Sunday, August 13, 2017

Multiculturalismo y revolución.

                  
Imaginemos una conversacion entre un visitante y un obrero en una fabrica de  muebles. Mientras caminan a lo largo de la linea de ensamblaje un ropero esta siendo armado con una precisión admirable. Despues de verlo totalmente terminado, los dos hombres se miran y dicen “ es perfecto”. Luego, uno de ellos abre la puerta del  mueble y… un cadaver cae de su interior.

¿Creación ex nihilo? Frente al determinismo  que define todas las esferas de la vida (negando que un evento en sentido propio pueda ocurrir al afirmar que todo puede ser explicado como el resultado de circunstancias ya presentes)  Lacan   afirma, por el contrario,  la posibilidad de que el Orden de las Cosas no pre-determina todo y que, de tiempo en tiempo, algo genuinamente Nuevo puede surgir ex nihilo, es decir, desde la nada, desde los poros del Edificio del Universo. Ortega y Gasset decía que la naturaleza no ha hecho más que dar saltos. El famoso “eslabón perdido” que los antropólogos andan buscando, visto desde esta perspectiva,  no seria mas que un pseudo-problema... La brecha que el “eslabón perdido” supone tapar es, en realidad, la brecha de la negatividad que hace posible  lo auténticamente  nuevo… ¿No es, en cierto sentido, el “eslabón perdido” el  que, también,  la  izquierda marxista  andaba buscando para determinar con precisión científica el paso del Capitalismo al Comunismo? (las condiciones maduras, la contradicción capitalista final, etc...).  Hoy día, nada de esto pareciera preocupar. El Capitalismo, ya sea estatal o de libre mercado, se presenta como el único y ultimo horizonte que determina lo posible y la lucha política solo se reduce  a una serie de batallas por el derecho a ser incluidos (las mujeres a ser como los hombres, el negro como el blanco, el inmigrante como el nativo, el homosexual como el heterosexual, etc... No fuera del sistema, sino  dentro del sistema)

Segun Zizek, todas estas batallas multiculturales, o políticas de la identidad si se prefiere, son, por supuesto, legítimas. Y es aquí donde el liberalismo encuentra su causa. Solo que ellas, a pesar del liberalismo,  no son, en sentido revolucionario, la lucha fundamental de hoy.  En verdad,  una emancipación puramente política no necesita de la crítica marxista de la economía política. Aquí la economía se presenta, simplemente, como una esfera mas entre otras esferas sociales. El problema es que, al presentar las cosa de esta manera,  se  ignora  la premisa básica que rebela que la economía posee un  estatus primario,  de que  es una matriz generativa de fenómenos que, en una primera instancia,  pareciera que no tuvieran nada que ver  unos con otros (cosificacion, mercantilización del sistema ecológico y la cultura…) En la dimensión estructural del proceso de  globalización actual la economía capitalista no es solo un dominio entre otros.  Podemos hablar constantemente  de luchas étnicas, ecológicas, feministas, religiosas o clasistas. Pero, cuando lo hacemos,  no debemos perder de vista  que esta ultima  no es solo una mas en la serie. Clase y lucha de clases implican, por supuesto,  lucha económica anticapitalista. En la estructura floreciente de culturas y combates sociales el capitalismo es esa estructura neutral básica que,  subyacentemente,  persiste.

La resignación  de la izquierda a abandonar  la idea del fin del Capitalismo,  la aceptacion tácita  de que el Capitalismo esta aquí para quedarse y que las energías criticas  deben concentrarse  solo  en las lucha  multiculturales,  dejan, despues de todo, la homogeneidad básica del sistema capitalista mundial intacta.  Esta es la diferencia clave  entre un acto político revolucionario y la  administración de las “cuestiones sociales” que siempre permanece dentro del marco de lo ya existente. La revolucion  no es simplemente algo que funciona dentro del “sistema”. Es un acto que cambia el verdadero marco que determina como las cosas funcionan… Y un acto  capaz de generar algo nuevo no es el resultado de condiciones existentes, sino la acción que, precisamente, cambia estas condiciones, que transforma las coordenadas de lo posible.

El acto revolucionario, el Evento,  dice Badiou,  es la irrupción de algo totalmente original (la Revolución Francesa, la creación de la física de Galileo, la invención del estilo clásico de Haydn, la invención de la escala de doce tonos de Schoenberg…) pareciera presentarse como algo irreducible al orden del ser social. Badiou dice, por ejemplo,  que las condiciones sociales son el sitio potencial del Evento, pero este es, por decirlo así, un acto abismal autónomamente fundado. No podemos explicar la Revolución Francesa simplemente a partir de sus condiciones sociales. Fue un acto autónomo  que nos permite leer las condiciones como condiciones revolucionaras. Podemos apuntar a las circunstancias que le dieron nacimiento, pero no podemos explicarla, exclusivamente, a partir de ellas. Hay una especie de acto de creación original desde el cual  un cierto universo  de significados emerge como si viniera de la nada y  que cambia el ambito que nos  revela la realidad. La noción Hegeliana  de  reversión dialéctica puede ser de alguna ayuda aquí. Algo surge y luego, retroactivamente, causa sus propias causas. No tenemos, simplemente, causa y efecto. Tenemos una causa  que, de alguna manera, retroactivamente, pone sus propias presuposiciones.  Dicho de otra manera, no hay fundamento objetivo último o criterio algorítmico desde el cual podamos determinar nuestras decisiones. En el  ambito biológico Maturana  y Valera muestran convincentemente esta estructura circular en su teoría  de sistemas autopoieticos. Para ellos, el verdadero problema no es como el organismo y su ambiente conectan o interactúan, sino lo opuesto... ¿como un organismo distinto y auto-idéntico emerge del ambiente? ¿Como una célula forma la membrana que separa su interior de su exterior?   La respuesta  de Maturana y Valera es… "por esfuerzo propio"  que es semejante a la idea hegeliana de "poner las  presuposiciones" a través de una inversión auto-reflexiva, es decir, de poner la causa despues del efecto. 

La cuestión, entonces, es… ¿cómo un Evento explota dentro del orden del ser social? ¿Cómo escapamos a la oposición Kantiana entre el orden de los seres y el momento mágico de la irrupción de algo verdaderamente nuevo? La respuesta siempre nos elude. Una  aproximación materialista tendría que partir con la pregunta… ¿cómo es posible pensar la  unidad del ser  y el evento?

  Lo que  asemeja  a todos los líderes  genuinamente revolucionarios es que no esperan que las leyes de la historia estén a su lado, en que la figura del Gran Orden Simbólico garantice sus actos. Estos estan llenos de riesgo y quien autoriza el riesgo es solo el que los elige. Si el salto revolucionario no  es un corte radical en la textura de la realidad, entonces no es nada. Y si, posteriormente, no hay  fidelidad con el Evento, lo genuinamente nuevo fracasa en emerger… ser fiel al Evento, dice Badiou, significa pensar y moverse dentro de la situación que el Evento  ha abierto... significa la obligación de inventar una nueva forma de ser en acuerdo con el Evento… ¿No fue esta ausencia de fidelidad lo que explica la tragedia de las revoluciones del siglo XX? ¿Y que la misma tragedia se repite hoy en Egipto?


Nieves y Miro  Fuenzalida

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