Imaginemos una
conversacion entre un visitante y un obrero en una fabrica de muebles. Mientras caminan a lo largo de la
linea de ensamblaje un ropero esta siendo armado con una precisión admirable.
Despues de verlo totalmente terminado, los dos hombres se miran y dicen “ es
perfecto”. Luego, uno de ellos abre la puerta del mueble y… un cadaver cae de su interior.
¿Creación ex
nihilo? Frente al determinismo que
define todas las esferas de la vida (negando que un evento en sentido propio
pueda ocurrir al afirmar que todo puede ser explicado como el resultado de
circunstancias ya presentes) Lacan afirma, por el contrario, la posibilidad de que el Orden de las Cosas no
pre-determina todo y que, de tiempo en tiempo, algo genuinamente Nuevo puede
surgir ex nihilo, es decir, desde la nada, desde los poros del Edificio del
Universo. Ortega y Gasset decía que la naturaleza no ha hecho más que dar
saltos. El famoso “eslabón perdido” que los antropólogos andan buscando, visto
desde esta perspectiva, no seria mas que
un pseudo-problema... La brecha que el “eslabón perdido” supone tapar es, en
realidad, la brecha de la negatividad que hace posible lo auténticamente nuevo… ¿No es, en cierto sentido, el “eslabón
perdido” el que, también, la
izquierda marxista andaba
buscando para determinar con precisión científica el paso del Capitalismo al Comunismo?
(las condiciones maduras, la contradicción capitalista final, etc...). Hoy día, nada de esto pareciera preocupar. El
Capitalismo, ya sea estatal o de libre mercado, se presenta como el único y
ultimo horizonte que determina lo posible y la lucha política solo se reduce a una serie de batallas por el derecho a ser
incluidos (las mujeres a ser como los hombres, el negro como el blanco, el
inmigrante como el nativo, el homosexual como el heterosexual, etc... No fuera
del sistema, sino dentro del sistema)
Segun Zizek, todas
estas batallas multiculturales, o políticas de la identidad si se prefiere, son,
por supuesto, legítimas. Y es aquí donde el liberalismo encuentra su causa. Solo
que ellas, a pesar del liberalismo, no son,
en sentido revolucionario, la lucha fundamental de hoy. En verdad, una emancipación puramente política no
necesita de la crítica marxista de la economía política. Aquí la economía se
presenta, simplemente, como una esfera mas entre otras esferas sociales. El
problema es que, al presentar las cosa de esta manera, se
ignora la premisa básica que
rebela que la economía posee un estatus
primario, de que es una matriz generativa de fenómenos que, en
una primera instancia, pareciera que no
tuvieran nada que ver unos con otros (cosificacion,
mercantilización del sistema ecológico y la cultura…) En la dimensión
estructural del proceso de globalización
actual la economía capitalista no es solo un dominio entre otros. Podemos hablar constantemente de luchas étnicas, ecológicas, feministas,
religiosas o clasistas. Pero, cuando lo hacemos, no debemos perder de vista que esta ultima no es solo una mas en la serie. Clase y lucha
de clases implican, por supuesto, lucha económica
anticapitalista. En la estructura floreciente de culturas y combates sociales
el capitalismo es esa estructura neutral básica que, subyacentemente, persiste.
La resignación de la izquierda a abandonar la idea del fin del Capitalismo, la aceptacion tácita de que el Capitalismo esta aquí para quedarse
y que las energías criticas deben
concentrarse solo en las lucha multiculturales, dejan, despues de todo, la homogeneidad básica
del sistema capitalista mundial intacta.
Esta es la diferencia clave entre
un acto político revolucionario y la administración
de las “cuestiones sociales” que siempre permanece dentro del marco de lo ya
existente. La revolucion no es
simplemente algo que funciona dentro del “sistema”. Es un acto que cambia el
verdadero marco que determina como las cosas funcionan… Y un acto capaz de generar algo nuevo no es el resultado
de condiciones existentes, sino la acción que, precisamente, cambia estas condiciones,
que transforma las coordenadas de lo posible.
El acto
revolucionario, el Evento, dice Badiou, es la irrupción de algo totalmente original
(la Revolución Francesa, la creación de la física de Galileo, la invención del
estilo clásico de Haydn, la invención de la escala de doce tonos de
Schoenberg…) pareciera presentarse como algo irreducible al orden del ser
social. Badiou dice, por ejemplo, que
las condiciones sociales son el sitio potencial del Evento, pero este es, por
decirlo así, un acto abismal autónomamente fundado. No podemos explicar la Revolución
Francesa simplemente a partir de sus condiciones sociales. Fue un acto autónomo que nos permite leer las condiciones como
condiciones revolucionaras. Podemos apuntar a las circunstancias que le dieron
nacimiento, pero no podemos explicarla, exclusivamente, a partir de ellas. Hay
una especie de acto de creación original desde el cual un cierto universo de significados emerge como si viniera de la
nada y que cambia el ambito que nos revela la realidad. La noción Hegeliana de reversión dialéctica puede ser de alguna ayuda
aquí. Algo surge y luego, retroactivamente, causa sus propias causas. No tenemos,
simplemente, causa y efecto. Tenemos una causa
que, de alguna manera, retroactivamente, pone sus propias presuposiciones.
Dicho de otra manera, no hay fundamento
objetivo último o criterio algorítmico desde el cual podamos determinar
nuestras decisiones. En el ambito
biológico Maturana y Valera muestran
convincentemente esta estructura circular en su teoría de sistemas autopoieticos. Para ellos, el verdadero problema no es
como el organismo y su ambiente conectan o interactúan, sino lo opuesto...
¿como un organismo distinto y auto-idéntico emerge del ambiente? ¿Como una
célula forma la membrana que separa su interior de su exterior? La
respuesta de Maturana y Valera es…
"por esfuerzo propio" que es
semejante a la idea hegeliana de "poner las presuposiciones" a
través de una inversión auto-reflexiva, es decir, de poner la causa despues del
efecto.
La cuestión,
entonces, es… ¿cómo un Evento explota dentro del orden del ser social? ¿Cómo
escapamos a la oposición Kantiana entre el orden de los seres y el momento
mágico de la irrupción de algo verdaderamente nuevo? La respuesta siempre nos
elude. Una aproximación materialista
tendría que partir con la pregunta… ¿cómo es posible pensar la unidad del ser y el evento?
Lo
que asemeja a todos los líderes genuinamente revolucionarios es que no
esperan que las leyes de la historia estén a su lado, en que la figura del Gran
Orden Simbólico garantice sus actos. Estos estan llenos de riesgo y quien
autoriza el riesgo es solo el que los elige. Si el salto revolucionario no es un corte radical en la textura de la
realidad, entonces no es nada. Y si, posteriormente, no hay fidelidad con el Evento, lo genuinamente
nuevo fracasa en emerger… ser fiel al Evento, dice Badiou, significa pensar y
moverse dentro de la situación que el Evento
ha abierto... significa la obligación de inventar una nueva forma de ser
en acuerdo con el Evento… ¿No fue esta ausencia de fidelidad lo que explica la
tragedia de las revoluciones del siglo XX? ¿Y que la misma tragedia se repite
hoy en Egipto?
Nieves y Miro
Fuenzalida
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