Sunday, January 17, 2021

La disolucion del ego

 

La meditación tal como se da en el Occidente, especialmente en Estados Unidos y Europa,  es una practica terapéutica que tiene su origen en la tradición budista.  De los círculos religiosos y espirituales su entrenamiento ha saltado a las escuelas, universidades, lugares de trabajo, dirigentes de Corporaciones y residencias de ancianos.  Ya no solo la encontramos en pequeños cultos o grupos  contraculturales sino que como parte  de la corriente mayor con millones de practicantes. Lo que promete, según sus proponentes, es nada menos que una revolución pacifica guiada por la clase media. Nada tan dramático como el terrorismo fundamentalista o la violencia de las barricadas callejeras  y las guerrillas. Por el contrario. Lo que ofrece es una revolución que no requiere cambios de valores o  del sistema económico, solo cambios en la forma en que nos relacionamos con esos valores... ser mas paciente, mas suave, mas piadoso. El eslogan favorito, repetido constantemente por el Dalai Lama,  es compasión.

 

Según esta literatura el problema no es el capitalismo, sino la “enfermedad del pensamiento” que afecta al individuo en la sociedad contemporánea. La dificultad esta en la cabeza de la gente  y no en las instituciones y estructuras  de la sociedad. La enfermedad social  que hoy sufrimos  no es una condición material ni de distribución de la riqueza o justicia. Es, mas bien, una cuestión sicológica que requiere terapia. El ciudadano contemporáneo compromete su autentica libertad al estar demasiado atado al pensamiento,  divagando constantemente acerca del pasado y del futuro, preocupándose, angustiándose de lo que puede pasar o no pasar, deprimidos, estresados e infelices, atrapados en sus propias abstracciones mentales, desconectados del mundo y la gente que los rodea. La meditación patologiza y politiza ciertas formas de pensamiento y el camino esta en  liberarnos de estos esquemas mentales para emancipar nuestras comunidades. La meditación, entonces, no apunta al cambio de ideología, sino al contacto con nuestro autentico ser. La idea es que la meditación revitaliza el valor de las estructuras  existentes al producir una relación mas autentica con ellas. Los cambios se producirían, entonces, primero al nivel del individuo y luego, lentamente, en la sociedad.

 

El movimiento meditativo sugiere, a lo menos, dos posiciones políticas...  primero, capacita una forma genuina de autentica salud  que emancipa a la gente del sufrimiento impuesto por el capitalismo, sin tener que cambiar sus  instituciones y, segundo,  funciona como una especie de religión  secular dentro del capitalismo, una nueva forma de dominación ideológica, que le permite a la gente  hacer frente a las condiciones alienantes del sistema sin la molestia de la revolución.

 

Las practicas meditativas empiezan a surgir como discurso secularizado en el marco clínico y terapéutico de los 90s por lo que no es raro que su enfoque se haya centrado en su valor  sicológico  mas que en su aspecto social, político y cultural. Pero, a pesar de este enfoque todavía uno podría preguntar... ¿qué pasa, por ejemplo, con la intercepción entre meditación, sabiduría y ética? La meditación secular conscientemente se ha distanciado de la tradición ética que ha acompañado su evolución en el Este que posee una ética bien distinta...  ¿es esta ausencia de una ética coherente lo que transforma las practicas meditativas en una mera técnica carente de base moral?  ¿una técnica de paz interior que permite continuar viviendo en el capitalismo?

 

En Shin Budismo el practicante cultiva una mente pura, sin ego, con el fin de unirse  al Todo para luego retornar al mundo y continuar la vida como si nada hubiera cambiado. En varias versiones del Budismo nada tiene que cambiar materialmente, solo la actitud.

 

Si aceptamos la posibilidad de una experiencia existencial completamente autentica que resulta en una profunda transformación invisible  del ego, entonces seria importante  reconocer este cambio no solo en nosotros mismos, sino también en los otros. El estado pos egoico se supone que ya no esta circunscrito por la moralidad convencional. Es esta libertad radical la que supuestamente emancipa el potencial propio de la etapa  pos egoica, cuya conducta subsiste fuera del marco de la racionalidad instrumental  asociada con el capitalismo.  El Bodhisattva, el ser liberado que reúsa entrar al Nirvana antes de salvar a todos los seres y que retorna al mundo para asistirlos en su jornada, es el prototipo del individuo sin ego para quien las convenciones de la moral cuotidiana no se aplican. La literatura budista esta repleta con historias de Bodhisattvas que rompen todo tipo de leyes como mentir, robar, engañar e incluso matar,  como medio para motivar a la gente en conductas que le ayuden a lograr el estado de alumbramiento. La metafísica budista se basa en la no-dualidad y romper la moral relativa del ego convencional pareciera no contravenir la moral absoluta del  pos ego.

 

Desde el punto de vista de la salud mental es importante distinguir entre  la liberación radical del yo y el estado de insanidad.  En el discurso budista la cuestión importante es saber  si el sujeto ha abandonado o no el ego antes de decidir si alguien genuinamente  ha experimentado  el llamado “cambio inmutable”. En los escritos Zen Budistas  de D.T.Suzuki se revela una profunda complicidad entre la idea de “cambio inmutable” y la posibilidad de violencia excesiva y monstruosidad moral, como se dio en la segunda guerra mundial en Asia.  La tradición Zen enfatiza la forma en que los individuos son transformados por la experiencia  de la iluminación, no solo en ser asesinos mas expertos, sino también en  sacarlos del universo moral  en el que pueden ser responsables  por tales acciones.  Los Budistas Zen en Japón después de la guerra han tratado de comprender  por que algunos roshi (maestro Zen iluminado) apoyaron las atrocidades de la armada imperial japonesa. El dilema, frente a eta practica, seria  este... el  alumbramiento o “cambio inmutable” no va acompañado por el logro de una virtud moral superior... o, el sistema usado para verificar el alumbramiento es esencialmente defectuoso.

 

La cuestión, entonces,  es esta... si presumimos la existencia de la experiencia del “cambio inmutable”  obtenido a través de la meditación... ¿cómo sabemos si hay algo empíricamente verificable acerca de la condición pos egoica? ¿y  como sabemos si esta condición  va acompañada de algún imperativo moral?  El filosofo Zizek hace una  interesante comparación con la película La Guerra de las Estrellas. La “Fuerza”, que Jedi y Sith obtienen cuando la mente esta en paz, en estado meditativo y  en sintonía con el Ser, opera como una fuente de poder mas que como un determinante ético. La “Fuerza”  tiene un “lado obscuro”, pero todavía es la “Fuerza”.  Una experiencia existencial completa.

 

La meditación en el occidente de acuerdo al consenso científico tiene mas que ver con cuestiones de salud que con consideraciones éticas. Pero, el escepticismo y la preocupación con cuestiones sociales, culturales y políticas, a pesar de todo,   permanecen.  Según Zizek, la meditación en occidente, es un mecanismo al servicio del capitalismo, una forma de acomodarnos a las demandas y el estrés de la vida contemporánea... ¿no es aquí donde la meditación occidental empieza a parecerse  al “opio del pueblo” del que hablaba Marx, refiriéndose a la religión?

 

¿No es esto paradójico? Porque, después de todo, el fin de las practicas meditativas en el Zen Budismo es la aprehensión directa de la realidad (sunyata). La experiencia del satori se da cuando el “yo” es expulsado completamente de la conciencia y experimentamos el universo libre de dualismos esencialistas. En las soteriologías hindúes el mundo natural y social es una ilusión (maya) construida por la mente. La intención es producir una percepción del mundo libre del esencialismo religioso e institucional,  una que no sea reemplazada posteriormente por otra percepción igualmente esencialista.   

 

¿Por que, entonces, la meditación vuelve a legitimar la subordinación a la maquina social? En el siglo II DC el pensador Hindú Nagarjuna elaboró el concepto de “surgimiento co determinado”. Desde el momento en que las cosas surgen en dependencia ellas no tienen esencias, es decir, carecen de un ser propio. En otras palabras, los objetos de la experiencia no son cosas en si mismas. Solo son lo que son en relación a otros objetos y  estos a su vez dependen también de otros. No hay un todo separado de sus partes. El ser y la naturaleza de las cosas derivan de su mutua dependencia y no son nada por si mismas.  Actualmente Deleuze usa la noción de ensamblaje para designar, no un estado de cosas, sino un proceso  continuo de ordenamiento de cuerpos, objetos, afectos  y conceptos heterogéneos  que conectan unos con otros... un arreglo dinámico de flujos, conexiones y devenires que constantemente crean  y dispersan las relaciones  entre los diferentes elementos  que tienen la capacidad de transformar el todo.  Un  acto continuo de creación y transformación.  Los ensamblajes  configurados por afectos  son, digamos,  la  estructura de toda posible actividad.

 

Y es en el ensamblaje capitalista donde el practicante de la meditación occidental se conecta con los flujos de capital y  trabajo, con la producción  al servicio de mas producción, con el lucro como ultimo valor, con el discurso neoliberal y la expansión hegemónica. Al igual que el practicante del zen japonés se inserta en la cultura samurái, el funcionario corporativo occidental practicante de la meditación “new age” se inserta en la cultura corporativa.  La meditación “New Age”, entonces, no  cambia la ideología, sino que  revitaliza el valor del ensamblaje  existente al producir una relación mas autentica y eficiente con ellas. Aquí nada cambia materialmente, solo la actitud. En breve, una mejor acomodación  a las demandas del capitalismo corporativo.

 

¿Es esta, uno podría preguntar, la único función de la meditación? No, exactamente. Lo que no debemos olvidar es que un ensamblaje no es un arreglo de cosas estático, congelado en el tiempo, sino un todo dinámico e inestable compuesto de  una multiplicidad de elementos orgánicos e inorgánicos.  Una configuración  espacio temporal de cosas que se juntan y separan. Y, justamente porque es inestable y temporal esta abierto a nuevos experimentos, nuevos territorios, nuevas conexiones. Si la meditación es una experiencia pura no contaminada por el lenguaje, las creencias y la tradición, si, en otras palabras, es la capacidad de transcender el contenido de la mente  para tomar contacto con el vacío que en ultima instancia somos, como la tradición budista proclama, entonces, la experiencia meditativa tiene la posibilidad de colocarnos fuera de nuestra identidad socialmente construida  y escapar a la codificación y normatividad institucional. Dada esta distancia... ¿podríamos decir que  quedamos libres para descubrir o crear nuevas y diferentes  totalidades, distintos ensamblajes, conexiones nunca antes imaginadas?

 

Nieves y Miro Fuenzalida.


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