¿Por qué las voces de los Dioses,
de los ídolos y de los espíritus fueron tan omnipresentes en el mundo antiguo? ¿Por que los oráculos tuvieron el poder de influir naciones enteras
como en Grecia, por ejemplo? ¿Y por que, de pronto, las voces desaparecieron?
¿Qué paso? ¿Sera lo que hoy conocemos
como esquizofrenia el vestigio de una mentalidad mas temprana? Según la Biblia,
Elohim, El Todo Poderoso, nos hablaba todo el tiempo. Pero, después de la
Caída, de la emergencia de la conciencia, Dios solo se aparecía a ciertos
profetas elegidos en momentos de crisis.
Su presencia fue reemplazada por
el pobre sustituto del sacerdote y la escritura. La Biblia esta llena de angustia
frente al silencio de la Divinidad, como leemos en el Salmo 35… “No permanezcas
en silencio, no me abandones Señor”… Y
lo mismo en la Teodicea Babilónica...“Pueden los Dioses que me echaron darme
ayuda/Pueden los Dioses que me abandonaron mostrarme misericordia”. Frente a este silencio los
oráculos y oraciones fueron el intento de convocar nuevamente las instrucciones
de los Dioses.
En 1976 Julián Jaynes, un sicólogo
de la universidad de Princeton, publico un extraño libro con el largo titulo de “El Origen de la Conciencia y la Ruptura de la Mente Bicameral” en donde
expone una tesis bastante original y, al
mismo tiempo, controversial.
Curiosamente, después de cuatro décadas su influencia todavía se
deja sentir en los estudios de la mente. La conciencia, dice Jaynes, solo surgió, mas o
menos, 3 000 años atrás. Antes de esa
fecha, desde el año 10 000 AC hasta el año 1 000 AC, todo el mundo escuchaba
voces y veía visiones que tomaban como las ordenes de Dios que obedecían sin cuestionamiento. Lo asombroso de la tesis es la afirmación de
que es posible tener toda una civilización, como los imperios agrícolas antiguos
de Asiria, Babilonia, Mesopotamia, Egipto, India, China y Mesoamérica operando
sin conciencia, es decir, sin introspección, auto reflexión o libre albedrío. Una civilización capaz de
hablar, juzgar, razonar, resolver problemas, en verdad, todas las cosas que hoy
hacemos, pero sin conciencia de ello. Los lideres usaban las voces para guiar a
las masas en un esfuerzo común. Este es
el mundo que encontramos, por ejemplo, en secciones del Antiguo Testamento, los
escritos Sumerios, en el Código de
Hammurabi, en Gilgamesh, en los tallados
de piedra de los Mayas y en la Ilíada.
Los héroes en este poema, por ejemplo,
no tenían un mundo interior ni capacidad critica. Los dioses se les aparecían en ciertas
circunstancias, especialmente en periodos de incertitud, y les decían lo que debían hacer. Sin estas voces los
héroes hubieran quedado sin saber que hacer en las playas de Troya. Eran los Dioses los que asumían las funciones
que hoy conocemos como voluntad. Igualmente en la Biblia el profeta Amos nunca
hablaba de si mismo, del pasado o del futuro. Su sola preocupación era aquí y
ahora y la voz de Dios en su cabeza. Y el no estuvo solo. Entre muchos otros,
Abraham también escuchaba la voz de Dios
y el tenia que obedecerla, incluso si la voz le ordenaba sacrificar a su hijo
Isaac. Lo que estos protagonistas muestran, según la evidencia de los
documentos anteriores al año 1 000 AC,
es la ausencia total de la capacidad de pensar por si mismos. En las
sociedades bicamerales escuchar voces
era considerado normal y su recepción era reforzada por toda la comunidad.
¿De donde provenían estas voces? Según Jaynes, del hemisferio
derecho del cerebro, hemisferio que el hombre y la mujer bicameral experimentaban como algo externo, ajeno a ellos, como lo Otro. Antes del
surgimiento de la conciencia el cerebro humano estaba organizado en un
hemisferio derecho (sintético, poético) que transmitía a través del corpus
callosum instrucciones verbales
alucinatorias al hemisferio izquierdo (analítico, racional) especialmente en
situaciones de tensión. Una mentalidad humana con una parte responsable
de las decisiones y otra que las obedecía, sin que ninguna de ellas tuviera
conciencia de lo que ocurría. La
diferencia estructural y funcional de los dos hemisferios, tal como
muestran los estudios de la lateralización del cerebro, es lo que
sirve de base al modelo neurológico de la mente bicameral. Los centros del lenguaje son la corteza motora
suplementaria y las áreas de Broca y Wernicke,
ubicadas en el hemisferio izquierdo, en la mayor parte de los seres
humanos.
La pregunta es... ¿por que las
funciones del lenguaje están representadas en un solo hemisferio cuando todas
las otras funciones importantes son ventajosamente representadas bilateralmente
en la vida animal? Y mas misterioso aun es el hecho de que las estructuras
neurológicas necesarias para el lenguaje existen también, aunque silenciosamente, en el hemisferio derecho, a excepción de
ciertas circunstancias en que se
transforman en un hemisferio lingüístico, al igual que el lado izquierdo, como
en algunos ambidextros y esquizofrénicos.
Según Jaynes estas áreas silenciosas son las que tuvieron alguna función en las
etapas mas tempranas de la historia de la humanidad y que hoy no las tienen. El
lenguaje, dice, estuvo concentrado solo en un hemisferio para dejar libre al otro
para la voz de los dioses. Es desde aquí de donde provenían las
instrucciones para construir las civilizaciones antiguas y fundar las
religiones del mundo. Los dioses hablaban y los humanos obedecían, porque las voces, en el fondo, eran la
voluntad humana.
¿Por que estas voces de pronto desaparecieron?
Durante el segundo milenio AC la mentalidad bicameral empieza a funcionar defectuosamente. Las sociedades
antiguas, según la historia, tienden a colapsar
periódicamente, como lo atestiguan Egipto en los periodos intermedios y las ciudades Mayas, debido a cambios en el medio ambiente que afectaron el equilibrio sociocultural que
la mente bicameral de estas sociedades sostenía. Las emigraciones masivas
causadas por los terremotos mediterráneos y las guerras de conquista y
expansión crearon situaciones inesperadas
que requirieron que la mentalidad antigua se hiciera mas flexible y
creativa.
La autoconciencia fue la solución evolutiva cultural a todos
estos problemas y, al igual que la bicameralidad, surgió como una adaptación neurológica
a la complejidad social de un mundo en constante cambio.
La conciencia humana, dice
Jaynes, se centra en el poder del
lenguaje para crear metáforas y analogías, metáforas de “mi” y modelos del
“yo”, que funcionan a través de la introspección y auto visualización que están íntimamente ligadas a la volición y
capacidad de elección. Los jeroglíficos y la escritura cuneiforme son difíciles de traducir y entender en profundidad.
Es un mundo con el que no nos relacionamos fácilmente. Es solo en los años
600’s AC, en la Edad de Oro de Grecia en donde encontramos por primera vez evidencia histórica de la
existencia de la conciencia, de un “yo”, de un espacio mental interior. Con Solón, Tales de Mileto, Anaximandro,
Pitágoras y Sócrates nos encontramos con mentes mas familiares. Antes de esta
época no encontramos la conciencia por ninguna parte.
Según algunos críticos esta es
una hipótesis bien extraña y absurda que va en contra de todo sentido común y
la evidencia, según Assad y Shapiro, no apoya la idea de que el hemisferio derecho este involucrado
en las alucinaciones auditivas. Investigaciones recientes, sin embargo, han
proveído nuevas evidencias de que el hemisferio derecho esta involucrado en la
producción de alucinaciones auditivas y las neuroimagenes (CT Scan) confirman el modelo neurológico de Jaynes.
Según una publicación del Doctor Robert
Olin en la revista científica Lancet, ‘alucinaciones auditivas que surgen en el lóbulo temporal-parietal derecho son
transmitidas al lóbulo temporal-parietal izquierdo”. Y la idea de que el
lenguaje es un componente necesario de la conciencia y de las formas mas
abstractas de pensamiento también ha adquirido mas aceptabilidad en los
años recientes entre los cognitivistas
como Daniel Dennett, Andy Clark, William Calvin y José Luis Bermúdez, entre
otros. En la Universidad de California Eric Schwitzgebel ha realizado
experimentos que muestran que mucho mas esta ocurriendo en el trasfondo
y la periferia de la mente de lo que en estos momentos estamos conscientes. En
otras palabras, una buena parte de
nuestra actividad diaria opera automáticamente.
El estudio de la conciencia ha experimentado un auge en los laboratorios de la ciencia neurológica
alrededor del mundo. Pero, así y todo, la ciencia esta bien lejos de capturar
lo que es la experiencia subjetiva. El merito de Jaynes es que el “lo hizo hermosamente,
abriendo una puerta acerca de que es lo que se siente al estar vivo y ser consciente de ello”. Cualquiera
sean las limitaciones de la hipótesis bicameral, con lo que nos quedamos
es con la exploración de las fronteras de la conciencia sin evitar sus
misteriosas cualidades.
Nieves y Miro Fuenzalida.
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