Sunday, April 18, 2021

El enigma tecnológico

¿Y que es la tecnología? ¿Qué efecto tiene en la vida? ¿Que nuevas posibilidades descubre? ¿Que  peligros trae?  ¿Qué pasa si tenemos  mas o tenemos menos? Y, mas importante ¿Es cada nueva tecnología inevitable? Incuestionablemente la evolución del método científico ha descubierto y creado nuevas posibilidades  que ni siquiera la evolución biológica o cultural podrían haber imaginado. Solo en unas pocas décadas se las ha arreglado para desarrollar nuevas formas de evolución al  manipular las fuentes mismas de nuestros códigos, incluyendo el código que produce nuestro cerebro y  mente. La división de genes y la ingeniería y terapia genética le ha dado a nuestra  ser el control directo de nuestros genes, terminando con cuatro billones de años de hegemonía evolutiva darwiniana. La herencia de rasgos adquiridos y deseados en la línea humana ahora es posible.  Ya no dependemos absolutamente del lento dominio exclusivo del ADN.  Las consecuencias de esto son tan tremebundas  que hasta el momento no sabemos que decir.

 

La tecnología nace de la vida orgánica y precede al animal humano. Una variedad de organismos han aprendido a construir estructuras que se extienden mas allá de sus tejidos. La colonia de termitas opera como si fuera un órgano externo de los insectos. La estructura de coral y los animales de coral que viven en ellas actúan como si fueran un solo organismo y la colmena y el nido funcionan en la misma forma. Todos estos albergues son tecnología animal o, en otras palabras,  extensión del cuerpo. En el animal humano es mas que esto.  La técnica animal  es el resultado de sus genes. En el humano, resultado de la mente, de la extensión de las ideas y su memoria es la cultura. Lo inquietante es que así como el humano se bifurco de sus precursores,  la tecnología  del siglo XXI se empieza a bifurcar de la mente humana. El poder de la mente  puede ligeramente aumentar con la autorreflexión, con el pensar acerca del pensar, que nos hace marginalmente mas habilosos. El poder de la técnica, en cambio,  puede aumentar indefinidamente. Nuevas tecnologías  constantemente hacen mas fácil inventar mejores tecnologías, a diferencia del cerebro humano. El dominio tecnológico, dice Kevin Kelly,  fundador de la revista Wired, nace de la mente humana, pero  su origen esta en la misma auto organización que trajo las galaxias, los planetas, la vida y la mente a la existencia. Es parte del gran arco asimétrico que comienza en el “big bang”  y que,  con el tiempo, empieza a adquirir formas cada vez mas abstractas e inmateriales.

 

 Las especies  biológicas y tecnológicas son impredecibles en sus detalles microscópicos, pero en sus modelos macroscópicos están determinadas por la física de la materia y la auto organización. A diferencia de la adaptación biológica, sin embargo, la técnica es intencional, abierta a la libertad de elección y diseñada por el ser humano. Las leyes de la física y las contingencias históricas pueden orientar la evolución tecnológica en cierta dirección a través de una serie de formas estructurales inevitables, pero es la elección colectiva  del individuo humano  la que le ha dado forma al mundo tecnológico... hasta ahora. Lo que viene, no es muy claro.  La tecnología ha empezado a crear su propia agenda, su propio imperativo, su propia dirección. Y a medida que esta independencia aumenta ya no se puede decir que la humanidad tiene el control total. La tendencia a la auto preservación, auto extensión   y auto crecimiento  es el estado natural de todo ser viviente. Colectivamente estamos en el  momento en que esta misma tendencia  del mundo  biológico empieza a asomar  por primera vez en la tecnología. El poder de la auto replicación ya lo podemos encontrar en cuatro áreas...gene, info, robo y nano. Con la tecnología genética nuevos cromosomas pueden ser inventados y divulgados que, en teoría, pueden reproducirse para siempre.  La Info tecnología  puede auto replicar virus informáticos,  mentes artificiales y personas virtuales.  Hay robot trabajando en fabricas que hacen otros robot y, a lo menos, en el laboratorio de una universidad, se ha configurado una maquina que se auto ensambla. Si se le da suficientes partes puede ensamblar una copia de si misma.  La nano tecnología puede crear maquinas tan pequeñas que pueden funcionar como circuitos mecánicos informáticos y, en teoría, pueden ser diseñadas para auto ensamblarse y reproducirse como otros programas informáticos. La aceleración de este ciclo técnico de auto duplicación y auto creación puede avanzar rápidamente mucho mas allá  de nuestras intenciones y  control... ¿Y, en ese momento... que?  

 

Nosotros, dice  Kelly, somos parte del mundo tecnológico, es nuestra segunda naturaleza, y su autonomía incluye la mente colectiva. Es una elaborada herramienta que continuamente actualizamos para mejorar nuestro mundo. El problema es  que esta herramienta de la que somos parte ha empezado a transformarse en un súper organismo que sigue una dirección mas allá de nuestra propia creación. La paradoja aquí es que somos amos y  esclavos de la técnica al mismo tiempo y de esta doble situación no hay escapatoria.  Nuestra relación con ella es simbiótica y el dilema, por tanto, no es aceptarla o rechazarla. En una escala macroscópica la técnica sigue su propia progresión inevitable. Pero, a una  micro escala,  la voluntad manda. Según Kelly  la elección es esta...  alinearnos con su dirección y expandir sus posibilidades para todos  o resistir nuestro segunda naturaleza, lo que equivaldría a un acto de auto odio.  Al seguir  los imperativos de la tecnología podemos estar mas preparados para guiarla, allí donde podamos, y estar mas conscientes hacia donde vamos.  

 

Aquí uno podría preguntar...¿pero, no es el caso que cada nueva tecnología crea mas dificultades de las que resuelve? La mayor parte de los nuevos problemas en el mundo son problemas creados por tecnologías previas. Cada año 1.2 millones de personas mueren en accidentes automovilísticos. El calentamiento global, la obesidad, el terrorismo nuclear, la industria del armamento, la perdida  de especies, el abuso de drogas,  la polución ambiental, etc., etc. ¿No son  todos ellos problemas tecno génicos que producen inmensa miseria en el mundo? Sin lugar a dudas hemos llegado a un punto en donde la capacidad de la tecnología para alterarnos  excede nuestra habilidad para alterar la tecnología. Ella tiene su propia agenda. Si consideramos que la técnica no es solo la fabricación de artefactos, sino principalmente un sistema holístico y dinámico, entonces tendríamos que pensar que, de hecho, trasciende los deseos y acciones humanas.  Las tecnologías hacen posible nuevas tecnologías y los sistemas tienden a  preservarse y orientarse  a si mismos en ciertas direcciones independiente de los deseos humanos.  El uso de la tecnología para dominar la tecnología solo la fortalece.  Es por esto que, según muchos críticos, el sistema no existe para satisfacer necesidades humanas. Como lo vemos una y otra vez, es la conducta humana la que tiene que ser modificada para ajustarse a las necesidades del sistema.

 

A medida que las maquinas se hacen  mas inteligentes dejamos que ellas hagan las decisiones por nosotros, por la simple razón de que  sus decisiones son mejores que las nuestras. Pilotos automáticos manejan  los aviones y los algoritmos controlan las comunicaciones complejas, la red eléctrica y los aspectos mas complicados de la economía.  Eventualmente alcanzaremos  un estado en que las decisiones para mantener el sistema funcionando serán tan complejas que seremos incapaces de llevarlas a cabo inteligentemente.  En ese momento la maquina estará en completo control.  Y desenchufarla no será una opción.

 

¿A esta altura de la historia podemos imaginar una alternativa  a la civilización tecno-industrial?  ¿volver a la época de la caza y recolección? El problema es que un mundo sin tecnología o  con una tecnología elemental, como lo sueñan  algunos eco anarquistas,  podría sostener solo una fracción de la gente que hoy puebla la tierra. El colapso de la civilización condenaría a la muerte  a billones de seres humanos y lanzaría al resto al desorden social y al hambre. La civilización tiene sus problemas, pero la alternativa es peor.  Es cierto que no hay tecnología sin peligro y que ninguna de ella es neutral. Su poder fácilmente se puede dirigir hacia el bien o el mal, hacia la construcción o destrucción, al igual que todas las cosas. Uno de los remedios a este dilema ha sido el Principio de Precaución formulado en la Declaración de Rio en 1992... “Las actividades que presentan un incierto potencial  de daño significante deben ser prohibidas a menos que los  proponentes de la actividad muestren que ella no presenta un riesgo apreciable de daño.”  El principio, desgraciadamente, funciona mejor en teoría que en la practica. Según el filósofo Max More el principio es muy bueno para una cosa...   parar el progreso tecnológico. Cada producto produce daño en algún momento o en algún lugar. Luego, según la lógica del principio, ninguna tecnología debiera ser permitida. Cuando tratamos de evitar los riesgos, no siempre somos totalmente consistentes. Evitamos, por ejemplo, el riesgo de los pesticidas, pero no de los productos orgánicos. El riesgo de las vacunas, pero no de las epidemias, y así por el estilo.

 

Según el teólogo James Carse hay  juegos finitos y juegos infinitos. En los primeros el juego termina cuando alguien gana. Póker, domino, fútbol, rayuela, ajedrez, etc. En un juego infinito, en cambio, no hay ganadores y se juega para continuar jugando. Los juegos finitos proceden a través de reglas precisas. Cambiar las reglas durante el juego equivale a invalidar el juego. El juego infinito es lo opuesto. Solo se puede seguir jugando si cambiamos las reglas constantemente. Los juegos finitos se desarrollan  dentro de limites. Lo infinitos juegan con los limites. Para Kelly la evolución, la vida, la mente y el reino tecnológico son juegos infinitos. Su juego es seguir jugando por tanto tiempo como sea posible.  La evolución de la evolución es uno de esos juegos. Los juegos finitos son dramáticos y emocionantes como en el deporte y la guerra. Cientos y cientos de historias en donde los buenos que persiguen  a los malos  terminan con el mismo fin. Las historias acerca de la paz, por otro lado, son mas aburridas y no tienen fin y siempre están abiertas a lo inesperado. Seres humanos construyendo un pueblo, descubriendo nuevas estrellas, escribiendo poemas, creando un movimiento político. Todas estas creaciones  sirven de plataforma para futuras historias. Ellas  juegan un juego infinito. Cuando jugamos el juego de la vida  o el juego de la técnica, los fines no son fijos y las reglas son desconocidas y cambiantes... ¿cómo proceder, entonces? 

 

No podemos vivir sin tecnología. La paradoja es que  la tecnología   también  destruye la vida. Como alguien dijo... “es una fuerza, un espíritu vital que nos lanza hacia delante o empuja en contra de nosotros”.

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


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