Uno
podría sentirse inclinado a llamar sofistas contemporáneos a los que por un
precio defienden la ideología del patrón... abogados corporativos, científicos
al servicio de la industria del petróleo que niegan el impacto de la conducta humana
en el cambio climático, parlamentarios financiados por grupos de presión y, los
peores de todos, los periodistas que aseguran sus salarios y puestos suspendiendo la critica y el reportaje
investigativo que contradiga la
narrativa oficial o los intereses de quienes les pagan.
Pero,
en toda justicia... ¿podríamos
realmente llamar sofistas a esta
casta servil? Es cierto que el termino ha tenido bastante mala reputación hasta
nuestros días gracias a la hostilidad de
Platón que en sus diálogos desprecio y los
ridiculizo por ser fraudulentos, falsos y deshonestos. En 1870 el ingles Henry Sidgwick describe a
los sofistas... “como un conjunto de charlatanes que aparecen en Grecia en el
siglo V AC y ganaron sus sustento
haciéndole creer a la gente que ellos enseñaban virtud cuando en realidad enseñaban el arte del discurso falaz y la propagación de doctrinas inmorales...
Sócrates expuso la vaciedad de su
retorica y triunfalmente defendió los principios éticos en contra de la
perniciosa sofistería”. El argumento lo repite hoy el apologista católico, Peter Kreeft
(2002)... “Sócrates llamo la atención al
hecho de que el nunca acepto dinero por sus enseñanzas. Esto prueba que el no
fue sofista, que son los que venden sus mentes como las prostitutas venden sus
cuerpos...”. En 1888 Nietzsche expreso una opinión totalmente
diferente... “ cada avance en epistemología y moral ha reivindicado a los
sofistas”.
Originariamente
el sofista era una persona que poseía sabiduría, habilidad y conocimiento que
ponía al servicio de diferentes propósito. Homero y Hesíodo usaron el término para
designar a un profesor, a un poeta o a un
sabio. Una simple definición, sin el dogmatismo platónico, dice que los
sofistas eran profesores independientes
que viajaban a través de la antigua Grecia
de ciudad en ciudad ganándose la vida respondiendo a las nuevas demandas
educativas causadas por el cambio de circunstancias sociales. En
sentido general el nombre era usado
como un termino de elogio... ¿cómo,
entonces, adquirió mas tarde las
connotaciones negativas que hasta el día de hoy perduran?
La
mayor parte de los sofistas eran extranjeros provenientes de Grecia, pero no de
Atenas, lo que les impedía involucrarse en la ley de las cortes o la asamblea.
En los tiempos de Pericles el florecimiento de la cultura despertó la
curiosidad intelectual, el cuestionamiento de las supersticiones y tradiciones
y la creencia en el progreso. Todas las artes, en especial la literatura, la
oratoria y la retorica alcanzaron su
apogeo en esta época y los maestros en varias disciplinas competían por
fama y honor. Es en esta escena en donde los sofistas emergieron introduciendo
nuevos currículos en busca de estilos y
habilidades para argumentar, persuadir y convencer, cambiando el termino sofista para siempre.
Algunos de ellos acumularon grandes fortunas cobrando un alto precio por sus
enseñanzas. Y es este aspecto de los sofistas el que mas indignaba a Platón que
consideraba que enseñar por dinero era insoportable. Ellos son capaces de
enseñar a cualquiera por un precio. Platón y la aristocracia a la que el
pertenecía creían que la educación era para la clase alta y educar a la ciudadanía era un peligro para el
fundamento mismo de la aristocracia en
la que Atenas había sido construida. La
visión aristocrática de Atenas del siglo V y IV AC tenia una pobre opinión de
los que vivían de un salario, especialmente cuando la labor estaba asociada con
cuestiones intelectuales... ¿No es el
caso que siempre es fácil criticar desde una posición de privilegio
aristocrático a los pobres mortales que necesitan trabajar para ganarse la
vida?
Una
nueva disciplina aparece cuando los sofistas enseñan a evaluar situaciones, argumentar y discutir. Ellos enseñaron a
tener éxito en los asuntos públicos, en política, en negocios, en la vida personal
y en el arte de la retorica. Todo estaba
sujeto a discusión, desde la naturaleza de la realidad en si misma a la
naturaleza del bien y la existencia de los Dioses. Pero, muy pronto, fueron condenados por hacer
el argumento débil aparecer como mas
fuerte, por poner el énfasis en ganar la discusión en lugar de la búsqueda de
la verdad. Según Aristóteles hacer aparecer lo peor como un mejor argumento es
repugnante. Filosofía es un compromiso
con una forma de vida y no meramente una forma de ganarse la vida. Los sofistas no venden conocimiento, sino la
pretensión del conocimiento.
La
mayor parte de lo que sabemos acerca de los sofistas proviene de los escritos
de sus oponentes. Pero, de lo que ha sido posible rescatar de sus enseñanzas y
escritos hay mucho mas que pura charlatanería en ellos. Su estudio ilumina no
solo una época histórica antigua, sino también una visión del mundo moderno. En
todas las esferas de su época los sofistas desafiaron la ortodoxia de su tiempo
tan radicalmente que han servido de
modelo a cualquier otro movimiento hasta hoy día. Protágoras, uno de los mas
famosos sofistas, establece la máxima... “El hombre es la medida de todas las
cosas”... ¿Qué mejor resumen del
posmodernismo o del constructivismo social? Esta es una máxima clave en la
historia de las ideas que contiene un cierto grado de relativismo. Al igual que
el termino sofista, el relativismo es un termino peyorativo porque para algunos críticos connota la idea de que
“cualquier cosa va”, lo que, realmente, no es justo. A un nivel básico el pensamiento
relativista, como el de Protágoras, nos
advierte que hay mas de una sola forma de ver las cosas. En otras palabras, la
percepción y la razón humana proyectan dudas o anulan cualquier tipo de juicio
divino... ¿Esta Protágoras hablando del hombre, del ser humano en general, o
del ser humano en particular, del individuo? El texto original deja sin determinar si todas
las cosas se miden en relación a la humanidad considerada colectivamente o en
relación a cada persona individual, subjetivamente. Si Protágoras esta expresando una tesis
humanista, entonces no hay un punto de vista transhumano, privilegiado desde el
cual juicios objetivos sobre cualquier cuestión puedan ser emitidos. Pero,
si anthropos, ser humano, se refiere a
diferencias individuales de opinión, entonces esta expresando una tesis subjetivista en
donde no hay manera de resolver las diferencias entre juicios individuales sobre cualquier
materia... el mismo viento puede aparecer frio para ti y tibio para mi y no hay
tibieza o frialdad en el viento mismo que permita determinar uno o lo otro. Las
implicaciones de la máxima de Protágoras con sus diferentes interpretaciones han tenido, sin lugar a dudas, una tremenda influencia
en el pensamiento filosófico posterior.
Otro
de los aspectos interesantes de los sofistas que tiene relación con el presente
es el hecho de que ellos fueron los primeros en poner un valor monetario a la
educación y los primeros educadores
profesionales... ¿no es esto semejante a los intelectuales de renombre que hoy
viajan a través del mundo para impartir
su sabiduría por un precio? Hoy día es una idea tan común que nadie cuestiona el que los profesores reciban un salario por sus enseñanzas. Los
avances culturales, técnicos y científicos dependen de la amplia diseminación
de la educación y esto seria imposible sin educadores profesionales. La mente inquisitiva
de los sofistas, su escepticismo, su
disposición a cuestionar la ortodoxia y la búsqueda por explicaciones
alternativas ayudaron a abrir el camino
al método científico. Hay muchas maneras
de definir el método científico, pero una búsqueda sin prejuicios por
explicaciones alternativas es una de sus
características cardinales.
Transformar
el argumento mas débil en uno mas fuerte a través del uso de trucos verbales fue una de
las acusaciones mas comunes para
descalificar a los sofistas en la época de Platón. Pero, si uno piensa de
nuevo, el argumento mas débil puede contener la mejor respuesta. La aproximación escéptica de los sofistas
obliga a examinar los argumentos solidos y descubrir que su solides
es una pura apariencia.
Para
una mente modernista la atracción de los sofistas radica en su rechazo a los dogmas
y al hecho de que cualquier mente
curiosa puede responderles en términos
iguales sin el uso de herméticos escritos académicos o argumentos escolásticos.
No dependen del conocimiento de cosmologías antiguas o teologías, sino en la voluntad
de aceptar la naturaleza fragmentaria de
las fuentes de donde las ideas surgen. El surgimiento de los sofistas fue,
parcialmente, una reacción a los tiempos, a una edad en que la tradición se
cuestiona y en donde todo esta sujeto a un flujo permanente... ¿no vivimos
actualmente en un mundo similar, de rápidas transformaciones tecnológicas, de
una globalización inevitable que amenaza y pone en duda nuevamente todos los valores y dogmas de la tradición?
Nieves
y Miro Fuenzalida.
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