El relativismo, y en especial el
relativismo cultural, están en dificultades. No es que no lo hayan estado
antes. Es solo que ahora su mera mención despierta un apasionado rechazo político. Activistas de los derechos humanos,
socialistas, comunistas e ideólogos de derecha lo consideran una creencia destructiva y la clerecia junto a las corrientes más tradicionales
lo ven como la negación de la existencia
de una verdad ética universal y una
invitación a la degeneración moral. En
breve, una creencia diabólica.
Maryam Namazie, intelectual y directora del Partido de Trabajadores
Comunistas de Irán, lo llama el fascismo
de nuestra época que debería ser consignado al basurero de la historia (1998). En EEUU, después del ataque del 9/11, Bush y el chovinismo
nacional rápidamente acusaron al postmodernismo de vaciedad moral al cuestionar
la verdad, universalidad y objetividad
de los valores de la democracia norteamericana. Cualquiera sugerencia de que
los aparentemente universales principios del Occidente son construcciones ideológicas y que una
cultura, la Occidental, no puede confiablemente condenar a otra de inferior fue considerado una falta de patriotismo
que merece ser removida rápidamente de
la narrativa nacional como le paso al reverendo
Jeremías Wright durante la primera campaña electotoral de Obama. En el 2006 Salmon Rushdie junto a doce prominentes
intelectuales del mundo Islámico escriben un manifiesto que caracteriza al
relativismo como una doctrina antidemocrática que facilita el totalitarianismo
teocrático.
Pero… si recordamos bien ¿no fue el relativismo cultural que al inicio
del siglo XX irrumpió en el mundo de las
ideas como una herramienta revolucionaria de análisis social y entendimiento humano que desafió las
nociones de colonialismo, elitismo, etnocentrismo, patriarcalismo y racismo? La
historia intelectual del siglo muestra que la característica sobresaliente de
la teoría filosofica fue el cuestionamiento radical de los conceptos
tradicionales de objetivismo, absolutismo y universalismo y la búsqueda de
modelos alternativos. Es curioso que después de un siglo las
nociones de cultura y relativismo cultural todavía sean tan mal interpretadas,
distorsionadas y selectivamente aplicadas. Una idea bastante común en contra
del relativismo posmodernista, por ejemplo, es la creencia de que este afirma
que los datos históricos son relativos, que la verdad es subjetiva y que la
narrativa de uno es tan buena como la de cualquier otro ¿Quién en el llamado
post modernismo dice esto? No Foucault, Derrida, Lyotard, Rorty, Deleuze, Badiou,
Hayden White o Stanley Fish para nombrar
solo a los sospechosos de siempre.
En la homilía dirigida al conclave que iba a elegir al nuevo Papa el
cardenal Ratzsinger (Abril 18, 2005) afirmo que el relativismo característico
de nuestra época no reconoce nada definitivo, se orienta de
acuerdo a donde sople el viento y sus
juicios tienen como ultima medida solo los deseos y el ego. El sub texto del
mensaje es la reafirmación de la autoridad absoluta del sacerdocio y el
carácter definitivo de la doctrina Cristiana en contraste con el relativismo.
Es la alta jerarquía sacerdotal la última autoridad en determinar, decidir y
elegir. La “dictadura del relativismo” que solo obedece al ego y sus deseos se
contrapone aquí a la sumisión de los creyentes a la autoridad de la Iglesia que
tiene como medida y ultimo fundamento a la voluntad de Dios que es identificada y articulada por el
conclave de cardenales.
La “dictadura del relativismo”, según la alusión del entonces Cardenal
Ratzsinger, sugiere la atracción e influencia que ciertos movimientos como el marxismo, liberalismo, ateismo,
pragmatismo, poststructuralismo, constructivismo o descontructivismo tienen en el discurso teórico contemporáneo cuya
mayor amenaza es su disposición a cuestionar, criticar y revisar todo conocimiento
definitivo. La imagen de que uno vaya
donde el viento sople alude al pluralismo heterodoxo en donde “múltiples
doctrinas insustanciales y pasajeras” pasan a dominar el campo teórico. Lo
curioso en esta lista es la ausencia del
Islam, Budismo, Panteísmo o de
cualquiera otra doctrina basada en la fe que también forman parte
de esos vientos que bambolean la nave cristiana ¿Será porque puede hacer
surgir en la mente de algunos católicos la pregunta de que es lo que hace a la
Iglesia Romana única entre la multiplicidad de doctrinas religiosas? La
respuesta de la Iglesia es que el mensaje católico no es una doctrina entre
otras, una moda intelectual o una fe primitiva,
sino la mismísima verdad. El
cristianismo no es insustancial o pasajero y dos mil años de historia lo prueban ¿Pero, no es cierto
que también hay otras doctrinas más viejas y definitivas que igualmente proveen estabilidad y medida a
sus seguidores? ¿Y por que solo la
Iglesia conoce la voluntad de Dios? Según la homilía una fe madura es la que se
arraiga profundamente en la amistad con Cristo. No es el hombre la medida de
todas las cosas, sino El Hijo de Dios. Es su amistad la que nos abre a todo lo
que es bueno y nos da el criterio que permite distinguir entre lo verdadero y lo falso. Es una relacion sin secretos y una
comunión de voluntades unidas a Dios. Los amigos de Jesús son los Apóstoles y sus descendientes, el
episcopado, el conclave de cardenales y el Vaticano que entregan la doctrina de la Iglesia que es
idéntica a la voluntad de Dios porque es lo que el Señor ha dicho con sus
propias palabras. Dicho de otra manera, la Iglesia se auto autoriza como última
autoridad en decidir que es verdad y que
es falso.
Si aceptamos como definitivas las
enseñanzas de los edictos y encíclicas del Vaticano, incluyendo las del actual
Papa, estamos en dificultades. Son esta enseñanzas que ligan las políticas de
la iglesia al nombre del Hijo de Dios, del amor, de la verdad, la bondad y la amistad las que históricamente han ayudado a mantener los privilegios de los
poderosos, reafirmar los prejuicios y
desbastar millones de seres humanos a
través del mundo (Prohibición de contraceptivos, subordinación de la mujer al
hombre en la iglesia y familia y negación de la homosexualidad, para nombrar los que hoy día son los mas obvios)
¿Cuál es el problema con una doctrina definitiva? ¿Y que es lo que el postmodernismo teórico dice? La idea clásica de la verdad como
correspondencia con la realidad ha venido siendo cuestionada desde mucho antes
del surgimiento del postmodernismo. La revolución copernicana de Kant, uno de los
cambios más profundos en la historia del
pensamiento, sostuvo que la mente, en
lugar de reflejar pasivamente una realidad independiente, activamente procesa y organiza la experiencia en la construcción del
conocimiento. Es la intuición y los conceptos del entendimiento los que
estructuran los datos sensoriales. El conocimiento genuino, lejos de ser
anulado por la contribución subjetiva, la requiere. Sin ella los datos
sensoriales solo producirían información contingente. Según el filósofo francés
Meillasoux la noción central de la filosofía post kantiana ha sido la de correlación de acuerdo a la cual nosotros solo tenemos acceso a la correlación
que existe entre subjetividad y objetividad, entre pensamiento y ser y nunca a ninguno de ellos considerado aparte del otro ¿Por
qué? Porque el pensamiento no puede
salir de si mismo para comparar el mundo
tal como es con el mundo que se nos
aparece en la experiencia o el pensamiento. No puede distinguir lo que es función de nuestra relacion con el mundo y lo que pertenece solo
al mundo porque hacerlo seria auto
contradictorio. En otras palabras… podemos decir que somos capaces de pensar lo que es independiente del
pensamiento, pero por el mero hecho de
pensarlo lo transformamos en correlato de nuestro pensamiento. Desde el momento en que pensamos una propiedad
que pertenece al mundo en si mismo, estamos pensando el mundo y su propiedad y
al pensarlo lo transformamos en un ser para nosotros. No hay conocimiento de
algo que este más allá de nuestra
relacion con el mundo. Por muy independiente que pensemos que una realidad sea sigue siendo una realidad para nosotros concebida como una forma de representación en sentido
kantiano, como un acto de la
subjetividad según la fenomenologia, como
una forma de lenguaje especifico según los filósofos analíticos, etc. En este
sentido la realidad exterior es relativa. Relativa a nosotros. Pero esta
relatividad, como algunos afirman, no significa que cualquier cosa sea verdad porque la verdad siempre esta constreñida o determinada por un estilo
particular de pensamiento, por un sistema de ideas y presuposiciones propias de una época y por una comunidad académica o
religiosa que la define. Es la verdad entendida como una perspectiva histórica, un evento
dentro de un contexto, mas que como una convención.
Para el postmodernismo el poder
de este argumento hace imposible volver
a una etapa de dogmatismo metafísico pre kantiana en donde la preocupación de los filósofos eran cuestiones como ¿Cual es la verdadera naturaleza de la
sustancia? ¿Quién es Dios? ¿Qué es el átomo? Después de Kant la pregunta es ¿Cuál correlación es más originaria? ¿La de sujeto-objeto, la de lenguaje-referente, la
de yo y mi circunstancia? La cuestión ya no es ¿Cual es el sustrato verdadero?
sino ¿Cuál es la correlación adecuada?
Aquí, por supuesto, surge la pregunta obvia ¿Es el correlacionismo una
nueva versión del idealismo que niega la existencia de una realidad exterior al
pensamiento? Es cierto que el idealismo subjetivo y el idealismo absoluto son
dos variaciones, entre muchas otras, del
correlacionismo. Pero, la mayoría de los correlacionistas niegan el idealismo y
sostienen la tesis de que ciertamente el ser existe fuera del pensamiento. Kant sostuvo que además
del ser para nosotros, existe el ser en si mismo. Solo que, como no tenemos acceso
a el aparte del pensamiento, el ser en
si es inconocible
El correlacionismo es un
argumento poderoso y solo puede ser refutado por un mejor
argumento. Refutar significa afirmar que es posible tener acceso a una realidad
independiente del hecho que la pensemos. Pero, para ello, hay que mostrar como salir del círculo correlacional, como podemos
pensar algo independiente del pensamiento o de la humanidad sin transformarlo
en un correlato del pensamiento. Cualquier forma de absolutismo trascendental,
de la creencia en un sujeto necesario que es meramente postulado sin probarlo racionalmente es volver
a un realismo dogmático o a un materialismo ingenuo pre critico que deja el círculo vicioso de la herencia kantiana
intacto. La cuestión no es solo creer en
la existencia de la realidad en si, sino en demostrar su existencia. Y este es
el proyecto filosófico que hace algún tiempo emprendieron Deleuze, Guattari, Badiou y Zizek y que hoy
retoma un grupo de teoricos que se agrupan en lo que ellos llaman
realismo especulativo.
¿Por que toda esta discusión
debiera importarle a alguien?
Porque conocimiento es poder. Y poder en una forma mucho más fundamental
que el poder para controlar y modificar
la naturaleza. Es el poder que permite determinar quien puede hablar, quien
esta autorizado a gobernar y quien determina que lugar una persona o
institución ocupa dentro de la sociedad. Todas cuestiones relacionadas con la
vida, el gobierno y la libertad. Aunque esto no sea aparente la epistemología personal refleja el tipo de
orden social que preferimos.
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