¿Por
qué preocuparnos del cosmos cuando aquí en la Tierra tenemos problemas mas
urgentes como la miseria económica, el peligro nuclear, la crisis ecológica o
la pandemia?... porque, uno podría decir, la perspectiva cósmica nos invita a
ver mas allá de nuestras circunstancias y trascender la búsqueda primaria por alimento, habitación, pareja, seguridad
y, sobre todo, el narcisismo infantil
del que tanto nos cuesta salir.
Considera
solo esto... en un tiempo no muy lejano la
Tierra se creyó que astronómicamente era única hasta que los astrónomos
descubrieron que era solo otro planeta
orbitando el Sol. Luego pensamos que el Sol era único hasta que nos
dimos cuenta que las innumerables estrellas que vemos en la noche son también
soles. Después creímos que nuestra galaxia, La Vía Láctea, era todo el Universo,
hasta descubrir que las incontables cosas borrosas que pueblan el cielo eran otras galaxias. Hoy
día presumimos que el Universo es todo lo que hay... ¿pero, que tal si el
Universo no es único y en algún momento futuro llegamos a la conclusión de que
lo que realmente hay es un Multiverso y
que los agujeros negros serian el paso a
otros universos?... la perspectiva cósmica es mas de lo que creemos
saber. Es, también, acerca de la visión y sabiduría que nos permite asesorar
nuestro lugar en el Cosmos y adoptar una actitud mas humilde. No pequeña
cosa... ¿cierto?... el día que nuestro conocimiento del cosmos se detenga arriesgamos a regresar a la visión infantil
de creer que todo lo que hay gira en torno a nosotros, la cúspide de la creación.
Según los cosmólogos, la cosa mas extraña del
Universo son los agujeros negros. Una colección de masa estelar con una gravedad tan poderosa que nada puede escapar de ellos, incluyendo
la luz. Teoréticamente cualquier cosa puede transformarse en un agujero
negro... una estrella, Trump Tower, un hipopótamo, tu y yo si una fuerza
suficientemente grande nos comprime al
punto que su campo gravitacional sea lo suficientemente fuerte para curvar el espacio
y prevenir que la luz escape. Si la
Tierra llegara a ser un agujero negro su radio seria comparable al de una
pelota de ping pong. El del Sol seria
aproximadamente de 2.4 kilómetros. Por supuesto todo esto es pura especulación.
Ni el sol, ni tu, ni yo se van a transformar en un agujero negro. No somos lo
suficientemente grande. Sin embargo, algunas estrellas extremadamente grandes
inevitablemente se transforman en agujeros negros. Cada estrella representa un
balance entre dos fuerzas opuestas... la
gravedad y el calor. La gravedad tiende a colapsar la estrella y el calor
generado en su interior tiende a irradiarse hacia fuera. Cogidas en este
balance las estrellas pulsan levemente. Una vez que el equilibrio entre calor y
gravedad empieza a fallar el colapso es inevitable. Estrellas de mediana
dimensión se transforman en estrellas
enanas blancas. En las estrellas mas grandes, debido a su enorme masa, el colapso es tan abrumador que se transforman en agujeros
negros. Debido a que nada, incluyendo la luz, puede escapar la gravedad de un
agujero negro cualquier cosa que se acerque a su horizonte será succionada. Este es el punto
en el espacio en que las reglas normales del Universo dejan de operar y las del
agujero negro toman su lugar. Es lo que se llama singularidad, una zona donde
funcionan leyes únicas.
La
superficie de un agujero negro, entonces, es el limite del cual la luz no puede escapar.
Un objeto que traspase su horizonte, por ejemplo, se pierde para siempre en su interior, que no
podemos ver. Sin embargo, a pesar de que
no se puede ver lo que pasa adentro, los físicos pueden pensar que es lo que
ocurre allí. La masa completa del agujero negro pareciera residir en un punto
matemático, el centro muerto, parecido a la singularidad de la cual, según las
demostraciones de Hawking y Penrose, el
Universo comenzó. El problema con esta
conclusión es que se basa solo en la teoría de la relatividad, sin tomar en
cuenta la mecánica cuántica que, de alguna manera, impide la formación de una verdadera
singularidad matemática. En 1974 Hawking
trato de entender como un agujero negro aparecería para un observador con la perspectiva
de la mecánica cuántica, en lugar de la
mecánica clásica. Para su sorpresa encontró que ellos no eran perfectamente
negros y absorbentes, sino que se filtraban un poquito. Mientras mas pequeño el
agujero, mas se filtraban. Lo que Hawkins demostró es que los agujeros negros
tienen una temperatura inversamente proporcional a su masa que determina el
promedio de la filtración de partículas hacia el mundo exterior. La conclusión
es que no puede existir una barrera perfecta.
La
cosa es que, a pesar de los diferentes intentos teóricos, no sabemos realmente que pasa dentro del agujero. Algunos cosmologistas piensan que cualquier
cosa que caiga en el se alargaría como un tallarín, en tanto que otros imaginan
la posibilidad de viajar a través de un agujero negro a otros universos
diferentes. Innumerables ecuaciones se han dedicado a develar tal escenario,
pero nadie sabe realmente que es lo que pasa allí. No importa cuan elegantes
sean las matemáticas es solo una realidad imaginaria. Durante los años 70s, 80s
y 90s del siglo pasado las teorías y los argumentos surgieron a granel. A pesar
de ello hay un problema... la existencia actual de un agujero negro nunca ha
sido confirmada porque, desde el momento que la luz no puede escapar, es
imposible verlos. Solo se puede inferir
su existencia por lo que le ocurre a
otras estrellas y galaxias en su cercanía. Con el desarrollo de telescopios de
rayos X las observaciones han empezado a
proporcionar mas informaciones que han dado base a nuevas inferencias. A comienzos del 2000 varias
predicciones concernientes a los agujeros negros estuvieron en línea con los
datos obtenidos. En los últimos años la gran
mayoría de los cosmologistas han llegado
a la conclusión de que ahora tenemos bastantes evidencias de su existencia. El asunto es que con mas evidencia, como generalmente ocurre, nuevos
problemas surgen.
Cyg
X-1 es uno de los agujeros negros confirmado por la combinación de la evidencia
óptica del telescopio Hubble y las nuevas observaciones de los rayos X. Como
algunos astrónomos habían predicho, la evidencia de las observaciones de los
años 90s produjeron mas datos que sugieren que hay dos tipos de agujeros
negros... las estrellas binarias típicas como Cyg X-1 y los agujeros negros con
masa equivalente a billones de soles. Estos agujeros negros supermasivos fueron
encontrados una y otra vez en el centro de las galaxias. Por el año 2001 mas de
30 de ellos fueron identificados
midiendo la velocidad de los discos de gases atrapados por el agujero
negro que circulan a su alrededor, como el agua alrededor del orificio de
drenaje. Mientras mas grande la galaxia
mas grande el agujero negro ubicado en su centro. Su presencia pareciera
existir solo en las galaxias con forma elíptica que son las que tienen mayor densidad de estrellas en su centro. La
Vía Láctea, nuestra galaxia, que tiene
una densidad relativamente pequeña en su centro, tiene agujeros negros, pero pequeños,
con una masa equivalente a unos pocos soles. Los cosmólogos examinando la
evidencia han empezado a convencerse de que los agujeros negros son la semilla
alrededor de la cual las galaxias se forman. Después que un equipo de investigadores
descubrieron tres nuevos agujeros negros masivos, su líder, Douglas Richstone
de la Universidad de Michigan, dijo en Enero del 2000 que... de alguna manera estos agujeros negros, cuando
determinan su masa, “saben” la masa de las galaxias en las cuales están ubicados, o cuando la galaxia se esta
formando , ellas “saben” la masa del agujero negro que se forma a su
alrededor. De alguna forma mutuamente se
regulan. Esto pareciera no ser diferente
de lo que ocurre a nivel cuántico en donde un electrón puede “saber” que esta haciendo el otro. Que esto ocurra a
nivel galáctico simplemente deja
perplejos a los cosmologistas. El debate ahora se centra en que aparece
primero... ¿la galaxia o el agujero negro? Lo que no será fácil de dilucidar.
Experimentos
para probar hipótesis físicas fundamentales están llegando al punto de la
imposibilidad. Progreso ahora es algo bien diferente de lo que Kepler, Newton y Galileo imagino. La teoría
ideal de todas las cosas, en la mente de los físicos contemporáneos, es un
sistema matemático rigoroso y bien
ordenado que tenga la habilidad de acomodar los hechos físicos del mundo. La
elegancia matemática viene primero, el poder de la explicación practica viene
en segundo lugar. Esto se parece mas a como los antiguos griegos lo
imaginaron... solo por medio del pensamiento, del análisis racional sin la
ayuda de pruebas empíricas. El ultimo gol de la física pareciera ser,
paradójicamente, el retorno a formas antiguas de pensar.
Aunque
no todavía... en 1939 cuando Oppenheimer y Snyder publicaron su articulo en el que sugerían la
existencia de agujeros negros fueron ridiculizados por la mayoría de los
cosmólogos. Con un poco de tiempo, sin embargo, mas investigadores han empezado a adoptar la idea de su
existencia. En los 90s el telescopio
Hubble hizo posible ver claramente las
perturbaciones galácticas que confirmaron su presencia en galaxias tras
galaxias. Y solo ahora ellos han empezado a develar sus secretos. El problema es que cada secreto develado deja un largo rastro de nuevos
misterios.
Nieves
y Miro Fuenzalida.
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