De pronto, conversando, nos damos cuenta que ya son las 6
de la tarde…Diablos, como se va el
tiempo…
¿Y adónde se va? Mas aun, si se va… primero tiene que haber venido ¿cierto?… pero, si ha venido ¿de
donde viene? ¿Y si viene y se va y nunca se queda podemos decir que es real o solo
una mera ilusión, un figmento sin sustancia? ¿Es nuestro universo temporal? Para
que todas estas preguntas tengan algún sentido, como dicen los filósofos,
necesitamos una idea claramente
razonable de lo que estamos hablando. El
problema es que, al parecer, es mas fácil decirlo que hacerlo.
La idea del tiempo ahora es estudio científico junto con los protones, neutrones, quarks y campos
magnéticos. Si alguien quisiera saber algo acerca del tiempo tendría que
dirigirse a los físicos teoricos. Pero… ¿el tiempo del que habla la ciencia… es
tiempo, en la misma forma en que el
quark del que habla la física, es quark?
La verdad es que el tiempo no se nos
aparece como otra característica del
mundo natural similar a las partículas elementales y es muy posible que ni siquiera sea un rasgo de nuestro universo y
que, a la postre, no denote ninguna cosa.
La realidad en que vivimos esta poblada
de árboles, animales, ríos, rocas,
planetas, colores, ruidos y muchas otras cosas que se relacionan e
interactúan entre si. Pero, no esta poblada
por horas y años, días y fechas, siglos y milenios. El pasado se fue y
el futuro todavía no llega. Ninguno de los dos es y el presente se evapora tan
pronto como lo nombramos. Y, justamente, son estos los que constituyen el
tiempo. Y si estos no son reales, entonces, el tiempo no es real.
¿Realmente? La creencia de que el
tiempo no existe se nos aparece como algo absurdo porque es obvio que todo lo que ocurre o existe ocurre y existe en el tiempo. Si el
tiempo fuera irreal tendríamos que
inferir que cada cosa física es también irreal. Y si cada cosa física es
irreal, todo es irreal. Luego, si nada es real, entonces ser irreal carece de
toda connotación. Solo una suposición sin sentido. La noción misma de tiempo
como algo irreal es contraproducente y autodestructiva.
Si creemos que el tiempo existe… ¿de que manera existe? ¿No será que la
duración temporal no existe “ahí afuera” junto con las otras cosas de nuestro
universo, sino “en nosotros”? De acuerdo a cierta tradición solo nuestros
actos y procesos interiores tienen características temporales y el tiempo existe en relacion con nuestra
vida interior. Según Descartes la existencia física y la existencia mental son dos realidades distintas. El espacio es
la medida del movimiento físico de las
cosas que existen fuera de nosotros a diferencia del tiempo que es la medida
del movimiento mental interno. El problema con esto es que si el tiempo es una
función de la psique muchas condiciones internas pueden afectar nuestra
conciencia del tiempo. Este no
pasa igual, por ejemplo, si estamos entretenidos o aburridos y la fiebre, los
sueños, los diferentes estados emocionales, las drogas y los distintos niveles de excitación cambian el ritmo de nuestro reloj interno.
Luego, si el tiempo es solo una experiencia subjetiva, entonces no
tiene realidad externa, lo que nos lleva nuevamente al escepticismo.
Desde la antigüedad hasta el siglo XVII el tiempo estuvo subordinado al
movimiento. El tiempo era su medida. Desde que una pluralidad de movimientos implicaban una
pluralidad de tiempos los filósofos se vieron obligados a buscar fuera del
movimiento algo inmóvil, invariante, un
“tiempo originario” que funcionara como estándar para que
el movimiento pudiera ser medido.
El descubrimiento de este invariante eterno era el equivalente al
descubrimiento de la verdad, de lo que era universal y necesario en todos los
lugares y en todos los tiempos. El esquema celestial de las estrellas con sus puntos cardinales fue uno de esos absolutos hasta que Galileo
revelo que, a pesar de las apariencias,
la esfera celestial con todas sus estrellas y galaxias, viene y se va y, al igual que todas las otras
cosas, esta sujeta al tiempo. Al
comienzo del modernismo Kant invirtió la relacion entre tiempo y movimiento. El tiempo ya no se ve
como la medida del movimiento, sino que ahora es el movimiento el que ocurre en
el tiempo. El tiempo, dice Kant, es una condición formal, a priori en la que
todos los fenómenos se basan. El tiempo originario es reemplazado por el tiempo
ordinario, por una “forma pura y vacía” en la que todo lo que hay se mueve y cambia. No una forma eterna, sino
la forma de lo que no es eterno. Por primera vez el tiempo empieza a verse como
algo autónomo e independiente libre de la cosmología, la psicología y la
eternidad. Antes de Kant el tiempo era definido por la sucesión, el espacio por
la coexistencia y la eternidad por la permanencia. Después de Kant la sucesión,
la simultaneidad y la permanencia pasan a ser ahora modos o relaciones de tiempo. La consecuencia
de esta revolución ha traído cambios fundamentales en la relacion entre
filosofía y temporalidad cuyo objeto pasa a ser lo nuevo en lugar de lo eterno.
La producción de lo nuevo ahora se ve
como el correlato del tiempo ordinario, así como la verdad era el correlato del
tiempo originario en los antiguos.
Es cierto que ahora, incluso mas que en el pasado, estamos rodeados de una
increíble cantidad de creaciones métricas para medir el espacio y el tiempo como relojes,
GPS, relojes atómicos, horarios, diferentes zonas temporales, etc. etc. La diferencia ahora es que aunque
estén basadas en los ritmos naturales se entienden como convenciones y
artificios. Ya no podemos confundir el tiempo con su medida y la metafísica
subyacente del tiempo ha cambiado profundamente con la filosofía de Bergson, Heidegger y Deleuze.
Si el pasado o el futuro existen de alguna manera tendríamos que decir
que ellos existen en el presente. El pasado y el futuro, dice Deleuze, no
designan instantes distintos de un supuesto presente, sino que son dimensiones
del presente. El pasado y el futuro están ligados al presente, son simultáneos
con el. No debemos concebirlos como puntos independientes o equivalentes a lo largo de una línea temporal, sino como
componentes irreducibles del presente.
Pero, como el presente es lo que pasa y no se queda es necesario algún medio para preservarlo de
tal manera que los momentos anteriores
puedan ser retenidos… “El pasado no sigue al presente que ya no es. Coexiste con
el presente que fue. El presente es la imagen actual y su pasado contemporáneo
es la imagen virtual”. El tipo de memoria de lo virtual no es lo mismo que la recolección
convencional o el retorno al pasado. Primariamente es una función mnemica
intuitiva que directamente se abre al presente. Recibe las imágenes que el
presente no puede retener y las retorna a el en forma continua y consistente
proveyendo así la profundidad
temporal del momento actual. La dimensión futura es la otra mitad de la imagen virtual que satura la percepción del
presente.
Imaginemos la figura doliente del amante engañado que sentado en el
banco de un parque alimenta a las
palomas y ardillas que se arremolinan alrededor de sus pies. Ninguno de estos
actores o cosas existe en el mismo
tiempo, en el mismo presente. Los eventos alrededor de cada cosa singular, los
eventos cuyas síntesis crearon la cosa,
determinan el presente. Este presente incluye otras cosas, pero su síntesis
particular no incluye su presente en la misma forma. Hay una asimetría entre
los tiempos a pesar de su reciproca
inclusión. La mano tira nueces y migas para distraer la mente
de la pena que siente. Al hacerlo une el pasado y el futuro en su lucha
por escapar a su desesperación mortal.
La pelea entre las palomas y las ardillas por la comida define un presente bien
distinto, uno mucho más largo que se extiende sobre generaciones de acuerdo con
la fluctuación de la población que depende de
las enfermedades y la disponibilidad de alimentos. Hay una asimetría entre
el dolor que esta al centro de la
síntesis del tiempo y el presente de la
lucha por la sobrevivencia de la población animal. El presente que deviene en
una dimensión del sufrimiento pasado que
amenaza tragarse al amante sufriente es diferente del pasado que amenaza
engullirse la pelea fugaz de un pájaro y un roedor. Y el futuro que
determina la dimensión del presente a través del momentáneo interés del acto
repetitivo de tirar las migas de
pan no es el mismo futuro que determina
la extinción de la última ardilla, de otra especie que pierde en la lucha por
la existencia.
Todos estos tiempos son relativos y no los podemos representar con una sola imagen o con un solo espacio y tiempo continuo. Lo
que tenemos que reconocer es que hay una multiplicidad de tiempos no solo en
términos de seres vivos, como agentes y
miembros de líneas evolutivas. La piedra de la estatua con su lenta erosión que borra sus rasgos distintivos también
determina un presente y una síntesis no solo de su pasado, sino de los pájaros,
del aliento de la gente que se acerca a leer la inscripción, el daño
causado por las variaciones de la luz ,
la humedad y la temperatura.
A diferencia del tiempo psicológico, subjetivo este es un tiempo ontológico. El tiempo, al igual que el
espacio y la materia, es fenomenal. Es
decir, es un aspecto integral de todo
fenómeno y no un parámetro externo.