Wednesday, February 12, 2014

Bombardero Suicida



 Si mezclamos  un guerrero con un  budista  meditando en la posición del loto, lo que obtenemos es un bombardero suicida bodhisattva (santo) en una misión compasiva. Los palestinos no fueron los primeros en emplear bombarderos suicidas y su emergencia tampoco la encontramos originalmente en el reino islámico, sino en el budismo, particularmente en la inflexión japonesa del Zen. El camino del guerrero es un sendero oscuro y pervertido que transforma al monje en un santo y al santo en un arma. Esta mutación funciona a través de una extrema inversión lógica operando en la paradoja del bodhisattva, el ser de infinita compasión.

Como encarnación de la imposibilidad, el bodhisattva es un ser absurdo cogido en  medio de la paradoja.  El impase consiste en el hecho de que un bodhisattva, al alcanzar el Nirvana, debe rechazarlo y en nombre de la compasión infinita y el bien común, retornar al reino de la ilusión con el fin de ayudar a todos los seres sensibles a escapar del sufrimiento.  Ser bodhisattva es ser abnegado sin traza de egoísmo.  Entrar al Nirvana solo es un acto de egoísmo. Por tanto, si uno carece de egoísmo uno nunca debería entrar al Nirvana, ya que esa seria un acto  egoísta.  Al posponer la entrada al Nirvana, el bodhisattva aparece como realizando un acto de sacrificio supremo para salvar a la humanidad. Pero este gesto sacrificial es falso.  El acto se realiza en honor del deber... porque es bueno... porque debo.  El retorno del bodhisattva es una bondad auto-reflexiva que solo puede ser sostenida por el sufrimiento de otros.  En otras palabras, el bodhisattva solo puede existir únicamente en tanto que hay sufrimiento.  Solo podemos concluir que nadie puede alcanzar  Nirvana porque nosotros no somos bodhisattvas y el bodhisattva no puede alcanzar  Nirvana, justamente, porque el o ella es un bodhisattva.  El gesto mismo de dejar al egoísmo atrás, al retornar al mundo del sufrimiento, lo transforma en un ser egoísta... la posición paradójica del bodhisattva, llevada al limite,  obliga  a uno a encarar la posibilidad de que la ultima fuente del mal es la compasión misma.  El sabio taoista, por otro lado, se enfrenta con una elección mucho más simple... o permanece en el reino de las falsas dualidades…o sigue el Tao.  El sabio taoista no esta impedido de retirarse inmediatamente del mundo.  El bodhisattva no puede hacerlo y esta forzado a elegir el mundo de la ilusión...!eso es todo!   Esta elección se despliega con el advenimiento del Budismo Mahayana y su búsqueda de la liberación radical en nombre del vacío absoluto.  Nagarjuna procede creando absurdidades a partir de la doctrina budista.  Con el repliegue del Samsara en el Nirvana y la invocación de un monismo inmanentista radical, la tradición Madhyamaka transforma la cuestión de la liberación en un problema social que enfatiza la liberación de las masas.  Una táctica  y posición que varias centurias mas  tarde recogerá Marx y varios movimientos avant - garde, tales como el dada, el surrealismo y los situacionistas,  entre otros.

El comando ético del corazón budista, el voto bodhisattva, funciona paradójicamente como el hoyo de la polilla al transformar el camino de la compasión en el arte de la guerra.  El bodhisattva, al re-encontrar al mundo fenomenal, repite el gesto original del mal.  Una de las visiones absurdas de esta logica nomadica es que la religión de la paz fácilmente puede mutar en una maquina de guerra... El guerrero Zen y la logica del kamikaze nacen de la compasión... las semillas del Mal florecen a través de la bondad excesiva.


Brian Victoria, un monje de la secta Soto, argumenta que el Zen japonés apoyo la maquina de guerra imperial desde los finales del 1800 hasta la segunda guerra mundial.  La rápida industrialización y militarización de Japón fue alimentada por una ética de sacrificio y disciplina que se extiende en el pasado hasta el periodo Kamasura (1192-1333).  Bushido, el camino del guerrero, es el código de conducta de la clase samurai en Japón.  Enfatiza lealtad, deber familiar, bravura, honor, disciplina y ritos suicidas como la alternativa obligada al deshonor y la derrota.  La palabra "samurai", traducida literalmente, significa asistente o sirviente.  Un samurai era un guerrero estoico y un perfecto caballero cuyo propósito en la vida era servir a su maestro.  El guerrero samurai era estrenado en las Artes Marciales, el ejercicio de la espada, Ken-Jutsu (el arte de usar la espada tan pronto como es sacada de la vaina) y la meditación, la que le daba una mayor concentración, espíritu in dominable y voluntad de poder.  El sacerdocio budista se transformo en una extensión del gobierno feudal japonés durante el periodo de Tokugawa (1603-1867), en la misma forma en que Bushido fue influido por el Zen y el Confusionismo.  En la mitad del siglo XIX, llego a ser la base del entrenamiento ético de la sociedad japonesa en su totalidad, con el emperador reemplazando al maestro feudal como el objeto de lealtad y sacrificio.

Todo es una sola esencia.  La guerra y la paz son idénticas.  Shaku Soen (1859-1919), profesor de D.T. Suzuki, el primer maestro Zen que  visito América, fue uno de los primeros en abrazar la guerra como un entrenamiento Zen.  D.T. Susuki afirmaba que es la espada la que mata...es el enemigo que aparece y se transforma en victima.  El guerrero es simplemente un observador pasivo... total y completamente carente de ego, inmerso en lo Uno.  Estamos absorbidos en el momento de tal manera que ya no podemos decir que hay una separación entre el acto y el actor... hemos llegado a ser Uno con el Momento... completamente presente e idéntico con el acto.  La oposición entre la reflexibilidad cuotidiana de nuestros deseos y la actitud iluminada reside precisamente en el hecho de que nuestra conciencia egoica nos aliena de nuestra existencia inmediata.  El guerrero Zen se compromete  a la búsqueda de un estado non-dual donde la disciplina absoluta coincide con la espontaneidad total.  El Zen le enseña al guerrero a encarar la adversidad y la muerte sin vacilación... sin ni siquiera pestañear. Al guerrero Zen se le enseña a actuar sin pensar.  La emergencia de la si mismidad es, entonces,  idéntica con la creación de una grieta.

La línea de razonamiento que torna al Zen en el camino de la espada ordena al guerrero a matar en nombre del amor extremo... para salvar a la humanidad y prevenir el sufrimiento. El militarismo Zen justifica el asesinato invocando la fuerza de la compasión.  El saber budista básico, de que uno obtiene liberación al extinguir al yo, cuando se liga con el código bushido crea la subjetividad del guerrero... el bombardero suicida bodhisattva.  El terreno ya estaba preparado cuando el vice-almirante Orishi Takijiro propuso transformar los aeroplanos en misiles humanos.  Durante la batalla del Golfo de  Leyte en Octubre 1944, los pilotos japoneses volaron sus aviones directamente hacia las naves americanas.  El "viento divino" de los kamikaze... desata el tifón de la Guerra Sagrada moderna.

Ariel Fuenzalida.

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