Sabemos
que no hay nada mas grande que el Universo. Lo que no sabemos es cuan grande
es. La parte que es posible observar
tiene, mas o menos, un diámetro de 91 billones de años luz y esto es lo que una
vez creímos que era todo lo que hay. Hoy día sabemos que es solo el 5% de la
realidad. El 95% restante se nos escapa y no sabemos realmente que es. Además de la materia que podemos ver,
tocar, oler, sentir y, ocasionalmente gustar, habría que agregar algo bien extraño que no se ajusta
a los modelos astronómicos en vigencia.
El
primer aviso de esta extraña “materia perdida” lo dio el astrofísico Fritz
Zwicky en 1937. Estudiando una colección de galaxias conocida como Coma Cluster
descubrió la existencia de una fuerza gravitacional
que pareciera provenir de una fuente invisible. Las galaxias son cuerpos vastos,
como nuestra Vía Láctea, con un promedio de mas de 150 000 años luz de
diámetro. Cada una de ellas al contener billones de estrellas tienen una enorme
influencia gravitacional en su entorno y, como resultado, forman cúmulos con
otras galaxias, todas ellas unidas por la gravedad. La Coma Cluster se
encuentra a unos 320 millones de años luz de nosotros y contiene mas de 1000
galaxias. Cuando Zwicky empezó a analizar el comportamiento de este cúmulo en
1933, encontró algo bien extraño. De acuerdo a la teoría gravitacional este conjunto
de galaxias no podría permanecer unido.
En
general, las cosas en el universo dan vueltas al igual que nuestro sistema
solar. No es de extrañar entonces que el Coma Cluster también rota. Zwicky al combinar la velocidad de rotación del
clúster con una aproximación de la cantidad de materia existente en el se llevo
una tremenda sorpresa. El clúster giraba tan rápido que a tal velocidad debería
volar en pedazos. La gravedad solo puede mantener los cuerpos en orbita a la
velocidad correcta. Si un cuerpo en orbita viaja demasiado rápido, excederá la
“velocidad de escape” del sistema abandonándolo. Según los cálculos de Zwicky,
el Coma Cluster giraba demasiado rápido para mantenerse unido. Para hacerlo
necesitaría 400 veces mas materia. La conclusión, es que debe existir una gran
cantidad de materia que no puede ser detectada. A esta materia desconocida que
mantiene la estabilidad del sistema le
dio el nombre de “materia obscura”.
Esta
idea de Zwicky no produjo tanta excitación como hoy día. Materia obscura era
solo eso... perfectamente ordinaria que resulta ser obscura. Mas tarde, sin
embargo, se descubrió que esta materia que no emite luz, incluso con la adición
del concepto de agujero obscuro, no posee suficiente masa para explicar este
extraño comportamiento. Hay algo misterioso en el universo, algo de lo cual ni
siquiera teníamos idea de su existencia.
En
1976 la astrofísica Vera Rubin descubrió una anomalía de masa similar dentro de
las espirales de las galaxias. Mas allá del disco luminoso de la galaxia
todavía se pueden encontrar algunas nubes de gas aisladas y algunas estrellas
brillantes cuyas velocidades orbitales, que deberían estar cayendo con el
aumento de la distancia, permanecían extrañamente altas. Estos inmensos
volúmenes de espacios vacíos ubicados en
las zonas rurales de la galaxia contienen muy poca materia visible para
explicar estas velocidades orbitales anormalmente altas. Según Rubin alguna
forma de “materia obscura”, que no es materia, debe existir en estas lejanas
regiones ubicadas mas allá del borde visible
de la galaxia. Gracias a sus trabajos, ahora se llama a estas zonas
“halos de materia obscura”. A través del universo se estima que la materia
obscura contiene mas de seis veces la
gravedad total de toda la materia visible.
Investigaciones
posteriores han revelado que la materia obscura no es realmente materia
ordinaria que solo se ubica por debajo de la luminosidad. Es por esto que los
sospechosos de siempre han sido eliminados uno después del otro... todos ellos
son finalmente materia ordinaria. La “materia
obscura” ejerce la gravedad de acuerdo con las mismas reglas que sigue la
materia ordinaria, pero no hace mucho mas que permita detectarla. Si toda masa
tiene gravedad ¿significa que toda gravedad tiene masa? No lo sabemos. Lo que
sabemos es que la materia a la que estamos acostumbrados, aquella que forma las
estrellas, los planetas y la vida, es solo un “ligero glaseado en el pastel cósmico”.
En
el universo hay dos efectos contradictorios. La gravedad quiere hacer que las
cosas se coagulen, pero la expansión quiere diluirlas. Si se hacen los
cálculos, rápidamente se llega a la conclusión de que la gravedad de la materia
ordinaria por si sola nunca podría ganar la batalla. Necesita la ayuda de esta
otra cosa extraña para mantener la estabilidad. Sin ella, el universo no
tendría estructura, ni clúster, ni galaxias, ni estrellas, ni planetas, ni
vida. Para ello se necesita seis veces mas gravedad que la que ofrece la pura
materia ordinaria. Esto no nos dice que es la “materia” obscura, solo que sus
efectos son reales y que estos no se pueden adjudicar a la materia conocida. En
el fondo no tenemos idea que es. Y, sin embargo, necesita ser parte de los
cálculos para llegar a una descripción del universo.
¿Podríamos
estar viendo los efectos de fuerzas provenientes de otra dimensión? ¿Una
gravedad ordinaria cruzando la membrana de un universo fantasma adyacente al
nuestro? Si esto fuera así se podría decir que este universo es uno de un
infinito numero de universos componiendo un Multiverso. Que sea así o no, el
hecho permanece... la invocación de la gravedad de la “materia obscura” es esencial
para entender la formación y evolución del universo.
Esto,
por supuesto, no es toda la historia. La materia obscura contribuye con el 27%
de todo lo que hay en el universo y lo que percibimos y captamos con instrumentos,
con el 5%. El 68% restante es energía
obscura. No cosa pequeña ¿cierto? casi dos tercios de todo lo que hay, lo que
significa que debe jugar un papel bien importante en el drama cósmico... ¿Cuan
importante?
La
“constante cosmológica” de Einstein, representada por la letra griega
lambda, puede darnos una luz aquí. En
breve, este es un termino matemático opcional, que le permitió representar un
universo estático. Su única función dentro del modelo teórico fue la de
oponerse a la tendencia natural de la gravedad a contraerse y terminar en una
sola masa gigantesca. El universo, tal como lo teorizo Einstein, no se expande
ni se contrae.
Pero,
sorpresa, en 1929, el astro físico Edwin P. Hubble, descubrió que el universo
no es estático. Basado en convincentes evidencias encontró que cuanto mas
distante se encuentra una galaxia, mas rápido retrocedía de la Vía Láctea. En
otras palabras, el universo se esta expandiendo. Frente a esta evidencia
Einstein, avergonzado por la constante cosmológica, que en el fondo no
correspondía a ninguna fuerza conocida de la naturaleza, la descarto
completamente, llamándola el “mayor error” de su vida.
Sesenta
y nueve años mas tarde la ciencia trae de vuelta a lambda. En 1998 dos distintos equipos de
astrofísicos, uno de la Universidad de Berkeley, en California, y el otro desde
el observatorio Mount Stromlo en Camberra, Australia anunciaron que docenas de
las mas distantes supernovas observadas hasta el momento aparecían notablemente mas tenues de lo
esperado, dado el comportamiento bien documentado de estas estrellas en
explosión. La única explicación es que ellas están el 15% mas lejos de lo
previsto por los modelos cosmológicos vigentes. Pareciera que una fuente de
energía desconocida estaba causando que la tasa de expansión del universo
aumentara, en lugar de disminuir, como hasta ese momento se creía. Lo único conocido que puede explicar esta
aceleración, según los astrofísicas, es la “constante cósmica”. Cuando ellos la
volvieron a poner de vuelta en las ecuaciones originales de Einstein, el estado
del universo volvió a coincidir con el estado de las ecuaciones de Einstein.
Esta
es la primera evidencia de que una fuerza repulsiva permea el universo, opuesta
a la gravedad, razón por la cual la “constante cosmológica” resucita de entre
los muertos. De pronto Lambda, que era solo un nombre vacío, adquiere realidad
física y nombre... “ energía obscura”, que
empieza a ocupar uno de los lugares principales en el escenario cósmico. Las
mediciones mas exactas revelan que la energía obscura es una de las cosas mas
prominentes del mundo, responsable del 68% de la masa-energía del universo.
Una
característica remarcable de lambda y el universo en aceleración es que la
fuerza repulsiva surge del interior del vacío y no de algo material. En tanto
el vacío crece y la densidad de la materia y energía del universo disminuye,
mayor es la influencia relativa de lambda en los asuntos cósmicos. Con una
mayor presión repulsiva viene mas vacío y con mas vacío la presión repulsiva
crece aun mas, forzando una interminable aceleración exponencial de la
expansión cósmica. Como consecuencia todo lo que esta fuera de la Vía Láctea
retrocederá a una velocidad cada vez mayor. En un trillón de años, cualquiera
que viva en nuestra galaxia nada sabrá de otras galaxias. El universo
observable consistirá solo de las estrellas que componen la Vía Láctea. Mas
allá de nuestra noche iluminada por los cuerpos celestes, solo habrá un obscuro
vacío interminable.
A
menos que haya un error matemático en los cálculos, la comunidad científica
cree que algo pasa en el universo que
produce un efecto importante que, por el momento, se le atribuye a la “materia
obscura”. Cuando se estudian las galaxias cercanas los resultados sugieren que
algunas de ellas parecieran tener solo un tercio de la materia normal que
cabria esperar. Incluso a la Vía Láctea le falta alrededor de la mitad de su
materia normal esperada... ¿dónde esta la otra mitad? Esta materia sigue
perdida y todavía la materia y la energía obscura siguen siendo un enigma. No
tenemos idea que son. Un gran hoyo negro existe en nuestra comprensión del
cosmos, pero la materia y la energía obscura, que por ahora solo se tiene su
nombre, seguirán siendo tan estimulantes para la investigación como siempre.
Nieves
y Miro Fuenzalida.
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