Sunday, June 28, 2020

Tintas secas



Los libros
Tejen
Sus bufandas
De
Palabras
Con
Los palillos
De
La imaginación
Y
Con
Las lanas
De
Tintas
Secas
De
Un lápiz.

Nieves.

Sunday, June 21, 2020

Las paradojas del vegetarianismo


La pandemia trae de vuelta el interés por el vegetarianismo a la luz de los contagios provenientes de los mercados de animales salvajes y las factorías de la carne.

Así, por ejemplo, un comercial con el retrato de una vaca pastando  dice que “ahora tu puedes mirarla directamente  a los ojos”… mas abajo hay una hamburguesa de soya. El mensaje implícito es que ahora  tu puedes  comer sin que nadie tenga que morir ¿No es esto una buena nueva?  Bueno…  podría serlo… excepto, por un pequeño detalle. No importa lo que hagamos, siempre  alguien muere para que alguien viva.  

El  cultivo de la soya, como hace notar la escritora y activista ecológica Lierre Keith, es una faena agrícola y la agricultura es la practica  mas destructiva  que el humano pueda ejercer en contra del planeta. Si la selva tropical es destruida en beneficio de la cría de ganado, el mono cultivo destruye la corteza orgánica  de la tierra. Una vez Norte América estuvo cubierta de forestas tan tupidas que una ardilla podía teóricamente viajar de Maine a Texas sin tocar el suelo. Hoy día  el panorama es bien diferente. El 98% de las praderas de Norte América han desaparecido junto con el 99%  del humus original de Canadá. Todo en beneficio del grano.

Los textos históricos cuentan que la civilización se origino  cuando el hombre descubrió como crecer su alimento. De allí emanaron  nuevos  flujos que cuidamos y  destruimos, admiramos y  despreciamos. El arte, la mitología, la religión, la filosofía, la retorica, la ciencia. También la esclavitud, el militarismo, el patriarcalismo, la división de clases, el imperialismo, el hambre, la destrucción  de otras criaturas y la devastación del sistema de soporte vital del planeta. El daño que la agricultura ha producido es social y político. El excedente, que en la cultura de la caza y la recolección no existía,  es el objetivo principal del cultivo de la tierra. El almacenamiento de este superávit  requiere  de tecnología y materiales para construir depósitos,  ejércitos para custodiarlo y organizaciones jerárquicas para decidir como ser distribuido. Con la agricultura el poder empieza a concentrarse en pequeños grupos. Quien controla el excedente  controla el resto. 80% de la población mundial eran esclavos o siervos  hasta el año 1800. Si hoy día no hay esclavos, a lo menos oficialmente, el abismo que separa a los ricos de los pobres  es cada vez mas grande.  La historia humana es el registro de las marcas que este animal fantástico, intoxicado de sueños sublimes  y pesadillas toxicas, ha ido dejando a través del tiempo.

Mesopotamia, la tierra de los  dos ríos, un día no tan lejano estuvo llena de frutas y orquídeas.  La explotación  agrícola la transformo en un basto  terreno estéril donde solo quedan los remanentes de los canales de riego.  La civilización de los valles del rio hindú encontró el mismo destino. Si India, Paquistán, Rusia, Australia,  América o el sub Sahara de África todavía no sufren la misma suerte es solo cuestión de tiempo.  Los que vivimos en centros  urbanos no tenemos idea lo que la agricultura es y no vemos la destrucción que causa. Una cucharada de tierra contiene mas de un millón de organismos vivos y cada uno de ellos come. Un metro cuadrado de tierra fértil contiene miles de diferentes especies de animales. Los botánicos dicen que allí se pueden encontrar hasta 120 millones de nematodos, 100 000  ácaros, 45 000  colémbolos, 20 000  gusanos enchytraeid  y 10 000  moluscos. Mientras mas cavamos mas vida encontramos. Los ácidos húmicos descomponen la planta  y la almacenan en su interior. Cuando reciben la señal del sistema ecológico  la liberan en forma de nutrientes que mantienen  la  fertilidad del suelo. Comer, excretar, comunicar, intercambiar es lo que mantiene el planeta vivo. La foresta, las praderas y los humedales  están cubiertos con una multitud de plantas trabajando junto con la micro fauna y los animales pequeños y grandes. La vida sostenida por billones de criaturas microscópicas produciendo oxigeno y biomasa. A esto se le llama  polyculture perenne y es la forma como la naturaleza  se construye, protege  y reproduce.

La agricultura, como dice Keith, toma un pedazo de tierra y la despeja  de todo ser viviente  hasta la bacteria con el fin de  replantarla con solo un puñado de especies o con una sola planta como trigo, maíz, soya  o arroz. Toda otra especie nativa es maleza que debe ser eliminada  y los animales son muertos o desaparecen porque no hay donde ir. El grano mata los bosques, seca  los humedales y  destruye la fertilidad del suelo. Esto es lo opuesto a la polyculture. Es el reemplazo de un eco sistema natural por uno artificial. El resultado es la  deterioración de la tierra. Los arboles, el pasto, los pájaros y los animales desaparecen y con ellos la riqueza natural. La agricultura es carnívora y lo que come son los ecosistemas. El arado expone el suelo al sol, la lluvia y el viento y la irrigación  seca los ríos y saliniza  la tierra que termina consumiendo todas sus reservas.  25 millones de acres de tierra arable se pierden cada año a través del mundo que obliga a encontrar otros suelos fértiles  o aplicar fertilizantes que provienen de energía fosilizada.

Cien años atrás los científicos descubrieron que el nitrógeno era un factor esencialmente limitante  en el crecimiento humano y que sin el el mundo seria afectado por el hambre.  Alrededor de 1947 la tierra arable  estaba agotando su fertilizante natural. Quien salvo el momento fue Fritz Haber  el inventor del proceso que une el nitrógeno y el hidrogeno, base de la revolución verde. Ahora somos mas de 6 billones de humanos. Sin la industrialización  de la agricultura basada en la energía fosilizada y la explosión de grano barato esto no hubiera sido posible. La cosa paradójica, desde un punto de vista ecológico,  es que ahora  la producción de un acre de maíz requiere 50 galones de  petróleo. Desde que se acabo la tierra arable “nuestra comida es petróleo”. Fertilizante, pesticida  y energía para la maquinaria  necesaria para plantar, cosechar, procesar y transportar el grano. Esta es la trama de la economía del petróleo. Los campesinos del mundo, al no poder costear  y competir con toda esta maquinaria,  son  desplazados de sus tierras y la comunidad,  al perder la autosuficiencia, cae en  la miseria. La agricultura es una pirámide. En la punta, las corporaciones del grano. En la base, los campesinos y sus comunidades.

En lugar de sostenernos dentro de una compleja red de relaciones, las  destruimos y tomamos la tierra solo para nosotros. ¿Qué  ocurrirá con la  industria agrícola  y las factorías de la carne cuando la producción de petróleo empiece a disminuir? ¿O, mas grave aun, cuando se agote?

La hamburguesa de soya  no escapa a la dialéctica  de la vida y la muerte…  Pero esta dialéctica fatal no justifica la explotación sádica  de la industria de la carne  que es una negación  ética, ecológica y nutricional. Una industria que  solo puede describirse  como una cámara de tortura en beneficio del lucro. La defensa del animal  y los ecosistemas se basa en la ética de una vida compartida. Los otros seres me importan porque son la condición de mi existencia y yo soy la condición de su existencia. Comemos y somos comidos. Todos somos predadores  y presas, incluyendo los herbívoros.  Según el orden del tiempo, a todos nos llega el turno. Es esta conexión metabólica la que establece nuestra continuidad y cercanía con la planta y el animal.  No podemos pretender  ubicarnos fuera del sistema natural. Por lo menos, no todavía. Nuestra animalidad no es el residuo de un  pasado  primitivo. Es el constituyente clave de nuestro ser que se cambia a si mismo con el tiempo.  Si no fuera  por los millones de diferentes criaturas, la mayor parte invisibles al ojo humano, que producen o degradan lo que nosotros no podemos, no estaríamos aquí.

La vida ha evolucionado con la cooperación de dos micro organismos que al unirse   permanentemente inauguran nuevos niveles de complejidad. Las nuevas especies que aparecen compiten por el alimento. Cooperación y competencia… ¿Qué modelo elegimos? ¿Uno  igualitario o uno jerárquico? Tenemos la elección de la muerte que destruye la vida o la muerte que es parte de la vida. Ser cruel o agradecido. Dominar o cooperar. Si alguien muere cada vez que comemos podemos elegir que lo que muera sea un individuo y no una especie. Elegir seguir asaltando la tierra o ser parte de lo que la protege. Elegir la destrucción y crueldad que causan la industria agrícola y animal o reconocer que toda cosa viviente merece nuestro respeto y que, de acuerdo con  el orden del tiempo, a todos nos llega  el turno. El tamaño de nuestro cerebro nos da la posibilidad de elección.  

¿Qué hacer, entonces? Lo mas obvia seria  el desmantelamiento de toda la red de ordenes jerárquicos y sistemas de poder que hacen imposible un mundo sustentable. El problema es que por mas de 10 mil años  las masas explotadas no han sido capaces de cambiarlo.


Nieves y Miro Fuenzalida.

Sunday, June 14, 2020

Sunday, June 7, 2020

Diez grados


La crisis de la pandemia ha eclipsado la ecológica, pero no la ha hecho desaparecer. Inexorablemente continua ahí, aunque por el momento haya dejado el escenario.

10 grados Celsius por encima de los niveles de la época pre industrial es imposible, o mejor aun, inimaginable. Un pensamiento mortalmente horrible... ¿cierto? Cierto. Pero, por otro lado, si pensemos que con solo 1.5 C el planeta ahora esta mas caluroso que en ningún otro momento de la historia de la civilización humana, y que este 1.5C esta lejos de estabilizarse, el pensamiento, teóricamente hablando, no es tan imposible.

John Doyle, el Coordinador de Políticas de Desarrollo Sostenible de la Comisión Europea en Bruselas imagina un posible mundo distópico que las actuales generaciones podrían encarar. Su tesis, basada en cuidadosos análisis, es que con 10 C tendríamos un planeta con pocos o ningún ser humano. 

1.5C  por encima de la época pre industrial como limite es bastante popular entre los activistas climáticos. Sin embargo, hay un problema. Para permanecer por debajo de 1.5C la emisión de gases de efecto invernadero, como CO2, necesita  disminuir  15% por año desde ahora en adelante. Y esto es imposible lograr con el  sistema económico imperante. Por eso se dice que vamos en una rápida dirección a un aumento de temperatura de 1.5 o de 2C en relación con la época pre industrial. Pero, según Doyle, esto no es verdad. Básicamente esto es ciencia antigua y esencialmente inexacta. No hay un solo científico independiente en estos momentos que apoye esta posición. Nos estamos dirigiendo, en realidad, no hacia 2C, sino hacia 10C, y esto puede ocurrir en los próximos 30 años. Y en el transcurso hacia los 10 grados pasaremos por los 4C. Esto es importante porque a esa temperatura  la especie humana irremediablemente desaparecería de la faz de la tierra... ¿no es esta proposición  realmente espeluznante, un pronostico mortal en el que nadie, en su  sano juicio, cree?

La literatura climatológica, sin embargo, no contradice las afirmaciones de Doyle. En Diciembre del 2019 el Instituto Potsdam Para la Investigación Climática, uno de los principales órganos mundiales en los estudios climáticos, publico un articulo en donde dice que en múltiples ocasiones el sistema terrestre ha perdido su estabilidad en el pasado debido a cambios en la orbita terrestre. Ahora, dice el informe, estamos forzando el sistema con la concentración atmosférica del CO2 y el aumento de la temperatura a un ritmo muchísimo mayor que el que hubo durante la era del mas reciente deshielo. El CO2 atmosférico ya ha alcanzado los niveles de hace cuatro millones de años atrás, durante la época del Pleistoceno y rápidamente nos estamos aproximando a los niveles  de hace 50 millones de años atrás, en la época del Eoceno, cuando la temperatura alcanzo los 14C por sobre los niveles de la era pre industriales.

Ahora mismo hay un tercio mas carbón en la atmosfera que en ningún otro momento en los últimos 800 000 años y, tal vez, en los últimos 15 millones, a pesar de las declaraciones y promesas de los lideres mundiales de limitar la emisión de gases. El Protocolo de Kioto, por ejemplo, no logro nada. Y en los 20 años siguientes, a pesar de la defensa del clima y la legislación y progreso en la energía verde, hemos producido mas emisión que en los 20 años anteriores al Protocolo.

The “Wet Bulb Temperature”, la temperatura del bulbo húmedo, indica la temperatura en que una creatura viviente puede sobrevivir. El ser humano puede hacerlo fácilmente  con una temperatura por sobre los 42C. Pero, hay un escollo... un humano en las mejores condiciones física muere con una temperatura de 36C si hay una humedad relativa del 100%.

El pronostico de Doyle adquiere tonos bastantes obscuros si consideramos que la eliminación de la energía fósil antes que el excesivo calentamiento se produzca no va a funcionar porque representa aproximadamente el 80% de la producción energética, lo que hace imposible reemplazarla rápidamente dentro de los próximos 10 años. Según la Agencia de Energía Internacional los productores de energía fósil de EU, Rusia, Los Estados Árabes Unidos y Arabia Saudita planean aumentar la producción de gas y petróleo en 120% para el año 2030, continuando la emisión de CO2 a niveles incluso mas altos, lo que obviamente aumentara el calor. Si esto no fuera poco, China se embarca en la construcción de mega plantas de carbón y Japón e India anuncian la intención de construir 22 nuevas plantas de combustión de carbón en los próximos 5 años que continuaran la emisión de CO2 y, por tanto, el calor. La ceguera  trágica de estas políticas es que se hace frente a la irrefutable evidencia  de la aceleración del cambio climático que va mas allá de la influencia de los puros eventos naturales. 

Con un aumento de 2C tendríamos una vida bien diferente. Menos tierras de cultivo, inundaciones de mareas mas altas, millones de eco inmigrantes recorriendo los campos en busca de comida. El  panel internacional sobre conferencia climática de la Universidad de Oxford condujo un programa titulado “Cuatro Grados y Mas Allá” que describe como seria la vida  con 4C si continuamos con el actual sistema económico y llega a la conclusión de que la mitad del planeta se volvería inhabitable. Y no estamos muy lejos de eso. De acuerdo con el observatorio Mauna Loa de Hawái  la emisión de CO2 en el mes de Abril  de 2020 alcanzo 416.18 ppm, comparada con 413.52 en el mes de Abril de 2019. Si recordamos, en Abril del 2000  fue de 371.66.

Los modelos económicos actuales obviamente no han detenido la emisión de gases y notablemente la ha acelerado en un 60% en esta centuria. El paradigma del crecimiento económico neoliberal es incompatible con la sobrevivencia humana y los eco sistemas que soportan la vida. La lucha en contra del calentamiento global es la lucha en contra del capitalismo... cambio climático, lucro y crecimiento están inextricablemente  unidos.  

La pandémica actual prefigura en miniatura la crisis climática. El Covid-19 es un fenómeno mundial  y, a pesar de la inmensa devastación y miseria que esta causando, es relativamente de corta duración. Con el aumento del calentamiento global se puede prever un fenómeno total de permanente duración. Un horror universal infinitamente mas grande que se dará a través de una multiplicidad de manifestaciones. En un estudio del 2018 cuarenta y dos científicos  de varias partes del mundo advirtieron que si continuamos  con nuestros asuntos como de costumbre, ningún sistema ecológico va a estar seguro porque podrían sufrir  transformaciones tan universales y dramáticas en solo dos centurias que, en los mas dramáticos periodos de transformación en la historia del planeta, tomaron decenas de miles de años.

Es cierto que no sabemos con toda exactitud cuantos bosques se quemaran cada año, cuantas islas desaparecerán o si primero las mega sequias o la gran pandemia van a producir la hambruna global. Lo que si sabemos es que el nuevo mundo en el que vamos a entrar será completamente diferente al que hubo por miles y miles de años.

Los mensajes apocalípticos heredados del Libro de las Revelaciones , después de haberse anunciado por cientos de años, no tienen mucho prestigio. Sin embargo la posible sexta extinción esta hoy día en las cartas, si es que no estamos ya en medio de ella. El mundo tiene a lo sumo alrededor de tres décadas para descarbonizarce completamente antes que la verdadera desbastación ecológica comience. Lo que no sabemos es como exactamente la desbastación se llevara a cabo si llegamos a ese momento... ¿será por una crisis alimenticia, por un colapso financiero o por una guerra atómica mundial para controlar los recursos naturales? En todo caso, se requiere de una imaginación apocalíptica para representarnos lo que va a ocurrir en las próximas décadas. Algunos, con una visión mas optimista, como el ecologista Chris Thomas, ven en medio de la sexta extinción huecos en donde la naturaleza prospera creando nuevas especies y tallando nuevos nichos ecológicos. Para otros, que adoptan una visión cósmica, este momento en la historia de la naturaleza no es mas valioso que el que hubo un millón de años atrás o el que habrá  medio millón de años en el futuro. Pero, también, aparte de la imaginación apocalíptica, hay otra tendencia mas probable y quizás mas triste...  la apatía climática, el navegar la deterioración ecológica normalizando el sufrimiento climático, cerrando cada vez mas el circulo de empatía al mirar hacia otro lado. 

El sistema climático que dio lugar a nuestra especie y a todo eso que llamamos civilización es tan frágil que la actividad de unas pocas generaciones lo ha empujado al borde de la instabilidad total. Pero, esta instabilidad que hemos provocado habla también del poder de nuestra capacidad humana. Si somos responsables  del problema, debemos ser capaces de deshacer los cambios que están arruinando el futuro. Si la ultima generación ha empujado al planeta al borde de la catástrofe la responsabilidad de evitarla le pertenece a la nueva generación. La actual pandemia muestra que es posible. 

Las observaciones científicas no dan lugar a explicaciones alternativas. La pregunta de cuan malas las cosas van a ser, sin embargo, no es una prueba para la ciencia, sino una para la actividad humana. Que es lo que haremos para detener el desastre y cuan rápido. Si evitamos el desastre es porque habremos elegido un sendero diferente.


Nieves y Miro Fuenzalida.