Sunday, August 27, 2017

El cambio climático y yo... o tu.

Hubo un tiempo, 250 millones de años atrás para ser precisos, la tierra fue inmensamente mas caliente de lo que es ahora.  En el pasado reciente la ultima edad de hielo termino aproximadamente 12 000 años atrás. Hace 20 000 años fue tan caliente que los hipopótamos vagabundeaban en el sur de Inglaterra. Si hoy existimos y hemos creado una civilización es solo porque  hemos vivido en un periodo inter glacial que ha hecho posible la existencia humana....  periodo que esta a punto de terminar.  La  memoria de las rocas revela que la superficie terrestre esta sujeta a una continua organización y reorganización.

La temperatura global media ha variado enormemente en  la historia del planeta y la razón básica tiene que haber sido la cantidad de energía solar que llega a su superficie. Ya en el siglo XIX se sabia que la trayectoria de la tierra alrededor del sol es menos estable de lo que aparece. En 1920 el matemático yugoslavo, Milutin Milankovitch,  preciso los tres tipos de variaciones que afectan el movimiento  de la tierra en el espacio. La tierra viaja en una orbita elíptica excéntrica. En el curso cíclico de 100 000 años la orbita se hace menos elíptica y mas circular para luego volver a la trayectoria elíptica. Además la Tierra misma esta inclinada y el ángulo de la inclinación cambia en el curso cíclico de 41 000 años, de un máximo de 24.5 grados  lejos de la vertical a un mínimo de  21.5 grados. La inclinación actual se encuentra  exactamente en el medio de estos dos extremos.  Y, por ultimo, la tierra también gira alrededor de su eje con una  oscilación  de 22 000  años, con un pequeño cambio en su  giro cada 19 000 años. Milankovitchen en una serie de ecuaciones  liga estos tres tipos de excentricidades con los cambios climáticos. En 1976 la evidencia apoya su teoría cuando los científicos descubren que los sedimentos del fondo del océano pueden revelar la temperatura que el agua tubo hace miles de años  atrás. Las capas mas profundas de sedimento muestran que las profundidades del océano durante el periodo Cretáceo, el tiempo  de los dinosaurios,  fue de cerca de 20 grados mas caliente de la que hoy tenemos. Este es un tremendo cambio. Otros menos drásticos  se han descubiertos  que coinciden con el enfriamiento gradual que comenzó hace 115 000 años y que culmina con la edad de hielo 15 000 atrás.  En 1979 el físico suizo Hans Oeschger, trabajando con burbujas atrapadas en el hielo,  fue capaz de mostrar que el nivel de dióxido de carbono fue 100 partes por millón mas alto cuando el mundo empezó a calentarse 12 000 años atrás comparado con los niveles  de 17 000 años atrás de la mas reciente edad de hielo. El dióxido de carbono aparece, de acuerdo con estas evidencias,  como el facilitador que aumenta el efecto de los ciclos de energía solar en la atmosfera de la Tierra. Los mecanismos de su funcionamiento han sido investigados desde diferentes direcciones conocidos ahora  como  los “efectos del invernadero”.

La cosa es esta... ¿el actual aumento de la temperatura global causara que el clima mundial  se dispare fuera de control? Uno de los factores mas importantes en este proceso, como la evidencia muestra, es el aumento del dióxido de carbono.  Estamos en la etapa en que  una nueva edad de hielo debiera empezar. Pero, hay un problema con este escenario. Debido a la excesiva liberación de dióxido de carbono debido a la actividad humana los resultados del calentamiento global pueden desrielar  todo el proceso. Si este es el caso puede que estemos en dirección hacia otro periodo de deterrimiento del hielo polar en lugar  de la edad de hielo programada. De acuerdo a los datos esta es la dirección en la que ya estamos.

El escritor David Wallace-Wells acaba de publicar el 9 de Julio de este año un largo articulo en la revista  “New York” en el que  promete que las cosas serán mucho peor de lo que pensamos... hambrunas,  colapso económico y un sol que nos cocinara a todos.  

Como cualquier buen mamífero somos motores térmicos y nuestra sobrevivencia depende de nuestra capacidad para enfriarnos.  Para eso necesitamos que la temperatura sea lo suficientemente baja para que el aire actúe como un refrigerante y enfríe la piel para mantener la maquina  funcionando.  La línea roja es de una temperatura máxima, que  refleja la humedad y calor (wet-bulb),  de 35 grados Celsius. Estamos cerca. Desde 1980 el planeta ha experimentado  12 record   de máxima temperatura. El ultimo fue en el 2016 con un aumento de 0.12 grados Celsius.  Sobre  40 grados la temperatura es letal.

¿El fin del alimento? Por cada grado de aumento de temperatura la cosecha de cereales disminuye en un 10% . Si el planeta es 5 grados mas caliente y 50% mas de seres humanos  tendremos un 50% menos de cereales para alimentarlos.  Y con el ganado es peor.  Se necesitan 16 calorías para producir una caloría de carne. En estos momento los trópicos ya son demasiado calientes para cultivar granos eficientemente y los lugares donde hoy se producen ya tienen una optima temperatura. Bastara un  pequeño calentamiento o continuas sequias para causar  una inmediata disminución de la producción. Y no es tan fácil mover la producción agrícola a otras regiones mas remotas donde la calidad de la tierra es inferior, como el norte de Canadá o Rusia. Para el 2080 el sur de Europa  experimentara sequias extremas al igual que Iraq, Siria, el Medio Oriente, Australia, Africa, América del Sur y China. Ninguno de estos lugares, de donde hoy proviene la mayor parte de alimentos, serán fuentes seguras.

¿Qué pasara cuando las capas de hielos polares se derritan? El hielo es historia congelada que puede reanimarse nuevamente. Atrapadas en el Artico hay enfermedades  que no han circulado en el aire por millones de años, algunas de ellas desde antes que los humanos existieran. Lo trágico es que nuestro sistema inmunitivo no sabe como combatir estas plagas prehistóricas.  En el 2016 un niño murió al ser infectado por ántrax cuando el descongelamiento del permafrost  expuso la carcasa de un reno muerto por la bacteria 75 años atrás. Lo que preocupa a los epidemiologistas, mas que las enfermedades antiguas, son los flagelos actuales reevolucionados por el actual calentamiento climático.  El ejemplo es Zika. Atrapado en Uganda  no parecía causar defectos de nacimiento... hasta ahora.

Necesitamos oxigeno y el oxigeno es solo una fracción de lo que respiramos.  La fracción de dióxido de carbono esta creciendo. Acaba de cruzar 400 partes por millón y la extrapolación de este crecimiento actual sugiere que alcanzara 1 000 ppm en el 2100. A ese nivel  la habilidad cognitiva humana declinara en un 21%. El aumento de la polución, además,  acortara la duración de la vida en 10 años. Según el Servicio Forestal de Estados Unidos los incendios forestales serán dos veces mas destructivos que ahora y en algunos lugares las áreas quemadas  crecerán  cinco veces mas comparadas con las de hoy. La emisión que estos  incendios producen aumentara el dióxido de carbono hasta un 40%. Mas incendios significa mas calor y mas calor, mas incendios... que es lo que ya estamos experimentando. Lo mas escalofriante es la posibilidad de que la foresta del Amazonas, que ya en el 2010 sufrió su segunda sequia  en cinco años, puede secarse lo suficiente para llegar a ser vulnerable a este tipo de devastación, lo que agregaría mas dióxido de carbono a la atmosfera.  

¿Tiene el calor algo que ver con  la violencia? Los investigadores Marshall Burke y Solomon Hsiang cuantificaron algunas de las relaciones entre temperatura y violencia. Por cada medio grado de aumento de temperatura la sociedad vera entre un 10 a un 20 por ciento de aumento en conflictos armados. En la ciencia climatológica nada es simple, pero la aritmética es angustiante. Un planeta cinco veces mas caliente  doblara el numero de  conflictos armados en el transcurso de esta centuria, lo que aumentara las migraciones que ya empezaron. A lo menos 65  millones de seres humanos ya han sido desplazados de sus territorios.  Esta es la razón de que el Pentágono este obsesionado con el cambio climático.

Un gran numero de historiadores  han empezado a sugerir que el crecimiento económico que empezó en el siglo XVIII se debe, no tanto a las innovaciones, intercambios comerciales o al dinamismo del capitalismo global, sino al descubrimiento del combustible fósil. El costo ha sido desbastador... rápido cambio climático. Según Hsiang y sus colegas el aumento de cada grado Celsius de temperatura cuesta, promedio, 1.2 del PIB. Su proyección media es de una perdida del 23%  per cápita globalmente para el final de la centuria. La magnitud de esta devastación económica es bien difícil de comprender.

La emisión de gases, según los cálculos actuales, subirá el nivel del mar  en 1.2 metros y, probablemente, en 3.5 metros para el termino de la centuria. Un tercio de las mayores ciudades del mundo están en la costa junto con plantas de energía, puertos, bases navales, tierras de cultivo, pesca, pantanos y arrozales. A lo menos 600 millones de seres humanos viven actualmente a 10 metros de la costa. Y esto es solo el comienzo. El mar absorbe mas de un tercio del dióxido de carbón que causa  acidificación oceánica  que mata las capas de coral que mantienen mas de un cuarto de la vida marina. El coral es el primer eslabón de la cadena alimenticia. Un océano con bajo oxigeno es el ambiente propicio para todo tipo de microbios que hace el agua mas ‘anoxic”. Este proceso destruye la vida marina y , por supuesto la pesca, como ya lo vemos en partes del Golfo de México y las costas de Namibia.

¿Por que no vemos todo esto? Tal vez porque los dilemas y dramas del cambio climático son incompatibles con el tipo de historias que buscamos y nos contamos a nosotros mismos. Historias  que enfatizan la actitud optimista y la fe en la humanidad para responder a cualquier desafío que se le presente. De todas maneras la tecnología y la ingeniosidad humana, según la mantra  contantemente repetida,  encontraran la solución... ¿realmente? ¿por cuánto tiempo durara esta ceguera? Podemos predicar el optimismo todo lo que queramos... pero, el mundo que viene no desaparecerá  por ello. Con seis grados mas de temperatura los sistemas ecológicos se verán atacados por tifones, tornados, inundaciones y sequias cada vez mas fuertes y mas seguidas. Según la visión de algunas mentes perspicaces el cambio climático equivale a algo así como un deuda moral que se ha venido acumulándo desde la Revolución Industrial cuya fecha de pago esta por vencerse. De alguna manera la quemazón de carbón, que comenzó en el siglo XVIII en Inglaterra, fue el fusible desde el cual todo lo otro sigue. Su aceleración alcanza su máximo en las tres ultimas décadas en donde el dióxido de carbono emitido por la humanidad ha sido la mitad de lo emitido en toda su historia. En una sola generación desde la Segunda Guerra Mundial la figura es del 85%.  

¿Hay una solución? Parar la emisión de energía fósil y la industria de la carne. El problema es que, como dicen los historiadores del “capitalismo fósil”, la base que sostiene el capitalista es justamente la energía fósil. Sin ella  todo el proceso de permanente crecimiento económico y consumo que requiere el sistema  colapsa, dejando como secuela una cesantía masiva. Ni las corporaciones ni los trabajadores están dispuestos a pagar este precio... ¿cómo, entonces, cuadramos este circulo?


Nieves y Miro Fuenzalida.

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