Sunday, April 28, 2024

El manipulador

 

Cuan manipulados mentalmente estamos para pensar y actuar de acuerdo a los deseos y beneficios de otros es difícil decirlo. Pero, estar consciente del fenómeno ofrece cierta protección, especialmente cuando tenemos la obvia sospecha de que es un aspecto prevalente de la cultura y la política contemporánea. 

 

El objetivo de la manipulación no es discutir  en  favor de la verdad, empleando argumentos validos y premisas verdaderas, sino el de obtener el asentimiento por cualquier medio posible, usando trucos retóricos esencialmente deshonestos, falacias atractivas, apelaciones a las emociones y al prejuicio. En lugar de la persuasión racional, como en   Sócrates, aquí nos encontramos con una psicología manipulativa. Engatusar y seducir, jugar con la mente de la audiencia, sin reparo en el uso de falsedades.

 

Esta técnica mental es diferente de la simple mentira. Si el mentiroso te cuenta una mentira es para que creas que las cosas son distintas de lo que realmente son en el mundo.  Su objetivo es producir una falsa creencia, pero el no es indiferente a la verdad. El manipulador, en adición a crear una falsa creencia, esta interesado en las emociones del oyente, en  que sienta de cierta manera y por eso apunta a la psiquis como un todo para activar emociones como la alarma, la confusión, la inseguridad, el miedo y, por supuesto el odio. La interferencia emocional es el mecanismo esencial del manipulador. Es en  este sentido en que las emociones para el manipulador son doblemente un medio y un fin. La finalidad es producir un estado de disturbio emocional  para producir  falsas creencias.  Aprovecha las debilidades de la victima al tocar las cuerdas mas sensitivas,  cuerdas que tienen que existir antes de la manipulación para que tengan algún efecto. La victima, de alguna manera, esta dispuesta a ser manipulada. El manipulador explota lo que ya esta presente en ella y esto la convierte en cómplice de su propia victimización.  En cierto sentido la manipulación, a lo menos en parte, es auto infligida. El ejemplo clásico, como indica el profesor Colin McGinn, es el celo, el persuadir que la amada es infiel, como en la tragedia de Otelo, victima de Iago, que lo persuade a creer  que Desdémona le es infiel con su lugarteniente Casio,  lo que le produce un intenso y violento celo que lo lleva  finalmente a asesinar a Desdémona.  La técnica psicológica de Iago no es la mentira directa, sino la insinuación, el jugar con las vulnerabilidades de Otelo al crear una fantasía de grosera licencia sexual por parte de Desdémona, que esta totalmente en desacuerdo con los hechos. La táctica maestra de Iago es explotar en Otelo el sentido de la diferencia racial, que es su cuerda mas sensible, sugiriendo que Desdémona realmente no puede amar a un hombre negro, al menos mas allá de un enamoramiento inicial por su pura novedad.

 

Los miedos emocionales no requieren un caso convincente para que surjan, lo que es extremadamente conveniente para el manipulador. El miedo de ser atacado o usurpado, las fobias o las vagas ansiedades hacia el futuro son algo que fácilmente pueden ser aprovechadas. Este es el terreno fértil a explotar.  Los manipuladores, comparados con los mentirosos, son mucho mas siniestros, ya que sus victimas son explotadas, invadidas y controladas.

 

Aparte de las manipulaciones personales  y familiares, la colectiva e institucional, políticamente importante, involucra adoctrinamiento, “lavado de cerebro” y propaganda. Gobiernos, instituciones religiosas, corporaciones, agencias de publicitad, partidos políticos y firmas consultoras tienden a inculcar un conjunto de creencias, a menudo falsas, con métodos diferentes a la persuasión racional, apelando al miedo y la ansiedad. Por siglos  las instituciones religiosas de todo tipo han usado el miedo a lo que puede venir después de la muerte para coaccionar  y controlar de acuerdo a los dictados de la Iglesia que propaga la existencia de los horrores del infierno. Inmediatamente después de la muerte, dicen,  las almas que mueren en estado de pecado mortal  descienden al infierno, donde sufren el castigos del fuego eterno. Hoy día, a pesar de que sabemos que tal fantasía no tiene cabida dentro de una visión científica del cosmos,  continua cautivando las mentes a través del mundo. Cuando la gente ha sido manipulada toda su vida, día tras día, es difícil vivir de otra manera.  

 

Los partidos políticos con tendencias ultranacionalistas son un  obvio ejemplo de la manipulación social  de prejuicios, resentimientos, odios  y ansiedades dirigidos en contra de los inmigrantes, las minorías o las poblaciones indígenas que supuestamente ponen en peligro la pureza de la raza, la disponibilidad de trabajos y el dominio político y económico de la población blanca.  

 

En el mundo de las corporaciones Monsanto se destaca entre todas  por sus sofisticas relaciones publicas. Siguiendo el ejemplo de las tabacaleras del siglo pasado, cuyas relaciones publicas empleaban doctores que recomendaban fumar a sus pacientes sugiriendo que era saludable, Monsanto ahora empuja el glifosato a los agricultores y gobiernos con los mismos sofismas. Sus relaciones publicas, por ejemplo, presionan a la Unión Europea para que no lo prohíba,  a raíz del informe de la Agencia Internacional Mundial de la Salud de 2015 que advierte sobre la probabilidad de causar  cáncer. La Corporación en respuesta a este informe lanza una campaña de relaciones publicas  alegando  que... “tal vez no”.  En 1980  la compañía Exxon Valdez lanzo una campaña publicitaria para cuestionar la ciencia del clima, bloquear los controles de combustibles fósiles y mantener el flujo de sus productos, a pesar de que un memorando interno sobre el cambio climático predecía exactamente la cantidad de calentamiento global que hoy día  tenemos, al igual que las sequias y el aumento del nivel del mar. Las consecuencias de esta manipulación publicitaria han sido y continúan  siendo catastróficas. Por otro lado, en el mundo de las firmas consultoras  McKinsey & Co. reina en todo el mundo para ayudar a sus clientes en su actuación y en  lograr obscuros objetivos. En su nuevo libro “When McKinsey Comes to Town” los reporteros de investigación Walt Bogdanich y Michael Forsythe  rompen la luminosa imagen de este gigante de la manipulación exponiendo el cuestionable, corrupto e hipócrita   trabajo de la firma con las empresas de combustibles fósiles, fabricantes de cigarrillos, distribuidores de opio, agencias reguladoras y regímenes autocráticos.  El comportamiento mas impactante involucra el papel de McKinsey en la crisis de los opiáceas en Estados Unidos. Para resolver las investigaciones del gobierno sobre su papel en ayudar a Pharma Perdue  a acelerar las ventas de opioides en el momento en que miles de personas morían por sobredosis, la empresa acordó pagar mas de 600 millones de dólares en compensación, pero no admitió “haber  actuado mal.” Y frente a las crecientes preocupaciones de las farmacias y los reguladores  federales, McKinsey aconsejo a los fabricantes de opioide que se centraran en los “pacientes con alto riesgo de abuso” e insto a los proveedores de atención medica a aumentar las recetas. Y si esto no fuera poco, invento un plan para emitir reembolsos a las farmacias  por cada “sobredosis de OxyContin atribuible a las píldoras que vendían. En sentido mas amplio los problemas de McKensey son endémicos para toda la clase de asesores profesionales que ahora vienen a jugar el papel de los antiguos sofistas, pero sin el aguijón filosófico que ellos poseían.  Firmas de abogados y consultoras de gran tamaño han asumido durante mucho tiempo asignaciones odiosas para clientes lucrativos, ayudándoles a eludir las regulaciones, evadir la responsabilidad por agravios tóxicos y evitar pagar su parte justa de impuestos. 

 

La verdad, y esto no es sorpresa para nadie,  no son  siempre los valores mas apreciados los  que guía el discurso publico. Todos, de una u otra manera, somos manipulados por la publicidad, los políticos y los defensores de una u otra causa y, mas aun en estos tiempos, el manipulador, debido a la concentración monopólica de los medios de comunicación y la disminución de voces disidentes debido a su costo, puede mantener la unidad del mensaje. Lo paradójico es que en tanto mas difícil sea el excluir la voces disidentes, mas agresivo se vuelven los manipuladores. El fanatismo religioso, por ejemplo, se hace mas extremo en sociedades que se sienten amenazadas por la infiltración de la disidencia, como lo vemos en Irán, Afganistán y Turquía, entre otros. No hay necesidad de propaganda si no existe una fuente de opinión diferente, si no hay nada que refute el sistema de creencias falsas y estas pueden mantenerse por décadas o centurias si la información se restringe. De hecho, la historia humana se aparece como una serie de mitos, supersticiones, dogmas y prejuicios mantenidos en su lugar por el poder colectivo y la propia propensión humana para sostenerlos.    

 

Finalmente  podríamos decir que esta es la cosa... la información puede restringirse, pero la restricción es  frágil frente a la ferocidad de los hechos reales. Una vez que la persona sospecha que ha sido mentalmente manipulada, el poder del manipulador se pierde, porque la decepción inherente en la manipulación ha sido expuesta.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


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