aumentaríamos las posibilidades detener un futuro para su generación y las que
le sigan. Los gobiernos de estos países deberían guiar el cambio para logar una
rápida transformación dentro de una década de tal manera que el consumo y las
infraestructuras físicas sean transformadas fundamentalmente.
Y, sin embargo, todos estos
gobiernos, incluso en su propio país dirigido por un auto proclamado líder
climático, se mueven mucho mas lento de lo que se requiere y la emisión global
continua aumentando. El mundo esta en llamas y por todos lados ella ve que la
gente habla de celebridades, compra nuevos y mas grandes autos y se sumergen en
juegos digitales como si nada estuviera pasando. A la edad de 11 años, según el
relato de Naomi Klein, ella cae en una profunda depresión. Muchos fueron los
factores causantes, algunos relacionados con el hecho de ser diferente en un
sistema escolar que espera que todos los alumnos sean iguales. Pero,
también entre esos factores estaba ese gran sentimiento de impotencia frente al
rápido deterioro del planeta y el fracaso de los políticos en enfrentar el desafío ecológico. Dejo de
hablar y comer y enfermo gravemente. Eventualmente fue diagnosticada con
mutismo selectivo, trastorno obsesivo compulsivo y una forma de autismo llamada
síndrome de Asperger. Este ultimo diagnostico explica porque Greta sufrió el
cambio climático en forma mucho mas profunda
que el resto de su generación. Quienes
sufren de autismo tienden a ser extremadamente literales y, como resultado,
tienen mas problemas para tratar con disonancias cognitivas, es decir, esa
brecha entre lo que intelectualmente sabemos y lo que actualmente hacemos.
Muchos autistas también están menos inclinados a imitar la conducta social de
la gente que los rodea y, en su lugar, tienden a crear su propio sendero, lo
que los obliga a enfocarse con gran intensidad en las áreas que les interesan. Esto explica
porque algunos con este diagnostico se transforman en científicos y músicos
clásicos. También ayuda a explicar porque Greta sintió tan profundamente el
impacto climático. Lo que ella vio, a diferencia de los otros, fueron las
tremendas implicaciones de la crisis y no pudo escapar a ellas. Y la falta de
preocupación de los que la rodeaban la aterrorizaba aun mas.
En gran parte su salida de la
depresión fue la de encontrar la forma de reducir la disonancia cognitiva.
Convenció a su familia en ser vegetarianos y dejar de volar a través del mundo.
Ella estaba bien consciente que estos cambios de vida tendrían un impacto menos que minúsculo en la
atmosfera, pero en una pequeña medida, le ayudo
a aliviar el peso sicológica al dejar de pretender que todo estaba bien. El cambio mas
importante, sin embargo, se produjo a la edad de 15 años cuando decidió no ir a
la escuela... ¿cuál es la razón de
aprender datos en el sistema escolar cuando los mas importantes datos dados por
la ciencia nada les significan a los políticos y la sociedad? En Agosto del
2018, en lugar de ir a la escuela, ella se instalo frente al parlamente Sueco con un cartel hecho a
mano que decía “Huelga escolar por el clima” . Ella volvió cada Viernes, con el
mismo cartel. Al comienzo fue ignorada totalmente, al igual que un mendigo. Sin
embargo, poco a poco, logro un poco de atención. Otros estudiantes y algunos
adultos empezaron a acompañarla con carteles y luego vinieron las invitaciones...
primero invitaciones a manifestaciones climáticas, luego a conferencias en las Naciones Unidas, en la
Unión Europea, en el Vaticano, en el Parlamento Británico. Cada vez que habla sus
intervenciones son cortas, sin adorno y altamente agudas... “Tu no eres lo
suficientemente madura para decir como las cosas son” le dijo a la negociadora
polaca del cambio climático en Katowice, Polonia. A los ricos y poderosos en Davos, que la
elogiaron por darles esperanzas, les respondió... “No quiero vuestros elogios. Quiero que entren
en pánico. Quiero que sientan el miedo que yo siento. Quiero que ustedes actúen
como si estuviéramos en medio de una crisis. Quiero que actúen como si la casa
estuviera en llamas, porque lo esta”. Al
enrarecido grupo de celebridades, Ejecutivos y políticos que hablan como
si la crisis climática fuera un problema de miopía humana universal, les
respondió... “ Si todos somos culpables, entonces nadie es culpable y algunos
son culpables. Alguna gente, algunas compañías y aquellos que toman decisiones
saben exactamente que valores están
sacrificando para continuar acumulando increíbles cantidades de dinero”.
Después de una pausa, ella continuo... “Creo que muchos de los que hoy están
aquí pertenecen a este grupo”. Según Klein, cuando ella habla en esos salones
llenos de adultos con ternos y corbatas, que la aplauden y filman en sus
teléfonos como si fuera un acto novedoso, la voz de Greta raramente tiembla. La
profundidad de sus sentimientos de perdida, de miedo y de amor por el mundo
natural, siempre es inconfundible. En su emotivo discurso al Parlamento Europeo
en Abril del 2019, les dijo... “Les ruego, por favor no fallen en esto”.
Sus discursos no han cambiado
las acciones de los que elaboran las políticas a seguir, si, en cambio, han
cambiado la acción de millones de seres humanos que se encuentran fuera de los
salones del poder. Cada video de la chica de los ojos ardientes se ha vuelto
viral. Ella les ha dado a incontables muchachas y muchachos la confianza que
ellos necesitan para creer en sus propios sentidos y oler el humo que se filtra
a través de las puertas cerradas herméticamente de un planeta en llamas. Escuchar a Greta hablar acerca de nuestra
inacción colectiva que casi le ha robado su voluntad de vivir ha ayudado a
otros a sentir el fuego de la sobrevivencia. La claridad y elocuencia de su
voz, dice Naomi, le dio validación al terror que muchos han venido suprimiendo
y compartimentando acerca de lo que significa vivir en la sexta gran extinción
y bombardeados constantemente por las advertencias de los científicos de que el
tiempo se nos esta acabando.
De pronto, chicos y chicas a
través del mundo tomaron sus señales
sociales de Greta, la niña que no toma señales de nadie, y empezaron a
organizar huelgas estudiantiles por cuenta propia. En una huelga masiva en Dusseldorf,
Alemania, los manifestantes
marcharon con una gigantesca
figura de papel de Greta, el ceño
fruncido y las trenzas colgando, como si fuera el santo patrón de los
niños enojados en todas partes del mundo. La trayectoria de Greta, la de una
escolar invisible, ha pasado a ser la
voz de la consciencia global, lo que es extraordinario. Pienso, ella dice, que
“de alguna manera nosotros los autísticos somos los normales y el resto de la
gente los extraños”. Esto le ayuda a no distraerse o confiar en
racionalizaciones... “Porque si la emisión tiene que parar, entonces debemos
parar la emisión. O continuamos como civilización o dejamos de existir. Tenemos
que cambiar”.
La ola de movilizaciones que
irrumpió en Marzo del 2019 conto con cerca de 2100 huelgas en 125 países, con
1.6 millones de jóvenes participantes. Notable para un movimiento que solo
había empezado 8 meses antes con una sola chica de 15 años en Estocolmo. Pero
Greta esta bien consciente de que este no es solo el resultado de su esfuerzo y su forma única de ver el mundo. Ella misma
nota que su inspiración vino de los adolescentes de Parkland, Florida, que
irrumpieron en la escena exigiendo el
control de armas. La huelgas del cambio climático ha sido el trabajo de miles
de lideres estudiantiles, sus profesores y organizaciones de apoyo, muchos de ellos dando
la alarma por años. Según un manifiesto de los huelguistas británicos... “Greta
Thunberg ha sido la chispa, pero nosotros somos el fuego”.
Nieves y Miro Fuenzalida.
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